Los
inicios siempre resultan duros. Muy arriesgada era la concepción inicial del
Knights Of Metal, congregando en el
recinto del Poble Espanyol a un variado elenco de bandas de diferentes estilos.
A medida que se acercaba la fecha los organizadores optaron por trasladar el
festival al Razzmatazz, donde en dos jornadas,- la del viernes en la sala
mediana y la del sábado en la grande-, tendríamos ocasión de disfrutar de
bandas metaleras como Suicidal Angels, Belphegor, Obscura, Dark Funeral…, pero
también de la savia nueva que aportan bandas de la escena core como Adept, Dead
By April, Fit For A King…
Los
encargados de poner la nota festiva serían los finlandeses Korpiklaani quienes
una vez más volverían a hacer bailar al personal con sus delirantes melodías.
Mientras que como representantes de la escena nacional contaríamos con el concurso de los gerundenses
Morphium.
La
nota negativa del festival vendría dada por las cancelaciones de Memphis May
Fire y The Faceless, que se conocían a escasas horas del inicio de la cita, lo
que provocó la indignación de la gente y que más de uno se dirigiera a la
taquilla para solicitar la hoja de reclamaciones. En cuanto a lo positivo, me
quedó con el buen ambiente, que no hubo retrasos destacables y, como no, con
las excelentes descargas que nos ofrecieron: I Declare War, Belphegor,
Morphium, Beyond Creation o Dark Funeral. Aunque, evidentemente, cada uno
tendrá su lista de favoritos.
ALAZKA
Siempre
resulta un desafío dar el pistoletazo de salida a un festival. A primera hora
de las tarde, las 15,30, aparecían sobre las tablas de un Razzmatazz 2 todavía
poco concurrido los alemanes Alazka.
Esta joven formación de Recklinghausen,
anteriormente denominada Burning Down Alaska, nos sorprendían recientemente con
su cambio de nombre y la presentación de su nuevo sencillo “Empty Throne”.
Muy
motivados y con ganas de calentar al personal los alemanes irrumpieron en
escena para presentarnos una propuesta potente y compacta, que combinó su
moderno hard core con algunos pasajes más melódicos y envolventes.
Sin duda su
principal seña de identidad vendría dada por el contraste vocal que nos ofrecieron Tobias Rische y Kassim
Avale en temas como “Brighter Day” y
“Monuments”, ambos extraídos de su trabajo
“Values & Virtues”.
Pese
a la efectividad de sus estribillos y la accesibilidad de sus melodías, Alazka
también tendrían ocasión de mostrarnos su vertiente más afilada en “Thropies”,
que se convertía en la antesala perfecta para el último tema de su presentación
“Blossom”, que nos dejaba a ambos vocalista encaramados sobre la valla de
seguridad.
ADEPT
Los
siguientes en comparecer ante una sala que poco a poco empezaba a tomar
colorido fueron los suecos Adept. La formación capitaneada por el vocalista
Robert Ljung hacia ya bastante tiempo que no pisaba los escenarios de la
capital catalana, así que este show exclusivo en nuestro país representaba una excelente ocasión para recuperar el tiempo
perdido y dejarnos arrastrar por la rabia que destilaron en piezas como la
inicial “Black Veins” o la corrosiva “No Guts, No Glory”, que convertían la
pista en una sucesión de pogos y circle-pits.
Tirando
de galones y azotándonos sin compasión Adept nos propusieron la rotundidad de su base rítmica y sus
acelerados riffs en “Secrets”, que nos retrotraía a las composiciones de su
tercer largo “Silence The World”. De entre las composiciones de su última
entrega una de las que mejor funcionaron fue la camaleónica “Dark Clouds”, que ponía de
manifiesto la excelente acogida que ha tenido “Sleeples”.
Pero
sin duda los momentos más enérgicos y vibrantes de su presentación estarían
reservados para los contagiosos coros de esa bomba de relojería que es “Shark!
Shark! Shark” y “Dead Planet”, que se convertía en la excusa perfecta para que
todos nos pusiéramos o botar. Para poner la guinda a una presentación que
estuvo marcada por la garra y la actitud de una banda que no paró de animar al
personal, los suecos se decantarían por el tándem que conformaron “Carry The
Weight” y “The Lost Boy”.
I DECLARE WAR
Los
festivales resultan una excelente oportunidad para descubrir nuevas propuestas
y nuevas bandas. Así que, personalmente, diría que uno de los descubrimientos
de esta primera jornada del Knights Of Metal fueron I Declare War. Así que tras
la doble descarga core que nos ofrecieron Alazka y Adept tocaba cambiar
radicalmente de registro y adentrarnos en las sonoridades más oscuras y
tortuosas que nos proponía el cuarteto de Seattle.
Lo
primero que llamó la atención de la alineación que presentaron los americanos
fue la ausencia de bajista, pero viendo la rotundidad de sus abrasivos riffs y
la descomunal pegada de su batería no
creo que nadie lo echara en falta. Otro aspecto muy a destacar fue la pose
escénica de su vocalista Jamie Hanks, quien desgarró sus cuerdas vocales en
temas como “Quiet” o “Noose” mientras desfiguraba su rostro con sus extrañas
muecas.
Si
durante los primeros compases del show I Declare War se centraron en repasar
las composiciones de sus últimas entregas, haciendo especial hincapié en el
descriptivo “We Are Violent People By Nature”, para la segunda mitad de su
presentación nos propondrían un jugoso ejercicio de nostalgia, ofreciéndonos
una buena muestra del disco que marcó la entrada de Jamie en la banda, haciendo
subir el nivel de intensidad y agresividad con “Misery Cloud”, que nos dejaba
al vocalista simulando su propia muerte, “March On” y “The Dot”.
El
único recuerdo que se permitieron a su anterior etapa junto al vocalista
Jonathan Huber llegaría en el tramo final del show con la pieza que daba título a su tercer
redondo “Malevolence”.
SUICIDAL ANGELS
Los
griegos llegaban a esta primera edición del Knights Of Metal como
representantes del clasicismo thrashero.
Aunque su propuesta poco tenía que ver con lo que habíamos visto hasta ahora,
lo cierto es que Suicidal Angels supieron
ganarse el favor del público y acabaron
firmando una de las mejores actuaciones de la jornada.
Con
ellos llegaban los riffs vertiginosos, las melenas, el headbanging y esa actitud salvaje y combativa que
rápidamente se contagió a las primeras filas para convertir la pista en un
campo de batalla desde que abrieran fuego con las humeantes acometidas que
marcaron “Capital Of War” y la apocalíptica “Division Of Blood”.
Durante
los últimos años la formación liderada por el vocalista y guitarrista Nick
Melissourgos se ha convertido en una asidua de nuestros escenarios, y eso se notó en la abrumadora respuesta que
obtuvieron temas como el crujiente “Bloodbath”, que nos dejaba a las primeras
filas levantando los puños al aire. Tampoco se dejarían el tintero esos riffs
de esencia speed metalera que nos hicieron agitar frenéticamente la cabeza
siguiendo las virulentas embestidas de “Bleeding Holocaust”.
Sin
apenas detenerse en las presentaciones los griegos nos ofrecieron un show
vibrante y vertiginoso. Una de las pocas
concesiones que se permitieron llegaría con los desarrollos más melódicos de la
demoniaca “Seed Of Evil”, que nos abocaba sobre los mosheantes riffs de “Front Gate”. Como no podía ser de otra forma
el fin de fiesta para los atenienses estaría reservado para esa declaración de intenciones que es “Moshing
Crew”, que fue la elegida para poner el recinto patas arriba con un tumultuoso wall
of death, y la imprescindible “Apokathilosis”.
BELPHEGOR
Para
cualquiera que haya seguido la trayectoria de Belphegor resulta incuestionable
que la banda comandada por Helmuth se ha mantenido siempre fiel al estilo y a la
filosofía que les vio nacer a principios de la década de los noventa,
convirtiéndoles en un referente obligado para cualquier seguidor de la escena
extrema. Sin duda su descarga constituía uno de los platos fuertes de esta
primera jornada del Knights Of Metal, y más aún para los seguidores de las sonoridades más
metaleras y apocalípticas.
Como
viene siendo habitual en los conciertos de la formación austriaca no faltaría
esa ambientación tensa e inquietante durante los momentos previos al arranque
del show, los huesos de animales esparcidos por el escenario, ni tampoco las
tachas, el maquillaje y los chalecos de cuero que forman parte de la indumentaria escénica de los de Salzburgo.
En
un ambiente un tanto peculiar, en el que se mezclaron los fieles de la banda y algunos
curiosos que querían ver en que consistiría el blasfemo ceremonial que
impartieron Helmuth y sus secuaces, el ritual arrancaba con una vieja favorita como es “Bleeding
Salvation”, que nos impregnaba de su visceral halo de maldad. Con esa actitud altiva y desafiante que les
caracteriza, los austriacos no parecían dispuestos a conceder ninguna clase de
redención a una audiencia que disfrutó con absoluta devoción de la épica que
desplegaron en temas como “Belphegor- Hell´s Ambassador” y “Lucifer Incestus”.
Tampoco
se olvidarían de los tenebrosos
desarrollos melódicos que marcarían la inquietante “Stigma Diabolicum”,
que nos dejaba la estampa de Helmuth mirando desafiante la eufórica reacción de
sus discípulos. De su última entrega, que se publicó a mediados de 2014, no
faltarían los desquiciantes susurros invocatorios de la pieza que le daba
título “Conjuring The Dead”, ni los pasajes más ambientales de “Pactum In
Aeternum”.
Una
nueva mirada al pasado se convertiría en la excusa perfecta para que nos volvieran
a castigar las cervicales con otra de
sus clásicas embestidas “Bondage Goat Zombie”, que arrancaba con los músicos de
espaldas alzando sus cuernos al aire para posteriormente realizar su enésima
invocación al maligno. La elegida para noquear definitivamente a la audiencia
sería “Totenkult- Exegesis Of Deterioration”, que ponía de manifiesto el
incontestable triunfo de Helmuth y sus secuaces.
FIT FOR A KING
Cuanto
menos curioso resultó que tras el demoniaco ceremonial que impartieron Belphegor los encargados de recoger el testigo fueran
Fit For A King, ya que si algo caracteriza a los americanos es la ideología
cristiana de muchas de sus composiciones.
Pese a llevar más de una década en
activo su último redondo “Deathgrip” ha marcado un punto de inflexión en su
carrera, convirtiéndoles en uno de los valores emergentes dentro de la escena del metalcore melódico.
Dispuestos
a no dejar que la gente abandonara todavía el local las huestes comandadas por el vocalista Ryan
Kirby nos pondrían rápidamente a botar siguiendo los entrecortados riffs
de “The End´s Beginning” y “Pissed Off”.
Tampoco faltarían los rotundos contrastes de “Hollows King (Sound Of The End)”, que combinaba los habituales rugidos de Ryan y los registros limpios del bajista
Ryan “Tuck” O´Leary.
Pese
a que la actuación de los texanos estuvo marcada por la voracidad de las
guitarras, también tendríamos ocasión de disfrutar de los samplers y los
elementos electrónicos que ayudaron a ambientar piezas como “Stacking Bodies”,
“Shadows And Echoes”, o su single “Dead Memory”, que con sus rotundas
aceleraciones nos invitaba a danzar en círculo.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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