lunes, 10 de julio de 2017

ROCK FEST BCN-1-JUL-2017


LORDS OF BLACK

Indudablemente Lords Of Black son actualmente  nuestra banda con más proyección internacional dentro de la escena del heavy metal. Su carrera ha sido meteórica, así que tras publicar dos fantásticos trabajos, “ Lords Of Black”(2014) , y, “II”(2016), la formación de Tony Hernando ha conseguido granjearse una excelente reputación en directo. Pero sin duda el espaldarazo definitivo a su carrera, -internacionalmente hablando-, ha llegado con la elección de Ronnie Romero como nuevo vocalista de los míticos Rainbow.

Ellos eran los encargados de abrir esta segunda jornada del festival en el Stage Rock, y su triunfo fue incontestable. Desafiando al justiciero sol que azotaba el recinto, los madrileños salieron vestidos de riguroso negro, (haciendo honor a su nombre), y nos dieron una soberana lección de clasicismo metalero con temas como “Merciless” y “Nothing Left To Fear”.

La principal novedad en el seno de la banda vino dada por el debut de su nuevo bajista, Dani Criado (Skizoo, Kaothic), quien se mostró sólido y muy compenetrado con el resto de sus compañeros, especialmente con el batería Andy C.. En cuanto al repertorio escogido consistió en un medley de sus dos trabajos de estudio, alternando piezas como “New World´s Comin´”, con composiciones de su debut como “Lords Of Black”.

Si el cuarteto ya había tenido ocasión de demostrar su imparable potencial en salas, en esta ocasión, en un gran escenario, demostraron tener el temple y la personalidad suficientes para asumir el reto y salir victoriosos. Especialmente destacable me pareció el dominio escénico de un Ronnie Romero que ha crecido mucho como  frontman, moviéndose por todo el escenario mientras cautivaba al personal  durante el épico final de “Shadows Of War”.


Para poner la guinda a una actuación que acabó haciéndose muy corta, el cuarteto optaría por rendir tributo a una de la bandas favoritas del vocalista, interpretando de forma magistral el clásico de Black Sabbath “Neon Knights”. En definitiva, que Lords Of Black se doctoraron ofreciendo un soberbio concierto en uno de los escenarios principales del Rock Fest Barcelona, ratificando que tenemos embajadores para representarnos en cualquier festival del Viejo Continente.

DIRKSCHNEIDER

El incombustible Udo Dirkschneider es siempre una apuesta segura de cara al directo, y, en esta ocasión, con un repertorio especial  plagado de viejas favoritas de Accept el éxito estaba garantizado. Pese a que a priori las 13,30 horas se antojaba una hora muy temprana para la aparición del vocalista teutón, lo cierto es que muchos fueron los que no quisieron dejar pasar la ocasión de volver a cantar junto a la voz que las popularizó una buena retahíla de clásicos imprescindibles dentro del heavy metal. 


Aunque el gran artífice de la formación es el diminuto vocalista, lo cierto es que Udo esta girando actualmente con una banda solida y compacta, compuesta por su hijo Sven a la batería, su fiel escudero Fitty Wienhold al bajo y el tándem de guitarristas que forman Andrey Smirnov y el brasileño Bill Hudson. Respaldados sobre un sonido crudo y potente, así como una sobria puesta en escena la banda no tardaría en hacer que la gente se sumara a la fiesta elevando sus puños al aire para corear trallazos como “Starlight” o el hímnico medio tiempo “Living For Tonite”.

Y es que para muchos resultó un autentico subidón el volver a escuchar temas míticos como “London Leatherboys”, con el trío de cuerda realizando esas clásicas poses ochenteras mientras Udo se retiraba junto a la batería. Tampoco faltaría la invitación al headbanging en piezas como “Breaker” y un tempranero “Retless And Wild”, que ponía el recinto patas arriba.

No habría tiempo para recuperar el aliento, ya que uno a uno irían desfilando temas como “Son Of A Bitch”, un coreadísimo “Princess Of The Dawn”, que ponía a todo el publico a cantar su archiconocida melodía, y un delirante “Fast As A Shark”, con ambos guitarristas batiéndose en un intenso duelo para provocar el extasis de una audiencia cada vez más enchufada.

“Midnight Mover”, fue la elegida par flanquearnos el paso hacia una apoteósica recta final que estuvo compuesta por el hímnico “Metal Heart”; impresionante ver a todos los presentes cantando al unisino su brutal estribillo; “Screaming For A Love- Bite”, para posteriormente poner el cierre por todo lo alto con otra carta ganadora como es “Balls To The Wall”.

Pese al paso de los años Dirkschneider dejó patente  que las buenas canciones sobreviven al paso del tiempo, y la mejor prueba fue ver la cerrada ovación que recibió el quinteto mientras saludaba a sus seguidores al finalizar el show.

SODOM

La carrera de Sodom es un ejemplo de constancia y coherencia. Fieles a su estilo y a sus raíces, la formación capitaneada por el incombustible Tom Angelripper ha permanecido impasible a las modas y al inexorable paso del tiempo. Sin duda habrá quienes no comprendan esa enfermiza pasión por la velocidad ni los constantes guiños a bandas míticas como Venom o Motörhead, pero lo cierto es que los germanos  llevan defiendo su propuesta desde principios de la década de los ochenta.


Con el sol todavía golpeando fuerte sobre nuestras cabezas Sodom aparecían en escena para hacernos sucumbir ante su  torrente de hirientes riffs y ritmos vertiginosos, haciéndonos agitar frenéticamente la cabeza desde que abrieran fuego con “In Retribution” y “In War And Pieces”. Ese toque “old school” que tanto gusta a los amantes del thrash, y que se ha convertido en el nexo de unión entre diferentes generaciones, quedaría plasmado a lo largo de la tortuosa “Sodomy And Lust”, que nos hacia alzar los cuernos en su  apoteósico final.

No frenearían su brutal embestida ni levantarían el pie del acelerador durante todo el tiempo que permanecieron sobre las tablas, de modo  que las encargadas de hacernos estallar la cabeza serían “Outbreak Of Evil” y “M-16”. Los mejores pits de la tarde estarían reservados para “Agent Orange”; que desataba la locura entre las primeras filas, convirtiendo los aledaños del escenario en una auténtica batalla campal. Como viene siendo habitual no faltaría durante su presentación el homenaje al gran Lemmy con una reverencial versión del clásico  “Iron Fist”, que contó con la colaboración de Tore Bratseth de Bömbers.

Las elegidas para permitirnos recobrar mínimamente el aliento serían la irreverente  “City Of God” y “Caligula”. Pero rápidamente  Angelripper y sus muchachos volverían a pisar el acelerador al máximo para darnos la estocada definitiva con  la demoledora “Ausgebombt” y “Bombenhagel”. Rudos, directos y salvajes. Sodom llegaron, descargaron todo su arsenal y se marcharon dejando tras de si a una audiencia devastada.

CARCASS

Tras su regreso, “Surgical Steel” se ha convertido en el álbum que ha consolidado definitivamente a Carcass como una institución dentro del heavy metal. Atrás quedan sus primeros años dentro del underground grindcore y las críticas que recibieron cuando decidieron dar un nuevo impulso a su sonido a principios de la década de los noventa. Pero, a día de hoy, nadie discute el status  que se han ganado a pulso  Jeff Walker y sus muchachos, liderando exitosas giras a ambos lados del Atlántico y copando los puestos de privilegio en los principales festivales del Viejo Continente.


Muchas ganas había de este nuevo asalto del combo británico tras su exitoso  paso por nuestro país liderando el Deathchrusher Tour a finales del pasado 2015. De modo que un buen numero de seguidores, algunos ataviados con vestimenta quirúrgica, aguardaban impacientes su salida. Acompañados de “1985”, el cuarteto irrumpía en escena para desatar la locura entre las primeras final con “316L Grade Surgical Steel”. Pero es que por si no fuera suficiente la brutalidad sonora de los británicos, cabe remarcar que su show estuvo aderezado por las proyecciones que se encargarían de acompañar  los tortuosos desarrollos de la pieza que abría su cuarta entrega discográfica:  “Buried Dreams” .

Aunque Walker es quien ejerce como líder y motor de la banda sobre el escenario, lo cierto es que el resto de sus compañeros estuvieron en todo momento  a un excelente nivel, destacando especialmente el soberbio trabajo a las guitarras que nos ofrecieron Ben Ash y Bill Steer en temas como el corrosivo “Incarnated Solvent Abuse”. Y es que debo admitir que me gustó la rabia y la actitud que derrochó un Walker que se mostró absolutamente imparable  a la hora de encarar temas como “Carnal Forge” o “Cadaver Pouch Conveyor System”.

Pero que nadie piense que los británicos se han olvidado de su pasado, ya que no se dejarían en el tintero algún guiño a su primera época, rescatando para la ocasión viejos clásicos como “Exhume To Consume” o el icónico “Reek Of Putrefaction”. Con un Walker imperial, manejando a su antojo al respetable, llegaba el momento de que todos cantáramos juntos el roquero estribillo de “Keep On  Rotting In The Free World”. Para el final, como no podía ser de otra forma, Carcass se reservaron “Corporal Jigsore Quandary” y la monumental “Heartwork”, que hacía enloquecer al personal y rubricaba una fantástica actuación.

INCONSCIENTES


Los encargados de poner la nota roquera en el escenario Rock Tent fueron Inconscientes, la banda que lidera el guitarrista Iñaki “Uoho” Antón, quienes nos presentarían algunas de las composiciones de su última entrega de estudio “Quimeras Y Otras Realidades”.


Atraídos por el nombre del carismático guitarrista, miembro de Platero y Tú y Extremoduro, un buen numero de seguidores se aproximaron para ver que tal sonaba su banda en directo. Y lo cierto es que su rock n´roll marchoso, vacilón  y con algunos toques bluesy acabó dejándonos unas muy buenas sensaciones.

Aunque el arranque de su concierto fue un tanto extraño, -no supimos diferenciar el final de la prueba de sonido y el inicio del show-, la verdad es que acabaron gustando al personal gracias a los elegantes desarrollos de “Detrás Del Universo”,  y a los roqueros riffs del marchoso “Una vez Más”. Aunque, personalmente, me quedaría con el ejercicio de nostalgia que supuso volver a escuchar el “Voy A Acabar Borracho” de Platero y Tú.

EMPEROR

Para cualquier amante de las sonoridades oscuras y black metaleras la descarga  de los noruegos Emperor resultaba una cita ineludible de cara a esta segunda jornada del festival. Así que aunque a la hora prevista para su actuación, las 20,00 horas, todavía la claridad dominaba el recinto del Parc de Can Zam, bastó que Ihsahn se posicionara en escena  y empezara a desgranar “At Svart (The Oath)”, para que las tinieblas, el sufrimiento y la melancolía impregnaran el ambiente, demostrando que su propuesta no ha perdido un ápice de pegada e intensidad.


Cabe remarcar que los noruegos gozaron  de un excelente sonido, -me atrevería a decir que uno de los mejores de todo el festival-, y que desarrollaron  su propuesta respaldándose  en una puesta en escena muy sobria, con lo  que todo el protagonismo recayó en lo musical, logrando que temas como “Thus Spake The Nightspirit” o “Ensorcelled By Khaos” acabaran noqueando al personal.

Pese a esa sobriedad no faltarían unas altísimas llamaradas que sirvieron para que el show repuntara en intensidad, haciendo que temas como “Curse You All Men!” o “I Am The Black Wizards”, se acabaran convirtiendo en algunos de  los momentos culminantes del show”. En definitiva que Emperor firmaron uno de los mejores conciertos de esta cuarta edición del Rock Fest Barcelona, acercándonos el legado de una banda mítica dentro de la escena black.

DEEP PURPLE

Resultaría imposible entender la evolución del hard rock sin citar el nombre de una banda como los míticos Deep Purple. Ellos era uno de los platos fuertes de esta segunda jornada de festival presentando algunas de las composiciones de su nuevo trabajo “Infinite”, en lo que parece será su gira de despedida.


Seguramente muchos echarían en falta algunos de los clásicos de la formación británica, pero el tiempo era reducido y, aunque este mal decirlo, el actual estado vocal de Gillan hace impensable que el vocalista pudiera salir victorioso a la hora de encarar temas como el mítico “Child In Time”. Pero esto no quiere decir que la banda no estuviera a un excelente nivel, ya que quien tuvo retuvo, y Purple siguen atesorando calidad suficiente para sonrojar a muchos “jovenzuelos” que tras cosechar un par de éxitos se creen el centro del universo.

Y es que si hay algo que les sobra a Deep Purple es temple y elegancia para conectar con sus seguidores a base de grandes canciones y excelsos desarrollos instrumentales. Aunque quizás, para los menos doctos,  fuera este uno de los hándicaps de su actuación: los extensos desarrollos que sirvieron para que Gillan descasara su voz.

En un arranque fantástico los británicos enlazarían “Time For Bedlam”, con el primer gran clásico de la noche “Fireball”, para meterse a la gente en el bolsillo, con un Gillan que no paró de animar al personal. Como suele ser habitual en sus conciertos no faltarían esos trepidantes intercambios entre la guitarra de Morse, que estuvo mas comedido que anteriores ocasiones; y los teclados de Airey en temas como “Bloodsuckers” y una demoledora “Strange Kind Of Woman”, con un esforzado Gillan intentando llegar a las tonalidades más exigentes.

De entras las composiciones de su nuevo trabajo una de las mejor acogida obtuvo fue la marchosa “Jhony´s Band”, mientras que la elegida para mostrarnos toda la grandilocuencia de estos maestros sería “Uncoming Man”. No abandonarían el material  de su anterior trabajo “Now What?!”, ya que la siguiente en sonar sería “The Surprising”.

La vuelta sobre el material clásico de la banda estaría reservada para “Lazy”, antes de proponernos otro golpe de timón que nos acercaría a la novedosa “Birds Of Prey” y “Hell To Pay”. Tras este segmento que sirvió para que la banda diera buena cuenta del material que ha facturado durante los últimos años  Airey se embarcaría en un fantástico solo de teclados que incluyó un fragmento de “Els Segadors”.

“Space Truckin´” volvería a desatar la euforia entre sus fans más veteranos convirtiéndose en la antesala perfecta del aclamado “Smoke On The Water”, que con proyecciones del incendio del Casino de Montreux ponía a todo el mundo a cantar su archiconocido estribillo. El momento de bailar llegaría con su versión del “Hush” de Joe South. Ya en las postrimerías del show llegaría el momento de Roger Glover y su solo de bajo. Mientras que la escogida  para finiquitar la que probablemente fue la última descarga de Purple en tierras catalanas fue  el mítico “Black Night”.

EXCITER

Citados como una de sus influencias por varias generaciones de músicos, Exciter se han convertido en un nombre de culto dentro del underground metálico. Evidentemente, a estas alturas no creo que los canadienses precisen de ninguna clase de presentación, pero si algún despistado esperaba encontrarse con unos músicos técnicos y melódicos no podía estar más equivocado.


Con el nombre de la banda presidiendo el escenario Rock Tent y con un ligero retraso sobre el horario inicialmente previsto, el trío de Ottawa aparecía en escena recubierto de cuero y tachas, dispuesto a no hacer prisioneros y pisar  el acelerador al máximo desde que abrieran con  esa rotunda declaración de intenciones que es “I Am The Beast”.

Sucios, rápidos e irreverentes, los canadienses son una formación que tiene la extraña capacidad de no dejar indiferente a nadie: o los amas o los odias. Con ellos no existe termino medio. Así que estaremos de acuerdo en que no sonaron bien, nunca lo hicieron. Quizás su batería y vocalista Dan Beehler se fuera de tono en más de una ocasión. Pero lo que nadie puede reprochar a estos pioneros del speed metal es la actitud y autenticidad que derrocharon en zarpazos certeros como “Victims Of Sacrifice” o el descomunal “Heavy Metal Maniac”.

Pero no todo iba a ser velocidad y caña desenfrenada. Así que también tendríamos ocasión de sumergirnos en  las ambientaciones  oscuras y demoniacas del lúgubre “Beyond The Gates Of Doom”, que nos flanqueaba el paso hacia el humeante final que protagonizó “Long Live The Loud”.

En definitiva, seguro que su descarga no les sirvió para conseguir nuevos adeptos a su causa. Pero  seguro que sus incondicionales disfrutaron al máximo meneando la cabeza mientras cantaban con el puño en alto  los delirantes estribillos de “Iron Dogs” y  “Stand Up And Fight”.

ALICE COOPER


La descarga de Alice Cooper era uno de los platos fuertes de esta segunda jornada del festival. Y es que Mr. Furnier lleva toda una vida escandalizando y rompiendo moldes sobre los escenarios. Evidentemente, dentro de una trayectoria tan larga habrá quien se decanté por una u otra etapa. Pero resulta incuestionable que sus conciertos siempre son sinónimo de espectáculo, actitud y, ante todo, rock n´roll.


Cuando las agujas del reloj marcaban la media noche, -no podía ser de otra manera-, empezaba a retumbar a través del P.A. la introducción que nos conduciría sobre el primer tema de la noche, el machacón “Brutal Planet”. Como no podía ser de otra forma, su entrada fue triunfal y espectacular, rodeado de fuego y empuñando uno de sus míticos bastones.

Sin apenas tiempo para reponernos del impacto inicial llegaba el momento de viajar en el tiempo con dos cartas ganadoras como son “No More Mr. Nice Guy” y un celebradísimo “Under My Wheels”, que hacían que todo el mundo se pusiera a cantar mientras el escenario se cubría de humo y la guitarrista Nita Strauss daba el pistoletazo de salida a su particular recital. Naciendo del último acorde del tema anterior arrancaba “Lost In America”, que con su crítica letra  ponía de manifiesto la convulsa actualidad de la sociedad americana.


Muchas fueron las chaquetas que exhibió el vocalista a lo largo de la velada, ya que para cada tema eligió un modelo diferente. Así que para “Pain” se decantaría por una larga de color de fuxia  mientras en su mano portaba una fusta con la que se castigó en la pierna en repetidas ocasiones. Tampoco faltaría el sable repleto de dólares durante “Billion Dollar Babies”.

La fiesta no se detendría, de modo que para “The World Needs Guts”, Alice optaría por un look mucho mas roquero, recurriendo a la clásica chupa de cuero repleta de techas y pinchos, mientras su fiel escudero, el bajista Chuck Garric, era quien se encargaba de espolear al público para que cantara el estribillo. Uno de los pocos momentos en los que el veterano vocalista desapareció de escena fue durante el fantástico solo que nos ofreció Nita Strauss, quien nos deleitó con una sucesión de poses clásicas de los guitar-heros de los ochenta.

La vuelta de Cooper llegaría con uno de sus singles más radiados y exitosos “Poison”, que sonó fresco y potente, poniendo de manifiesto que el tema ha envejecido muy bien, ya que más de 25 años después sigue conservando toda su garra e intensidad. Como si fuera el director de pista de un circo, engalanado con Chistera y batuta, el vocalista dirigiría primero a sus compañeros  y luego al respetable  durante “Halo Of Flies”, que con una rotunda ovación cerraba este primer acto del show.

Hasta ese momento Alice Cooper nos había ofrecido un show sobrio y trepidante, en el que todo el protagonismo había recaído sobre las canciones. Pero sería a partir de este momento cuando empezaron las sorpresas y…,  ¡el espectáculo! La locura se desató cuando el escenario se quedó a oscuras y empezó a sonar la introducción que nos anunciaba “Feed My Frankenstein”, para que acto seguido el vocalista apareciera vestido con una bata blanca  ensangrentada justo antes de convertirse en un gigantesco monstruo. La función había comenzado, y durante el roquero “Cold Ethyl”, Alice bailó, zarandeó y maltrató a una muñeca que emergió  de un cajón situado frente a la batería.

El particular “idilio” entre Alice  y su muñeca, (ahora de carne y hueso), proseguiría a lo largo del dramático “Only Women Bleed”, que nos hacía cambiar el paso mientras Strauss acariciaba su guitarra de doble mástil. La fuerza roquera retornaría con los pegadizos estribillos de “Escape”. Pero la huida no saldría bien ya que durante el tramo final Alice sería capturado para posteriormente acabar sometido a una enfermera que le colocó una camisa de fuerza. El trágico final llegaría con “Killer” y “I Love The Dead”, en la que fuimos testigos de cómo el vocalista era decapitado y su cabeza exhibida cual trofeo mientras todos cantábamos al unísono el estribillo en un final memorable.

No tardaría en resucitar el protagonista de nuestra función para regalarnos un apoteósico “I´m Eighteen”, que interpretó blandiendo una muleta mientras nos volvía a hacer cantar. La rubrica a una actuación espectacular vendría de la mano del clásico “School´s Out”, que fue acompañado por un fragmento de “Another Brick In The Wall”, mientras una  intensa lluvia de confeti convertía  el recinto en una fiesta, y más cuando en escena apareció el guitarrista de Aerosmith, Joe Perry.

SAXON


Parece difícil que una banda que se prodiga tanto en nuestros escenarios pueda seguir conservando la capacidad de sorprendernos. No creo que a estas alturas nadie tuviera dudas de que Saxon iban a ofrecer un concierto a la altura de su leyenda. Pero lo que pocos esperábamos era  el fastuoso montaje que nos tenían preparado  el incombustible Biff Byford  y sus muchachos.


Si ya nos ofrecieron un concierto magistral en su anterior aparición en este Rock Fest Barcelona,  en esta ocasión, sin un nuevo trabajo que presentar, los británicos nos regalaron  un show apoteósico, con un sonido y un montaje de verdaderos cabezas de cartel. Un escenario repleto de antorchas, banderolas, escalinatas,  un telón fondo que reproducía la vidriera de una catedral y sendas estatuas de leones situadas a los lados conferían al escenario el aspecto de un antiguo templo. Pero no sería está la única sorpresa de su descarga,  ya que durante la actuación no faltarían: el fuego, las columnas de humo, y, como no, su mítico  águila de luces. 

Como decía, Saxon llegaban dispuestos a convencer y arrasar con todo a su paso, y la mejor prueba fue ese brutal  arranque con uno de sus clásicos más aclamados "Crusaders", que nos dejaba a  Biff paseándose triunfal por el escenario, pasando revista a su legión de incondicionales ataviado con una de sus clásicas casacas largas. Tras meterse a la gente en el bolsillo su visceral ataque proseguiría con una pieza de su último redondo  "Battering Ram", cuyo estribillo  fue coreado como si de un clásico se tratara mientras el carismático vocalista oteaba el horizonte posicionado sobre la tarima de la batería. 


Y es que los británicos consiguieron que la intensidad del show no decayera en ningún momento. Así que tras hacernos cantar uno  de sus nuevos himnos llegaba  el momento de volver la vista atrás para rescatar "Motorcycle Man" y la rotunda "Sacrifice", cuyo estribillo fue acompañado por unas altísimas columnas de humo. No habría durante su actuación tiempo para largas charlas ni discursos, dejándonos a una banda que supo conectar con el público y sacar partido de la hermandad metalera en temas como "Power And The Glory".

El fuego se apoderaría del escenario a lo largo de “20,000 Ft”, desatando la euforia de una audiencia que a estas alturas había ya capitulado ante la potencia de unos Saxon inconmensurables. Una nueva mirada sobre su trabajo de 1983 nos conduciría sobre el mítico “The Eagle Has Landed”, con la irrupción  del águila para desatar la euforia de una audiencia completamente entregada. El nivel de intensidad no decrecería durante el inevitable “Solid Ball Of Rock”, con el nombre de la banda siendo devorado por las llamas en las pantallas que flanqueaban el escenario, y la épica  “Battalions Of Steel”.

Como ya sucediera en su última visita por salas, el incombustible vocalista nos propondría escoger entre dos temas para continuar con  el show. Pero viendo la respuesta del respetable finalmente acabaron tocando las dos. En primer lugar atacarían   una alargada versión de “Strong Arm Of The Law”, con la gente cantando el estribillo mientras Biff no paraba de saltar; y posteriormente castigarían  nuestras cervicales al son de  “Heavy Metal Thunder”.

Para encarar la recta final de su actuación se decantarían  por “Wheels Of Steel” y el hímnico “Demin And Leather”. Antes de abandonar el escenario Biff nos anunció que la banda está ya trabajando en su nuevo disco que verá la luz a principios del próximo año. El colofón definitivo para su vibrante actuación llegaría de manos de un brutal  “Princess Of The Night”. Incombustibles al paso del tiempo Saxon siguen sentando cátedra allá por donde pasan, y su actuación en el Rock Fest Barcelona fue la prueba definitiva de que Biff y sus muchachos no tienen en mente retirarse.

´77

Pese a que el día había sido muy  largo, cuando finalizaron las actuaciones en los dos escenarios principales la acción se trasladó al escenario Rock Tent,  donde los barceloneses  ´77 dispondrían de 45 minutos para hacernos bailar y cantar al son de sus composiciones de esencia clásica y añeja.

Respaldados sobre el adrenalítico sonido de sus guitarras la formación que lideran  los hermanos Valeta arrancó su actuación de la mejor forma posible, presentándose a los que todavía no les conocían con “We´re ´77”, para rápidamente dejar que LG se desmadrara mientras atacaba el marchoso  riff de “High Decibels”.

Era tarde, estábamos cansados; pero a estas alturas no creo que nadie pudiera resistirse a mover los pies siguiendo el ritmo de la vacilona pieza que inaugura su último redondo “Nothing´s Gonna Stop Us”, “It´s Alright”. Evidentemente, el jugar en casa acabó siendo clave para que la descarga de ´77 se convirtiera en un auténtico desmadre,  gracias en gran medida a ese sprint final que protagonizaron  “Tightrope”, “We Want More Rock N Roll” y su versión del clásico de Queen “We Will Rock You”; que ponía a todo el personal a cantar.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFONSO DIAZ y ALFREDO RODRIGUEZ

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