Tras
tres intensos días de música y diversión la tropa empezaba a acusar el
cansancio acumulado, así que el mejor remedio para combatir el calor era
confiar en la calidad y la entrega de Eclipse.
Los suecos desafiaron el bochorno de primera hora de la tarde y
supieron conectar con un público que no dudó en sumarse a la fiesta
acompañando temas como "Vértigo" y "Bleed & Scream", que les servían
como perfecta carta de presentación para quienes todavía no les
conocían.
Comandados
por un sonriente Erik Martensson, que apareció en escena luciendo una
chupa negra, la banda desplegó toda la potencia y elegancia de su hard
rock insuflando con el pegadizo "Wake Me Up", todo su optimismo y
vitalidad. Pero no todo iban a ser guitarrazos y carreras por el
escenario, ya que Eclipse no se dejarían en el tintero los aromas
acústicos de "Battlegrounds", pero lo cierto es que fue tan solo una
fugaz pincelada, ya que las guitarras volverían a recobrar todo el
protagonismo en "Downfall Of Eden".
Con
una audiencia cada vez más desatada y animada el combo sueco encararía
la recta final, haciéndonos saltar a todos mientras elevábamos las manos
al aire para acompañar "Black Rain", "Blood Enemies", mientras que el
colofón definitivo para una actuación que pasó como un suspiro fue la
inevitable "Stand On Your Feet".
TANKARD
Tras
la clase de elegancia y hard rock que nos ofrecieron Eclipse tocaba cambiar
radicalmente de registro y arrojarnos en los brazos de los germanos Tankard.
Pocas bandas hay que personifiquen tan bien la diversión y el buen rollo como
el cuarteto de Frankfurt. Seguramente habrá quienes piensen que Gerre y
sus muchachos quedaron “congelados en el tiempo”, pero lo cierto es que siguen
exprimiendo con éxito la fórmula que les dio fama durante la década de los
ochenta.
Un frontman alocado: que corre, baila y se baña literalmente en cerveza, y una banda sólida, solvente y con ganas de hacer mover al personal con clásicos como “Zombie Attack” fue la mejor excusa para que los más animados empezaran a danzar en círculos. Durante su escueta presentación no hubo tiempo para alardes de virtuosismo ni medios tiempos, únicamente para esos ritmos rápidos y fiesteros que se han convertido en su seña de identidad. Así que uno tras otro fueron cayendo himnos como “The Morning After”, o el desquiciante “Rapid Fire”, de su aclamado “A Girl Called Cerveza”
Tampoco
se olvidarían de presentar algún tema de su flamante nuevo trabajo,
ofreciéndonos temas como el propio “One Foot In The Grave”, que sonó como toda
una declaración de intenciones mientras el orondo vocalista se golpeaba
repetidamente la panza con el micrófono. Pero no sería este el único tema en el
que los germanos dejarían clara su filosofía desenfadada, fiestera y
caótica, ya que sin darnos ni un segundo de tregua se abalanzaron sobre “R.I.B.
(Rest In Beer)” , que nos dejaba a la gente alzando sus cervezas al aire para
corear su matador estribillo.
La
anécdota de la tarde llegaría cuando durante la introducción de “Chemical
Invasion”, Gerre sacó a escena a Marcos Rubio, el jefe del Leyendas, para bailar
agarrados. Entre las carcajadas de los presentes los germanos continuarían
repasando su extensa discografía, haciendo escala en esta ocasión en su trabajo
de 2014 “Vol(l)ume 14”, del que rescatarían el corrosivo y machacón “Rules For
Fools”.
Como
no podía ser de otra forma Gerre y sus secuaces no se olvidarían de proclamar
su amor eterno a la cerveza con el cachondo y disparatado “A Girl Called
Cerveza”, para acto seguido dejar que la encargada de poner el broche
definitivo a su actuación fuera la inevitable “Empty (Tankard)”, que volvía a
desatar la euforia entre un personal que se lo pasó en grande con ellos.
SARATOGA
La
primera banda nacional en pisar los escenarios principales en esta última
jornada del Leyendas eran Saratoga. Imparables, desde que volvieran a la
carretera con la inclusión nuevamente del batería Dani Pérez y el guitarrista
Jero Ramiro los madrileños están en un excelente estado de forma, y la mejor
prueba la tuvimos el pasado año con la edición de su último trabajo “Morir En
El Bien, Vivir En El Mal”.
Ante
un buen numero de incondicionales Saratoga salieron al escenario a por todas,
golpeándonos en el arranque con la potencia de un clásico como es “Tras Las
Rejas”. Comandados por un Tete Novoa absolutamente titánico, -que día a día
se reivindica como una de las mejores voces de la escena nacional-, el
cuarteto nos ofreció un detallado repaso por los mejores momentos de su
discografía, logrando que temas como “Maldito Corazón”, fueran coreados con
auténtica devoción por sus incondicionales.
Lamentablemente
el sonido no les acabó de acompañar, ya que la guitarra de Jero sonó algo
embarullada y en muchas ocasiones quedó sepultada bajo la pared sonora que
crearon Dani y Niko. Peso a ello, el nivel de entrega del respetable no
decreció y la euforia continuaría en aumento cuando la gente alzó sus puños al
aire para corear “Las Puertas Del Cielo” y “No Sufriré Jamás Por Ti”.
Pese
a que el ritmo del show fue ágil y muy intenso, Tete, -con la iguana dibujada
sobre el pecho-, no desaprovechó la oportunidad para recordarnos que la
banda celebra en estos días su 25 aniversario justo antes de atacar dos piezas
de su último redondo “Mi Venganza” y “Morir En El Bien, Vivir En El Mal”,
que gozaron de una fantástica acogida.
Una
nueva mirada al pasado serviría como pretexto para que Tete nos confesara que
“Vientos De Guerra” siempre fue una de sus favoritas. Un pequeño ejercicio
solista a cargo de Dani se convertiría en el preámbulo perfecto para uno de los
temas más celebrados de la tarde, el potentísimo “Heavy Metal”, que sonó como
toda una declaración de intenciones.
Para
encarar la recta final de show recurrirían al clasicismo powermetalero de “Como
El Viento”, para posteriormente dejar que el recinto volviera a cantar para
acompañar las estrofas de “A Morir” mientras Tete se aproximaba a las primeras
filas. Como viene siendo habitual en todas sus presentaciones la elegida para
poner el broche definitivo a su actuación fue “Perro Traidor”, con Niko
maltratando su bajo para dejar tras de si a un público que se quedó con ganas
de más.
MAGNUM
Cada
año el Leyendas nos brinda la oportunidad de ver en acción a alguna banda de
las verdaderamente clásicas para todos los amantes del hard rock. Pues bien, en
esta XII edición la apuesta era doble, ya que si el viernes pudimos disfrutar
de la actuación del incombustible Phil Mogg y sus UFO, de cara a esta última
jornada tendríamos ocasión de deleitarnos con la presencia de Magnum, que
presentaron algunas de las composiciones de su última entrega "Sacred
Blood Divine Lies".
Ya
habíamos tenido ocasión de comprobar en sus diferentes apariciones con
Avantasia que el carismático Bob Catley sigue conservándose en un estado
de forma envidiable. Pero si el vocalista es la imagen de la banda, había que
comprobar si todavía la magia entre él y el guitarrista Tony Clarkin
continuaba viva. Evidentemente no creo que nadie esperase un show
explosivo y lleno de potencia guitarrera, ya que los ingleses siempre se han
caracterizado por la elegancia y el buen gusto a la hora de tratar las
melodías, y su concierto de esta tarde de sábado no fue una excepción.
En
cuanto al repertorio debo admitir que me sorprendió, ya que su último redondo
gozó de un destacado protagonismo, hasta cuatro temas cayeron del mismo.
Mientras que el resto del material que interpretaron pertenecía a dos de sus
obras más exitosas de la década de los ochenta: "On A Storyteller's
Night"(1985) y "Vigilante"(1986). Sin embargo, su entrada estuvo
marcada por otra de esas composiciones que se han convertido en imprescindibles
para cualquier seguidor de la banda "Soldier Of The Line".
Como
era previsible el sonido fue casi perfecto, haciendo que pudiéramos disfrutar
de todos los detalles y arreglos que contienen temas como "On A
Storyteller' s Night". Pese a que durante los primeros compases del show
Catley se mostró algo impreciso, lo cierto es que a medida que fue avanzando la
tarde el vocalista consiguió alcanzar el nivel al que nos tiene acostumbrados.
Una vez más, el veterano frontman nos volvió a encandilar con sus soberbias
interpretaciones y con esa forma tan personal de gesticular, dando la impresión
de que nos narraba una historia al atacar las estrofas de las novedosas
"Sacred Blood "Divine" Lies", "Crazy Old Mothers"
y la emotiva "Your Dreams Won' t Die".
Tras
haber centrado su objetivo en su plástico del pasado año, que mejor que
recuperar la grandilocuencia y majestuosidad de "How Far To Jerusalem",
que hacia que la gente se sumará a Catley para cantar su pegadizo estribillo.
Algo más desapercibida pasó otra de las nuevas "Twelve Men Wise And
Just". Pero rápidamente los británicos volvieron a captar la atención del
respetable con una doble ración de su trabajo de 1985, que consistió en
"Les Morts Dansant" y "All England's Eyes".
Encarando
la recta final de un show que estuvo marcado por la clase y la elegancia, los
británicos seguirían tirando de su material clásico, dando buena cuenta de las
pegadizas melodías de "Vigilante", para posteriormente dejar
paso como colofón definitivo a esa gema que es "When The World Comes
Down". En definitiva, para algunos la actuación de Magnum fue
un buen momento para descansar y acumular fuerzas de cara a la recta final del
festival. Mientras que para otros fue una excelente ocasión para ver en acción
a una banda mítica dentro de la escena europea.
SABATON
La
carrera de Sabaton hacia el olimpo del heavy metal resulta incuestionable, ya
que, lejos de estancarse en su estatus, los suecos continúan asumiendo nuevos
retos y desafíos. Ya no se conforman con ocupar los lugares de privilegio en
los festivales europeos, sino que en su última gira se llevaron como
compañeros de viaje a unos pesos pesados como los germanos Accept. No era
esta la primera ocasión en la que las huestes capitaneadas por el vocalista
Joakim Brodén y el bajista Pär Sundström pisaban el escenario del Leyendas,
pero en esta tercera visita los suecos llegaban respaldados por su artillería
pesada. Y es que tras haber triunfado en sus anteriores apariciones, Sabaton
arribaban a Villena para ser el plato fuerte de esta cuarta y última jornada
del festival.
Tal
y como nos habían anunciado el escuadrón de Falun puso toda la carne en el asador, plantando su
famoso tanque en primera línea de fuego. Pero esta no fue la única sorpresa que
nos tenían preparada, ya que la pirotecnia, el humo y el fuego contribuyeron a
dotar a su espectáculo de una mayor carga épica. Tampoco faltaron sus
pantalones de camuflaje, los cascos y la metralletas colgadas de los pies
de micro, y una pantalla trasera que se encargaría de documentar con imágenes
muchos de los pasajes históricos que narran sus letras. Si buena fue la
producción, el sonido también estuvo a la altura, haciendo que el personal no
dejase de saltar y cantar durante todo el show. Cabe remarcar que si en
anteriores ocasiones Joakim se había mostrado demasiado farragoso en sus
discursos, en esta ocasión, estuvo bastante más comedido, lo que contribuyó a
que el concierto fuera más dinámico y ameno.
Desde
que concluyó el show de Rhapsody la tensión podía palparse en el ambiente. Así
que tras sonar el outro de los italianos pudieron escucharse los primeros
cánticos que reclamaban la presencia de los suecos en escena,… pero todavía
tuvimos que esperar un rato. No fue hasta que empezó a sonar a través del P.A.
“In The Army Now”, que la gente empezó a centrar su atención sobre el
escenario. Como viene siendo habitual la encargada de llamar al personal a
filas fue “The March To War”, para dejar paso a la primera salva de explosiones
que daban la entrada al implacable “Ghost Division”. Ataviado con su clásico
chaleco y sus inseparables gafas de sol, Joakim se mostró como un frontman
sólido y convincente, liderando a sus compañeros mientras dirigía de forma
magistral a una audiencia completamente desatada.
Con
la primera ovación todavía retumbando las columnas de fuego hacían acto de
presencia durante el tramo inicial de “The Art Of War”, con Pär elevando
sonriente su bajo al cielo para invitar al respetable a sumarse a la fiesta.
Sin dejar que el nivel de excitación decreciese Joakim tomaría el centro del
escenario para invitarnos a viajar a Escocia con un “Blood Of Bannockburn”, que
les quedó matador, con esas gaitas pregrabadas que hacen que el tema tenga un
regustillo especial.
Tras
semejante arranque la respuesta del respetable fue corear el nombre de la banda
en repetidas ocasiones ante la mirada de un Joakim que parecía superado por la
situación. Pero si alguien pensaba que los suecos se iban a relajar tras
recibir el primer baño de masas no podía estar más equivocado, ya que
nuevamente el fuego sería el encargado de acompañar la llegada de una de las
favoritas del respetable “Attero Dominatus”, que hacía que el recinto se
viniera abajo, con un Joakim en plan estelar dirigiendo los coros entre
altísimas llamaradas.
Quizás
la única pega que se puede poner al directo de Sabaton es el uso excesivo de
elementos pregrabados, lo que propicia que temas como “The Last Stand” acaben
sonando algo mecánicos y sintéticos. Pero, en cualquier caso, para
compensar esa frialdad esta la entrega y la garra de una banda que no deja de
moverse por el escenario mientras interactúa constantemente con las primeras
filas. Sin duda uno de los momentos álgidos de esta primera mitad del show
estuvo protagonizado por el demoledor “Panzerkampf”, que aunaba las voces de
todos los presentes antes de que un estruendoso disparo diera por finalizado el tema.
De
entre las composiciones de su última entrega discográfica “The Last Stand”, una
de las que mejor acogida obtuvo fue la hímnica “Sparta”. Pero no tardaría en
regresar la velocidad con ese trallazo incontestable que es “Screaming Eagles”,
que dejaba paso a una de las más coreadas de la noche, la imprescindible
“Carolus Rex”. Con Pär y Joakim ocupando el centro del escenario la gente
empezó a corear la melodía de “Swedish Pagans”, y la banda no tuvo más remedio
que dar a sus fans lo que les
demandaban.
Las
proyecciones que acompañaron a “Diary Of An Unknown Soldier”, se convertirían
en el preámbulo perfecto para la épica “The Lost Battalion”, durante la que
Joakim y el guitarrista Tommy Johansson protagonizaron una divertida disputa.
Con la gente coreando nuevamente el nombre de la banda, Joakim nos haría callar
para comentarnos que el siguiente tema trataba sobre el cerco de Viena, así que
todos sabíamos que la siguiente en caer sería “Winged Hussars”, que acompañada
de una generosa ráfaga de pirotecnia ponía el punto y seguido a un show
impecable.
Para
el encore el escuadrón sueco se reservaría la siempre efectiva “Night Witches”,
un descomunal “Primo Victoria”, que hacia que el recinto se convirtiera en un
ejercito de brazos que se alzaban al aire. Tampoco faltaría en este sprint
final un último guiño a su más reciente trabajo con “Shiroyama”. Para dejar que
el fin de fiesta definitivo llegase con los cánticos y los bailes que
acompañaron a “To Hell And Back”.
Tras
la actuación baño de masas para unos Sabaton que se marcharon con la vitola de
ser uno de los grandes triunfadores de esta XII edición del Leyendas Del Rock.
Ahora tan sólo queda una duda en el aire: ¿Han alcanzado Sabaton su
techo… o están dispuestos a seguir escalando posiciones?
NERVOSA
A
tenor de lo visto no me cabe la menor duda de que las brasileñas Nervosa
arribaban al Leyendas con la consigna clara de poner patas arriba el escenario
Mark Reale, ... y la verdad es que lo consiguieron, facturando una de las
descargas más salvajes e incendiarias de la jornada. El trío de Sao Paolo había
visitado con anterioridad los escenarios de nuestro país, pero la de esta noche
fue la descarga que les tiene que catapultar como una banda importante en
nuestro país de cara a los próximos años, ya que mostraron una entrega y una
actitud que para si quisieran muchas bandas que tienen más prestigio y
trayectoria.
Como
un vendaval tropical desatado las brasileñas irrumpieron en escena dispuestas a
machacar al personal recurriendo para ello a la voracidad de unas composiciones
que rezuman clasicismo thrashero por los cuatro costados. De modo que piezas
como "Failed System" o la descomunal "Death!", sirvieron
para crear una conexión entre banda y público que se mantuvo durante todo el
show.
Si
las cariocas lo dieron todo sobre las tablas, el animado público que abarrotó
el recinto tampoco se quedó atrás, con una sucesión continua de pogos y
circle-pits que acompañaron los críticos
textos del reivindicativo "Intilerance Means War" y el primerizo
"Masked Betrayer". Tampoco faltaría entre las primeras filas la
bandera de su país que hizo que las chicas se sintieran como en casa.
Especialmente
cercana se mostró su bajista y vocalista Fernanda Lira, que presentó
todos los temas en un correcto castellano, lo que propició que se creará un
vínculo de cercanía y hermandad que hizo que trallazos como
"Hostages" y "Victim Of Yourself", se acabaran convirtiendo
en los momentos álgidos de una incendiaria descarga.
A
lo largo de su presentación Nervosa repasaron todos y cada uno de sus
lanzamientos, haciendo especial hincapié en su última entrega
"Agony", del que no se dejaron en el tintero piezas que están
llamadas a convertirse en clásicos dentro de su repertorio como "Theory Of
Conspiracy". Fernanda también aprovechó la ocasión para presentarnos a su
nueva incorporación, la batería Luana Dametto que se mostró sólida, compacta y
perfectamente acoplada al engranaje de la banda.
También
me gustó mucho la aportación del otro pilar de la banda, la guitarrista Prika
Amaral, que alternó sus devastadores riffs y esos fraseos salvajes e
incendiarios que hacían que el personal no pudiera dejar de agitar
frenéticamente la cabeza. Como decía al inicio, las brasileñas arrasaron a su
paso por el Leyendas, y la mejor prueba fue ver ese descomunal sprint final con
un alocado "Into The Moshpit", y el baño de masas que se dieron tras
el show, con la gente pidiendo insistentemente otro tema que finalmente no
cayó.
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