Fiel a su cita anual
con el público catalán el incombustible Udo Dirkschneider regresaba al Razzmatazz 2
para ofrecer a sus incondicionales una nueva ración del material que grabó
junto a la banda que le dio fama internacional: Accept. Si en su anterior
visita bajo la denominación de
Dirkschneider, el carismático vocalista
de Wutterpal se dedicó a repasar algunos de los himnos de su primera etapa al
frente de los de Solingen, de cara a este
"Back To The Roots Part 2" el protagonismo recayó en el
material publicado durante la década de los noventa, aunque no faltaron algunos
guiños a "Russian Roulette",
ni varios de los míticos himnos de sus primeros trabajos.
Como acto previo
antes de la aparición del protagonista de la noche y sus acompañantes
contaríamos con el concurso de un nombre mítico dentro de la escena británica
del heavy metal, Raven, quienes dieron buena cuenta de sus temas más
emblemáticos, amén de ofrecernos un par
de suculentas muestras de su último redondo "Extermination", que veía
la luz a principios del pasado 2015.
Hace escasamente un
par de meses la formación que lideran los hermanos Gallagher estuvo descargando
en la duodécima edición del Leyendas, donde dejaron unas fantásticas
sensaciones tras demostrar que están en un buen momento de forma. Debo
admitirlo, me sorprendió que a la hora prevista para el inicio de su show la
sala presentará un frío ambiente. Sin duda propiciado por su temprana aparición
y por la intensa tormenta que cayó esa tarde en la Ciudad Condal.
Afortunadamente esto no amedrentó a la mítica formación británica que apareció
en escena dispuesta a dar muestras de su
clase y veteranía desde que abrieron
fuego con "Destroy All Monsters".
Comandando una alineación
clásica de trío John,
con micrófono de diadema, no tardó en invitar al respetable a sumarse a la
fiesta con la llegada del primer clásico de la noche "Hell Patrol", dejando
patente que no ha perdido potencia en
sus característicos agudos. La comunión entre los británicos y sus seguidores
fue en aumento gracias a la pegada de "All For One", que era la excusa
perfecta para que todos coreáramos su contagioso estribillo mientras Mark se
dedicaba a maltratar su guitarra. Y es que la puesta en escena de Raven fue
eléctrica y muy dinámica, con ambos hermanos moviéndose frenéticamente por el escenario para intercambiar
constantemente sus posiciones, consiguiendo que los más veteranos disfrutarán
al máximo de temas como "Hung, Drawn & Quartered", y el efectivo
"Rock Until You Drop”.
Como era previsible,
la sala fue tomando colorido a medida que avanzaba el show, así que cuando la
banda encaró la segunda mitad de su presentación con la última muestra de su
más reciente entrega discografía "Tank Treads (The Blood Runs Red)",
el local presentaba algo más de media entrada. El guiño a sus raíces más
netamente speedmetaleras llegó con los humeantes riffs de "Faster Than The
Speed Of Light", que acabaría fundiéndose con la machacona "FirePower",
con la que redondeaba la celebrada dupla extraída de su segundo trabajo
"Wiped Out".
Con la guitarra de
Mark marcando el riff, John no vaciló y abandonó el escenario para acercarse a
las primeras filas y anunciar el siguiente tema "On And On", que nos
ponía a todos a cantar. El clasicismo de la N.W.O.B.H.M.,
quedaría patente con un rotundo "Break The Chain", que fue rematado
por un fugaz pasaje del clásico de UFO "Rock Bottom". El último
destello para la hora de
clasicismo metalero que nos ofrecieron Raven estuvo reservado para "Crash
Bang Wallop", que dejaba patente que pese al paso de los años los de
Newcastle no han perdido su entrega y pasión por el
heavy metal.
Mientras consumíamos
la espera, amenizada con viejas
favoritas de Judas Priest y Ac Dc entre
otros, el personal se apresuraba a tomar posiciones en una sala que acabó
cubriendo las tres cuartas partes de su aforo total. Como era previsible la mayoría de los asistentes
superaba holgadamente la treintena, aunque en la parte trasera del local
pudimos ver a varios niños haciendo
headbanging junto a sus padres. Y es que
la cita se presentaba como una gran fiesta de heavy metal, con Udo encabezando
la formación que completan su propio hijo Sven a la batería, su fiel escudero
el bajista Fitty Wienhold, y los guitarristas
Andrey Smirnov y el brasileño Bill Hudson.
Con los músicos
posicionados sobre las tablas y tras la habitual introducción el show arrancaba
con la dinámica reptante de “The Beast Inside”, pero no fue hasta la mitad
de la primera estrofa que el carismático frontman apareció en escena luciendo
su habitual indumentaria de camuflaje. No fue el típico arranque eléctrico y
explosivo, de modo que la respuesta del público no fue tan entusiasta como de
costumbre. Afortunadamente la dinámica cambió radicalmente con “Aiming High”,
que con sus característicos coros marca de la casa
propiciaba que los primeros puños se
alzaran en dirección al escenario.
Tras recabar una
calurosa ovación llegaba el momento de “Bulletproof”, en el que destacó el
trabajo solista del nuevo fichaje de la banda, Bill Hudson, quien nos deleitó
con una buena ración de poses a lo “guitar-hero”. No abandonarían el material
del disco que marcó la vuelta de Udo a Accept “Objection Overruled”, ya que la
siguiente en sonar fue la hímnica “Slaves To Metal”, que fue coreada
reverencialmente por una audiencia que poco a poco iba entrando en el show.
Pese a ello, se
empezaron a escuchar los primeros comentarios sobre un repertorio que a más de
uno pilló con el pie cambiado, ya que, lejos de centrarse en los temas clásicos
de Accept, Udo optó por una colección de composiciones menos habituales como
“Another Second To Be”, el corrosivo “Protectors Of Terror”, o “Fight It Back”. Para el que suscribe una de
las sorpresas agradables de la noche fue “Can´t Stand The Night”, una vieja
gema contenida en “Breaker” que parece haber sido relegada al ostracismo.
Transcurriendo por
derroteros melódicos la velada prosiguió
con un nuevo guiño a “Objection Overruled”, de manos de un coreado “Amamos La Vida”.
Pero no tardarían en cambiar de nuevo el paso para volver a reclamar la
colaboración del respetable durante “Stone Evil”, que acabó recabando una
rotunda ovación. Aunque como comentaba, el repertorio de esta noche estuvo muy
centrado en el material que Accept facturaron durante la década de los noventa,
la única concesión que se permitieron a “Predator”, llegó con el roquero “Heart
Attack”, que nos dejaba a toda la sala acompañando con palmas.
Como viene siendo
norma en sus últimas giras, Udo cedió bastante protagonismo escénico al resto
de sus compañeros, dejando que Smirnov y Hudson se apoderaran del centro del
escenario durante el intercambio solista de “Love Child”. Siguiendo una clara
línea ascendente, el nivel de revoluciones y de excitación del personal
seguiría en aumento con una acelerada versión de “Objection Overruled”, cuyo
coreable estribillo llegó acompañado de cuatro columnas de humo mientras el
escenario se teñía de rojo para convertirse en uno de los punto álgidos de la
velada.
Antes de abandonar
el escenario por primera vez, el quinteto todavía tuvo ocasión de regalarnos
“X-T-C-“, y la pieza que daba título al plástico que Accept publicaron en 1985
“Russian Roulette”. Para su retorno sobre las tablas Udo se reservó un póquer
de ases; cuatro temas que cualquier metalero ha coreado en infinidad de
ocasiones, lo que provocó que en el recinto se desatara la euforia.
“Princess Of The
Dawn”, fue la escogida para dar el
pistoletazo de salida al encore, con la gente entregada cantando incansablemente
su distintiva melodía mientras Udo extendía sus brazos sobre nuestras cabezas.
El nivel de intensidad no decreció con esa declaración de intenciones que es
“Metal Heart”. La noche se estaba acabando, pero un respetable cada vez más
volcado parecía querer más fiesta y diversión. Así que cuando el vocalista dio
la entradilla del mítico “Fast As A Shark”, toda la audiencia empezó a cantar
para que poco después el quinteto nos volara la cabeza con la acometida más
salvaje de la noche. El broche definitivo llegó con el imprescindible “Balls To
The Wall”, que propiciaba que todos nos fuéramos a casa con un muy buen sabor de boca.
Aunque lo fácil
hubiera sido repetir la fórmula de su anterior visita, en esta ocasión, Udo apostó
de forma inteligente y arriesgada por ofrecer a sus seguidores algo menos
evidente: una buena selección de temas
que difícilmente tendrán ocasión de escuchar en directo, ya que centró su
objetivo en algunas composiciones que ya
no tienen cabida en el repertorio de los
propios Accept.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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