lunes, 2 de octubre de 2017

STRAVAGANZZA-RAZZMATAZZ 2-BCN-30-SEP-2017


Leo Jiménez es un tipo que transmite autenticidad. De modo que cuando  se anunció el parón indefinido de Stravaganzza, hace siete años, creo que todos teníamos claro que tarde o temprano volveríamos a ver a la banda sobre los escenario. Tal vez el lapsus ha sido demasiado largo, pero esto sólo ha servido para acrecentar las expectativas  de unos seguidores que mostraron su alegría y satisfacción cuando se desveló  su regreso a finales del pasado año.

Ya nos lo habían advertido en su comunicado de regreso: "Stravaganzza no es sólo un grupo de música... es mucho más que eso, y los que nos seguís desde el principio, sabéis a lo que nos referimos...", así que la banda nos presentó un ambicioso espectáculo, en el que no faltaron un equipo de bailarinas y varios músicos de apoyo,-violinista, teclista y corista-, que propiciaron que los momentos culminantes de la noche resultaran más intensos y emocionales. En cuanto al repertorio estuvo estructurado  en diferentes actos, que se centraron en cada uno de sus lanzamientos repasando su trayectoria cronológicamente.

El enclave escogido para el retorno de Stravaganzza a la Ciudad Condal fue el Razzmatazz 2, y pese a que el papel no llegó a agotarse, desde primera hora de la tarde una nutrida cola aguardaba pacientemente  a que se abrieran las puertas del local. Entre los asistentes mucha gente joven, -que anhelaba escuchar unos temas que hasta ahora sólo había podido disfrutar “enlatados”-, y otros más veteranos que venían predispuestos a dejarse seducir de nuevo por el dramatismo y la  intensidad melódica de sus composiciones.

Con rigurosa puntualidad las luces del recinto se apagaban para dejar que  tres  bailarinas tomaran el escenario y agitaran sus alas mientras una alocución  nos flanqueaba el paso hacia el primer capítulo de la velada, el que estuvo dedicado a “Primer Acto”. Entre los vítores del respetable  y ataviado con una larga gabardina Leo se adueñó del escenario  para tomar el timón de la nave mientras sus compañeros daban buena cuenta de la inicial “Dios”. Tras recibir la primera ovación de la noche Leo anunciaba exultante : “hemos vuelto para quedarnos”, justo antes de hacer que se nos helara  la sangre durante el inquietante inicio de “…Y En Soledad Me Lamento”, que contó con  la presencia de las bailarinas danzando  encadenadas. Una vez más, el fuenlabreño volvió a demostrar que, además de ser un excelente vocalista, es uno de los mejores frontman del panorama nacional, y la mejor prueba fue ver como manejó al público a su antojo, haciéndonos cantar y agitar  los brazos, tal y como sucedió durante “Mi Tempestad”, que era la escogida  para zanjar este  primer acto por todo lo alto, con la gente botando intensamente.


Con el público coreando el nombre de la banda una de las bailarinas regresaba a escena vestida de blanco para acompañar la narración que  servía como preámbulo para "Sentimientos”. Con un sonido más contundente y nítido  los músicos reaparecían en escena para que Leo nos ofreciera una demostración de poderío e intensidad a lo largo de “Esperanza”. Personalmente, creo que “Pasión” fue uno de los momentos álgidos de la noche, con las bailarinas convertidas en musas del arte y con un Pepe Herrero excelso a la hora de asumir su cuota de protagonismo durante el solo de guitarra.

La catarata de emociones no se detendría, ya que la siguiente en sonar fue la desgarradora “Desilusión”, con la banda  sonando como un rodillo mientras Patricio Babasasa golpeaba inmisericordemente su bajo girado hacia la batería de Carlos Expósito. El cambio de tercio llegaría con los grandilocuentes arreglos de “Dolor”, que disfrutó de un protagonismo destacado, con la banda explayándose en su faceta más sinfónica y rimbombante. Sin apenas darnos ni un segundo de tregua, Pepe dejaba a un lado su guitarra para hacerse cargo del piano y  acompañar a Leo durante la intimista “Nostalgia”, que ponía el punto y seguido al show.

Muchos eran los que aguardaban ansiosos a que llegara el momento de “Hijo De La Luna”, y lo cierto es que el clásico de Mecano fue coreado por toda la sala mientras el local se llenaba de teléfonos que trataban de  inmortalizar el momento. Acto seguido la  oscuridad volvió a adueñarse del escenario, pero no tardarían las chicas en aparecer en fila, candil en mano, para abrir el acto  dedicado a “Requiem”. Sin gabardina y con la camiseta rasgada a la altura de los hombros Leo reaparecía  con energías renovadas y muchas ganas de agitar la cabellera durante “Deja De Llorar”, que plasmaba a la perfección la constante evolución que tuvo el sonido de la banda.

El momento emotivo de la noche llegó durante la presentación de “Grande” y el sentido recuerdo hacia los caídos del rock, recordando especialmente a los más recientes: Chris Cornell y Chester Benington, aunque el tema se lo dedicaron al añorado Big Simon, lo que acabó provocando una cerrada ovación. Aunque el sonido estuvo a un buen nivel a lo largo del show, fue durante  “Mascara De Seducción”, cuando los arreglos pregrabados sonaron excesivamente altos, tapando la voz de un Leo que  tuvo que emplearse al máximo para alcanzar las tonalidades más exigentes mientras a su lado una de las bailarinas se contorneaba provocativamente.

Nuevamente Leo volvería a buscar la complicidad del respetable durante  “Requiem”, que nos dejaba la imagen del vocalista invitándonos a levantar los brazos mientras un ángel negro se paseaba por el escenario dando al momento un aire inquietante y misterioso. Para poner el colofón  a este tercer acto Pepe volvería a hacerse cargo del piano para dar forma a una emocionante “Inmortal”.

El último acto de la noche, el dedicado a “Raíces”, se abría con una de las bailarinas extendiendo sus alas mientras Leo, ataviado nuevamente con chaqueta, ahora más corta; atacaba las primeras estrofas de “Cuestión De Fe”, que fue la escogida para presentar a su nuevo guitarrista, Miguel Ontiveros. “Sin Amar”, se acabaría convirtiendo en uno de los cortes más visuales de todo el show, con las bailarinas haciendo girar sus paraguas mientras la banda machacaba intensamente sus instrumentos.

Si en su presentación en Madrid Mero Mero de Cuernos de Chivo fue quien acompañó a Leo para protagonizar los registros guturales  de “Impotencia II”, en Barcelona contamos con la participación de Mr. Korpa, que dio la replica a un Leo que mantuvo muy bien el tipo pese a llevar a estas alturas casi dos horas de show. El nuevo teclista Eloy Terrero también tendría su propia presentación durante los prolegómenos de la emotiva “Un Millón De Sueños”. En estado de euforia, con la gente coreando el nombre del vocalista, Leo nos invitaba a cambiar el cántico  y corear el nombre de la banda antes de atacar el último tema de la noche “Raíces”, que servía como  brillante colofón para una actuación redonda.

Nadie se movió de su sitio,… y con los bises llegaron  las sorpresas. Debo admitir que hubiera preferido que Leo rescatara alguno de los clásicos que grabó con Saratoga, o algún tema de su carrera en solitario, pero creo que todos sabemos que Stravaganzza es un “monstruo especial e imprevisible”, de modo que el “encore” estuvo reservado para dos inesperados “covers”, “Desátame”  de Mónica Naranjo y “Vivir Así Es Morir De Amor” de Camilo Sesto.

Al final del show sonrisas y abrazos entre los músicos, amen de una concurrida foto final en la que la banda contó con todos los colaboradores y colaboradoras que participaron en el show. En definitiva, que Stravaganzza demostraron que además de un pasado glorioso tienen ante si un futuro de lo más prometedor.





TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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