Tras
cinco álbumes de estudio y varias giras alrededor del mundo Alter Bridge se han
consagrado como uno de los nombres importantes dentro de la escena
internacional. Aunque en un principio el principal aliciente giraba en torno a la colaboración entre los instrumentistas de Creed junto a Myles
Kennedy, lo cierto es que la creciente fama del vocalista y guitarrista, tras
su colaboración con el mítico Slash, ha sido la espita definitiva para que la
banda de Orlando haya subido a la primera división del hard rock internacional.
Esta
era la tercera ocasión en que un servidor tenía ocasión de verles en
directo desde que publicaron su último
redondo “The Last Hero”, y, aunque curiosamente fue la que menor publico
congregó, en una sala Razzmatatazz que presentó algo más de media entrada, lo
cierto es que fue la que mejores sensaciones me dejó, con una banda
absolutamente desatada para ofrecer un show memorable ante una entregadísima audiencia.
Antes
de que los americanos se adueñaran del escenario y como invitados especiales
par la ocasión contaríamos con los británicos As Lions, quienes recientemente
ponían en circulación su primer largo “Selfish Age”. Para los más curiosos cabe
remarcar que su vocalista, Austin Dickinson, es el hijo del vocalista de Iron Maiden. Pero que nadie
piense que la filiación de su frontman iba a determinar la propuesta de As
Lions, ya que su sonido gira en torno a un hard rock de corte moderno y con
toques alternativos.
Con
ganas de montar una buena fiesta y mover al personal, pero con un sonido que
dejó mucho que desear en cuanto a potencia y nitidez, los londinenses tomaron
el escenario para invitarnos a saltar con ellos desde que dieran el pistoletazo
de salida con “The Suffering” y “White
Flags”. Muy simpático y comunicativo Austin ejerció en todo momento como el
perfecto maestro de ceremonias, buscando constantemente la complicidad de las
primeras filas, aunque personalmente creo se excedió a la hora de las charlas y
las presentaciones.
Actitud,
entrega y mucho movimiento escénico fue lo que nos deparó la presentación de
unos As Lions que supieron conectar con el sector más joven de la audiencia con
sus dinámicos ritmos, sus potentes y pegadizos coros, y las delicadas melodías de teclados que
formarían parte de temas como la emotiva “Bury Me Dead ”, o ya en el tramo
final de “World Of Fire”.
Pese
a que la banda hace relativamente poco que publicó su primer largo, lo cierto
es que los londinenses sonaron compactos y rotundos, y es que cabe recordar que
la columna vertebral de la banda (integrada por Austin y los guitarristas Connor
O´Keefe y Will Homer), lleva trabajando junta desde que formaran parte de Rise
To Ramain. Así que esa experiencia y esa complicidad quedarían plasmadas a la
hora de atacar piezas como “The Fall” y la final “The Great Escape”, que volvía
a convertirse en la excusa perfecta para que el personal se pusiera nuevamente
a botar.
Resumiendo
que As Lions cumplieron con su cometido, calentando el ambiente de cara a lo
que se nos venía encima. Además, creo que los londinenses se llevaron como
recompensa el favor de algún nuevo
seguidor, ya que su presentación dejó unas buenas sensaciones entre los más
jóvenes.
Como
comentaba al inicio, esta era la tercera vez que Alter Bridge pisaban los
escenarios catalanes desde que publicaran su quinto trabajo “The Las Hero”.
Anteriormente, ya habían descargado en este mismo recinto acompañados por los
funkroqueros Living Colour; y hace tan sólo unos meses también estuvieron en la
cuarta edición del RockFest. Quizás este fuera el motivo por que la Sala grande
del Razzmatazz no llegó a llenarse como en su anterior visita. Pero, pese a
ello, los de Orlando consiguieron reunir a una audiencia entusiasta y muy
participativa, que supo dar calor y colorido a una fantástica velada del mejor
hard rock.
Con
absoluta puntualidad las luces del local se apagaban para dejar que una introducción sirviera como preámbulo para la
entrada de los músicos sobre las tablas al ritmo de las aplastantes guitarras
de “Farther Than The Sun”. Acompañados de un sonido nítido y potente, el
cuarteto tomaba posiciones para rápidamente conectar con sus seguidores gracias
a la pegada de la pieza inicial y al dinamismo de unos músicos que no dejaron
de moverse por el escenario, especialmente Myles Kennedy, quien al concluir el
primer tema de la noche ya había cantado en dos de los tres micrófonos que
había repartidos en la primera línea del escenario.
Y es
que el frontman de Boston no es un cantante al uso, ya que se mueve por todo el
escenario paseándose con su guitarra
para buscar constantemente la interacción con las primeras filas. Precisamente,
este fue uno de los detalles que más me llamó la atención con respecto a
anteriores visitas, ya que si en anteriores ocasiones Myles se había mostrado
algo más tímido y comedido, en esta ocasión, le vi mucho más cómodo y suelto
sobre el escenario, ofreciéndonos más poses y tomando el control total de la
situación para liderar a sus compañeros en temas como “Come To Life”, que nos
dejaba con el primer gran alarde de un Mark Tremonti que estuvo impecable a lo
largo de todo el show.
Sin
apenas tiempo para recuperar el aliento, el cuarteto nos hacía acelerar el paso
con las potentes guitarras de “Addicted To Pain”, que nos dejaba a Myles
ocupando el centro del escenario para dirigirse a unas primeras filas que
parecían completamente desatadas. No precisaron de pirotecnia ni proyecciones para captar la atención del respetable, ya que
Alter Bridge confiaron su suerte a la calidad de unas composiciones que se han
convertido en himnos par una nueva generación de roqueros, y la mejor prueba
fue ver la respuesta que el público tributó a “Ghost Of Days Gone By”, que era
la elegida para que el frontman dirigiera por primera vez nuestros cánticos.
Tras
recibir una calurosa ovación, Myles
aprovechó para darnos las buenas noches mientras acababa de afinar de nuevo su
guitarra antes de dejar que la sección rítmica, -que conforman Brian Marshall y
Scott Phillips-, se encargara de adentrarnos en lo que fue el segundo single de
“Fortress”, el imprescindible “Cry Of Achilles”. Curiosamente no fue hasta bien
avanzado el show cuando el cuarteto se decidió a introducir el primer corte
perteneciente a su más reciente entrega discográfica con “My Champion”, que nos
dejaba la estampa de un Myles más relajado en su faceta como guitarrista para
concentrarse plenamente en su rol de vocalista, alentando al personal a que se
sumara a la hora de entonar el estribillo.
Ese
sonido de guitarras de corte moderno y vanguardista que siempre ha marcado la
propuesta de Alter Bridge junto a la rotunda pegada de la base rítmica sirvió
para que “Ties That Bind”, nos volara la cabeza para acabar convirtiéndose en
uno de los puntos culminantes de la noche. Durante esta primera parte del show
Alter Bridge optaron por imprimir al concierto un ritmo dinámico y vertiginoso,
así que uno tras otro irían cayendo temas como la novedosa “Crows On A Wire”,
que servía para que Myles nos mostrará sus habilidades como guitarrista.
Esa
atmósfera de cercanía que la banda había conseguido crear con sus seguidores se
mantendría durante el hipnótico inicio
de “Slip To The Void”, que ganó en
colorido gracias a la aparición de varios globos entre las primeras filas. Tras recibir
una nueva ovación, Myles se encargó de presentar con todos los honores a su
compañero a las seis cuerdas, Mark Tremonti, antes de atacar la camaleónica
“Water Rising”, durante la que el guitarrista se hizo cargo también de algunas
de sus estrofas.
Con
el escenario sumido en la penumbra Myles apareció en escena en solitario,
únicamente armado con su guitarra acústica, para ofrecernos una
emocionante interpretación de “Watch
Over You”. No abandonarían este formato acústico, ya que para “In Loving
Memory”, fue Tremonti quien apareció en escena para entre ambos, sentados en
unas banquetas altas, hacernos vibrar con su explosión de sentimientos y
elegancia. La escogida para cerrar este segmento que sirvió para sellar la
fantástica comunión entre banda y público
fue “Shed My Skin”, dejándonos a toda la
sala moviendo los brazos de izquierda a derecha.
Tas
este segmento acústico tocaba recuperar
la fuerza y la garra roquera para volver a levantar el ánimo del personal, y
vaya si lo consiguieron. Las guitarras eléctricas volverían a reclamar su
protagonismo durante “Blackbird”, con Myles y Tremonti situándose en la parte
central del escenario para que los más observadores pudieran comprobar que
ambos llevaban el mismo modelo de guitarra. La excitación del personal continuó
aumentando con la llegada de una celebradísima “Isolation”, que nos flanqueaba
el paso hacia un vibrante sprint final que estuvo marcado por la arrolladora
“Metalingus”, que hacia que la sala se viniera abajo; con Myles desprovisto de
su guitarra para encargarse únicamente de dirigir al respetable; y “Open Your
Eyes”, que era la elegida para poner el punto y seguido al show.
Con
la gente coreando insistentemente el nombre de la banda, el cuarteto no tardó
en regresar a escena exhibiendo una amplia sonrisa y dispuesto a ofrecernos una
última muestra de su arrollador directo con “Show Me A Leader”, tercer y último guiño que nos ofrecieron de “The Last Hero”. Pero lo mejor todavía estaba
por llegar, ya que Myles y Tremonti se enzarzaron en un incendiario duelo de
guitarra durante los prolegómenos de la final “Rise Today”, que hacia explotar,
una vez más, al público para poner un brillante colofón a la velada.
Tras
un discrecional reparto de púas, el cuarteto saludó desde el centro del
escenario para acabar recibiendo la calurosa ovación de una audiencia que disfrutó intensamente de
uno de los mejores directos dentro del actual circuito internacional.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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