La A.C. Metalcova
lleva años realizando una encomiable labor
dentro de la escena metálica
barcelonesa. Fieles a la cita y al compromiso para con sus asociados, una vez
más, y con esta van ya diez ediciones, nos presentaban un atractivo cartel de auténtico heavy metal en el que medirían
sus fuerzas Holy Martyr, los metaleros
suecos RAM, que presentaron su flamante nuevo trabajo "Rod", y toda
una leyenda viva de la N.W.O.B.H.M., Tokyo
Blade, que según nos anunciaron están trabajando en el material que formara parte de su nuevo trabajo. El
recinto escogido para albergar este Metalcova X fue La Nau, una sala que poco a poco va ganando presencia dentro de
la programación de conciertos en la Ciudad Condal.
Los encargados de
abrir la velada fueron los italianos Holy Martyr, una banda tenaz y luchadora
como pocas, que ha tenido que trabajar duro para conseguir hacerse un hueco
dentro de la escena europea. Con su último redondo bajo el brazo "Darkness
Shall Prevail" el quinteto milanés, liderado por el guitarrista Ivano
Spiga y el vocalista Alessandro Mereu, aprovechó al máximo su tiempo sobre las
tablas y nos ofreció una buena ración de
su heavy metal épico salpicado de clasicismo.
Con algunos de sus
más fieles seguidores copando las primeras filas para conseguir dar calor y
colorido al arranque de la velada, el show de los italianos se inició con la
rotundidad instrumental del novedoso "Númenor", sumergiéndonos
de lleno en sus hímnicos estribillos, lo
que propició que aparecieran los
primeros puños que se alzaban al aire. No tardó mucho el quinteto en apretar el
paso e invitarnos al headbanging con otra de sus nuevas composiciones
"Born Of Hope", que nos sorprendía con la aplastante pegada de sus poderosos coros.
Pese a que durante
los primeros compases estuvieron un tanto estáticos, a medida que fue avanzando
la noche la banda se fue animando, así
que cuando llegó el momento de "Shichinin No Samurai", Alessandro
empezó a lanzar golpes al aire como si fuera un boxeador mientras sus
compañeros se explayaban en esos
desarrollos épicos que se han convertido en una de sus señas de identidad. Y es
que el frontman se mostró bromista y muy comunicativo con los asistentes, así que tras anunciarnos
con una media sonrisa que el show había concluido, llegaba el momento de
someternos al ritmo marcial de "Vist Et Honor", que significaba su
primera incursión en el material de "Still At War".
Tal y como se
encargaron de recordarnos en un par de ocasiones, esta no era la primera vez
que Holy Martyr asediaban los escenarios de la capital catalana, ya que
esta representaba su tercera visita por
estos lares. Quizás por ello, los momentos más vibrantes de su presentación
llegaron cuando atacaron piezas clásicas dentro de su repertorio como
"Lakedaimon", que nos dejada al frontman dirigiendo el
coro de unas primeras filas que parecían cada vez más animadas. No abandonaron
las composiciones de su segundo largo, ya que la siguiente en sonar
fue "The Call To Arms",
impregnando nuevamente de épica el recinto gracias a su ritmo cabalgante de esencia maideniana.
Pero no únicamente
de mitos, episodios históricos y
antiguas civilizaciones se nutren las letras de Holy Martyr, ya que para otra
de sus nuevas composiciones "Witch-King Of Angmar", los italianos nos
abrieron la puerta hacia el mágico universo creado por
el escritor J.R.R. Tolkien. Su repaso a “Darkness Shall Prevail”, continuó con la camaleónica “Heroic Dead”, que tras una
delicada introducción volvía a hacer subir el nivel de intensidad del show.
Para encarar el
tramo final de su presentación Alessandro nos presentó una de sus favoritas
"Spartan Phalanx", y a tenor de la reacción del público, creo que
quedó claro que también lo era para muchos de sus incondicionales. Tras hacerse
la habitual foto de familia y retirarse a los camerinos, Holy Martyr no tardaron
en regresar para cerrar definitivamente su show con una coreadísima
"Zatoichi". En definitiva, buen concierto de unos Holy Martyr que
fueron claramente de menos a más.
Para muchos,
especialmente para los más jóvenes, la descarga de RAM constituía el plato
fuerte del banquete metálico de esta noche de sábado. Y es que las anteriores
visitas de los suecos se saldaron con un
triunfo incontestable, gracias en gran medida a la rotunda pegada de su heavy metal clásico, su actitud y su
particular puesta en escena, lo que les ha convertido en uno de los nuevos
abanderados de la ortodoxia metálica.
Ataviados con cuero,
tachas, cadenas, guantes, y todos los abalorios habituales de
las bandas del género; y con el escenario engalanado con un telón de fondo con
su logo, RAM irrumpían en escena muy enchufados, dispuestos a noquear al
personal desde el minuto uno con la voracidad que nos propuso su doble ataque de guitarras durante la
inicial "Return Of The Iron Tyrant". Con los suecos
lanzados y con las primeras filas muy volcadas, el nivel de intensidad siguió
en aumento cuando la banda atacó los efectivos riffs ochenteros de "Eyes
Of The Night".
Sin darnos ni un segundo
de tregua, ni posibilidad de recobrar el aliento, el clasicismo metalero que
desplegó el combo de Göteborg continuó fluyendo a través del incendiario duelo
que se marcaron Harry Granroth y Martin Johsson durante el
apocalíptico "Flame Of The Tyrants". La escogida para dar por
concluido este primer envite, en el que las huestes
capitaneadas por el carismático Oscar Carlquist se centraron en el
material de sus anteriores entregas, fue
"Awakening The Chimaera".
Durante la primera
charla de la noche Oscar nos presentó su nueva criatura “Rod”, -que acababa de
salir al mercado y que curiosamente no pudimos adquirir en su puesto de merch-,
antes de adentrarnos en el galopante ritmo de “Gulag”, que servía como excusa
para que ambos hachas se centraran en
unos desarrollos más melódico. No tardarían mucho en volver a su línea
tradicional para hacer que el nivel de revoluciones fuera en aumento con un
jugoso guiño a su primer largo “Forced Entry”, del que nos propusieron el épico “Sudden Impact”, que nos dejaba la
estampa del vocalista alzando el brazo
al aire mientras estiraba al máximo sus cuerdas vocales.
Si destacable fue la
entrega de un respetable que no dejó de
animar, corear los temas y hacer headbanging; la acción sobre el escenario
también estuvo a la altura, con unos músicos muy activos y entregados, que no
pararon de intercambiar sus posiciones liderados por un fantástico frontman que
supo majear a su antojo al personal en temas como “Suomussalmi (The Few Of
Iron)”. Teniendo en cuenta la filiación de RAM no podía faltar su particular llamamiento a la hermandad
metalera durante los prolegómenos de la novedosa “Incinerating Storms”, que nos
dejaba al bajista Tobias Petterson ocupando el centro del escenario para marcar
impasible el tempo del tema. Pese a la
seriedad y la profesionalidad que transmiten los suecos en escena, lo cierto es que Oscar también tuvo
ocasión de hacer gala de su particular
sentido del humor durante el speech que sirvió como presentación para otra de
las nuevas “On Wings Of No Return”, comentándonos que debido a las reducidas
dimensiones de su país todos los miembros de la banda son primos, hermanos,
cuñados…
Tras haber dejado
claro el potencial de sus nuevas composiciones, RAM volvieron a echar la vista atrás para provocar el
delirio de sus incondicionales dando buena cuenta de temas como “The Usurper”,
y más aun cuando para encarar el tramo
final de su presentación decidieron centrar su objetivo en su debut, rescatando
el demencial “Machine Invaders” y un monumental “Infuriator”.
Viendo la efusiva
reacción de las primeras filas era obvio
que los suecos no podían dar por
concluida su presentación. De modo que no tardaron en volver a aparecer en
escena para rubricar su show con ese torbellino de riffs y velocidad que es
“Under The Scythe”. Suma y sigue para unos RAM que siguen creciendo disco a
disco y gira a gira, consolidándose como uno de los elegidos para llevar el
estandarte y mantener viva la llama del
heavy metal más auténtico y genuino.
Durante los primeros
años de la década de los ochenta la N.W.O.B.H.M., se consolidó desde Inglaterra
como un nuevo movimiento capaz de captar la atención de una nueva generación de
roqueros. Aunque hoy en día algunos de sus máximos referentes siguen siendo
nombres importantes dentro de la escena internacional, otros como Tokyo Blade
no han gozado de la misma continuidad y suerte, aunque han conservado el cariño
y la admiración de sus fans, lo que a la larga les ha valido para ser
considerados como una leyenda del underground metalero al igual que otros
compañeros de escena como Satan, Tygers Of Pan Tang o Angel Witch,
Sin un nuevo trabajo
que presentar y recuperando para la ocasión la formación que grabó su debut
homónimo en 1983 estaba claro que el repertorio de los británicos giraría en torno al material que facturaron en
sus primeras entregas. Arrancaron de forma potente confiando en la pegada de
uno de sus himnos imprescindibles “Sunrise In Tokyo”, y la respuesta del respetable
no pudo ser más efusiva, con unas primeras filas entusiasmadas que no
titubearon a la hora de hacer suyo el estribillo mientras su vocalista, Alan
Marsh, se mostraba todavía algo dubitativo en sus movimientos escénicos.
Afortunadamente, el frontman fue ganando confianza rápidamente, y tras recibir
las primeras muestras de cariño de sus incondicionales, Alan se pondría al
frente de sus compañeros para abandonarse al headbanging mientras desplegaban la
esencia ochentera de “Death On Main Street”.
Pese a que en todo
momento el combo británico se mostró como un colectivo compacto y perfectamente
engrasado fue el guitarrista Andy Boulton quien ejerció como puntal y líder
sobre las tablas. Así que no me extrañó que el guitarrista fuera quien se
encargara de dar el pistoletazo de salida al hard roquero “Someone To Love”,
que con sus pegadizos coros volvía a convertirse en la excusa perfecta para que
todos nos pusiéramos a cantar. A estas alturas de la noche la banda ya había
conseguido captar la atención de todos los presentes, de modo que tocaba dejar
aparcados, momentáneamente, sus temas más directos y coreables para adentrarnos
en los desarrollos más complejos de “Dead Of The Night”, que finalizaba con
Alan invitándonos a alzar los puños al aire.
El sello, la clase y
la esencia del clásico metal británico quedaría plasmado a lo largo de “Killer
City”, que arrancaba con la base rítmica marcando con rotundidad el ritmo para
acabar conduciéndonos sobre una cabalgada de corte épico. Habiendo recibido una
rotunda ovación de manos de una audiencia que parecía estar pasándolo en
grande, el show prosiguió con “Lightning Strikes (Straight Through The Heart)”.
El recorrido por los primeros años del
quinteto no se detuvo, así que nuestro viaje según nos anunció Alan proseguiría
con “Mean Streak”, y el melódico “Love Struck”.
Si para algunos ya
había resultado una agradable sorpresa encontrarse con la actual alineación de
Tokyo Blade, lo cierto es que cuando nos anunciaron que la banda está
trabajando en un nuevo trabajo y que, además, tendríamos ocasión de disfrutar
de una de sus nuevas composiciones la respuesta del público fue más que efusiva cuando empezaron a sonar
los primeros compases de “Burn Down The Night”, un uptempo melódico que conserva todas sus señas de
identidad. Nuevamente volvería a ser Andy el encargado de tirar de sus
compañeros durante “Fever”, posicionándose en el centro del escenario en plan “guitar-hero”
para acabar recabando una fastuosa ovación.
Con la gente
completamente entregada, coreando incansablemente el nombre de la banda,
arrancaba “Highway Passion”, que nos dejaba a los músicos intercambiando bromas para dejar patente el
buen rollo y la camaradería que existe
entre ellos. Una nueva ración de épica de manos “Warrior Of The Rising Sun”,
nos encaminaba hacia una recta final que estuvo marcada por la entrega del
público a la hora de corear los rotundos
estribillos de “Night Of the Blade”, que fue la escogida para poner el
punto y seguido a la velada.
Para su retorno
sobre las tablas, acompañados de los cánticos del personal, se dejaron la
imprescindible “If Heaven Is Hell”, y, como no podía ser de otra forma, una
incontestable “Midnight Rendezvous” que servía como colofón definitivo para una
velada en la que el clasicismo y la nostalgia nos hicieron viajar a la década
de los ochenta de manos de una banda que parece estar viviendo una segunda
juventud.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
No hay comentarios:
Publicar un comentario