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jueves, 16 de noviembre de 2017

MR.BIG+THE ANSWER+FASTER PUSSYCAT-RAZZMATAZZ-BCN-9-NOV-2017


Cuando el virtuosismo, el talento y  el buen gusto se aúnan,  solo puede salir de ese explosivo cocktail algo realmente grande. Leyendas vivas del hard rock melódico, la formación americana que debutó a finales de los 80 con el  homónimo “Mr. Big”, y que alcanzó el numero uno de las listas de éxitos  con el hit single “To Be With You”, contenido en su segundo redondo “Lean Into It”, sigue más viva que nunca en 2017. Quizás el secreto para su longevidad sea la libertad de sus miembros para airearse y trabajar en diferentes proyectos con otros músicos, algo que acaba aportando frescura y nuevas ideas cuando se reúnen para trabajar en un nuevo disco.

Su última entrega “Defying Gravity”, no hace más que ratificar esa sensación, presentándonos a unos Mr. Big que siguen manteniendo su personalidad y sus clásicas señas de identidad, aunque sonando frescos, sin repetirse, ni hacer que sus temas suenen desfasados o como un mero ejercicio de revival. Aunque tanto Sheehan, como Gilbert, como Martin habían pasado por nuestros escenarios en los últimos tiempos con sus respectivas bandas, o como parte de Avantasia, en el caso del vocalista; lo cierto es que Mr. Big ponían esta noche fin  a una  ausencia de tres años de  los escenarios de la capital catalana. Pese a ello, la sala grande del Razzmatazz no llegó a llenarse, aunque acabó registrando una muy buena entrada, y más si tenemos en cuenta que la cita estaba programada para un jueves.

Además de la presencia del combo angelino, el cartel de esta noche ganaba en pedigrí y clasicismo con la incorporación de un nombre mítico para todos los seguidores  del hard rock ochentero: Faster Pussycat. Mientras que los encargados de preceder a las estrellas de la noche fueron unos viejos conocidos de la audiencia catalana, The Answer, quien tras su visita de hace unos meses junto a The Dead Daisies regresaban  a la Ciudad Condal para desplegar su potente hard rock de esencias  setenteras.

Cumpliendo a raja tabla con  los horarios previstos para la velada aparecían en escena Faster Pussycat ante una sala que presentaba todavía un aspecto algo desangelado. Afortunadamente, el combo de L.A.  tiró de tablas y veteranía, y supo conectar con el respetable poniéndonos a dar palmas para acompañar los compases iniciales del marchoso “Jack The Bastard”. Mucho ha variado  la alineación de Faster Pussycat desde que publicaran su debut homónimo en 1987, ya que el único que no ha cambiado ha sido su patrón, el vocalista Taime Downe, que apareció en escena luciendo un sombrero de cowboy, gafas de sol y mucho cuero, dispuesto a dar buena cuenta de los pegadizos estribillos de  “Cathouse”, que con su rollo macarra y fiestero nos transportaba a la mejor época del sleaze rock.

Acostumbrados como estamos a que muchas bandas tiren de coros pregrabados, me gustó mucho que el quinteto se los marcará en rigurosos directo, con todos arrimando el hombro en el aspecto vocal para dar a los temas un plus de frescura y espontaneidad, lo que propició que “Slip Of The Tongue”, resultara la excusa perfecta para convertir el recinto en una fiesta mientras la banda continuaba buceando en el material de sus dos primeras entregas. El único guiño que se  permitieron al material grabado en lo que llevamos de siglo XXI fue  “Number 1 With A Bullet”, rescatada del álbum que significó su regreso discográfico en 2006 “The Power And The Glory Hole”.

Y es que la descarga del quinteto angelino estuvo marcada por el clasicismo, de modo que no faltaría esa ambientación de bar de carretera, con aroma a tabaco y whiskey, durante el medio tiempo “House Of Pain”, que nos dejaba a Taime aferrándose fuertemente a su pie de micro mientras rasgaba su registro para hacerlo sonar más dramático  y melancólico. Para despedir sus escasos treinta minutos sobre las tablas Faster Pussycat regresaron sobre el material de su ópera prima  invitándonos a cantar en los contagiosos coros  de “Bathroom Wall”. Mientras que para echar el cierre definitivo optaron por “Babylon”, que arrancaba con el frontman acariciándose la barbilla mientras nos miraba con aire pensativo y acababa con la banda desatada ofreciendo un fugaz tributo  a los míticos Motörhead en los últimos compases de su incendiaria actuación.

Curiosamente,  los elegidos para  abrir la velada habían sido la banda más veterana de las tres que conformaban  el cartel de esta noche. Así que los encargados de recoger el testigo fueron los más “noveles”, The Answer. Pese a ello, Cormac Neeson y sus muchachos llevan una larga y sólida trayectoria a sus espaldas desde que se dieran a conocer con sus dos primeras entregas “Rise”(2006) y “Everyday Demons” (2009) y su posterior gira mundial abriendo para los colosos australianos Ac Dc.

A lo largo de los últimos años un servidor ha tenido la oportunidad de seguir las evoluciones del cuarteto en diferentes recintos y festivales, y mi impresión siempre ha sido inmejorable. Pese a ello, debo admitir que creo que la banda ha ido perdiendo algo de fuelle en sus últimas entregas discográficas, algo que se hace especialmente evidente en su último redondo “Solas”. Quizás ese fuera el motivo por el que los norirlandeses  solo recuperaron el tema título de su sexto trabajo como único representante de su última entrega.

Otro detalle que me llamó la atención fue la indumentaria del simpático Cormac, quien en esta ocasión lucio unos jeans ajustados para prescindir de sus habituales pantalones de campana. Tras recibir la primera salva de aplausos de la noche con la pieza de apertura de su trabajo del pasado año tocaba empezar a calentar al personal, y para ello que mejor que uno de los puntos culminantes de su segundo largo, “On And On”, que hacía estallar al respetable, invitándonos a mover los pies mientras el vocalista se deshacía momentáneamente del sombrero que lucio durante todo el show para agitar su larga melena.

Aunque Cormac y su peculiar forma de moverse por el escenario fue el mayor foco de atención, su compañero a las seis cuerdas, Paul Mahon también acaparó bastantes  miradas durante los compases iniciales de “Preachin´”, que servía para que el guitarrista nos mostrara sus habilidad con el slide para dar al corte una deliciosa ambientación sureña. Con la gente cada vez más animada y ante una sala, que a estas alturas presentaba un fantástico ambiente, Cormac se hizo cargo de la armónica para flanquearnos el paso hacia los derroteros blueseros de un “Comfort Zone” que nos emocionó  con sus vibrantes increscendos instrumentales.

Pero sin duda los mejores momentos de su presentación todavía estaban por llegar, ya que para encarar la recta final de su presentación el vocalista  invitó  a escena al bajista de Faster Pussycat, Danny Nordahl, -quien según nos comentó le había prestado el sombrero -, para acompañarles en los coros  de “Rock ´N´ Roll Outlaw”, el tema con el que rendían tributo a los australianos Rose Tattoo. El retorno sobre sus composiciones llegó de manos de una efectiva “Spectacular”, para acabar rematando la faena con una eléctrica y enérgica versión de “Come Follow Me”.

Una vez más The Answer me gustaron. Aunque, en esta ocasión, me dio la sensación de que sonaron más roqueros y me menos “hippiosos”, mostrándose más cercanos a Ac Dc o Rose Tattoo que a Led Zeppelin. Aunque, eso sí, Cormac sigue conservando la imagen, el carisma  y los movimientos de los grandes frontman  de finales de los sesenta y principios de los setenta.

Seamos sinceros, a los seguidores del hard rock y el heavy metal nos encanta ver juntos sobre las tablas a los músicos que encumbraron el nombre de nuestras bandas favoritas. En muchos casos las peleas, las desavenencias, los egos,  etc…, hacen que esto sea imposible. Pero resulta todavía más duro cuando es por causas  de fuerza mayor o enfermedad. Pat Torpey, batería original de Mr. Big, hace años que está diagnosticado de Parkinson, pero sobreponiéndose a las adversidades y luchando contra su enfermedad sigue girando con sus compañeros. Evidentemente, no lo hace como percusionista principal, ya que esa responsabilidad recae ahora sobre Matt Starr, sino para acompañar desde un pequeño kit de batería y sumarse a  las fantásticas armonías vocales del ahora quinteto.

Aunque siempre han jugado en primera división, los americanos  nunca han necesitado grandes escenografías que sirvieran como reclamo para sus shows. De modo que unos cuantos amplificadores y un gran telón de fondo con el nombre de la banda fueron  la sobria puesta en escena para  unos músicos que aparecieron en escena siguiendo el ritmo de una introducción soulera. Con Eric Martin al frente, luciendo uno de sus clásicos pañuelos  al cuello, la fiesta arrancaba con el imparable clasicismo roquero “Daddy, Brother, Lover, Little Boy”, que contó con su espectacular solo,  con Gilbert atacando las cuerdas de su guitarra con el taladro.

Seguramente teniendo en cuenta su bagaje lo más sencillo hubiera sido presentarnos un repertorio plagado de viejas favoritas, y aunque tuvimos ocasión de escuchar muchos de esos clásicos, tampoco faltaron temas más recientes como “American Beauty”, que nos dejaba otra gran exhibición de técnica y virtuosismo a manos de un Gilbert que parecía absolutamente desatado. Tras anunciarnos el carismático frontman que la banda estaba de vuelta, continuaron  repasando el material de “What If…” con “Undertow”, que nos dejaba  un incendiario duelo entre Sheehan y Gilbert mientras Martin  alentaba al personal a que sumara a la fiesta.

La primera gran ovación de la velada llegó cuando el bajista presentó a su compañero Pat Torpey, quien tras la saludar al respetable se colocó en un pequeño kit situado a la derecha Starr para acompañar a sus compañeros con la pandereta durante “Alive And Kickin´”. Durante todo el show la comunión entre banda y público fue absoluta, y la mejor prueba fue ver como Martin nos proponía varios ejercicios para calentar la garganta  antes de  darnos la alternativa durante los coros de  “Temperamental”.

Para los más nostálgicos el primer gran momento de la noche llegaría con el emotivo “Just Take My Heart”, con Torpey sentándose en la batería para permitirnos disfrutar de la formación clásica de la banda. Tras recibir Torpey las muestras de cariño del respetable y sus compañeros,  la velada proseguía  con el único recuerdo que se permitieron a su trabajo de 1996 “Hey Man” de manos de “Take Cover”, con el vocalista nuevamente buscando la complicidad de un respetable que no vaciló a la horade cantar su pegadizo estribillo.

La elegida para que el show recobrara toda su intensidad y dinamismo roquero fue “Green-Tinted Sixties Mind”, ofreciéndonos otro suculento bocado de “Lean Into It”, que nos dejaba a un Martin pletórico ejerciendo como frontman. Se hizo esperar, quizás demasiado, pero el primer tema novedoso de la noche llegó con el show ya bastante avanzado y fue  “Everybody Needs A Little Trouble”. Fue durante “Price You Gotta Pay”, cuando pudimos comprobar las habilidades del bajista con la armónica, mientras Martin se posicionaba a su espalda para encargarse de las líneas de bajo.

El talento, la clase  y las habilidades de Paul Gilbert quedaron plasmadas en un llamativo solo de guitarra, en el que el hacha de Illinois mostró versatilidad, feeling y un gran dominio de los diferentes pedales de efectos para acabar recabando una fastuosa ovación. No tardarían sus compañeros en regresar a escena para proponernos el ritmo enérgico y vacilón de otra de sus nuevas composiciones “Open Your Eyes”. El cambio de tercio llegaría con su cover del clásico de Cat Stevens “Wild Word”, con Martin haciéndose cargo de la acústica mientras Torpey se sumaba a la percusión desde su pequeño kit; y la marchosa “Damn I´m In Love Again”, que de entre las nuevas fue de las que mejor acogida obtuvo.

El primer guiño a su debut homónimo de finales de los ochenta estuvo reservado para el explosivo “Rock & Roll Over”, que acabaría dejando paso a las excelentes armonías vocales que marcaron “Around The World”. En este punto llegaba el momento de que el maestro de las cuatro cuerdas, Billy Sheehan, se quedara solo en escena para deleitarnos con  algunas de las diferentes técnicas que emplea para atacar su instrumento en un espectacular solo.

Con los cinco miembros de la banda en escena tocaba encarar  la recta final del show con otro de sus números clásicos, el imponente “”Addicted To That Rush”, que se acabaría convirtiendo en la antesala perfecta para su multimillonario sencillo “To Be With You”. La penúltima muestra que nos ofrecieron de su más reciente entrega discográfica fue “1992”, que el vocalista presentó como un homenaje para todos los fans que les han acompañado y apoyado a lo largo de todos estos años.

A diferencia de lo que suele ser habitual esta noche no hubo falsas retiradas ni bises. Así que con Sheehan emulando el alarido de un perro arrancaba una frenética versión del imprescindible “Colorado Bulldog”, que nos hacia mover los pies y la cabeza. Sorpresivamente para despedir la velada el combo americano nos propuso la novedosa “Defying Gravity”, que rubricaba   casi dos horas de show de una de las mejores formaciones del hard rock americano.

Poco más se puede decir de una velada irrepetible, en la que pudimos comprobar que Mr. Big siguen siendo una banda de primerísimo nivel. Además, por si la actuación de los americanos no había sido suficiente, sus invitados, Faster Pussycat y The Answer, también estuvieron a un excelente nivel.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLVER

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