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lunes, 18 de diciembre de 2017

ECLIPSE+BIGFOOT-RAZZMATAZZ 2-BCN-10-DIC-2017


Desde su irrupción en la escena hard roquera europea  en 2001 con "The Truth And A Little More", Eclipse se han mantenido siempre firmes en su intención de seducir al público con sus pegadizas melodías y sus fantásticos estribillos. Con su sexto largo bajo el brazo "Monumentum" los suecos aterrizaban en la Ciudad Condal para cerrar sus fechas en nuestro país y dejar patente el porque su popularidad sigue una clara línea ascendente. Si en anteriores giras se habían presentado en locales de menor aforo, en esta ocasión , pese a ser domingo noche de un largo puente, los suecos consiguieron congregar a unos 400 seguidores en la sala mediana del Razzmatazz.

Como compañeros de viaje el cuarteto de Estocolmo contó con la participación de una joven promesa dentro del rock británico: Bigfoot. Los de Wigan arribaban con las pilas bien cargadas y dispuestos a poner al personal en movimiento con una buena ración de enérgico y potente  hard rock, tal y como dejaron patente desde que irrumpieron en escena con “Tell Me A Lie”, que conseguía captar la atención de los que todavía no les conocían.


Con un sonido rotundo de guitarras y capitaneados por la actitud descarada  y roquera que exhibió su vocalista Antony Ellis, el quinteto británico demostró tablas, calidad y, sobre todo, mucho desparpajo, consiguiendo que la gente reaccionara ante las constantes invitaciones de su frontman a participar en los pegadizos estribillos que marcaron temas como “Run”. Pero no todo iba a ser clasicismo roquero durante la presentación de Bigfoot, ya que las guitarras de Sam Millar y Mick McCullagh ganarían en solidez y contundencia durante “Uninvited”.

Tampoco podían faltar, teniendo en cuenta su ascendencia británica, las armonías dobladas de guitarra a lo largo de  “Freak Show”, concediendo al tema una orientación más propia de la N.W.O.B.H.M. El cambio de tercio llegó de manos de la sentimental “Forever Alone”, que fue el único momento de tregua que nos ofrecieron durante sus cuarenta minutos sobre las tablas.

No tardaron mucho las guitarras en  volver a rugir con fuerza para que la banda retomara la intensidad roquera que había protagonizado el arranque de su  presentación, ya que la elegida para encarar la recta final del show  fue una de las piezas contenidas en su EP homónimo de 2015, “Bitch Killer”.

Como comentaba anteriormente, la personalidad y el carisma que exhibió Ellis sobre las tablas acabaron siendo claves para que la gente se sumara a la fiesta, lo que propició que en temas como el vacilón “Blame It On The Dog”, la comunión entre banda y publico fuera absoluta. El capítulo final para la efectiva descarga de unos Bigfoot que gustaron y convencieron a su paso fue “The Fear”, una composición que plasma a la perfección la dualidad de una banda que fusiona a la perfección la solidez de sus riffs y la efectividad de unos estribillos altamente coreables.

No lo iban a tener nada fácil Erik Martensson y sus muchachos tras la soberana exhibición  de feeling e intensidad que nos brindaron Bigfoot. Pero si algo ha caracterizado las descargas de Eclipse en tierras catalanas es su facilidad para conectar con  un público que ha ido incrementándose en cada una de sus visitas. No tardaron   mucho en aparecer sobre las tablas, precedidos de una larga introducción conformada por diferentes pasajes de  clásicos del hard & heavy, para poner toda la carne en el asador desde que rompieron el hielo con "Vertigo". La conexión con sus seguidores fue instantánea gracias a la entrega y actitud de un frontman activo e impetuoso, que no vaciló a la  hora de liderar  a  sus compañeros e invitarnos a cantar los pegadizos estribillos del machacón "Bleed & Scream", dejando patente que la melodía no esta reñida con la contundencia.

Si excelente fue el vínculo  que la banda supo crear con sus seguidores, el ambiente de buen rollo y camaradería entre los músicos fue palpable durante todo el show, con el bajista Magnus Ulfstedt y el guitarrista  Magnus Henriksson intercambiando sus posiciones durante "The Storm".  Pero sin duda el auténtico motor de los suecos en directo es  Erik, que no cansó de hacer malabares con su  pie de micro rojo mientras buscaba la complicidad de las primeras filas a la hora de entonar los estribillos de  "Wake Me Up". Precisamente, fue durante la presentación de este tema cuando el vocalista nos espetó la frase que  acabó convirtiendose en la consigna de la noche: "olvidad que es domingo y disfrutad del show como si fuera sábado noche".

Además de demostrar su talento como vocalista y frontman, al igual que ya sucediera en anteriores ocasiones, Erik también se colgó la guitarra en varias ocasiones a lo largo de la velada. Precisamente, una de las anécdotas de la noche llegó durante los prolegómenos de "Jaded", ya que, tras hacer el amago de colgarse la guitarra, el vocalista  cedió su instrumento a Carlos, un amigo barcelonés de la banda, que se sumó a la fiesta como si fuera un miembro más de la banda. Tras despedir con todos los honores a su invitado, Erik, ahora sí, agarró  la guitarra para presentarnos una de sus composiciones favoritas de "Monumentum": "Hurt", con la que ponían de manifiesto que el nuevo material ha calado ya entre sus  incondicionales.

Habiendo testado el potencial de algunas de sus nuevas composiciones el show prosiguió con un potente medio tiempo como es “S.O.S.”, que nos dejaba al cuarteto desplegando toda su elegancia melódica, para que acto seguido se quedará únicamente en escena Philip Crusner para ofreceros un corto, pero efectivo, solo de batería. Desprovisto de su guitarra y su chupa de cuero, Erik regresó al escenario para presentarnos a sus compañeros antes de volver sobre el material de su anterior “Armageddonize”, de manos de un “Caught Up In The Rush”, que sirvió  para que Magnus ejerciera como guitar-hero, clavando sus rodillas en el suelo durante el solo para hacer subir el nivel de intensidad del show.


Si hasta ese momento la descarga de los suecos había estado marcada por la garra y el vitalismo hard roquero, lo que vino a continuación fue un extenso segmento acústico, con Erik y Magnus en escena. Así que con el escenario a media luz el dúo nos sorprendió con pequeño pasaje de “Love Ain´t No  Stranger” de Whitesnake, que sirvió como preámbulo para la emotiva “Live Like I´m Dying”, con un Erik sensacional, desplegando todos los matices de su voz para acabar invitándonos a sumarnos al coro. Algo más descafeinada sonó “Wide Open”. En cambio, la elegida para cerrar este set acústico “Battlegrounds”, les quedó bordada, ya que las dos acústicas y  la gente coreando su  melodía central concedieron  al tema un  delicioso aroma  folk.

Tras brindar los cuatro miembros de la banda a la salud de todos los presentes, la elegida para hacer que el show recobrara toda la intensidad roquera fue la novedosa “Downfall Of Eden”, que nos dejaba a Erik saltando para animar al personal antes de que Magnus acabara el tema revolcándose por el suelo. Nuevamente el vocalista volvería a empuñar la guitarra, en esta ocasión la eléctrica, para dar más solidez a la sección rítmica de  “Black Rain”.

Un virtuoso desarrollo instrumental serviría para adentrarnos en un tramo final que estuvo marcado por el  toque bluesero que Magnus imprimió  al inicio de ese himno que es “Blood Enemies”, convertida en una nueva excusa para que todos nos pusiéramos a saltar; para acto seguido dejarnos seducir por la vitalidad roquera del explosivo “Stand On Your Feet”.

Acompañados de los cánticos de la audiencia la banda no tardaría en volver a tomar posiciones para rematar la velada con la hímnica “I Don´t Wanna Say I´m Sorry”, la última de las nuevas que interpretaron: “Never Look Back”, que viendo la respuesta que suscitó se ha convertido ya en una de las imprescindibles en sus presentaciones. Y  como colofón definitivo, con la gente cantando completamente entregada, “Runaways”.

Una vez más Eclipse dejaron claro porque son actualmente  una de las formaciones más en forma dentro del hard rock europeo, firmando  un show soberbio ante audiencia ferviente y entregada al máximo. En definitiva, pocas pegas se pueden poner ante semejante despliegue de melodía, elegancia  y garra roquera. Aunque, para un servidor, esos tres temas acústicos tocados de forma consecutiva  acabaron rompiendo la dinámica de un show que hasta ese momento había sido imparable. Aunque, ya se sabe, para gustos los colores.




TEXTO Y FOTOS: ALFONSO DIAZ

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