En
una gélida noche de sábado en la que
coincidían varios conciertos en
la capital catalana algo más de un centenar de seguidores se decantaron por acercarse
a la Sala Bóveda para respaldar la
escena nacional y presenciar la descarga de una de las formaciones que más
decididamente apuestan por el power metal en nuestro país, Opera Magna. Aunque
inicialmente los encargados de abrir la velada iban a ser los gaditanos Guadaña,
-que tuvieron que cancelar su
presentación a causa de problemas personales-, finalmente fueron Sylvania quienes acompañaron
a sus paisanos, repitiendo así el mismo cartel que tuvimos ocasión de disfrutar
el pasado año en esta misma sala.
Desde
que publicaron “Transylvania” la estabilidad parece haber llegado al seno del combo valenciano, así que tras concluir la
gira de presentación de su trabajo conceptual “Recuerdos Del Mañana”, el
cuarteto está ya trabajando en el material que formara parte de su tercer largo.
Al igual que las estrellas de la noche, la propuesta de Sylvania se centra en el power metal melódico, algo que quedó patente
desde que abrieron fuego con “ Un Mundo
Infeliz”.
A
diferencia de lo que sucedió en su visita del pasado año, en esta ocasión su vocalista
Alfonso Arróniz se mostró mucho más solvente
y comunicativo, asumiendo su rol de frontman para invitar al personal a que participara
en el show. Además también dejó buena muestra de sus cualidades vocales a la hora de atacar cortes como “La Princesa
Prometida”, rescatada de su debut “Lazos De Sangre” y su cover
de “Hijo De La Luna”, que sonó crudo, intenso y contundente en sus
pasajes más oscuros.
Pero
sin duda el auténtico motor del cuarteto fue el guitarrista Alberto Tramoyeres,
que se mostró sobrio, rotundo y efectivo, alternando cortantes riffs y desarrollos
melódicos a lo largo del camaleónico “La Tentación Del Mal”. No abandonaron el
material de su última entrega, ya que las ambientaciones juglarescas y de corte
medieval fueron las encargadas de
adentrarnos en la trepidante cabalgada contenida en “Finis Templarii”, que
Alfonso dedicó a su manager.
Aunque
Sylvania no cuentan en directo con el concurso de un teclista, los arreglos pregrabados
ayudaron a que temas como “Luna Quebrada”, ganaran en contundencia y pegada,
sorprendiendo a más de uno con el dinamismo de sus estructuras y lo pegadizo de su potente estribillo. Pese a
que su repertorio se centró en el material de su segundo redondo los
valencianos no se olvidaron de su debut “Lazos De Sangre”, del que nos
ofrecieron un medley que incluyó fragmentos del tema que le prestaba título y “Mi Juicio
Final” entre otros.
Tampoco
podía faltar, como buenos discípulos de la saga de “las calabazas”, su
particular homenaje a los germanos con
una coreadísima versión del clásico “Eagle Fly Free”, que nos abocaba sobre un
final que estuvo marcado por el tema que daba título a su Ep de 2015
“Transylvania”. Tras dar por concluida la gira de presentación de “Recuerdos
Del Mañana”, la próxima vez que tengamos ocasión de ver a Sylvania en directo será
ya presentando las composiciones de su nuevo trabajo.
A
pesar de no haberse prodigado en exceso en cuanto a lanzamientos discográficos
se refiere, la calidad de los trabajos de Opera Magna es incontestable, situándoles como
uno de los nombres imprescindibles dentro del power metal nacional. Pero su
repercusión se extiende más allá de nuestras fronteras, ya que los valencianos
han llevado su directo hasta el continente americano en varias ocasiones. Habrá
quienes opinen que su propuesta poco tiene que ofrecer dentro de un estilo en
el que todo parece ya inventado, pero cuando la banda desgrana
magistralmente los técnicos pasajes de “Rojo
Escarlata”, uno solo puede descubrirse ante unos instrumentistas de primer
nivel.
Además,
su vocalista Jose Vicente Broseta es toda una garantía en directo, moviendo
constantemente al personal mientras hace gala de su insultante facilidad para
alcanzar los exigentes registros de
“Para Siempre”. Tras presentarnos sus
armas con una doble ración de su último EP “Del Amor y Otros Demonios- Acto II”
tocaba echar por primera vez la vista atrás para recuperar una de las
composiciones de su ópera prima, “Horizontes De Gloria”, que servía para que
el frontman nos presentara a su compañero a las teclas Rubén Casas, antes de
que el tándem compuesto por los fundadores de la banda, los guitarristas
Enrique Mompó y F. Javier Nula, tomara el centro del escenario para batirse en
un fulgurante duelo.
Con
unas primeras filas cada vez más animadas Opera Magna no levantaron el pie del
acelerador, confiando para ello en uno de sus temas más oscuros y agresivos “El Demonio De La Perversidad”, con el que
desplegaban su halo mistérico antes de someternos a una nueva ración de sus
monumentales estribillos. A lo largo del show el sexteto concedió un destacado
protagonismo a las composiciones de su última entrega, que interpretaron casi
íntegramente. Así que sin concedernos ni un segundo de tregua la siguiente en
sonar fue “Donde Latía Un Corazón”, que
nos sorprendía con sus rotundos increscendos instrumentales y la fantástica interpretación de un Broseta
que se posicionó junto a Javier para alentarle a que
tocara cada vez más rápido.
Una
nueva mirada sobre su obra inspirada en los relatos y la vida del maestro Poe
serviría como excusa para adentrarnos en un extenso capítulo que incluyó los
grandilocuentes desarrollos de “Edgar
Allan Poe”, con un fantástico trabajo del batería Adrián Romero y el bajista Alejandro
Penella; para que posteriormente Broseta nos invitara a cantar algunas de las
estrofas de “Un Sueño En Un Sueño”. Sin
embargo, uno de los puntos álgidos de la noche llegó poco después de manos de
uno de sus temas más rápidos y emblemáticos “El Corazón Delator”.
Después
de semejante vendaval era un buen
momento para contemporizar los ánimos del personal. Así que Broseta y Casas se
quedaron solos en escena durante los primeros compases de “El Retrato Oval”,
que nos dejaba la estampa del vocalista
sentado en la tarima de la batería. Tras regalar varias copias de su última obra entre los asistentes tocaba volver a hacer vibrar
al personal, y para ello que mejor que dejarnos seducir por las contagiosas
melodías del primerizo “Largo Viaje”.
Para
encarar la recta final de su presentación los valencianos apostaron por ofrecernos un
primer guiño al material de “Del Amor y Otros Demonios-Acto I”, dando buena
cuenta de las melancólicas ambientaciones de “Después de Ti”. A estas alturas de la
velada Opera Magna no parecían dispuestos a dejar que se les escapara su
incontestable victoria en su retorno a la Ciudad Condal. Así que espoleados por
la excelente respuesta de sus incondicionales la banda siguió haciendo crecer la temperatura
en el local con “El Pozo Y El Péndulo”, que se convirtió en el enésimo derroche de técnica, velocidad y elegancia
para lograr poner el recinto patas arriba.
El
cambio de tercio hacia las sonoridades de corte medieval llegó durante los
compases iniciales de la pieza que da nombre a este nuevo periplo “Hijos De La
Tempestad”, que sonó como toda una
declaración de intenciones. El fin de fiesta definitivo, ante los gritos de desaprobación
de un público que quería más, llegó con “Por Un Corazón de Piedra” y “La
Herida”, que con sus pinceladas de corte
neoclásico cerraba por todo lo alto una fantástica noche power metalera.
No
están dispuestos a rendirse. Opera Magna continúan trabajando duro y dejándose la piel sobre los escenarios para
lograr consolidarse como uno de los
referentes dentro de su estilo en
nuestro país. Quizás no cuenten con el mismo apoyo que otros, pero lo cierto es
que los valencianos tienen tablas, talento y calidad suficientes para competir
con formaciones foráneas que llegan a nuestro país con la etiqueta de
estrellas.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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