Tierra Santa
son una banda que no precisa ninguna clase de presentación. Durante más de dos
décadas los riojanos han plasmado en sus obras su devoción por la historia, la
épica, la mitología y la literatura; imprimiendo su personalidad y su
característico sello a una colección de composiciones que se han
convertido, por derecho propio, en auténticos himnos para cualquier seguidor
del heavy metal cantado en la lengua de Cervantes. Cuatro años separan la
publicación de “Mi Nombre Será Leyenda” y su nuevo trabajo “Quinto Elemento”, y
aunque entre medio el quinteto revisó algunos de sus temas más emblemáticos en
“Esencia”, lo cierto es que sus incondicionales estaban deseosos por escuchar
como sonaban en directo sus nuevas composiciones. Así que la Sala Bikini de la
Ciudad Condal acabó registrando una fantástica entrada.
A diferencia de lo que sucediera en su anterior visita a este mismo
recinto, en esta ocasión, los riojanos sí que contaron con la presencia de una
banda invitada. Los elegidos para abrir la velada fueron los catalanes
Embersland, quienes aprovecharon la oportunidad para dar un buen repaso a su
tercera entrega “The Art Of Peace”. Aunque a la hora prevista para el inicio de
su presentación la sala presentaba algo más de media entrada, el sexteto
apareció en escena con la consigna clara de calentar al personal, ofreciéndonos
una propuesta sólida, heterogénea y muy trabajada, apoyándose para ello en un
metal melódico repleto de diferentes guiños y matices. Sin duda lo primero que
llamó la atención de su descarga fue el tándem que formaron Will y Clara,
repartiéndose las líneas vocales en temas como la inicial “Stricke Back” y
“Purity”, que dejaban patente la calidad y las tablas que les han valido
para ganarse una plaza en las semifinales de la presente edición del WOA Battle
Spain.
Para le recta final de sus cuarenta y cinco minutos el sexteto se reservó sus temas más antiguos. De modo que el último tercio de su actuación se abría con el que fuera el single de su segundo trabajo “Hope”. Los riffs se tornarían más directos y dinámicos durante el arranque de la primeriza “Why”. Mientras que el colofón definitivo estuvo reservado para la majestuosidad de “Sunrise(Part II)”, un extenso opus que plasmó la versatilidad y la amplitud de miras de una formación que no para de crecer y evolucionar en cada una de sus entregas.
Parece que tras un periodo de cierta inestabilidad Tierra Santa han encontrado en su nuevo guitarrista, Dan Díez, el complemento perfecto para Ángel San Juan. Ya lo demostraron en su brillante actuación en la última edición del Leyendas Del Rock. Pero ahora, con mas rodaje a sus espaldas, Dan parece haber asumido más protagonismo, haciéndose cargo de gran parte de los solos y apoyando en las tareas vocales.
Adelantándose unos minutos al horario inicialmente previsto y agasajados por sus fieles la banda tomaba posiciones pada dar el pistoletazo de salida con la composición que presta título a su última entrega “Quinto Elemento”, creando un clima de comunión con el respetable que se mantuvo a lo largo de toda la velada. Viendo la reacción del respetable, era evidente que el nuevo material ha calado entre sus incondicionales, y eso se notó en la acogida que obtuvieron temas como “Caín”, que está llamado a convertirse, desde ya, en uno de los fijos en sus repertorios.
Tras haber desgranado un par de nuevas composiciones llegaba el momento de proponernos una primera mirada al pasado con “Nerón”, que nos dejaba a los teclados de Juanan San Martín fundiéndose con las guitarras antes de que la audiencia se hiciera cargo de su fantástico estribillo. Evidentemente, no fue este el único personaje histórico que hizo acto de presencia a lo largo de la noche, ya que “Juana De Arco” fue la siguiente en presentarse para provocar el delirio entre las primeras filas.
Afortunadamente no tardaron mucho en recuperar el ritmo frenético que estaba llevando la actuación, así que todos elevamos nuestros puños al aire para acompañar los vertiginosos desarrollos de “Indomable”, que se convirtió en uno de los puntos culminantes de la noche. El equilibrio perfecto entre épica y melodías de esencia maideniana lo puso “Azote De Dios”, que resultó la antesala perfecta para que todos nos sumáramos a la fastuosa cabalgada que nos propusieron con “Pegaso”.
Fue durante la segunda mitad del show cuando Tierra Santa recurrieron a su artillería pesada, enlazando una sucesión de clásicos imprescindibles que acabaron provocando el delirio de su parroquia de incondicionales, y es que resulta imposible no sucumbir ante la majestuosidad de “Sangre De Reyes”, una coreadísima “La Sombra De La Bestia”, con todo el personal acompañando con palmas el arranque para posteriormente hacerse cargo del estribillo; o la brutal “Apocalipsis”, con los teclados nuevamente intentando robarle el protagonismo a las guitarras.
Ante una sala entregada, que coreó incansablemente el nombre de la banda, era un buen momento para adentrarnos en “La Leyendas Del Holandés Errante”. El cambio de registro hacía sonoridades más hard roqueras llegó de manos de “Otelo”. Mientras que para poner el punto y seguido a la velada el quinteto optó por “Alas De Fuego”, la imprescindible “La Momia”, que impregnaba el recinto con sus desérticas melodías; para acabar dejando paso a la novedosa “Revolución”, que con su mensaje crítico y combativo nos hacía elevar los puños al aire.
No se demoraron en exceso a la hora de regresar sobre las tablas para ofrecernos una nueva dupla de “Quinto Elemento”, de manos de una de sus composiciones más destacadas “Fuego En El Paraíso”, para posteriormente volver a hacernos agitar la cabeza con “Mody Dick”, antes de volver a retirarse a los camerinos. El segundo y último bis arrancó con uno de sus temas más emblemáticos “Legendario”. Pero, como era previsible, el momento de comunión total con sus seguidores llegó justo antes de la despedida definitiva, al enlazar las dos partes de “La Canción Del Pirata”.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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