Una
de las noches más frías de lo que llevamos de 2018, con amenaza de nieve incluida, fue la fecha escogida para
el desembarco de Pestilence en tierras catalanas. Pese a las gélidas temperaturas
un buen numero de seguidores no quisieron perderse la descarga del combo
holandés en la Sala Upload del Poble Espanyol. Aunque la actualidad de la banda
viene marcada por la edición de su nueva obra “Hadeon”, Patrick Mameli y sus
muchachos nos convocaron para ofrecernos un repertorio clásico, basado en el
material de sus primeras entregas, aquellas que les ayudaron a convertirse en
un referente obligado para cualquier seguidor de la escena extrema de finales
de los ochenta y principios de los noventa. La actual encarnación de Pestilence
se completa con el guitarrista Calin
Paraschiv y la base rítmica que conforman el bajista Tilen Hudrap y el batería
Septimiu Harsan.
Pero
no era esta la única actuación de la noche, ya que justo antes de que Pestilence
nos sumergieran de lleno en la nostalgia contaríamos con el concurso de
Moonloop, una formación que ostenta tablas, talento, veteranía, y que ha dejado
plasmada su excelsa calidad instrumental
en sus entregas de estudio. Nadie quería perderse la descarga de Eric Baulenas
y sus muchachos, así que cuando empezó a sonar su introducción la sala
presentaba ya un fantástico ambiente. Como ya sucediera en anteriores
ocasiones, Eric volvió a erigirse como el líder y motor de los barceloneses,
atrayendo gran parte de las miradas desde que nos deleitara con el virtuoso
arranque de “Megalodon”. Pero que nadie piense que el resto de sus compañeros
no estuvieron a la altura, ya que todos rayaron a un excelente nivel,
destacando especialmente el concurso del bajista Vic Granell, que dio todo una
exhibición a la hora de atacar las seis cuerdas de su bajo durante los laberínticos
desarrollos de “A Life Divided”, que se
convertía en el primer guiño a “Deeply From The Earth”.
El
retorno sobre el material de su última entrega discográfica “Devocean”, que
veía la luz el pasado año, llegó de manos del grandilocuente “Interglacial”,
que hacia retumbar los cimentos del local con
la aplastante intensidad de su
base rítmica. En una noche tan especial, en la que el pasado tuvo un peso
indiscutible, no podía faltar el homenaje a una de las figuras imprescindibles del
death metal, el añorado Chuck Schuldiner, líder de los míticos Death, de los
que interpretaron “Suicide Machine” para acabar recabando una fastuosa ovación.
Para redondear su fantástico show los catalanes optaron por los extravagantes
cambios de ritmo de la descomunal “Medusa”, una pieza que llevan interpretando
desde tiempo antes de que viera la luz su última entrega discográfica. En definitiva,
Moonloop volvieron a dejar patente con su impecable presentación el porque son
una de las bandas más interesantes de la escena catalana.
Evolución,
innovación, vanguardia musical. Durante los primeros años de su carrera
Pestilence se caracterizaron por ir madurando y perfilando una propuesta
personal y compleja, en la que lejos de mantenerse anclados a los cánones del género optaron por abrir su
sonido hacia otros derroteros, aunque siempre conservando la esencia
thrash-death que les vio dar sus primero pasos. Con un catálogo tan variado y
heterogéneo, resulta evidente que cada seguidor de la banda tendrá su obra
favorita dependiendo de sus gustos personales. Pero lo que nadie puede negarle
a la banda que capitanea Patrick Mameli es que el paso de los años les ha convertido en influencia e inspiración
para muchos músicos.
Ante
una sala prácticamente llena llegaba el momento de abandonarse a la nostalgia,
de volver a disfrutar del pasado con una banda que parece a dispuesta a
recuperar el tiempo perdido. Arrancaron como si fueran un vendaval desatado,
poniendo toda la carne en el asador para hacer mover al personal en un primer
tramo delirante, en el que se concentraron en ofrecernos un exhaustivo repaso
de su prometedor debut “Malleus Maleficarum”. Las primeras en sonar, para
sorpresa de gran parte de los presentes, fueron “Malleus Maleficarum/
Antropomorphia”, sumergiéndonos de lleno en su despiadada velocidad, con un Partrick al que se vio algo forzado al
tratar de emular las líneas vocales que originalmente grabó Martin Van Drunen.
Pese
a ello, la banda sonó solida y compacta, haciendo que el personal se metiera de
lleno en el concierto, provocando una
constante sucesión de pogos que no hicieron más que calentar los ánimos de una
audiencia fiel y devota, que no se cortó a la
hora de corear el estribillo del demoledor “Parricide”. Al igual que
sucediera en su debut de 1988 la
siguiente en sonar fue “Subordinate To The Domination”, que nos dejaba con el
humeante intercambio de solos entre ambos hachas. El último recuerdo a su primera obra estuvo reservado para el
monumental “Commandments”, un tema que con
sus aplastantes cambios de ritmo dejaba patente ya en su época que los
holandeses estaban llamados a tener un sello personal dentro de la escena
extrema.
Me
gustó mucho el planteamiento que Patrick dio al show de esta noche, tocando los
temas de forma cronológica, algo que nos permitió apreciar la evolución que siguió el sonido de la banda
disco a disco. Así que tras agradecernos nuestra presencia el frontman nos
comentó que llegaba el momento de bucear en el material de “Consuming Impulse”.
De modo que el sonido de la base rítmica se torno más aplastante y la voz más
profunda y death metalera a la hora de abordar “Dehydrated”, convirtiendo las
primeras filas en una batalla campal mientras hacían acto de presencia los
primeros surfers de la noche. Pero sin duda uno de los momentos álgidos de la noche llegó con “Chronic Infection”, con
el cuarteto dando una clase magistral a la hora de proponernos sus explosivos cambios y sus intrincados desarrollos instrumentales.
Pese
a que comentaba al inicio, el repertorio de esta noche estuvo centrado en el
material de sus primeros discos, el álbum que tuvo un mayor protagonismo fue
“Testimony Of The Ancients”, del que interpretaron hasta cinco temas. “The Secrecies
Of Horror”, nos pasó por lo alto como si fuera una apisonadora, con Patrick
dando una mayor profundidad a sus líneas vocales mientras la batería de Harsan
nos volaba la cabeza. El momento emotivo de la noche llegó durante los
prolegómenos de “Twisted Truth”, con Patrick haciendo callar al personal para
comunicarnos el fallecimiento del guitarrista Fabiano Penna de Rabaellium, con
los que habían girado recientemente.
A
estas alturas del show la comunión entre la banda y sus seguidores era ya
absoluta, así que todos coreamos la melodía central de “Land Of Tears”, que nos
allanaba el camino hacia las pantanosas
sonoridades de “Prophetic Revelations” mientras el escenario quedaba oculto
tras una densa nube de humo. Tras presentarnos a sus actuales compañeros
Patrick nos anunciaba el último tema de la noche “Presence Of The Dead”.
Acompañados
de los cánticos del respetable el cuarteto no tardó en regresar sobre las
tablas para ofrecernos en el arranque de
los bises el único guiño que se permitieron a su trabajo de 1993 “Spheres”;
dando buena cuenta del desgarrador “Mind Reflections”. Mientras que la
despedida definitiva estuvo reservada para el imprescindible “Out Of The Body”.
Sinceramente creo que esta gira debe servir para que la gente se entere de que
Pestilence están de nuevo en la brecha y en un excelente estado de forma. Así
que esperemos que no tarden en regresar para ofrecernos un repertorio en el que
tengan cabida algunas de sus nuevas composiciones.
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