Las
buenas costumbres no deben perderse. En las últimas semanas se esta
convirtiendo en habitual que las anodinas tardes de domingo se hayan convertido
en nuestra cita obligada con el Route
Resurrection. En esta ocasión los organizadores del festival gallego nos
proponían una cita con Trivium, una formación que parecía destinada a codearse
con los grandes nombres, pero que nunca llegó a dar el salto definitivo. Tras
su irregular descarga en la Sala Apolo, hace aproximadamente un año, los de
Orlando regresaban a la sala mediana del
Razzmatazz para presentar su fantástico último trabajo “The Sin And The
Sentence”, que les ha permitido recuperar parte del terreno perdido en sus
últimas entregas. Además los americanos
se presentaban escoltados por dos bandas con marcado perfil metalero, Venom
Prison y Power Trip, con lo que el headbanging y los circle pits estaban garantizados.
Los
encargados de dar el pistoletazo de salida fueron Venom Prison, quienes
aprovecharon su escueto tiempo sobre las tablas para calentar al personal con
su rotundo death metal salpicado de pinceladas hardcore. Precedidos de una
apocalíptica introducción el quinteto tomaba posiciones para expandir la rotundidad
de los corrosivos riffs que marcaron la inicial “Abysmal Agony”, que se
convertía en la espita que hizo prender a las
primeras filas mientras su vocalista, Larissa Stupar, se encargaba de
llenar el escenario con sus carreras y sus espasmódicos movimientos. Los ingleses
sonaron crudos, rotundos y demoledores, y la mejor prueba fue la solidez y los
explosivos cambios de ritmo que nos propusieron a lo largo de “Babylon The
Whore”, que fusionaba ferocidad extrema
con el Groove más denso y machacón.
Como
era previsible, teniendo en cuenta su corta andadura, el grueso de su
repertorio estuvo centrado en las composiciones de su primer largo “Animus”
(2016), de modo que no faltaron andanadas salvajes e incendiarias como “Desecration
Of Human Privilege”, o las malignas ambientaciones de “Corrode The Black Sun”, que con sus
amenazantes líneas de bajo nos abocaba a otra exhibición de guturales de la
explosiva Larissa.
Pese
a la agresividad, la frescura, y la ira que Venom Prison desplegaron en escena,
el quinteto también se permitió alguna
concesión hacía derroteros melódicos durante el arranque de “Womb Forced
Animus”. Sin que la acción se detuviera ni un instante en los aledaños del
escenario los ingleses encaraban la
recta final de su presentación recurriendo al bombardeante ritmo de “Celestial
Patricide”, dejando que el encargado de poner el broche definitivo a su debut
en tierras catalanas fuera el único y
solitario guiño que se permitieron al material de su EP debut: “The Primal
Chaos”.
Los
siguientes en ganar las tablas de una sala que a esas horas de la tarde
empezaba a registrar ya una notable entrada fueron Power Trip. No era para menos, ya que viendo la
expectación que se respiraba en la sala resultaba
obvio que nadie quería perderse su descarga. Y es que desde la
publicación de su segundo largo “Nightmare Logic”, la formación de Dallas se ha
convertido en uno de los nuevos valores del thrash/crossover.
Había
muchas expectativas puestas en su descarga, y lo cierto es que el hiperactivo
Riley Gale y sus secuaces no defraudaron y acabaron marcándose una descarga
abrumadora. Salieron dispuestos a noquear al personal, ofreciéndonos en el
arranque una doble ración de su último redondo. Así que la fiesta se desató
rápidamente cuando los texanos atacaron sus instrumentos para hacer mover al personal
con los desquiciantes fraseos de “Soul
Sacrifice”, y la riffera “Executioner´s Tax (Swing Of The Axe)”, que nos hacía
alzar los puños mientras nos sumábamos a sus rabiosos coros.
Tras
haber calentado motores era un buen momento para sacar lustre a una de sus
primeras composiciones , “Divine Appretension”. Aunque, personalmente, creo que
la producción de sus primeras grabaciones
no acaba de hacer justicia a su sonido, lo cierto es que en directo temas
como “The Hammer Of Dout”, sonaron letales, sucios y corrosivos.
Absolutamente
desatados y en perfecta sintonía con los seguidores que poblaban las primeras
filas, la banda no tuvo problemas para mantener el alto ritmo que imprimieron
al show, enlazando muchos de sus temas. Sin duda uno de los momentos culminantes
de su presentación llegó con el tema que
presta título a su última entrega
“Nightmare Logic”, que con sus mosheantes riffs se encargaba de contemporizar
el ambiente antes de abocarnos sobre
“Crucifixation”, que se convertía en la
enésima demostración de voracidad
thrashera.
Mientras
el personal alzaba sus cuernos a modo de
saludo, Gale saltaba para pegar una patada al aire y dar la señal de salida a “Murderer´s
Row”, dejando que sus vibrantes coros
volvieran a convertirse en la excusa perfecta para que el personal danzara en círculos.
Antes de despedirse Power Trip todavía tuvieron tiempo de castigar, una vez más,
nuestras cervicales con un trallazo incontestable como “Firing Squad”, antes de cerrar su show
por todo lo alto con lo que fue el tema
de apertura de su primer largo “Manifest Decimation”. Incontestables, Power
Trip llegaron para reivindicarse como una de las nuevas sensaciones del
thrash/crossover, y lo consiguieron ofreciéndonos un show plagado de velocidad,
diversión y actitud. Esperemos que no tarden en regresar.
Teniendo
en cuenta la previa que acabábamos de presenciar no lo iban a tener fácil Matt
Heafy y sus muchachos para convertirse en los indiscutibles triunfadores de la velada. Pero la verdad es que Trivium demostraron estar en estos
momentos en una clara línea ascendente, tal y como dejaron patente con “The Sin
And The Sentence”. Además la formación de Orlando parece hacer encontrado en la
figura de Alex Bent al batería perfecto. Otro detalle a destacar fue que en
esta ocasión me pareció que Heafy supo
dosificarse mejor, dejando que Corey Beaulieu se encargara de muchos de los
registros guturales.
Sin
duda el cartel de esta noche hacía presagiar que Trivium venían dispuestos a
reivindicar su faceta más netamente metalera, y eso se notó en la actitud y entrega de un público que enloqueció cuando
empezó a sonar a través del P.A. “Run To The Hills”. Con las primeras filas
reivindicando un papel protagonista, el show arrancaba con la novedosa “The Sin And The Sentence”,
que fue fantásticamente recibida, con el personal botando como si de un clásico se tratase.
Respaldados sobre un vistoso juego de luces, y con los músicos moviéndose con
soltura por el escenario, Heafy gesticuló ostensiblemente para dividir la pista
en dos durante el arranque de “Throes Of Perdition”, que combinaba la pegada de
sus melódicos estribillos con desarrollos incisivos y letales .
La
fiesta no había hecho más que comenzar, así que tras un par de temas que
sirvieron para que banda y público se pusieran en situación llegaba el momento
de una de las composiciones más rápidas y rabiosas de su última obra, “Betrayer” con un
descomunal Alex Bent machacando sin compasión sus parches. El concierto de esta
noche suponía la tercera y última escala de su periplo por nuestro país, de
modo que Heafy no quiso dejar pasar la ocasión de picarnos durante el speech
que sirvió como preámbulo para uno de sus himnos clásicos “Ascendary”, que
acabó dejando paso a los tempos más densos y tortuosos de “Server The Hand”,
que de entre las nuevas fue de las que pasó más desapercibida.
Para
volver a levantar el ánimo del personal el combo de Orlando optó por hacer una
primera incursión en su obra de 2011, “In
Waves”, proponiéndonos la dualidad de “Inception Of The End”, que se saldaba
con el respetable coreando el nombre de la banda. Tampoco se olvidaron de
ofrecernos algún fugaz destello de su
anterior “Silence In The Snow”, sumergiéndonos de lleno en las envolventes ambientaciones de “Until The World Goes Cold”.
A medida que fue avanzando el show el
nivel de conexión entre banda y público fue en aumento, y más aún cuando Heafy
abandonó su posición en el centro del escenario para acercarse a las primeras
filas.
Aunque
el sonido fue potente y nítido durante todo el show, Paolo Gregoletto tuvo que lidiar con algún problema técnico durante “Thrown Into
The Fire”, aunque esto no pareció importar a un público que se entregó al
máximo. El momento de cantar llegó durante el arranque de “Strife”, conduciéndonos
hacia el épico duelo que nos brindaron Heafy y Beaulieu.
Precisamente, fue el propio frontman quien se quedó solo en escena para
agradecernos nuestra presencia durante la presentación de “Caustic Are The Ties That Bind”, para
posteriormente poner punto y seguido al show con una doble ración de su última
entrega: “The Heart From Your Hate”, que con su hímnico estribillo ponía el
recinto patas arriba; y el demoledor “Beyond Oblivion”.
El
retorno sobre las tablas, acompañados de los cánticos del respetable, estuvo reservado
para “Shattering The Skies Above”. Uno
de los momentos destacados de la noche llegaría justo a continuación, con los
alocados circle-pits que acompañaron a “Pull Harder On The Strings Of Your
Martyr”. Mientras que el último asalto estuvo
reservado para la pieza que daba título a su quinta entrega, el melódico “In
Waves”.
Si
en anteriores visitas Trivium habían sembrado alguna duda entre sus seguidores,
en esta ocasión, Matt Heafy y sus muchachos pasaron como un ciclón por la
ciudad Condal exhibiendo músculo, tablas y calidad, dejando
patente que están en un excelente estado de forma.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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