Esta
tenía que ser una gran noche, pero lamentablemente no pudo ser. Angelus Apatrida
no sólo se han convertido en la punta de lanza de nuestro thrash metal, sino que además en los últimos
años el cuarteto ha girado intensamente más allá de nuestras fronteras.
Precisamente el concierto de esta noche, lunes festivo en Barcelona, tenía que
ser junto a su descarga en Valencia programada para la noche siguiente, las dos
últimas paradas de la primera parte de la gira que les ha llevado por el Viejo
Continente presentando su último redondo “Cabaret De La Guillotine”.
Pero,
desafortunadamente, hay situaciones que no se pueden controlar. Pocas horas
antes de que abrieran las puertas de la sala mediana del Razzmatazz empezaba a
circular a través de las redes sociales la noticia de que los manchegos tenían
que suspender su actuación a causa de un problema renal, que precisó ingreso hospitalario, de su batería Víctor
Valera.
Una
nota en la puerta de la sala nos confirmaba la inoportuna noticia. Así que mientras los
seguidores de la banda se concentraban en los alrededores del recinto los
propios músicos salían a su encuentro para informar de lo sucedido. Tras recibir las muestras de cariño
y los mensajes de apoyo a Víctor,
Guillermo, David y José se
comprometieron a regresar lo antes
posible para saldar su deuda con la audiencia barcelonesa.
Afortunadamente,
este imprevisto de última hora no supuso la suspensión de las descargas de las
dos bandas que han acompañado a los manchegos en su actual periplo europeo. Así
que los baleares Trallery fueron quienes se encargaron de dar el pistoletazo de
salida presentando las composiciones de su última entrega discográfica
“Spiritless”. Mientras que los encargados de tomar el testigo y cerrar la
velada con un rotunda sesión death metal old school fueron los americanos Skeletal Remains.
Para
aclarar posibles dudas, antes de que el trío balear tomara las tablas,
Guillermo, David y José aparecieron en escena para explicarnos lo que había
sucedido. La respuesta del público fue impecable, interrumpiendo los
parlamentos con diferentes muestras de cariño y coreando el nombre de Víctor en
repetidas ocasiones.
Desde
que se dieran a conocer al ser los vencedores de W:O:A: Metal Battle 2013 en
nuestro país y tras representarnos quedando en tercera posición en el certamen
internacional que cada año se celebra en el mítico festival de Wacken, la trayectoria de Trallery ha seguido
una clara línea ascendente. Tras la excelente carta de presentación que supuso
“Catalepsy”, los mallorquines regresaban a la carga con “Spiritless”, un álbum
más maduro y ambicioso en el que dejaban patente que son mucho más que una
buena banda de thrash metal.
Y es
que pese a formar como trío, lo cierto es que el sonido de Trallery es
absolutamente arrollador, ya que Sebas, Humberto y Biel son unos excelentes
instrumentistas. Aunque, personalmente, me quedaría con la clase y la
versatilidad que exhibió un fantástico Biel Gayà, que combinó a la perfección
feroces y afiladísimos riffs con desarrollos instrumentales cargados de magia,
elegancia y feeling.
Imparables,
y contando en todo momento con la complicidad de una base de seguidores que va
creciendo en cada una de sus visitas, Trallery nos ofrecieron un auténtico
recital, haciendo retumbar los cimientos del local desde que irrumpieran en
escena con “Spiritless”. Con el desparpajo y la confianza de tocar como si
estuvieran en casa, los baleares supieron conectar rápidamente con los
seguidores que copaban las primeras filas, así que atendiendo a las demandas de
Humberto, que no paró de moverse y animar durante todo el show, los aledaños
del escenario se convirtieron en una batalla
campal para acompañar los devastadores fraseos de “Unknown Confusion”.
Tras
haber agitado al personal tocaba cambiar diametralmente de registro y levantar
ligeramente el pie del acelerador, invitando a todos los presentes a que agitaran
frenéticamente la cabeza siguiendo el
titánico riff de “Evil Pride”. Habiendo repasado algunos de los mejores
momentos de su última entrega discográfica era un buen momento para proponernos
una primera mirada al pasado de manos de “White Shadow”, que se convertía en la
excusa perfecta para que los más animados no dejaran de danzar en círculos.
Como
comentaba anteriormente el crecimiento de los baleares parece imparable. Pues
bien, uno de los temas que mejor muestra la madurez compositiva que han
alcanzado es el trepidante “Scavenger Crow”, que funde a la perfección su vertiente
más thasher con unas buenas dosis de sofisticación melódica. Acto seguido
llegaría la primera sorpresa de la noche. Ya que si el ambiente no estaba
suficientemente caldeado los baleares se sacaron de la manga una fantástica
versión del “Creeping Death” que propiciaba que la sala se viniera literalmente abajo. Con
el personal todavía reponiéndose del shock Humberto se encargó de presentarnos
el siguiente tema “Collateral Damage”, con el frontman desdoblándose entre
afilados agudos y registros desgarradores.
Ya
nos había avisado el propio Guillermo que si se veían con ánimos no descartaban
subirse al escenario para tocar algún tema. Y así lo hicieron. Pero no fueron
los únicos que se sumaron a Trallery para el último tema que interpretaron el
clásico de Pantera “Domination”; ya que a la fiesta también se sumaron algunos
miembros de Crisix para entre todos ofrecernos un delirante fin de fiesta con
David, Guillermo y José lanzándose sobre el público.
Con
el tiempo justo para recuperar el aliento tras la arrolladora descarga que nos
brindaron Trallery nos preparábamos para
presenciar la actuación de los que a la postre serían los encargados de cerrar
la velada: Skeletal Remains. Aunque el estilo de los americanos se aleja
sensiblemente de los parámetros más thashers que marcan los albaceteños, lo
cierto es que la banda que lidera el guitarrista Chris Monroy, al que ya
conocíamos por sus visitas previas junto a Fueled By Fire, acabó cuajando una
fantástica descarga.
Con
su tercer largo “Devouring Mortality” recién salido del horno, y presentando la
novedad en su alineación del batería Joe Martin, el combo californiano desfiló
con paso firme e incontestable por el escenario de la sala mediana del
Razzmatazz, ofreciéndonos una buena sesión de death metal old schood, haciendo
que a los más veteranos se nos vinieran a la cabeza nombres ilustres como Pestilence, Obituary o Death.
Respaldados
sobre un sonido aplastante, que estuvo cimentado sobre los abrasivos riffs de
Adrian Obregon y el propio Chris Monroy, la banda repasó algunos de los mejores
cortes de su última entrega, propiciando que la acción no se detuviera en los
aledaños del escenario mientras los músicos se agitaban frenéticamente para
hacernos transitar a través de las
infernales ambientaciones que marcaron temas como “Devouring Mortality ” y
“Torture Labyrinth”.
Pese
a que el bajista Adrian Marquez se esforzó por chapurrear alguna palabra en
castellano, no puede decirse que los americanos se mostraran muy comunicativos a
la hora de las presentaciones , dejando que temas como el primerizo “Homicidal
Pulchritude” o “Sub-Zero Termination”, se acabaran convirtiendo en su mejor
carta de presentación. Como comentaba anteriormente, el sonido y las
estructuras clásicas juegan un papel importante dentro de la propuesta de
Skeletal Remains, y la mejor prueba fueron los explosivos cambios de ritmo de
“Seismic Abyss”, del que recientemente presentaron video-clip.
Con
la gente cada vez más animada, y con los americanos muy cómodos en escena,
llegaba el momento de que todos levantáramos los puños al aire para acompañar
las trepidantes cabalgadas del descomunal “Beyond Creation”, que nos dejaba la
estampa de banda y público castigando las cervicales en sus desquiciantes
aceleraciones. No abandonarían el material de su segunda referencia “Condemned
To Misery” ya que la encargada de hacernos encarar la recta final del show fue
“Euphoric Bloodfeast”, que se saldaba con Humberto de Trallery regresando a
escena para lanzarse sobre el publico.
Pero
no fue el frontman de los mallorquines el único que voló durante el tramo final de la
descarga de Skeletal Remains, ya que durante “Traumatic Existence”, que fue la
elegida para poner el punto y seguido, fue Guillermo el que acabó lanzándose
sobre nuestras cabezas. Antes de dar el concierto por concluido el cuarteto
californiano todavía tuvo ocasión de interpretar “Hung, Drawn And Quartered”,
con la que rindieron pleitesía a los
británicos Cancer.
En
resumen buenas descargas de unos Trallery imparables, que continúan creciendo y
consolidándose día a día como una de las bandas más interesantes de nuestro
país; y unos Skeletal Remains que pese a tocar ante un público thrashero
acabaron dejando una fantástica impresión. En cualquier, ahora lo más
importante es desear una pronta recuperación a Víctor Valera y aguardar a que Angelus Apatrida puedan estar pronto de
vuelta en los escenarios de la Ciudad Condal.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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