Lo hemos visto nacer, crecer y consolidarse.
Desde aquella primera edición en 2014 el festival Be Prog! My Friend, se ha
convertido en una cita imprescindible para cualquier seguidor de la vanguardia
musical y las sonoridades progresivas. A lo largo de sus cuatro ediciones
previas han desfilado por la Plaza Mayor del Poble Espanyol diferentes bandas y
artistas, con los que la organización ha mostrado su amplitud de miras y su
intención de llegar a un público de lo más variado y heterogéneo, ( ya sea en
edad, o en preferencias estilísticas), aunque siempre apostando por la calidad.
Así que teniendo en cuenta estas premisas esta quinta edición no iba a ser una excepción, ya que a lo largo de dos jornadas desfilarían por tan pintoresco enclave bandas como Persefone, Plini, Oranssi Pazuzu, o los reunidos Burst. Tampoco faltaron bandas ya consolidadas dentro de la escena internacional como Pain Of Salvation, Baroness o Gazpacho. Pero sin duda los principales reclamos para gran parte de los asistentes fueron A Perfect Circle y Sons Of Apollo, el enésimo proyecto del polifacético Mike Portnoy. Mientras que el elegido para poner la guinda al festival con su elegancia y clasicismo fue el mítico Steve Hackett quien repasó algunos de los clásicos imprescindibles de Genesis.
Evidentemente, teniendo en cuenta que estamos ya en pleno verano, el sol y el calor también acabaron convirtiéndose en protagonistas del festival. Una vez más el recinto resultó el enclave perfecto para la cita, ya que pese a la destacable respuesta del respetable (especialmente durante la jornada del viernes), con una nutrida presencia de público de fuera de nuestras fronteras, lo cierto es que en ningún momento hubo grandes colas, ni sensación de agobio y aglomeraciones.
PERSEFONE
Pese
a proceder de Andorra, por proximidad y ser unos grandes conocidos dentro de la
escena de aquí, podríamos decir que PERSEFONE pusieron la nota
local dentro de la presente edición del BE PROG! Sin duda, una
de nuestras bandas más valoradas internacionalmente dentro del género
progresivo en su vertiente más agresiva. De hecho, este verano se embarcan en
una gira norteamericana y no es de extrañar que su vocalista se dirigiese en
todo momento a la audiencia en inglés, teniendo en cuenta el elevado porcentaje
de público extranjero que se dio cita en el Poble Espanyol.
Con
un Marc Martins a las voces totalmente desbocado, los andorranos salieron a
degüello a aprovechar al máximo los 45 minutos que tenían disponibles.
Aunque el calor era agonizante, las zonas de sombra todavía escasas y la cola
de entrada al recinto larga, una cantidad respetable de público se congregó
desde primera hora para presenciar su actuación.
Agresividad
y melodía a partes iguales con una perfecta combinación de guturales por parte
de Martins y las voces limpias de Miguel Espinosa, este último también a los
teclados. Temas como “Prison Skin” o “Mind As A Universe” sonaron
contundentes con una base rítmica incontestable y un trabajo de guitarras como
siempre excepcional en esta banda. Las voces sampleadas de Paul Masdival
introdujeron “Living Waves”, tema en el que colabora el cantante y guitarrista
de CYNIC.
Un
buen inicio para el festival de unos PERSEFONE que sellaron la
actuación más cañera del cartel de este año.
BARONESS
Días
antes de su actuación en el BE PROG!, el batería de BARONESS,
Sebastian Thomson, tuvo que ausentarse de algunos conciertos (entre
ellos, su actuación en el Hellfest) por temas familiares urgentes. Esos compromisos
se saldaron con improvisados shows acústicos. No iba a ser el caso de
Barcelona, ya que de nuevo iba a estar toda la formación al completo y esas
ganas de verse todos de nuevo estuvieron presentes.
La
progresión de BARONESS ha sido espectacular, sólo truncada por
el grave accidente de tráfico que tuvieron en el 2012. No obstante, su último
lanzamiento, “Purple”, les ha culminado de nuevo a la cúspide y la aprobación
magnánima de la crítica.
El
cantante, guitarrista y líder de la banda, John Baizley, transmite una simpatia
desde el escenario que se traslada a sus compañeros y a todo el público. La
reciente incorporación de Gina Gleason ha sido una bocanada de aire fresco para
el grupo, no solo por sus aportaciones a la guitarra sino también a los
coros. Cayeron temas como “Shock Me” o “Chlorine & Wine” que son buena
muestra del cambio que ha supuesto el nuevo disco de la banda, con canciones
más melódicas y asequibles. Por otro lado, cortes pertenecientes a sus
anteriores discos como “The Sweetest Curse”, “A Horse Called Golgotha” o “Take
My Bones Away” evidenciaron el lado más corrosivo de los de Georgia.
Una
actuación mágica, tremendamente enérgica y contagiosa de bueno rollo y buenas
emociones.
PAIN OF SALVATION
Los
siguientes en aparecer en escena fueron Daniel
Gildenlöw y sus muchachos, quienes regresaban a la Ciudad Condal tras su
apoteósica visita en la Sala Bikini en Abril de 2017. La principal novedad en
la alineación del combo sueco venía dada por el retorno del guitarrista Johan
Hallgren, quien se reincorporó en Mayo del pasado año.
Debo
admitirlo, me sorprendió muy positivamente la garra, la fuerza y la
intensidad que desplegaron Pain Of
Salvation en escena, personificada en la figura de un Daniel Gildenlöw que derrochó vitalidad y entrega, contagiando
tanto a sus propios compañeros como a una audiencia que se mostró de lo más
animada y participativa desde que dieran el pistoletazo de salida con “Full
Throttle Tribe”.
Otro
detalle a destacar fue el excelso trabajo vocal tanto del propio frontman, que
se mostró en un espectacular estado de forma, como del resto de sus compañeros,
que hicieron un fantástico trabajo en temas como el coral “Reasons”. Nuestro
viaje a través de su exitoso “In The Passing Light Of Day”, prosiguió con la
desgarradora “Meaningless”, con la que se desmarcaban de su vena más roquera
para adentrarse en la crudeza de los sentimientos más oscuros.
Tras
firmar esta brillante tripleta de apertura con la que consiguieron meterse al
publico en el bolsillo, Daniel tomó la palabra para explayarse a su gusto en un
largo speech que se saldó con el vocalista haciendo rugir al personal antes de
mostrarnos el punch del riff que sirvió como hilo conductor para “Lineleum”.
Una mirada retrospectiva nos sirvió para recordar los ritmos entrecortados de
“Rope Ends”, que se acabaría fundiendo con los aromas más elegantes y delicados
de “Beyond The Pale”, completando así
una doble ración de su “Remedy Lane”.
Pero
no fueron estas las únicas gemas que tuvieron ocasión de degustar los fans más
veteranos de los suecos, ya que acto seguido le llegó el turno a “Kingdom Of
Less” que con Daniel desprovisto de su guitarra acabó convirtiéndose en uno de
los momentos más emotivos y vibrantes de su presentación. No tardaron mucho las
guitarras en recuperar todo su esplendor para hacer rugir nuevamente al
personal durante el vibrante “Inside Out”, con la banda agitándose
convulsamente sobre el escenario para transportarnos sobre su épico increscendo
final.
“Silent
God”, sería la elegida para que el frontman nos arrollara con la personalidad
de su registro, mostrandose crudo, desgarrador y potente, para acabar firmando
una de las mejores interpretaciones de la noche. Como si de una montaña rusa se
tratara nuevamente la banda volvería a
mostrar su faceta más directa y contundente a lo largo de “On Tuesday”,
dejándonos un imponente trabajo a las voces del batería francés Léo Margarit.
El
colofón definitivo para la descarga de unos Pain Of Salvation que acabaron
dejando unas inmejorables sensaciones fue la extensa y camaleónica “The Passing
Light Of Day”, finiquitando así una
actuación que tardaremos en olvidar, y que sin duda fue de las más destacadas
de esta quinta edición del Be Prog! My Friend.
A PERFECT CIRCLE
Cuando
alguien tarda la friolera de catorce años en publicar un nuevo trabajo, ese es
el lapso de tiempo que separa “Emotive” y “Eat The Elephant”, corre el riesgo de que el público le olvide,
y más en un negocio dominado por la inmediatez y la tiranía de los éxitos de
“usar y tirar”. Pero si tras la banda está la alargada figura del imprevisible
frontman Maynard James Keenan y su lugarteniente Billy Howerdel la cosa cambia radicalmente.
Por
si la actualidad del combo americano, -marcada por la edición de su nuevo
trabajo y su vuelta a la carretera-, no fuera suficientemente ajetreada, Maynard
ha tenido que salir al paso de la
acusación de una fan que afirma que el vocalista abusó sexualmente de ella
en el año 2000. Pese a ello, estas
graves acusaciones no parecen haber trastocado los planes de la banda, por lo
menos de momento. Así que tras su accidentado paso por el Download Festival de
Madrid, los americanos se presentaban en la Ciudad Condal como uno de los
platos fuertes de esta primera jornada del
Be Prog! My Friend.
No,
no lo iban a tener nada fácil tras la apabullante descarga de unos Pain Of
Salvation que rayaron a un excelente nivel. Pero, evidentemente, el hecho de
tocar ya de noche, y de llevar su
producción completa acabaron resultando dos factores claves para que los
americanos se convirtieran en los indiscutibles triunfadores de la velada. Pese
a ello, hubo algunos detalles que personalmente no me acabaron de convencer. El
primero fue un repertorio excesivamente centrado en el material de “Eat The
Elephant”. Y el segundo fue el invisible muro que separó a Maynard y sus
seguidores. Todos sabemos que cada artista da a sus presentaciones una
ambientación determinada para conseguir transmitir un feeling especial y único.
De modo que A Perfect Circle optaron por sumergirnos de lleno en unas
atmosferas densas e hipnóticas, que se vieron potenciadas a su máxima expresión
por la figura de un Maynard que se pasó todo el show en una tarima situada en
la parte trasera del escenario, sumido en la más absoluta penumbra y sin que ninguna luz nos dejara ver su
rostro.
Pese
a ello, la banda acabó hechizando a gran parte de los presentes, gracias en
gran medida a su espectacular juego de luces y a la potencia y nitidez de un
sonido que estuvo de diez desde los compases iniciales de la pieza que presta
título a su cuarta entrega “Eat The
Elephant”, para rápidamente dejar que la luz nos deslumbrara a lo largo de
“Disillusioned”, que nos dejaba la silueta del frontman deambulando en círculos
desde su plataforma enfundado en un “discreto” traje de color naranja.
Aunque
como comentaba el gran protagonista de la velada fue su más reciente entrega
discográfica, no faltaron algunos jugosos recuerdos de su opera prima “Mer De
Noms”, sumergiéndonos de lleno en las evocadoras melodías de “The Hollow”, o la
tortuosa e inquietante “Rose”, que con su abrasiva intensidad se acabó
convirtiendo en uno de los momentos álgidos de esta primera parte del show.
Pero no fue el único, ya que durante “Weak And Powerless”, primer recuerdo que
se permitieron a “Thirteenth Step”, pudimos ver como una entregada audiencia acompañó
con palmas todo el tema antes de tributar a sus héroes una fastuosa ovación.
Y es
que con A perfect Circle no hay medias tintas. O los amas, o los odias. Y esta
noche los californianos estaban en su
salsa, ante un público que había aguardado mucho tiempo por verles, y que
parecía dispuesto a dejarse llevar a su particular universo sonoro, y la mejor
prueba fue comprobar la rotundidad con que descargaron temas como “Thomas”, o
ver como la banda hizo suyo el clásico de Depeche Mode “People Are People”.
Aunque
Maynard se mostró bastante frío y
distante, lo cierto es que el vocalista no quiso dejar pasar la ocasión de alabar el pintoresco enclave del festival justo antes de arrancar una segunda parte del show que arrancaba con
la distinguida elegancia de “The
Contrarian”, que nos dejaba el escenario teñido de rojo antes de dejar paso a
un celebradísimo “Talk, Talk”.
Evidentemente
tampoco faltó ese toque vanguardista y un tanto experimental que siempre ha
estado presente en la música de A Perfect Circle, y que sirvió como excusa para hacernos cambiar de
registro y adentrarnos en “Hourglass”. Mientras que la encargada de desplegar
todo su potencial épico fue la angustiosa
“The Doomed”.
“Counting
Bodies Like Sheep To The Rhythm Of The War Drums”, y sus aromas post-
industriales serviría como preámbulo para la grandilocuencia de la monumental
“The Outsider”, que dejó paso a los designios introspectivos de “The Package”.
Para poner el colofón definitivo a su presentación los americanos optaron por
otra de sus nuevas composiciones “Feathers”. Al final del show ovación de gala
de una audiencia que quedó más que satisfecha. Aunque no fuimos pocos los que
nos quedamos con ganas de ver la cara
del esquivo Maynard. Pero ya se sabe: los divos son así.
ORANSSI PAZUZU
Tras el receso que siguió al show de A Perfect
Circle, que fue el momento idóneo para compartir opiniones y sensaciones sobre
el espectáculo que acababan de ofrecer los californianos, llegaba el momento de
finiquitar esta primera jornada festivalera con una banda de difícil catalogación
como son Oranssi Pazuzu.
Poco conocidos en nuestro país, los finlandeses aprovecharon su tiempo sobre las tablas para desplegar una propuesta de lo más densa y ecléctica, combinando su base black metalera con elementos propios del ambient, la psicodelia, e incluso algunas pinceladas de space rock.
Tal vez fuera por el cansancio acumulado a lo largo de la jornada, que empezaba a hacer mella entre gran parte de los presentes, o porque su propuesta no es apta para todos los públicos, pero lo cierto es que piezas como “Kevät” o “Tyhjä Temppeli” no acabaron de enganchar a una audiencia que, poco a poco, tras saciar su curiosidad, optó por ir abandonando el recinto.
Eso sí, los que optaron por presenciar de forma
íntegra el show de los de Tampere tuvieron ocasión de escuchar un exhaustivo
repaso a su último redondo “Värähtelijä”, de modo que no faltaron las
sonoridades más oscuras y experimentales de “Lahja” o los desarrollos
psicodélicos que nos ofrecieron en la final “Vasemman Käden Hierarkia”.
TEXTO:ALFONSO DIAZ Y CARLOS OLIVER
No hay comentarios:
Publicar un comentario