lunes, 16 de julio de 2018

GUNS N´ROSES+VOLBEAT+NOTHING MORE-ESTADI OLIMPIC-BCN-1-JUL-2018



Era una cita especial, de esas que se marcan en el calendario con muchos meses de antelación, ya que esta noche de domingo tendríamos, por fin, la oportunidad de ver en directo en la Ciudad Condal una de las giras más importantes de los últimos años dentro del universo roquero “Not In This Lifetime”. El enclave escogido fue el mismo que la última vez que tuvimos ocasión de ver juntos  en el mismo escenario a Axl, Slash y Duff, el Estadi Olímpic Lluís Companys. Y aunque habían  transcurrido casi veinticinco años desde aquella primera vez, me atrevería  a decir que la mística y el romanticismo del rock n´roll propiciaron que la expectación fuera todavía mayor que aquella noche de lunes cuando Guns N´ Roses se presentaron junto a Suicidal Tendencies y Brian May.


NOTHING MORE

Eran los encargados abrir la tarde y salieron con la firme intención de  conectar con el personal. Con su vocalista Jonny Hawkins doblando la percusión, y a pecho descubierto,  arrancaba “Do You Really Want It?”, dejando claro que venían dispuestos a aprovechar la oportunidad de tocar ante una audiencia numerosa, mezclando para ello fuerza, intensidad y unas pinceladas melódicas de lo más sugerentes. Aunque evidentemente no estaban ante el público más propicio para ellos, su frontman no vaciló a la hora de ocupar la pasarela central y animar al personal antes de sumergirnos de lleno  en los aromas más vanguardistas de “Don’t Stop”.


Pero no fue el alocado vocalista el único que demostró tener ganas de fiesta, ya que tanto Mark Vollelunga (guitarra),como Daniel Oliver (bajo),  se congregaron alrededor de un bajo para la extraña y acrobática introducción que sirvió como preámbulo para “Go To War”. Pese a que no acabaron de conectar con una audiencia que se mantuvo bastante expectante, lo cierto es que los texanos gozaron de un sonido bastante potente, logrando que los momentos más intensos de su escueta presentación llegaran  con los vaivenes emocionales de “Fadein/ Fadeout”. Pero no tardaron mucho el volver a retomar  los ritmos contagiosos y adictivos para invitar a los más animados a que sumaran a la fiesta con su delirante versión del  “First Of The Year (Equinox)” de Skrillex.

Al final cumplieron con su cometido: entretener, dar espectáculo y sorprender a más de uno que no se esperaba la adrenalítica descarga de unos Nothing More que supieron rentabilizar al máximo sus treinta minutos sobre las tablas.

VOLBEAT

Durante el último lustro la popularidad de los daneses Volbeat no ha dejado de crecer. Lo suyo ha sido como una carrera de fondo, han ido haciéndose hueco y escalando posiciones hasta convertirse en una de las bandas más exitosas dentro de la escena europea. Hacía ya bastante tiempo que Michael Poulsen y sus muchachos no se dejaban caer por la Ciudad Condal, si la memoria no me falla desde 2013 junto a Iced Earth. Así que esta tarde de domingo, aunque fuera en formato reducido, tendríamos ocasión de comprobar como sonaban  en directo las composiciones de su último redondo “Seal The Deal & Let´s Boogie”.

Salieron con las pilas bien cargadas y el cuchillo entre los dientes, dejando claro desde el mismo arranque que están acostumbrados a tocar en escenarios grandes y ante audiencias multitudinarias. Así que no tuvieron ninguna clase de dificultad para conectar con un personal que rápidamente se dejó imbuir de la ambientación festiva y descarada de “The Devil´s Bleeding Crown”.

Y es que los daneses parecen haber encontrado la fórmula perfecta para conseguir llegar a un público de lo más heterogéneo, y la mejor prueba fue ver la respuesta de una audiencia  que se rindió sin concesiones ante la frescura e inmediatez de los estribillos de la adictiva “Lola Montez”, que nos dejaba al ex–Anthrax, Rob Caggiano, apoderándose de la pasarela central del escenario. Acto seguido llegó el momento de que Michael Poulsen empuñara la guitarra acústica para ofrecernos su habitual homenaje  a Jhonny Cash con la explosión roquera del siempre efectivo “Sad Man´s Tongue”, que se convertía en la excusa perfecta para que todos agitáramos las caderas.

A estas alturas de la tarde Volbeat ya se habían adueñado del escenario, y sabedores de que no dispondrían de mucho tiempo más optaron por imprimir a su presentación un ritmo arrollador. El cambio de registro, con las guitarras sonando más afiladas y metaleras llegó de manos de “Dead But Rising”. El momento de que todos nos sumáramos a la fiesta siguiendo las indicaciones de un comunicativo Poulsen llegó con “A Warrior´s Call”, que acabaría dejando paso a las melodías más accesibles y pegadizas  del divertido “I Only Want to Be With You”.

Pero sin duda uno de los momentos de la tarde estuvo reservado para “For Evigt”, con el vocalista alentándonos  a vivir la vida al máximo antes de volver a invitarnos a cantar con él. No tardarían mucho en volver a acelerar el paso con “Black Rose”, para la que Poulsen se reservó un divertido vacile final. Antes de abandonar el escenario Volbeat todavía tuvieron tiempo de rendir homenaje a Vinnie Paul durante los prolegómenos del rocoso “Seal The Deal”, que estuvo marcado por un nuevo intercambio entre  Poulsen y Caggiano. Mientras que la elegida para cerrar sus cuarenta minutos de show, -no sin que antes nos dieran las gracias por nuestro apoyo y nos manifestaran que para ellos abrir para Guns N´Roses era todo un honor-, fue la imprescindible “Still Counting”.

GUNS N´ROSES


Fue un concierto largo, para  muchos demasiado, que superó holgadamente las tres horas de duración,  y  en el que la banda repasó toda su historia, ofreciéndonos desde un fugaz guiño a los tiempos de Hollywood Rose a temas de su último redondo  “Chinese Democracy”, amén de un puñado de versiones y varias jams, que principalmente sirvieron para que Axl Rose pudiera descansar la voz. El montaje cabe remarcar que fue faraónico, con un enorme escenario con varias escalinatas que se encaminaban hacía la tarima de la batería, una pasarela central, pantallas laterales y trasera, fuegos artificiales, lluvia de confeti, y un sonido nítido y contundente, por lo menos así lo percibí desde mi posición.


Si hablamos de la banda resulta evidente  que desde la reentrada de Slash y Duff, Guns N´Roses  parecen haber recuperado la personalidad y el magnetismo que habían perdido en los últimos tiempos. Quizás Axl Rose  ya no tiene la estampa clásica de una rockstar, su voz no es tan potente,  ni sus bailes son tan llamativos como antaño, pero el vocalista sigue corriendo incansablemente por el escenario y conserva intacto gran parte de su magnetismo.

Slash, estuvo perfecto en cuanto a la ejecución se refiere. Obviamente ya no es aquella bestia desbocada y fuera de control. Ahora el guitarrista del sombrero de copa se muestra más comedido y preciso, aunque sin perder por ello el feeling clásico y su estampa 100% roquera. En cuanto a Duff se ha convertido en el garante de la esencia de los angelinos, sobrio y efectico, con un aspecto físico envidiable y una actitud impecable.

En cuanto al resto, debo admitir que me sorprendió el protagonismo que ha adquirido Richard Fortus, que ofreció todo un derroche de energía, garra  y vitalidad. Mientras que el batería Frank Ferrer y  los teclistas Melissa Reese y Dizzy Reed (también superviviente del line-up de los noventa) estuvieron a un buen nivel, aunque siempre relegados a un discreto segundo plano.

Tras la de descarga de Volbeat aún tuvimos que esperar un rato antes de que la acción arrancara sobre las tablas, supongo que aguardando  a que el sol se ocultara. Así que mientras tanto en las pantallas un tanque iba disparando proyectiles en un bucle que se alargó durante 15 minutos. No hubo excesivas sorpresas en cuanto al repertorio, muy similar al que vienen ofreciendo en el presente tour, aunque si hubo algún cambio en su orden. Así que todos sabíamos que el clásico “It´s So Easy” sería el elegido para romper el hielo acompañado de fuegos artificiales y la explosión de euforia de una audiencia que enloqueció  cuando Axl recorrió por primera vez la pasarela central. En cualquier caso, no fue el arranque deseado, ya que la efusividad del público contrastó con el tempo un tanto más lento que la banda imprimió al tema, al igual que sucedió con “Mr. Brownstone”, algo perfectamente lógico si tenemos en cuenta que el show  iba a ser largo y obviamente los angelinos no querían quemar todas sus naves desde el mismo arranque.


Curiosamente, la banda empezó a entonarse a lo largo de “Chinese Democracy”, que fue acompañada por una nueva ración de fuegos artificiales. Resulta curioso ver a Slash y Duff tocar en directo temas que no grabaron, pero lo cierto es que esas composiciones ganan mucho en directo, acompañadas de las proyecciones y unas enormes llamaradas. Pero sin duda el primer clímax de la noche llegó con el himno “Welcome To The Jungle”, con todo el estadio saltando mientras Axl exhibía una socarrona sonrisa de satisfacción.

Durante este primer tramo del show el ritmo fue frenético, con la banda encadenando los temas y sin entretenerse en charlas ni presentaciones. Así que sin darnos ni un segundo de tregua el siguiente en sonar fue el primer recuerdo a la era “Illusion”, con el fantástica “Double Talkin´ Jive”, que nos dejaba a Slash tomando los mandos de la nave mientras Axl se perdía entre bambalinas. Aunque los cambios de vestuario no fueron tan excesivos como antaño, el frontman  cambió en varias ocasiones de camiseta, gorra, gafas de sol y sombrero. La primera fue durante los prolegómenos del exigente  “Better”, en la que el vocalista tuvo que echar mano de los apoyos vocales de Duff y Melissa.

No fue hasta el arranque de “Estranged” cuando las pantallas nos ofrecieron las primeras imágenes de Dizzy Redd, haciéndonos viajar a través de sus evocadoras melodías hasta sumergirnos de lleno en el trepidante solo de un Slash que volvió a derrochar intensidad y feeling. Pero no iban a dejar los americanos que la cosa se relajara. De modo que las imágenes de las pantallas se tornarían en blanco y negro para acompañar a ese himno generacional que es “Live And Let Die”, que nos dejaba la estampa de un estadio entregado mientras Axl elevaba su pie de micro para hacernos cantar. Acto seguido llegó el momento de saborear una de las novedades de esta gira europea, “Slither”, de Velvet Revolver, para rápidamente volver sobre el material de su mítico debut de manos de un celebradísimo “Rocket Queen”.

Debo admitir que me sorprendió la respuesta que el publico ofreció a un tema poco conocido como el primigenio “Shadow Of Your Love”, con el que la banda recuperaba sus raíces más roqueras y macarras. Mucho más afilada y visceral sonó “You Could Be Mine”, que entre llamaradas y con el escenario teñido de rojo volvió a desatar la euforia del respetable. Nuevamente Axl volvió a desaparecer de escena para dejar que en esta ocasión fuera Duff quien se encargara de comandar a sus compañeros durante el cover  de Misfits “Attitude” que, curiosamente, sonó más suave y comercial que en la versión que grabaran en su día para formar parte de “The Spaghetti Incident?”.

Una nueva mirada sobre el disco que la banda publicó a finales de 2008 sirvió como excusa para que el nivel de intensidad del show decreciera durante “This I Love”, en la que nuevamente volvimos a ver a  Axl pasar más de un apuro para sacar adelante sus exigentes líneas vocales. Para llegar al ecuador del show los americanos se reservaron una carta ganadora como es “Civil War”, con un Slash en plan estelar exprimiendo al máximo su guitarra de doble mástil. Los relojes coparían las pantallas para anunciarnos que llegaba el momento de echar la vista atrás y recordar tiempos mejores con la sentimental “Yesterdays”, que Axl cantó en una tonalidad muy diferente a la original.

El cambio de registro llegaría acompañado de la extensa “Coma”, un tema que la banda no interpretaba en sus giras de los noventa y que han recuperado para este “Not In This Lifetime… Tour”, y aunque para muchos fue el momento perfecto para ir al baño o a refrescarse, a mi personalmente me encantó.  Presentado como la leyenda que es Slash se quedaría solo en escena para ejecutar encorvado sobre su guitarra el desarrollo solista que nos condujo  sobre la melodía de “El Padrino”. El momento de saltar, cantar, y bailar arribó con otro himno imprescindible como es “Sweet Child O´Mine”, que se convirtió en el preámbulo perfecto para el momento más delicado de la velada, con Duff y Slash empuñando las acústicas para sentados en las escaleras interpretar “Wichita Lineman” de Jimmy Webb.

“Used To Love Her”, fue una nueva invitación para que todos volviéramos agitar las caderas mientras Axl se paseaba por el escenario buscando la complicidad de unas primeras filas que lo estaban pasando en grande. La emocional “Don´t Cry” arribaba justo cuando las agujas del reloj que preside el Estadio Olímpic marcaban la media noche y nos anunciaba que el show estaba encarando una recta final en la que los aromas más relajados del cover de Pink Floyd “Wish You Were Here” y la siempre majestuosa y épica  “November Rain”, con Axl tocando el piano en la pasarela central del escenario, se encargarían se provocar el delirio del personal.

Tampoco faltó el homenaje a Chris Cornell con el “Black Hole Sun” de Soungarden, ni por supuesto una fantástica y alargada versión del clásico de Bob Dylan “Knockin´ On Heaven´s  Door”, que servía para que Axl volviera a ponernos a todos a cantar antes de que las bocinas de “Nightrain” se encargaran de anunciarnos que nuestro viaje estaba a punto de finalizar.

Me sorprendió que para su retorno sobre las tablas se reservaran los aromas más relajados y románticos de “Patience” y un nuevo cover “The Seeker” de The Who. El fin de fiesta fue antológico con una banda absolutamente desatada y un público que lo dio todo durante “Paradise City”, que como no podía ser de otra forma llegó acompañado de petardos y la habitual lluvia de confeti para rubricar una noche antológica.

A la salida comentarios varios sobre el estado vocal de un Axl Rose que, pese a no estar en su mejor momento, defendió bien los temas; la duración de un concierto que para muchos acabó siendo excesiva, y gente algo descontenta por la gran cantidad de  covers que sonaron mientras que nos quedamos con las ganas de escuchar temazos como “Out Ta Get Me”, “Anything Goes” o “Bad Obsession”. En cualquier caso, noche mágica para todos los seguidores de la mítica formación angelina.

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