viernes, 5 de octubre de 2018

VOIVOD+NIGHTRAGE-BOVEDA-BCN-24-SEP-2018



Siempre fueron un rara avis dentro de la escena metalera. Aunque se les encuadró dentro de las bandas de thrash metal, lo cierto es que la propuesta de Voivod siempre fue más allá, aportando unas amplias dosis de innovación  y experimentación. Sus enrevesadas composiciones y la actitud punk de su frontman Denis Bélanger, Snake, les sirvieron para ser considerados pioneros dentro del thrash progresivo. Su trayectoria, sin embargo, no fue un camino de rosas. Tuvieron que sobreponerse a la salida de Snake a mediados de los noventa. Y, posteriormente, a la muerte de su guitarrista Denis D´Amour “Piggy”, que falleció en 2005 victima de un fulgurante cáncer de colon. Así que tras unos años en los que contaron con los servicios del vocalista y bajista  Eric Forrest, E-Force, el carismático Snake regresaba  a la formación. Con su última entrega “The Wake” recién salida del horno los canadienses regresaban a la Ciudad Condal para convertir la Sala Bóveda en su particular campo de batalla. Como aperitivo antes de que Snake, Away, Chewy y Rocky, tomaran el escenario contaríamos con la presencia de unos ilustre veteranos como son Nightrage.

Aunque los cambios de personal han  sido una constante a lo largo de su trayectoria, esto no ha impedido que su guitarrista y fundador Marios Iliopoulos haya conseguido consolidar el nombre de Nightrage dentro de la escena del death metal melódico. Tal y como nos comentó su frontman, Ronnie Nyman, en un par de ocasiones a lo largo del show, la banda se sentía muy honrada y agradecida por la oportunidad que significaba girar con una formación  mítica como Voivod. Pero eso no significó que salieran tensos, o que les pesase la responsabilidad, ya que desde que irrumpieron en escena dando caña con la inicial “Being Nothing”, dejaron claro que iban a emplearse a fondo para tratar de robarles protagonismo a las estrellas de la noche.


Obviamente el sonido del quinteto ha ido evolucionando hacia derroteros más melódicos  a lo largo de los años, pero eso no significa que hayan perdido la rabia y la agresividad que marcaron sus primeras entregas, y la mejor prueba la tuvimos en la rotundidad que desplegaron en temas como “In Abhorrence”, y la demoledora “From Ashes Into Stone”. La anécdota de su presentación llegó cuando su última incorporación, el bajista Francisco Escalona, se encargó de presentar algunos de los temas en un perfecto castellano, tal y como sucedió con “Scathing”, todo un torbellino sonoro que se convertía en el primer recuerdo a su tercera entrega “ A New Disease Is Born” de 2007.

Los músicos se lo estaban pasando en grande sobre las tablas y habían conseguido conectar con el público. Así que Nyman sacó su teléfono para inmortalizar al animado respetable justo antes de seguir castigando despiadadamente nuestras cervicales con “The Venomous”, mezclando las melodías dobladas de guitarra y la implacable pegada de su batería en este tour Dino George Stamoglou. El perfecto contraste entre desarrollos melódicos y desgarradora intensidad death metalera quedaría plasmado a lo largo de “Insidious”, para posteriormente volver a incidir en su última entrega con “Affliction”, que servía para que Iliopoulos se hiciera cargo de los líneas vocales limpias para darle la replica a Nyman.
 
Fueron claramente de menos a más, dejándonos la sensación de que la banda se fue creciendo a medida que avanzaba el show. De modo que fue durante la recta final cuando Nightrage nos  ofrecieron su mejor versión, haciendo gala de un aplomo y una solidez que les sirvió para firmar una recta final absolutamente demoledora que estuvo marcada por   los explosivos  cambios de ritmo de “Spiral” y por la despiadada velocidad de la primeriza “The Tremor”. Resumiendo que Nightrage arrollaron con todo a su paso para acabar convenciendo a una audiencia que les despidió entre vítores y cánticos. Esperemos que no tarden en regresar liderando  su propio show, ya que calidad, tablas y actitud no les faltan.


La presente gira de Voivod además de ser la de la presentación de  su último redondo “The Wake”, sirve para conmemorar su trigésimo quinto aniversario. Si en sus últimas visitas a la capital catalana habíamos tenido ocasión de ver a la formación que lideran el incombustible batería Away y el carismático Snake relegados al puesto de teloneros, esta noche tendríamos ocasión de ver su show completo. Lo primero que me gustaría destacar fue la respuesta de un  público  compuesto por una audiencia madura pero que se entregó al máximo, casi como si fueran enloquecidos adolescentes, protagonizando múltiples y reiteradas invasiones del escenario, todo ello enmarcado  en un ambiente festivo y de camaradería que hacia mucho tiempo que no veía.

Con el clásico logo de la banda presidiendo el escenario el cuarteto de Quebec tomaba posiciones para rápidamente convertir el recinto en un auténtico desmadre con los aromas apocalípticos de  “Post Society”, respaldándose para ello en un sonido potente y nítido, y comandados por un Snake pletórico, vocal y escénicamente hablando, que no paró de animar al personal para que el ambiente no decayese.

Para alegría de muchos de los presentes  esta noche Voivod nos tenían preparada una buena colección de viejas favoritas. La primera en sonar fue la marchosa y adrenalítica “Ravenous Medicine”, que nos dejaba la estampa  Chewy y Rocky agitando frenéticamente la cabeza antes de hacerse cargo de  los potentes  coros que provocaron que el personal levantara eufórico los puños al aire. Luciendo una socarrona sonrisa, el siempre impredecible Snake nos preguntaba si habíamos tenido ocasión de escuchar “The Wake”, publicado  hacia tan sólo tres días, justo antes de abalanzarse sobre un  “Obsolete Beings” que, sorpresivamente, fue acogido como si de un clásico se tratase.

Lejos de remitir el asedio del cuarteto canadiense, -contando en todo momento con la complicidad de un público absolutamente desatado-, prosiguió imparable, dando buena cuenta del imponente “Technocratic Manipulators”, que estuvo marcado por la teatral interpretación de  Snake, y por el cachondeo y el buen rollo que llevaron a Chewy a ponerse unas gafas de sol a la hora de atacar el solo. Con la gente enloquecida, coreando una y otra vez el nombre de la banda ante la cara de satisfacción de los músicos, Snake nos reiteró sus agradecimientos por nuestra calurosa acogida  antes de seguir buceando en su inmenso catálogo de clásicos de los ochenta. De modo que no se olvidaron de sacar del baúl de los recuerdos la oscura intensidad melódica de “Into My Hypercube”.


Pese a que estuvo parapetado tras  su kit, cabe recordar que Away es el único miembro que ha permanecido siempre en el seno de la banda. Y eso se notó en el cariño de unos fans  que no dudaron  en corear su nombre en repetidas ocasiones a lo largo de la noche. Precisamente fue su demoledora pegada la que se encargó de anunciarnos la llegada de otra de las nuevas “Iconspiracy”, que les conectaba directamente con su pasado cyber-thrashero. El primer recuerdo que se permitieron al material que publicaron durante la década de los noventa fue un “The Prow”, que sonó mucho más duro y corrosivo que en su versión de estudio, provocando la hilaridad del respetable cuando Chewy y Rocky clavaron sus rodillas en el suelo durante su incendiario duelo final.

La noche se había puesto de lo más caliente. Pero si alguien pensaba que los canadienses o sus seguidores iban a detenerse a tomar un respiro antes de encarar la recta final del show…, no podía estar más equivocado. La siguiente en sonar fue “Order Of The Blackguards”, convirtiéndose en uno de los puntos culminantes de la noche, con la gente coreando ensordecedoramente el nombre de la banda. A estas alturas la victoria por K.O. del combo canadiense era ya incontestable. Daba igual que tema fuera el siguiente en sonar, ya que Snake y sus muchachos habían convertido la sala en un desmadre total. Además, ellos se lo estaban pasando en grande. De modo que un nuevo golpe de timón nos devolvió a su producción de los últimos años, haciéndonos sucumbir bajo las envolventes ambientaciones de “Fall”, y “Always Moving”, que comandada por la aplastante pegada de Away daba el pistoletazo de salida al enésimo pit de la velada.

Si durante todo el show el ambiente había sido infernal, con banda y púbico en perfecta sintonía, para los últimos compases de su presentación los canadienses quisieron poner toda la carne en el asador. Así que, birra en mano, Snake se encargó de presentarnos a sus compañeros justo antes de atacar “The Lost Machine” y una celebradísima “Voivod”, que se convertía en el marco ideal para un improvisado wall of death.

Antes de dar el pistoletazo de salida a los bises, Snake y sus compañeros quisieron felicitar, con tarta incluida, a uno de sus “pipas” que esta noche celebraba su cumpleaños. Así que tras cantar y aplaudir al homenajeado el cuarteto puso el punto y final a la velada con una demoledora versión de su clásico “Overreaction”. Fue un concierto perfecto, en el que Voivod demostraron que siguen conservando la esencia y la personalidad que les convirtió en una banda única e irrepetible. Además esta noche contaron con la colaboración de un público entregado y que enloqueció con ellos, protagonizando una de las descargas más vibrantes e intensas que un servidor ha visto en los últimos tiempos. 




TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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