miércoles, 28 de noviembre de 2018

DIAMOND HEAD+AERIAL BLACKED-BOVEDA-BCN-14-NOV-2018



Al igual que sucede con muchas bandas británicas que hoy se consideran imprescindibles para comprenden el auge y la evolución del heavy metal, Diamond Head dieron sus primeros pasos a mediados de la década de los setenta. Pero, lamentablemente, a diferencia de lo que sucediera con algunos de los máximos exponentes de lo que se denominó la  N.W.O.B.H.M., el combo de Stourbridge nunca a llegó a formar parte del olimpo del heavy metal. Pese a ello, la reivindicación de su legado que hicieron banda como   Metallica, quienes han realizado varias versiones de sus temas a lo largo de los años, sirvió para que generaciones posteriores acabaran descubriendo su material clásico. Aunque  su producción discográfica no ha sido  tan prolífica y regular como a muchos nos hubiera gustado, el guitarrista Brian Tatler sigue siendo el motor del combo británico, liderando los destinos de la banda a través  de sus diferentes etapas y encarnaciones.

Hacia ya bastante tiempo que los ingleses no visitaban la Ciudad Condal, si la memoria no me falla desde 2005 cuando se presentaron como invitados de  Megadeth en la sala grande del Razzmatazz. Así que con la excusa de presentar su último trabajo homónimo aterrizaban en la Sala Bóveda contando como frontman con el vocalista danés Rasmus Bom Andersen. Los elegidos para acompañarles en este periplo por nuestro país fueron los catalanes Aerial Blacked.

Bien arropados por una buena representación de amigos, familiares y conocidos Aerial Blacked aprovecharon su tiempo sobre las tablas para ofrecernos un detallado repaso tanto de las composiciones de su primer largo “Breaking Stones”, como de las composiciones que forman parte de su  EP solidario “The United Project Vol. 1” cuya recaudación integra está destinada a la fundación AFANOC, que se dedica a dar a apoyo a niños con cáncer y sus familias; y en el que han colaborado músicos como  David Palau, Martí Dòria, Nacho de Carlos,  Mojinos Escozios…

Con las pilas bien cargadas y altamente motivados Aerial Blacked saltaron al escenario con la consigna clara de animar al personal dándonos buenos argumentos  desde  que abrieran fuego con el marchoso “Kenyon”. Pese a que les quedó un espacio escénico algo reducido, -los catalanes tuvieron que montar su equipo delante del de los británicos-, la banda se mostró de lo más activa y animada a la hora de atacar temas  como “Out Of Control”.

Como no podía ser de otra forma, su frontman Héctor nos informó de que en la zona de merchandising estaba a nuestra disposición a un módico precio el mencionado  EP solidario justo antes de seguir desgranando su contenido, apostando en esta ocasión por desplegar su vena más macarra a lo largo de “Join The Club”. El cambio de registro llegaría de la mano de las ambientaciones más marcadas y machaconas de “Not Another Day”, con la que acercaban su sonido a parámetros próximos  al stoner.

Aunque en un principio no estaba prevista en el repertorio que los catalanes iban a descargar esta noche, Héctor nos invitó a cantar el siguiente tema, una versión del clásico de Metallica “For Whom The Bell Tolls”, que hacía subir la temperatura en el local. Si durante la primera mitad del show Aerial Blacked se habían dedicado a repasar algunas de las composiciones de su último EP, que según nos comentaron tendrá continuación, el resto de su presentación estuvo reservado para presentar el material de “Breaking Stones”. Así que las guitarras se tornaron más incisivas y afiladas para flanquearnos el paso hacia “Queens Of Nowhere”.

Con la banda cada vez más animada y sintiéndose más a gusto sobre el escenario, el cuarteto siguió dándonos buenos argumentos para que los más animados movieran los pies y agitaran la cabeza siguiendo la trepidante andanada que supuso “The Edge Of Death”, que nos dejaba a Héctor arrodillado en un lateral del escenario para protagonizar un final cargado de contundencia e intensidad metalera. Para encarar la recta final de su presentación el cuarteto nos propuso el que fue el primer tema que escribieron “Fucking Machine”, que era el que abría aquella primera demo que grabaron hace ya  un lustro.

Lamentablemente el tiempo de los catalanes estaba llegando a su fin, pero antes de marcharse todavía tuvieron tiempo para invitarnos a participar en el que fue el primer single de “Breaking Stones”, “The Radar”. Para posteriormente dejar que el cierre definitivo corriera por cuenta del siempre efectivo “Rebellion”. Seguramente el hecho de jugar en casa fue un factor determinante para que Aerial Blacked acabaran ofreciendo una notable descarga. Pero, en cualquier caso, resulta  indudable la entrega, calidad y actitud, de una banda que salió dispuesta a dejarse la piel y conectar con el personal.

Pese a ser una noche complicada, ya que coincidían varios conciertos en la capital catalana, un buen numero de seguidores no quisieron dejar pasar la ocasión  de ver en acción a los míticos Diamond Head. Resulta cuanto menos curioso que algunos de los músicos que forman parte de la actual encarnación de los británicos, - el vocalista Rasmus Bom Andersen y el bajista Dean Ashton-, ni siquiera hubieran nacido cuando el  guitarrista Brian Tatler ya estaba batallando sobre los escenarios  para darse a conocer.

Ante un público mayoritariamente veterano el cuarteto de Stourbridge irrumpía en escena para desplegar todo su potencial, imprimiendo todo su garra hard roquera para ofrecernos  un primer guiño al material del infravalorado “Death And Progress”, con el que nos invitaban a  cantar la coreable melodía de “Wild On The Streets”. Debo admitir que me desconcertó bastante un sonido inicial bastante irregular, con la voz de Rasmus Bom Andersen excesivamente alta. Pero afortunadamente  la situación poco a poco se fue normalizando. Así que ya durante el rotundo “Borrowed Time” y “Sweet And Innocent”, tanto la sección rítmica como los potentes riffs del incombustible  Brian Tatler  sonaron mucho más compactos y matizados.

Aunque me sorprendió la frialdad inicial con la que el respetable  acogió a los británicos, Rasmus  acabó tomando las riendas del show recordándonos que hacía mucho tiempo que no se dejaban caer por aquí justo antes de invitarnos a  levantar los puños al aire para acompañar el desarrollo de la novedosa  “Bones”. Pero, sin duda, el primer gran momento de la noche llegaría justo a continuación cuando el cuarteto anunció “Helpless”, que se convirtió en el pretexto perfecto para que todos cantáramos  sin dejar de agitar  la cabeza.

Tras haber espoleado definitivamente al personal con una de las piezas que popularizaron entre la gran familia metalera Hetfield y sus muchachos, era un buen momento para rebajar mínimamente el ambiente, recurriendo para ello a la elegancia melódica de “In The Heat Of The Night”, una composición que conserva intacta la primigenia esencia de la banda, fundiendo sus raíces hard roqueras con esos vibrantes increscendos comandados por  la rotunda pegada de un Karl Wilcox que ingresó en la banda a principios de la década de los noventa. Algo más densa, oscura y pantanosa sonó otra de las nuevas “Set my Soul On Fire”.

Una nueva mirada sobre el material que facturaron durante los primeros años de la década de los ochenta sería la excusa perfecta para volver a hacer que el nivel de revoluciones del personal volviera a incrementarse con “Lighting To The Nations”, con Rasmus nuevamente invitándonos a entonar su melodía mientras el incombustible Tatler convertía la barra del local es una extensión del escenario. De entre sus nuevas composiciones una de las que mejor funcionó  fue “Diamonds”, que nos dejaba con otro implacable duelo entre el bajo de Ashton y la incisiva guitarra de Tatler mientras Rasmus alzaba su pie de micro buscando la complicidad de unas primeras filas  que cada vez parecían  más entregadas y animadas.

 El sonido crudo y garagero de sus primeras entregas  fue el que marcó una fantástica recta final que sirvió para colmar las expectativas de muchos de los presentes, ya que la mítica formación británica enlazó de forma consecutiva “Shoot Out The Lights”, una celebradísima “It´s Electric”, con Tatler dando un paso al frente para incitar a que el respetable acompañara con  palmas. Pero sin duda lo mejor todavía estaba por llegar, ya que la euforia se desató  definitivamente cuando el público reconoció los compases iniciales de esa polvorienta cabalgada metálica que es “The Prince”, -todo un compendio que aglutina  los pilares básicos del sonido de la N.W.O.B.H.M.-; y la incomparable “Am I Evil?”, que hacía  retumbar los cimientos de local para poner el punto y seguido a la velada.

Para finiquitar definitivamente  su presentación el combo británico no desaprovechó la ocasión de dejar patente la perfecta sintonía con sus seguidores haciéndonos cantar el estribillo del roquero  “Sucking My Love”. Por muchos años que pasen resulta innegable la influencia y el legado  que nos han dejado bandas como Diamond Head. Y la mejor noticia no es sólo comprobar que jóvenes formaciones siguen citándoles  entre sus influencias, sino que en pleno siglo XXI todavía tengamos ocasión de verles sobre los escenarios comandados por Brian Tatler.




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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