Se
han hecho de rogar. Seguramente más de lo que sus incondicionales en la Ciudad
Condal hubieran deseado. Pero, por fin, el pasado sábado los asturianos Warcry
se presentaban en el incomparable marco del Razzmatazz para presentar su novena entrega
discográfica “Donde El Silencio Se Rompió…”, que veía la luz a mediados del
pasado año. Pocas formaciones hay actualmente dentro del panorama nacional que
puedan presumir de llevar su espectáculo a la sala grande del mítico enclave
barcelonés, pero lo cierto es que el incombustible Víctor García y sus
muchachos consiguieron congregar a algo más de un millar de seguidores para cantar
algunos himnos imprescindibles para todo
buen seguidor del power metal nacional.
Aunque sus fans más acérrimos ya habían tenido
ocasión de comprobar como sonaban en directo sus nuevas composiciones en su
habitual cita anual en el Leyendas Del Rock, lo cierto es que había muchas
ganas de ver un show completo de los carbayones. Además teniendo en cuenta la
lealtad de sus fans, y que el plástico estaba ya muy rodado, parecía claro que
la banda lo tenía todo a favor para salir victoriosa esta noche. Otro aspecto a
destacar fue que se presentaron en solitario, sin contar con el concurso de banda
invitada, lo que hacía presagiar que el show estaría, -tal y como se había
anunciado-, cercano a las tres horas de duración. Y aunque finalmente se quedó
en poco más de dos horas y media creo que fue suficiente para colmar las
expectativas de sus seguidores. Pese a que a la salida hubo voces que se
quejaban de no haber escuchado tal o cual tema.
En cuanto al montaje escénico, cabe destacar que fue bastante más sobrio y modesto de lo
esperado. En esta ocasión no hubo grandes columnas con jeroglíficos, ni fuentes de fuego como sucediera en su última aparición
en el Sant Jordi Club. Lo que no faltó fue una gran pantalla trasera sobre la
que se fueron proyectando diferentes imágenes a lo largo del show. Así que esta
noche todo el protagonismo recayó en el
aspecto musical.
Puntualmente a las 20:30 horas la gran pantalla que presidía el escenario se iluminaba para junto a una grandilocuente introducción presentarnos a los miembros de la formación asturiana justo antes de que aparecieran en escena para empuñar sus instrumentos y abrir fuego con todo un himno como “Alma De Conquistador”. La conexión con el respetable fue instantánea, con Víctor paseándose sonriente por el escenario mientras nos invitaba a cantar. Evidentemente el carismático frontman se convirtió rápidamente en el centro de gran parte de las miradas, pero resulta obvio que Warcry son un colectivo sólido y estable, en el que todos sus miembros están plenamente implicados e integrados, y disfrutan de su propia parcela para el lucimiento personal. De modo que los teclados de Santi Novoa fueron los encargados de hacernos transitar por los derroteros de “Nuevo Mundo”, que nos dejaba a Pablo García espoleando a un personal que se mostró de lo más entusiasta y participativo.
Tras recibir el primer baño de masas, que se materializó en forma de rotunda ovación, Víctor nos daba las buenas noches antes de disculparse por haber tardado tanto en regresar a Barcelona. Acto seguido nos invitaba a corear la melodía de “Contra El Viento”. Se notó, y mucho, que la banda hace tiempo que está dedicada plenamente a la carretera, y eso quedó patente en su forma manejar a su antojo la intensidad y el ritmo del show. Así que tras hacer explotar de euforia al respetable, un breve impasse sirvió para hacer crecer la expectación antes de que Pablo se adueñara del centro del escenario y nos espetara sin previo aviso el efectivo y reconocible riff de “Rebelde”, que era la escogida para abrir el repaso a su último redondo.
Con la audiencia coreando el nombre de la formación asturiana tocaba seguir indagando en el material de “Donde El Silencio Se Rompió…”, desplegando para ello su vertiente más melódica a lo largo de “Cielo E Infierno”. Tras haber completado un arranque que estuvo marcado por la intensidad de los músicos y la entrega de sus seguidores, todos nos dimos una pequeña tregua a la hora de encarar el emocionante uptempo “Coraje”, con el que volvía a quedar patente que Pablo García es una pieza imprescindible en Warcry.
No tardarían mucho los asturianos en volver a pisar el acelerador para revolucionar al personal con una de sus letras más comprometidas y explícitas, denunciando sin ninguna clase de miramiento esa lacra social que es la violencia de género con el descomunal “Cobarde”, que con el respaldo del respetable y la proyección de los desgarradores titulares de prensa en la pantalla trasera se acabó convirtiendo en uno de los puntos álgidos de este primer tramo de la velada.
Una de las sorpresas de la noche llegaría justo a continuación cuando Víctor y Santi se quedaron solos en escena para protagonizar un relajado interludio que se acabó convirtiendo en el preámbulo idóneo para el que fue uno de los grandes hits de su anterior “Inmortal”, “Huelo El Miedo”. Una nueva mirada sobre su último largo fue la excusa perfecta para hacernos cambiar de registro y acercarnos a los derroteros hard roqueros de “Muerte O Victoria”, que se zanjaba con Pablo ejerciendo de guitar-hero, tocando su instrumento tras la nuca.
Una vez más, mientras la expectación podía palparse en el ambiente y con el escenario sumido en la más absoluta penumbra, los teclados del omnipresente Santi Novoa fueron los encargados de flanquearnos el paso hacia “Ardo Por Dentro”, que hacía explotar a las primeras filas justo antes de que Víctor volviera a ejercer como el perfecto maestro de ceremonias, haciendo gestos para poner nuestras gargantas a prueba. Como no podía ser de otra forma, teniendo en cuenta el ambiente de hermandad total que se respiraba en el recinto, la siguiente en sonar fue una apoteósica “Quiero Oírte”, que hacía retumbar los cimientos del local, con la pista convertida en un mar de puños que se alzaban hacia el escenario.
El equilibrio perfecto entre contundencia metalera y elegancia hard roquera llegaría con una de las composiciones que mejor plasma la actual propuesta de la banda: “Odio”, que funcionó muy bien en directo, con el respetable saltando intensamente mientras Novoa abandonaba su posición tras los teclados para saludar y tocar la air-guitar. Consciente de la expansión que la banda ha tenido en los últimos años, Víctor repasó las diferentes nacionalidades de los presentes antes de atacar el desgarrador “Un Poco De Fe”, que nos dejaba la estampa de unas primeras filas entregadas al máximo, agitando los brazos de izquierda a derecha.
Como ya sucediera en anteriores visitas no faltaron los guiños por cuenta de Pablo a bandas clásicas como Purple, Sabbath, Metallica, Saxon o Ac Dc. Pero sin duda otro de los momentos en los que mejor pudo palparse la entrega de los seguidores de los asturianos fue durante la true-metalera “Así Soy”, que se ha convertido ya en un himno imprescindible en todas sus descargas. Pese a llevar casi dos horas sobre las tablas, Víctor no titubeó a la hora de arrancar a capela “Devorando El Corazón” mientras el respetable arropaba su voz con palmas.
Aunque teniendo en cuenta la dilata trayectoria de Warcry resulta evidente que cada seguidor disfrutó de su momento especial a lo largo del show, yo personalmente me quedaría con el despliegue de épica y potencia metalera que supuso la faraónica “Keops”. Dispuestos a no dejar que el nivel de intensidad decreciera, Víctor nos anunciaba que el siguiente tema era una pieza que han decidido recuperar para esta segunda mitad de la gira: “Capitán Lawrence”. Mientras que la elegida para poner el punto y seguido al show y completar una tripleta absolutamente imparable fue la mítica “Tú Mismo”.
Acompañados de los cánticos de unos seguidores que anhelaban mucho más de sus héroes, la vuelta sobre las tablas estuvo marcada por la emocionante “No Te Abandonaré”. Una nueva oleada de power metal nos conduciría hacia “El Guardián De Troya”, con la aparición en la parte trasera del escenario de unos cuernos hinchables. Mientras que la despedida definitiva estuvo reservada para el imprescindible “Hoy Gano Yo”.
Al encenderse las luces ovación de gala, reparto de púas, baquetas, y reiterados saludos de la banda a sus fieles. Warcry siguen contando sus conciertos como victorias incontestables, ya sea en nuestro país o al otro lado del Atlántico. Así que los asturianos volvieron a ratificar a su paso por Barcelona que son una de las formaciones más queridas y respetadas de la escena metálica nacional.
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