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lunes, 31 de diciembre de 2018

THE DEAD DAISIES+CATSTRIKE-SALAMANDRA-BCN-6-DIC-2018


Para los que no tuvimos la fortuna  de salir fuera en este macropuente de principios del mes de diciembre la  agenda de conciertos en la Ciudad Condal se presentaba repleta de citas que resultaban ineludibles para cualquier seguidor del hard & heavy que se precie. La primera de ellas tuvo lugar en la Sala Salamandra donde The Dead Daisies regresaban a los escenarios catalanes para deleitarnos con una sesión del mejor hard rock. Poco importa que la banda que aglutina a su alrededor el guitarrista australiano David Lowy tenga apenas un lustro de vida, ya que viendo la nómina de músicos que la conforman queda claro que The Dead Daisies están llamados a convertirse en uno de los nombres de referencia dentro de la escena roquera internacional.

Tras haber llamado la atención del personal con su actuación  en la pasada edición del Rock Fest, el quinteto regresaba a Barcelona para presentar en sociedad las composiciones de su cuarta entrega discográfica “Burn It Down”. Para acompañarles esta noche The Dead Daisies contaron con el concurso de Catstrike. Con la gente todavía accediendo al recinto aparecía en escena el combo madrileño para ofrecernos un exhaustivo repaso a los mejores momentos de su EP homónimo. No sé si fue por el ambiente un tanto frío que se respiraba a primera hora de la tarde en la sala, pero lo cierto es que me dio la sensación de que Catstrike no acabaron de encontrarse cómodos sobre el escenario, con lo que les costó conectar con un público que se mostró bastante apático con ellos.


Otro detalle que me llamó la atención fue que pese a que sus temas no sonaron mal, si que lo hicieron a un volumen bastante bajo. Así que si uno no estaba ubicado en las primeras filas costaba seguir el desarrollo del show. Tampoco ayudó esa actitud un tanto timorata  de unos músicos a los que les faltó algo de garra  y descaro, -especialmente a su guitarrista y vocalista Lex Morgan-,  cuando atacaron temas como “Homeless Dog” y “Come Back””.

Lo dicho,  ignoro si fue a causa de un sonido flojo y embarullado, -que nos les acabó de hacer justicia-, o por su falta de intensidad, pero lo cierto es que los madrileños no tuvieron su noche. Quizás uno de los pocos momentos en los que consiguieron captar la atención del respetable fue a la hora de interpretar algunas de las versiones que nos regalaron. De entre ellas me quedaría con el “War Machine” de Kiss, que como no podía ser de otra forma cantó su bajista  Rick Novis, y ya que en la recta  final del show el mítico “Free Bird” de Lynyrd Skynyrd.

Una vez concluida  la descarga de Catstrike, y tras una pequeña pausa que sirvió para que los “pipas” dieran los últimos retoques al escenario, todo parecía dispuesto para albergar la descarga de ese vendaval sonoro que son The Dead Daisies. Aparecieron sobre las tablas de un Salamandra que acabó registrando una muy buena entrada dispuestos a arrollar con todo a su paso. Y es que  resulta imposible no mirar  los músicos que componen la banda y pensar la cantidad de kilómetros que deben acumular a sus espaldas. Aunque  viéndoles en acción resulta evidente que no han perdido el hambre, la garra, y las ganas de convertir cada escenario que pisan en una  auténtica fiesta roquera.


Sin duda su mencionada última visita dentro del marco del Rock Fest fue un excelente escaparate para ellos, y eso se notó en la afluencia de un público que se mostró entregado con ellos desde que empezaron a resonar a través del P.A. los acordes iniciales de la primera versión de la noche “Midnight Moses” de The Sensational Alex Harvey Band, que nos dejaba con la primera exhibición de un Doug Aldrich por el que parece que no pasan los años. Sin dejar que los instrumentos dejaran de rugir, Marco Mendoza se encaramó sobre la tarima donde reposaba la batería de Deen Castronovo para entre ambos dar el pistoletazo de salida a “Evil”, que nos dejaba la estampa de un Corabi imperial, que no paró de animar al personal mientras derrochaba feeling e intensidad por todos los poros de su cuerpo.

Parecía que The Dead Daisies habían aterrizado con las pilas bien cargadas, y con muchas ganas de rockear. De modo que sin concedernos ni un segundo de tregua le tocaba el turno a una de sus composiciones más populares “Make Some Noise”, que fue la escogida por el vocalista de Filadelfia para mostrarnos que no ha perdido ni un ápice de sus extraordinarias facultades como frontman. “Rise Up”, acabó siendo la excusa perfecta para que todo el personal se pusiera a botar intensamente mientras Mendoza se sumaba a su potente estribillo con su micro inalámbrico de aureola.

Tras protagonizar un arranque  explosivo, en el que el quinteto dejó patente que está en un excelente estado de forma, era un buen momento para que el carismático Corabi se dirigiera por primera vez al personal para ejercer como anfitrión  e invitarnos a la fiesta que se desató durante  “Dead And Gone”. Y es que un concierto de The Dead Daisies es como una lección magistral de hard rock de manos de un fantástico gabinete de profesores. Así que tampoco se olvidaron de los efluvios  southern que destiló “What Goes Around”, ni de sacar partido a su vena más macarra durante el aplastante  “Resurrected”, que se saldaba con el vocalista elevando al aire su pie de micro mientras el tándem Lowy/Aldrich se encargaba de ocupar el centro del escenario.

Precisamente fue durante los siguientes minutos cuando el guitarrista de Los Ángeles volvió a demostrarnos algunas de sus habilidades solistas. Acto seguido se le sumaron el resto de sus compañeros para hacer que el hímnico “Last Time I Saw The Sun” se acabara convirtiendo en uno de los momentos culminantes de esta primera mitad del show, con un Corabi absolutamente desatado, agitando frenéticamente sus maracas sin dejar de danzar como si estuviera poseído. Con la banda al completo copando la parte frontal de escenario para animar al respetable  arrancaba el imprescindible “Join Together” de The Who, que servía para que nuevamente Corabi y sus muchachos pusieran a prueba nuestras gargantas.

Transcurridos unos segundos en los que el escenario permaneció sumido en la más absoluta penumbra, la banda al completo reaparecía sentada y armada  con instrumentos acústicos. Viendo semejante panorama estaba claro que lo que vendría a continuación sería un pequeño unplugged en el que repasarían temas como  “Set Me Free”, el icónico hit de Rod Stewart  “Maggie May”, que cantó  magistralmente Deen Castronovo, para poner el colofón con el mítico “Let It Be” de The Beatles.


Fue un impase delicioso, en el que pudimos cantar y aprovechar para  recuperar el aliento. Pero la calma no duraría mucho, ya que acto seguido la electricidad, la caña y, en definitiva, la fiesta volvería a apoderarse del personal con el incendiario arranque de  “Burn It Down”. El ambiente siguió caldeándose  cuando el quinteto se embarcó en la marchosa “All The Same”, que nos dejaba al vocalista nuevamente agitando sus maracas. Acto seguido llegó el momento de que Aldrich nos ofreciera una buena muestra de su dominio del  talk-box a lo largo de “With You And I”.

Una vez más The Dead Daisies volverían a emplearse a fondo en su faceta de banda de versiones ofreciéndonos un jugoso y divertido medley que incluyó pasajes  de himnos imprescindibles de la historia del rock: “Highway To Hell”, “School´s Out”, “Long Live Rock N´Roll” y “It´s Only Rock N´Roll (But I Like It)”, con la que la banda dejaba fiel testimonio de algunas de sus influencias. La vuelta sobre sus propias composiciones estuvo reservada para “Leave Me Alone”, aunque rápidamente volverían a deleitarnos con un nuevo guiño a sus Satánicas Majestades con  “Bitch”.

Acompañados de los cánticos del respetable el tándem Corabi/Aldrich volvería a ocupar el centro del escenario para adentrarnos en una recta final que estuvo marcada por “Song And A Prayer”, la desenfrenada “Long Way To Go”, y uno de los temas más versioneados de la historia del rock n´ roll: “Helter Skelter”, el tema que los Cuatro de Liverpool incluyeron en su mítico álbum blanco. Tanto los músicos como sus seguidores tenían todavía más ganas de fiesta y rock n´ roll, así que la banda puso toda la carne en el asador para lograr que “Mexico” se convirtiera en el preámbulo perfecto para el alocado fin de fiesta que nos propusieron con  el clásico de Deep Purple “Highway Star”.

En definitiva que The Dead Daisies nos brindaron una fantástica velada, mostrándose como una banda sólida y compacta, en la que los egos personales  quedan aparcados a un lado  para conformar una “entidad” que tiene como objetivo tocar  música que sirva como banda sonora para cualquier escarceo nocturno.




TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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