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domingo, 30 de diciembre de 2018

THE NIGHT FLIGHT ORCHESTRA+BLACK MIRRORS-BOVEDA-BCN-4-DIC-2018



Viendo  algunos de los nombres  que conforman el line-up de The Night Flight Orchestra, uno podría pensar que nos encontramos ante un proyecto donde varios músicos importantes de la escena del metal europeo han unido fuerzas para sacar a  la luz algunas de las composiciones que por diferentes motivos no tienen cabida en sus respectivas bandas. Pero no, lo que encierra la colorista y heterogénea propuesta de la alineación que capitanea el vocalista de Soilwork BJörn “Speed” Strid es algo que poco tiene que ver con las vertientes más potentes y agresivas del género, ya que sus composiciones están orientadas  hacia los parámetros clásicos del hard rock, aunque sin dejar de lado algunos exquisitos toques de magia bluesera, la elegancia propia del soul, e incluso una gotitas de marchoso funk.

Para su primera incursión en tierras catalanas el combo sueco aterrizaba en la sala Bóveda de la Ciudad Condal consiguiendo congregar a un nutrido grupo de seguidores que no quisieron perderse la presentación en vivo  de su cuarta entrega discográfica “Sometimes The World Ain´t Enough”. Además para caldear el ambiente antes de que los de Helsingborg se adueñaran del escenario contaríamos con el concurso de los belgas Black Mirrors, quienes repetían en nuestros escenarios   tras su reciente visita abriendo para  los islandeses The Vintage Caravan.

Pese a que como comentaba anteriormente, la formación de Bruselas nos visitó hace tan solo unas semanas, un servidor no había tenido ocasión de verles en directo. Así que no sabía que podía depararme su presentación. Afortunadamente las dudas no tardaron en disiparse, ya que a las primeras de cambio, y a modo de introducción, su vocalista Marcella Di Troia inundó el local con su potente registro. Lo que vino a continuación fue una rotunda sesión de hard rock salpicado de toques retro, de manos de una banda joven, dinámica y muy marchosa, que dejó muy buenas sensaciones a la hora de atacar  piezas de su primer largo como “Shoes For Booze” y “Günther Kimmich”.

Aunque durante los primeros compases de su actuación me dio la sensación de que todo iba a girar en torno a la figura de su vocalista, -quien por cierto me recordó en algunos momentos por actitud y puesta en escena a Elin Larsson de Blues Pills-; lo cierto es que a medida que fue avanzando el show fue ganando protagonismo la figura del guitarrista Pierre Lateur, dejando unas buenas pinceladas de técnica y feeling  a la hora de encarar  las partes solistas de su segundo sencillo “Look Into The Black Mirror” y “Moonstone”.

Pero sin duda cuando el cuarteto mostró sus mejores armas fue a la hora de encarar la recta final del show, sorprendiendo a los que todavía no les conocíamos con la rotundidad que destilaron en temas como  “Lay  My Burden Down”. Antes de abandonar definitivamente el escenario Black Mirrors  todavía tuvieron  ocasión de ofrecernos un nuevo alarde de clasicismo roquero con su particular adaptación  del “Kick Out The Jam” de los míticos MC5. Mientras que la rúbrica definitiva corrió por cuenta de la incendiaria “Burning Warriors”, que nos dejaba la estampa  de Marcella bailando y contorsionándose espasmódicamente por  el escenario.

No suele ser habitual ver a cuatro o cinco “pipas” enfrascados  en dar los últimos retoques al montaje escénico en los conciertos que se celebran en la sala Bóveda. Pero, precisamente, esa podríamos decir que fue la característica de esta pintoresca noche de martes, ya que The Night Flight Orchestra no son una banda más dentro del circuito europeo del hard rock. Esta era su primera visita a nuestro país, y lo cierto es que acabó saldándose con el indiscutible triunfo de una banda que nos hizo viajar en el  tiempo para hacernos  bailar, cantar, y, en definitiva, pasar un rato de lo más entretenido y agradable.

La principal incógnita antes de iniciarse el show giraba en torno a si los suecos serían capaces de llevar al directo toda la parafernalia sonora que se escucha en sus obras de estudio.  Y la verdad es que lo consiguieron. Así que además de lo que podríamos denominar núcleo básico de una banda de rock contaron con dos músicos de refuerzo y  dos coristas que no dejaron de bailar en todas las canciones, y de saludar aristocráticamente  entre tema y tema.

Pero no fueron Anna-Mia Bonde y Anna Brygärd las únicas que llamaron la atención del personal con sus ceñidos vestidos blancos, ya que la sección rítmica que conformaron  el grandullón Sharlee D´Angelo al bajo y el batería Jonas Källsbäck también salió de riguroso blanco. En cambio el guitarrista David Andersson optó por un discreto traje de color oscuro. Mención especial merecen las impagables camisas hawaianas que lucieron el resto de miembros de la banda. Mientras que Björn optó por un llamativo traje y gorra, acercando más su imagen a la de un soulman que a la de un cantante de rock.

Ante semejante panorama The Night Flight Orchestra no tardaron mucho en desplegar toda su elegancia melódica para dar el pistoletazo de salida a la velada con la pieza que presta título a su más reciente entrega discográfica “Sometimes The World Ain´t Enough”, que nos dejaba a ambas coristas respaldando a Björn a la hora de encarar las notas más altas. Tras el primer tema de la noche no hubo tiempo para parones ni protocolarios saludos, ya que la banda salió dispuesta a darlo todo. Así que contagiados por el buen rollo que emanaba del escenario todos nos pusimos a dar palmas para acompañar el arranque de “Living For The Nighttime”.

He de admitir que no sé hasta que punto los suecos son una banda real, o tienen un cierto toque de parodia, aunque hecho con buen gusto y apoyado sobre una calidad musical incontestable. Pero, lo cierto, es que resulta cuando menos curioso ver a una fiera desatada en directo como Björn metido en el papel de vocalista melódico en temas como “Speedwagon”. A lo largo del repertorio de esta noche la banda concedió un protagonismo destacado a sus dos últimas entregas discográficas, con lo que el primer recuerdo a su anterior “Amber Galactic”, no tardaría en llegar de manos del pegadizo “Midnight Flyer”, que levantaba el ánimo del respetable.

La fiesta no había hecho más que empezar, así que los sintetizadores se dejaron notar con fuerza durante  los pasajes más accesibles y comerciales de “Turn To Miami”, que nos hacía esbozar una sonrisa con esos simpáticos  guiños a la música disco de los ochenta. El cambio de registro se materializó cuando la batería sonó ruda y compacta para hacer que nuevamente la garra roquera volviera a brillar intensamente durante  “Star Of Rio”.

Con banda y público en perfecta sintonía la sala al completo seguiría moviendo las caderas mientras acompañaba con palmas los pasajes centrales de “Gemini”. No abandonarían el material de “Amber Galactic”, ya que la elegida para adentrarnos en las sonoridades más propias del A.O.R. fue “Something Mysterious”. Aunque no ha sido una de las fijas en el repertorio de este tour, en su cita en la Ciudad Condal los suecos no podían dejar de  lado el tema “Barcelona”, que les servía para poner el recinto patas arriba, para acto seguido adentrarnos en los aromas funkys del marchoso “Paralyzed”, que se saldaba con ambas cantantes ofreciendo una copa al “esforzado” Björn.

Acompañados de los cánticos de un respetable que se lo estaba pasando en grande era un buen momento para ofrecernos un poco de sofisticada  melodía de manos de “Can´t Be That Bad”. Para poner el punto y seguido a la velada The Night Flight Orchestra optaron por repescar “1998”, de su ópera prima “Internal Affairs”. No tardarían mucho en volver a pisar el escenario para poner el colofón definitivo a la velada. El primer disparo que nos tenían preparado llegó con ese fantástico guiño a Purple que es  “This Time”. Mientras que la elegida para desplegar  su faceta más intimista y romántica fue “Lovers In The Rain”.

La euforia de un público  que pidió insistentemente el tema “Josephine” hizo que la banda cambiara sus planes y acabara tocando el tema para provocar el deleite de sus incondicionales. El colofón definitivo para esta intensa y divertida velada correría por cuenta de “West Ruth Ave”. Lo dicho, The Night Flight Orchestra demostraron que no son una banda al uso. Su amor por la buena música, prescindiendo de cualquier tipo de etiqueta, resulta incuestionable. Y lo mejor es que tienen un directo sólido, potente y convincente. En definitiva que su nombre es sinónimo de diversión y buen rollo.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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