Han
sido diez años de esfuerzo, trabajo y dedicación. Una década en la que Crisix han
conseguido forjarse un nombre dentro de la escena nacional realizando además varias
incursiones en el Viejo Continente y al otro lado del Atlántico, dejando claro
que junto a sus hermanos Angelus Apatrida son una de las puntas de lanza dentro
del thrash metal nacional. Por todo ello la de esta noche era una ocasión
especial, ya que además de celebrar tan señalada efeméride el concierto de esta
noche representaba el reencuentro de Crisix con sus fans más próximos. El marco
escogido no podía ser mejor, una sala mediana del Razzmatazz que acabó
registrando una fantástica entrada. Mientras que para calentar motores antes de
su triunfal entrada en escena el
quinteto contaría con el apoyo de los bilbaínos Rat-zinger.
Aunque
a priori poco tenía que ver la propuesta de los indiscutibles protagonistas de
la velada con la de Rat-zinger, lo cierto es que el combo Vasco supo sacar el
máximo partido a sus sesenta minutos sobre las tablas, ofreciéndonos una
incendiaria sesión de intenso, potente e irreverente punk rock. Temas cortos,
directos y pegadizos, rematados por una lírica punzante, -que no dejó títere
con cabeza-, fue lo que nos deparó la descarga de un cuarteto que lo dio todo
sobre el escenario para conectar con una audiencia que se volcó con ellos, y
que no dudó a la hora de corear los adictivos estribillos que marcaron piezas
como “Dios Salve A Ronnie Biggs ” o el tema
que presta título a su última entrega discográfica “Santa Calavera”.
Gracias al desquiciante dinamismo de sus composiciones y a su entrega sobre las tablas el combo bilbaíno no tardó mucho en convertir los aledaños del escenario en un auténtico campo de batalla, con multitud de cuerpos danzando alocadamente mientras el cuarteto iba enlazando las críticas y corrosivas letras de temas como “Patria”, “Aplastándote” y “No Habrá Piedad Para Nadie”. Evidentemente Rat-zinger no se olvidaron de dar las gracias y felicitar a los anfitriones de la velada antes de atacar el despiadado “ Ya No Quedan Días De Gloria”, y el reivindicativo “L.E.Y.”.
Uno de los pocos momentos en los que los vascos dejaron de lado lo que podríamos llamar su fórmula habitual fue cuando el cuarteto se embarcó en “Amén”, que nos mostraba sus influencias más roqueras, acercando su sonido al de los míticos Barricada. Evidentemente en un show en el que hubo palos para casi todas las instituciones, Rat-zinger no se olvidaron de la Iglesia y sus ministros dedicándoles “Larga Vida Al Infierno”.
La
revolución total llegó el encarar el tramo final de su presentación con una
celebradísima “Narkosanto” y “Soy Un Kalashnikov”, que ponía a gran parte de la
sala a cantar su pegadizo estribillo. Pero sin duda el mejor momento de su
presentación estuvo reservado para su personal adaptación del clásico de
Motörhead “Ace Of Spades”, que ellos han rebautizado como “¿Tenéis Speed?”,
para posteriormente cerrar definitivamente con dos potentes andanadas como “Indestructibles” y “9 Mm”.
Desde que un servidor viera por primera vez a los chicos de la Conca d´ Òdena, y van ya unas cuantas, Crisix han mantenido una clara línea ascendente que les ha llevado no solo a ser uno de los buques insignia del thrash metal patrio, sino que también les ha permitido expandirse internacionalmente gracias en gran parte a las excelentes críticas que han cosechado sus dos últimas entregas “From Blue To Black” (2016) y “Against The Odds” (2018), ambos publicados bajo el manto del sello francés Listenable Records. Precisamente ese crecimiento internacional ha provocado que Juli Bazooka y sus muchachos se hayan dejado ver menos por casa que en anteriores ocasiones. De modo que la ineludible cita de esta noche significaba el reencuentro del quinteto con su fiel e insaciable parroquia de seguidores.
Desde antes de que los músicos irrumpieran en escena el ambiente de fiesta podía palparse en el ambiente. Así que mientras el quinteto tomaba posiciones, -con el escenario todavía a oscuras-, el respetable coreaba a un volumen atronador la melodía de su habitual introducción “A.S.F.H.”, para que acto seguido todo explotara, dejando que la demoledora maquinaria de los catalanes se pusiera en funcionamiento para pasarnos por lo alto con la despiadada voracidad thrashera que desplegaron a lo largo de la inicial “Leech Breeder”. Con los chicos aprovechando al máximo las dimensiones del escenario, -encaramándose una y otra vez sobre las pequeñas plataformas que había repartidas-, la acción no se detuvo cuando atacaron otra de sus nuevas composiciones “Xenemorph Blood”, redondeando así un poderoso inicio.
Aunque quizás el sonido no acabó de ser todo lo bueno que nos hubiera gustado durante los compases iniciales del show, la cosa fue mejorando a medida que avanzaba la velada. De modo que cuando el quinteto se enfrascó en las oscuras ambientaciones de “Spawn”, -primera licencia que se permitieron a su ópera prima de 2011 “The Menace”-, la comunión con el respetable era ya absoluta. El ambiente de fiesta no decreció, ya que acto seguido le llegó el turno a los crujientes y humeantes riffs contenidos en la desternillante “Rise… Then Rest”, que nos dejaba con las constantes carreras de Requena y Busi mientras Juli no dejaba de animar al personal.
A lo largo de esta pasada década la carrera de los catalanes ha estado marcada por la estabilidad en su alineación, siendo el único cambio la incorporación del bajista Dani Ramis, quien se unió a la banda hace ya un lustro. Así que el incansable cuatro cuerdas no titubeó a la hora de echarse la banda a la espalda para liderar el poderoso ataque que supuso el despiadado “Conspiranoia” rescatado de su anterior “From Blue To Black”. Varios fueron los momentos a lo largo de la noche en los que la entregada audiencia agradeció el trabajo realizado por los barceloneses a lo largo de estos años, coreando el nombre de la formación insistentemente, tal y como sucedió durante los prolegómenos de la novedosa “The North Remembers”. A continuación seguirían desgranado más composiciones de su “Against The Odds”, dando motivos al respetable para que el pogo no se detuviera mientras levantábamos nuestros puños al aire para acompañar “Prince Of Saiyans”.
La elegida para que todos los presentes aunáramos nuestras gargantas fue la siempre efectiva “Frieza The Tyrant”, que servía para que el quinteto pusiera de manifiesto su absoluta devoción por las series de animación niponas. Pero no sólo las series han sido una fuente de inspiración para las composiciones del combo catalán , ya que varias han sido las películas que han dejado huella en sus letras. De modo que el momento del cachondeo y el desparrame llegaría de manos de “Brutal Gadget” y sus disparatados guiños a “The Mask”.
Como
era previsible en una ocasión tan señalada como la de esta noche, tampoco faltó
el momento emotivo cuando Juli recordó el primer concierto de la banda en
Igualada, justo antes de regresar sobre las composiciones de su último redondo
de manos de “Perseverance”. Nuevamente todos volveríamos a cantar para hacer
que los adictivos coros de “I.Y.F.F.”
hicieran retumbar los recintos del local. El nivel de intensidad no decaería,
ya que para redondear una de las tripletas más brillantes de la velada los
catalanes optaron por el demoledor “Electric Possession”.
Todos
los que hemos venido siguiendo la trayectoria de la banda durante todos estos
años sabemos que a Crisix siempre les ha
gustado incluir versiones en sus presentaciones en vivo. Así que la primera de
las cayeron esta noche fue su particular adaptación del “Year Zero” de los
suecos Ghost. Acto seguido llegó el momento de la anécdota de la velada, ya que
Javi Carrión se disculpó por haber alterado el orden del repertorio al haberse
saltado un tema. Así que para poner remedio a su error fue el propio batería
quien se encargó de presentar “Strange”.
Pese
a que la diversión y el buen rollo siempre han formado parte de la personalidad
y la idiosincrasia de Crisix, los catalanes
tampoco quisieron dejarse en el tintero su despiadada crítica contra la industria musical y las emisoras comerciales de radio en “Get Out Of My Head”. No podía faltar algo
que se ha convertido en una tradición en todas sus descargas, el cambio de
instrumentos entre los componentes de la banda para ofrecernos un buen números
de covers que incluyeron fragmentos de temas clásicos de Pantera, Beastie Boys,
Metallica , Anthrax, Rage Against The Machine, e incluso la divertida melodía
de la serie infantil “Doraemon”.
Con
banda y público en plena sintonía llegaba el momento de encarar la recta final
del show confiando para ello en uno de los temas más potentes de su anterior
entrega “G.M.M. (The Great Metal Motherfucker)”, que comandada por un Juli
absolutamente colosal ponía a todo el personal nuevamente en movimiento. Los
saltos, el stage diving, y el mosh, no se detendrían a lo largo del humeante
“Bring´Em To The Pit”, de su segunda entrega de 2013 “Rise… Then Rest”. Mientras que el colofón
definitivo lo pondría el tema que cerraba su primer largo y que define su
estilo a la perfección “Ultra Thrash”.
Al
final del concierto la banda al completo saludaba desde el escenario a sus seguidores mientras a través del P.A.
sonaba una conocida canción maquinera de finales de la década de los noventa. Fue una noche épica en
la que Crisix dejaron patente que llevan mucho camino andado. Aunque,
evidentemente, su futuro sigue siendo de lo más prometedor. Y si no, al tiempo.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
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