Parece
que se ha convertido en una tradición que habrá que intentar conservar que
durante los meses previos a la celebración del Resurrection Fest los organizadores
del festival gallego vayan programando una serie de giras que nos permiten ver
en directo a una buena representación de
bandas de diferentes géneros y estilos. En la cita de esta noche el
protagonista fue el death metal en su vertiente más técnica. Así que el
atractivo cartel de esta velada en la sala mediana del Razzmatazz lo
conformaron Rivers Of Nihil, Soreption, Archspire, para dejar que se encargaran
de cerrar el espectáculo toda una institución y un valor seguro de cara al
directo como son Revocation.
Los
elegidos para abrir esta interesante velada en la que tendríamos ocasión de
degustar diferentes matices y estructuras dentro del death metal técnico fueron
los americanos Rivers Of Nihil, quienes
traían bajo el brazo su tercer largo “Where
Owls Know My Name”, que pasa por ser la obra más madura, heterogénea y
ambiciosa que han publicado hasta la fecha.
Sin
contar con un gran juego de luces y con sonido algo deficiente el combo de
Reading, Pennsylvania, apareció en escena mientras la gente seguía accediendo
al recinto. Pero esta situación lejos de desanimar a la formación que capitanea
Jake Dieffenbach sirvió para que el quinteto se esforzará para sacar el máximo
partido a sus treinta minutos sobre las tablas, consiguiendo llamar la atención de los que todavía no les conocían
gracias a las cambiantes ambientaciones
que marcaron temas como inicial “The Silent Life”.
Aunque
a lo largo de su presentación Rivers Of Nihil echaron mano de algunas partes
pregrabadas, lo cierto es que lo que caracterizó la descarga de los americanos
fue la rotundidad y la violencia sonora que imprimieron a piezas como “Sand
Baptism”, y la aplastante “Death Is
Real”, que fue la escogida por Dieffenbach para montar el primer wall of death
de la noche.
Me
sorprendió que tras animar al público con el mencionada wall of death, el
personal pareció desconectarse de la descarga del combo americano, ya que
cuando las guitarras Brody Uttley y Jon Topore nos propusieron el arranque de
la novedosa “A Home”, nadie se movió de su sitio. Afortunadamente, Rivers of
Nihil consiguieron revertir la situación para volver a tomar las riendas del
show para encarar la recta final con la descomunal “Soil & Seed”, que hacía
que se marcharan dejándonos un buen sabor de boca.
No
tardaron mucho en hacer acto de presencia sobre las tablas los encargados de
tomar el testigo: Soreption. Quizás de entre las cuatro bandas que conformaban
el cartel de esta noche los suecos eran los que se encargaron de representar
las tendencias más clásicas del estilo, aunque sin dejar por ello de lado sus
deslumbrantes progresiones técnicas y la variedad de unas estructuras que en
muchos momentos resultaron impredecibles.
Comandados
por un Fredik Söderberg que demostró un dominio absoluto del escenario, paseándose
desafiante mientras sus compañeros no dejaban de moverse y hacer headbanging a
la vez que atacaban los amenazantes riffs de la demoledora “Reveal The Unseen”,
extraída de su anterior largo “Engeneering The Void”, para posteriormente someternos
al aplastante ritmo de “Breaking The
Great Narcissits”.
Tras
haber roto el hielo con un par de jugosas miradas al pasado el cuarteto sueco
centró su objetivo en presentar el material de su más reciente entrega
“Monument Of The End”, que se editó a finales del pasado mes de agosto, para
hacer gala de su faceta más técnica e incisiva a lo largo de las brutales
acometidas contenidas en “Children Of
The Automaton”, pasándonos por lo alto como si fueran una apisonadora. Pese a
la rotunda intensidad que estaban desplegando lo cierto es que al de combo de
Sundsvall le costó acabar de conectar con un respetable que no acabó de entrar
en el show hasta que atacaron la pista
de apertura de su última obra “The Anti-Present”.
La
escogida para redondear la tripleta de temas que sirvieron para representar su
último trabajo fue “King Of Undisputed”, que nos volvía a proponer la solidez
aplastante de su base rítmica mientras una sucesión de despiadados riffs
nos rebanaban la cabeza como si fueran afiladas cuchillas. El cierre definitivo
para la presentación del combo sueco corrió por cuenta del único recuerdo que
se permitieron a su seminal debut de 2010 “Deterioration Of Minds”, de manos del
imprescindible “March Of The Tyrants”.
No
dispusimos de mucho tiempo para recuperarnos de la seminal demostración de potencia
y clasicismo death metalero que nos acababan de ofrecer Soreption, ya que lo
apretado del timing de esta noche propició
que los cambios de equipo fueran realmente rápidos. Debo reconocer que
tenía muchas ganas de ver en directo a Archspire. La formación canadiense causó
sensación y llamó la atención de muchos seguidores de la escena extrema con la
publicación de su debut “All Shall Align”, pero lamentablemente su segunda
entrega “The Lucid Collective” , sin ser un mal álbum no acabó de cumplir con las
expectativas que muchos habíamos puesto en
ellos. Tres años han tardado los de Vancouver en regresar con “Ralentless
Mutation”, una obra aplastante en la que parecen recuperar el tiempo perdido.
Quizás por ello no me extrañó que el grueso de su repertorio de esta noche estuviera centrado en las composiciones de su tercer y último trabajo, que tocaron prácticamente entero, y que completaron con un par de fugaces destellos de sus anteriores entregas. No nos dieron ni un segundo de tregua desde que aparecieron en escena para dar buena cuenta de los ritmos asincopados de “Calamus Will Animate”, con la que el quinteto dejaba patente que no tienen ninguna clase de dificultad para llevar al directo sus intrincadas estructuras e instrumentaciones.
Además por si esto no fuera suficiente para llamar la atención de un público que parecía estar familiarizado con sus nuevas composiciones, contar con un frontman como Oli Peters acabó resultando clave para que el personal se involucrara al máximo al atacar cortes como “Rapid Elemental Dissolve”, que fue el único guiño que se permitieron a su prometedor debut “All Shall Align”.
Pese a la tormenta sonora que crearon, los canadienses nos hicieron esbozar más de una sonrisa cuando Oli Peters se colocó en la retaguardia del guitarrista Tobi Morelli para alzar un pequeño teclado mientras el hacha atacaba con su guitarra sin clavijero el descomunal desarrollo solista de “The Mimic Well”. Acto seguido las melodías de corte oriental nos proponían un cambio de registro para adentrarnos en la envolvente y oscura “Relentless Mutation”, que nos dejaba con el fantástico trabajo del último fichaje de la banda, el bajista Jared Smith.
A medida que fue avanzando el show del combo canadiense el público se fue animando, así que las primeras filas se dejaron notar con fuerza durante la larga introducción que sirvió como preámbulo para el despiadado ataque que significó “Human Murmuration”. Una última mirada al pasado, concretamente al material de su anterior entrega “The Lucid Collective”, sirvió como excusa para que el quinteto recuperara “Lucid Collective Somnambulation”.
Para encarar la recta final de su presentación las guitarras de Tobi Morelli y Dean Lamb se tornaron más afiladas y cortantes para liderar las demenciales andanadas que protagonizaron “Involuntary Doppelganger”, que nos acercaba peligrosamente a la conclusión definitiva que llegó de manos de “Remote Tumour Seeker”, con la quedaba patente la perfecta sintonía entre el público y una banda que se empleó al máximo para acabar dejando unas muy buenas impresiones.
Pese a llevar más de una década en activo no puede decirse que Revocation se hayan prodigado en exceso en el circuito de salas de la Ciudad Condal. Si la memoria no me falla esta era la segunda visita de los chicos que lidera el vocalista y guitarrista David Davidson, tras su paso por esta misma sala en octubre de 2014 abriendo para los legendarios maestros del brutal death Cannibal Corpse. Los de Boston siempre se han caracterizado por incluir en sus composiciones diferentes arreglos y matices para enriquecer su propuesta y conceder a su técnico thrash/ death una marcada personalidad.
Sin duda su último redondo “The Outer Ones” no ha defraudado a su cada vez mayor parroquia de incondicionales, ya que sin perder su primigenia esencia los americanos han conseguido llevar su propuesta un paso más allá. Afortunadamente, pese a no ser perfecto, el sonido acompañó esta noche permitiéndonos disfrutar de los constantes cambios de ritmo y los técnicos desarrollos que nos ofrecieron Revocation desde que irrumpieron sobre las tablas para arrollarnos inmisericordemente con la pieza que presta título a su última referencia discográfica: “The Outer Ones”. A diferencia de lo que sucediera en su mencionada visita de hace unos años, me dio la sensación de que el combo americano ha esquinado su propuesta hacia la brutalidad, ya que pese a conservar su maestría a la hora de atacar piezas humeantes como “Of Unworldly Origin”, lo cierto es que ahora el registro de Davidson suena más tortuoso y desesperado.
Si durante los primeros compases del show Revocation se concentraron en la velocidad incendiaria, fue durante el tercer corte “ Madness Opus”, cuando la banda se centró en la intensidad, ralentizando el ritmo para sumergirnos de lleno en sus pantanosas ambientaciones, contando para ello con la participación del vocalista de Rivers Of Nihil, Jake Dieffenbach. No tardaron mucho en volver a acelerar el paso para dejar que la rotunda pegada del batería Ash Pearson se dejara notar con fuerza a lo largo de otra de las nuevas “Blood Atonement”.
Aunque el repertorio de esta noche estuvo muy centrado en las composiciones de sus últimas entregas, el cuarteto de Boston se permitió una única referencia a su anterior “Great Is Our Sin”, dejando que los aromas jazzisticos de “Communion” se alternaran con esas rutilantes aceleraciones marca de la casa. De entre las nuevas composiciones una de las que mejor funcionó fue “Vanitas”, -de la que recientemente estrenaron videoclip-, que nos hacía cambiar radicalmente de registro al contemporizar la velocidad para poner los acentos en sus vibrantes increscendo épicos.
Si, evidentemente, a lo largo de la velada hubo velocidad a raudales y contundencia sonora, pero sería injusto no mencionar y poner el acento sobre los alardes técnicos que los americanos nos ofrecieron a la hora de desgranar temas como el fantástico “Ex Nihilo”, todo un derroche de melodía guitarrera incrustado sobre unas pétreas estructuras de esencias death metaleras. Una segunda y última mirada sobre el material contenido en ”Deathless” nos propondría un retorno a la ortodoxia metalera de manos de “The Blackest Reaches”, que según nos comentó Davidson era la primera vez que interpretaban en Barcelona.
La única concesión que se permitieron hacía el material facturado en la anterior década estuvo reservado para “Existence Is Futile”, que nos volvía a volar la cabeza gracias a las demoledoras líneas del bajo de Brett Bamberger. Tras preguntarnos si todavía queríamos más, Davidson no titubeó a la hora de ofrecernos su enésima demostración de técnica y virtuosismo, adentrándose en los desarrollos instrumentales de “Chaos Of Forms”. Mientras que la rúbrica definitiva para la impecable descarga de unos Revocation que siguen creciendo y superándose disco a disco y gira a gira llegó de manos de “Witch Trials”.
En definitiva que disfrutamos de una velada intensa e interesante, en la que un puñado de talentosos músicos se encargaron de poner la banda sonora a una sesión que sirvió para demostrar que además de la contundencia y la brutalidad en el death metal hay también espacio para la técnica y el virtuosismo.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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