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jueves, 31 de enero de 2019

U.D.O.+RED PARTIZAN+DEAD CITY RUINS-SALAMANDRA-BCN-22-ENE-2019



No creo que a estas alturas el incombustible Udo Dirkschneider precise de ninguna clase de presentación. El mítico vocalista teutón lleva en activo desde la década de los setenta, y su contribución a la explosión, el auge, y la posterior consagración del heavy metal en el Viejo Continente es a día de hoy incuestionable. Seguramente para la gran mayoría de la familia metálica Udo siempre será recordado por haber sido  la voz  de los legendarios Accept. Pero si uno bucea en su extensa y longeva carrera podrá comprobar  que ha publicado más trabajos al frente de su proyecto U.D.O., que liderando a la clásica formación de Solingen.

El motivo de su visita era la presentación en sociedad de su última entrega discográfica “Steelfactory”. Por otro lado esta gira era la primera en la que el veterano  frontman no interpretaría, -tal y como anunció tras sus últimas visitas bajo el apelativo de Dirkschneider-, ningún clásico de su ex–banda. La otra gran novedad de este tour era la ausencia del que se había convertido en su fiel escudero desde 1997, el incombustible bajista  Fitty Wienhold. Además por si no hubiera  suficientes novedades, el propio Udo llegaba aquejado de unos dolorosos problemas en la rodilla que a punto estuvieron de provocar la suspensión de la gira. Pero, desoyendo las recomendaciones de los médicos, el incombustible vocalista optó por no defraudar a sus incondicionales y cumplir con los compromisos contraídos.

He de admitir que tenía mis reservas sobre si el vocalista de Wuppertal conseguiría mantener su poder de convocatoria ofreciendo un show basado íntegramente en sus propias composiciones en solitario, y lo cierto es que aunque la afluencia que registró  la Sala Salamandra fue sensiblemente inferior a la de sus dos últimas visitas en Razzmatazz con Dirkschneider, el incombustible frontman volvió a dejar patente que sigue conservando el favor de un buen numero de incondicionales que no quisieron perderse su tradicional visita anual.

A diferencia de lo que sucediera en algunas de sus visitas anteriores, en esta ocasión U.D.O. llegarían acompañados de dos bandas poco conocidas por estos lares. Los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada fueron los roqueros australianos Dead City Ruins. Mientras que los elegidos para caldear el ambiente antes del desembarco de las  estrellas de la noche fueron los chicos de Red Partizan.

Con puntualidad británica, y con todavía muy poco ambiente en la sala, hacían acto de presencia los miembros de Dead City Ruins. Pese a ser prácticamente unos desconocidos para la gran mayoría de los presentes,  la formación de Melbourne lleva en activo desde 2012 y ha publicado un total de tres largos, el último de ellos y sobre el que centraron su repertorio de esta noche fue “Never Say Die”. Si la memoria no me fala esta no era la primera vez que los australianos se dejaban caer  por los escenarios barceloneses, ya que en septiembre de 2015 estuvieron por aquí abriendo el show de Audrey Horne.

No, no nos vamos a engañar, la banda que capitanea el larguirucho y simpático vocalista Jake Wiffen no ha inventado nada nuevo. Pero lo que hacen, lo hacen muy  bien. No se complicaron la vida y salieron con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a roquear intensamente, proponiéndonos desde el mismo arranque una buena ración de  potente hard rock repleto de influencias clásicas,  dando  buena cuenta de temas como “Til´Death”. Aunque, personalmente, un servidor se quedaría con el feeling guitarrero que desplegaron  en piezas  como “Dirty Waters”, con la que acercaban su sonido a bandas como Thunder o los primeros Skin, para posteriormente invitarnos a mover las caderas siguiendo el contagioso ritmo de “We Are One”.

Me gustó la actitud fiestera  y desenfadada con la que el combo australiano se presentó ante el público barcelonés. Así que ese buen rollo acabó siendo clave para que la banda acabara conectando con las primeras filas  a la hora de interpretar temas como “The River Song”, que se convirtió en la excusa perfecta para que el personal acompañara con palmas. Aunque como comentaba el repertorio estuvo muy centrado en las composiciones del álbum que publicaron el pasado año, el combo de Melbourne no quiso dejar pasar la ocasión de rescatar de su anterior entrega homónima  el marchoso “Happenzella”, que rompía la dinámica del show con sus rotundos ramalazos sleazy.

Para encarar la recta final de su presentación Mick Quee se encargó de liderar con las saturadas notas de su bajo el arranque del machacón “Bones”. Mientras que la le elegida para finiquitar su descarga fue la setentera “Devil Man”, tras la que se marcharon dejándonos una  muy buena impresión.

Curiosamente los encargados de recoger el testigo de la formación australiana fueron Red Partizan, una banda de corto bagaje que lidera un luchador incansable como es el vocalista Manuel Mijalkovski, quien se ha volcado en este nuevo proyecto tras superar varios problemas de salud. He de reconocer que me llamó la atención que no fueran ellos los encargados de abrir la velada, ya que de momento sólo han publicado un par de canciones a la espera de poner en circulación su debut homónimo a finales del próximo mes de Octubre.

Teniendo en cuenta todos estos antecedentes he de admitir que no tenía ni muchas referencias ni grandes expectativas con su descarga. De modo que presté mucha atención e intenté dejarme imbuir  por una ecléctica propuesta que mezcló rotundos riffs de guitarra, ritmos propios del metal industrial, algunos elementos electrónicos, y  el doble ataque vocal que nos brindaron el propio Manuel y la vocalista lírica Alina.

Una de las curiosidades de la descarga de Red Partizan fue el parecido de su vocalista con el propio Udo. Pero dejando a un lado esta simpática anécdota, lo cierto es que la formación afincada en Alemania supo aprovechar al máximo su tiempo sobre las tablas dando buena cuenta de temas con tintes épicos como “Gods Of War”, para posteriormente cambiar radicalmente de registro y desplegar las opresivas ambientaciones de “Dead Man´s Hand”.

Aunque en principio poco tenia que ver la propuesta de Red Partizan con la de los encargados de abrir la velada, o con la de U.D.O., lo cierto es que el sexteto supo como conectar con el público, así que más de uno no vaciló  a la hora de sumarse a la fiesta y acompañar los pegadizos estribillos que marcaron  temas como  “Stand Up And Rise”. Con algo más de protagonismo guitarrero, pero siguiendo esa marcada  línea propia de los ritmos marciales y machacones, sonó el single que recientemente publicaron como adelanto de su opera prima “Rebels  & Partizan”, para posteriormente adentrarnos en la apocalíptica “The End”.

Ante unas primeras filas que parecían de lo más animadas, y con unos músicos que parecían sorprendidos por  la cálida acogida que les estaba tributando  el público catalán, llegaba el momento de encarar la recta  final de su presentación  confiando para ello en los pegadizos estribillos de “Russian Roulette” y la definitiva “Wanted Dead Or Alive”. Aunque, personalmente, su descarga no me llegó a enganchar, parece que la propuesta de Manuel Mijalkovski  y sus muchachos acabó convenciendo a  un público que los despidió dedicándoles una cerrada ovación. En definitiva que habrá que estar atentos a sus próximos pasos, y a la publicación el próximo otoño de su mencionado debut.

Aunque la propuesta y el sonido  de U.D.O. como banda no ha cambiado en los últimos años, la presente gira en la que la banda está presentando su último redondo  “Steelfactory” ha venido marcada por la incorporación de dos nuevos miembros: el bajista esloveno  Tilen Hudrap, y el guitarrista Dee Dammers, completando así el equipo que actualmente conforman el propio Udo, su hijo Sven a la batería, y el guitarrista ruso Andrey Smirnov. Pese a que el montaje escénico no fue nada ostentoso, no faltaron las columnas de humo,  una alta tarima sobre la que se colocó la batería de Sven, y un par de ventiladores que conferían al escenario el aspecto de una fábrica metalúrgica.

Sin duda la gran incógnita de la noche giraba en torno al estado de forma de Udo, ya que llegaba aquejado de problemas en su rodilla. Y aunque se le vio más estático que en anteriores visitas, lo cierto es que para nada afectó a su entrega sobre las tablas ni a su particular forma de cantar, dejando patente que el paso de los años parece no hacer mella en  las cuerdas vocales de un frontman que continua defendiendo de forma solvente todas sus composiciones, tal y como dejó patente desde que se plantó en escena para espetarnos de forma expeditiva las novedosas “Tongue Reaper” y “Make The Move”, que servían para establecer una estrecha  conexión con sus seguidores que se mantuvo durante todo el show.

Pese a que los temas nuevos gozaron de un notable protagonismo, y fueron muy bien recibidos por unos seguidores que no se cortaron a la hora de levantar los brazos y corear sus marcados estribillos marca de la casa, cuando la banda echaba   la vista atrás para rescatar de su extenso catálogo alguna vieja favorita la sala se venía rápidamente arriba, tal y como sucedió cuando sin previo aviso se abalanzaron sobre “24/7”. Un detalle que me llamó la atención fue el protagonismo que asumió el nuevo guitarra  de la banda, Dee Hammers, haciéndose cargo de muchos de los solos, como el del tema que prestaba título a su álbum de 2007, “Mastercutor”.

 Con la sala convertida en una auténtica fiesta el nivel de intensidad seguiría creciendo con la llegada del melódico medio tiempo “A Cry Of Nation”, que era la escogida  para representar a su álbum “Steelhammer”. Aunque no abandonaron el material de su obra  de 2013, el cambio de registró llegó con los riffs más potentes y afilados  de esa bomba de relojería que es “Metal Machine”, que se convertía en la excusa perfecta para que todos volviéramos a elevar los puños al aire mientras hacíamos nuestro su matador  estribillo.

La primera concesión que el carismático vocalista se permitió al material que facturó durante la década de los ochenta fue “Independence Day”, que nos dejaba la estampa de una audiencia completamente entregada, coreando incansablemente la melodía central del tema. El retorno sobre la más candente actualidad llegó de manos del medio tiempo “In The Heat Of The Night”, una pieza que viendo la reacción del respetable está llamada a convertirse en una de las fijas de cara a los próximos tours.

Los riffs de guitarra del tándem que conformaron Hammers y Smirnov se tornaron más densos y reptantes para conducirnos decididamente a través de “Vendetta”, un tema que destila esa clásica esencia germana que tanto gusta a los seguidores del incombustible  vocalista germano. Sven fue quien se encargó de volver a hacer subir el nivel de intensidad imprimiendo a su kit de batería una marcha más a la hora de atacar el poderoso y veloz “Rising High”, que se saldaba con el nuevo hacha de la banda presentando sus credenciales en forma de ejercicio solista.

Una nueva mirada sobre el material más clásico de la banda, aquel que Udo facturó tras su primera salida de Accept, nos acabaría conduciendo sobre un celebradísimo “In The Darkness”, que desataba la euforia entre los más veteranos. “I Give As Good As I Get”, reposando sobre un ritmo más marcado y melódico nos acabó abocando sobre un sprint final que estuvo marcado por la novedosa “Hungry And Angry”, que sonó como toda una declaración de intenciones; la noventera “Heart Of Gold”, que abría su tercer largo “Faceless World”. Mientras que el punto y seguido a la velada corrió por cuenta de otra  de las nuevas “One Heart One Soul”.

Pese a estar mermado en la rodilla Udo no podía defraudar a su fiel parroquia de incondicionales. De modo que cojeando ostensiblemente no tardó en ganar el centro del escenario para seguir ofreciéndonos ese sonido de alto octanaje metálico, dando buena cuenta de zarpazos  incontestables como “Holy”, para posteriormente ofrecernos otra de las gemas de su primer trabajo en solitario “Animal House”.

No la fiesta todavía no había terminado, ya que la última andanada que nos ofrecieron el mítico vocalista  y sus muchachos fue  la corrosiva “Man And Machine”, para rematar definitivamente la velada  con otro de esos himnos imprescindibles que son capaces de poner cualquier recinto literalmente patas arriba “They  Want War”.

Afortunadamente parece que hay cosas que nunca van a cambiar dentro del universo del heavy metal. Un servidor ha tenido oportunidad  de ver a Udo Dirkschneider en directo en varias ocasiones,- ya fuera al frente de Accept, o liderando su proyecto en solitario-, y nunca me ha defraudado. Y, evidentemente, esta noche no fue una excepción. Sí alguien tenía dudas sobre si el mítico vocalista germano iba a ser capaz de mantener su poder de convocatoria prescindiendo de las composiciones que grabara junto a sus ex–compañeros, creo que la respuesta fue clara: el triunfo de U.D.O., en tierras catalanas fue incontestable. 


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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