El
título y la portada del debut de Daeria “Fénix” ha resultado ser toda una declaración de intenciones. Sería injusto
tratar a la formación barcelonesa como si fuera una formación novel, ya que atesora gran parte de la
experiencia y la personalidad de lo que fue Döria. El cambio de nombre, debido
a desavenencias y problemas legales, acabó resultando una mera formalidad, ya
que estos Daeria han sido capaces de llevar su propuesta un paso más allá,
sonando ahora más metaleros, compactos, y potentes, aunque también más melódicos. Si ya a finales del
pasado año el quinteto publicó el mencionado “Fénix”, -uno de los mejores
lanzamientos de la escena nacional a juicio de un servidor-, de cara a este recién estrenado 2019 parece
que los barceloneses tienen como claro objetivo el directo, llevando su música
a todos los rincones de nuestro país para tratar de consolidarse como uno de los
valores emergentes dentro del metal nacional.
Evidentemente
su presentación en casa, en la Sala Bóveda, respaldados por un nutrido sequito de seguidores, amigos y
familiares, era una cita importante para ellos. Y lo cierto es que Daeria
supieron corresponder a todo ese apoyo con una fantástica presentación en la
que, además de escuchar en vivo gran parte de las composiciones que conforman
su debut y algunos clásicos de su anterior etapa, dejaron patente que tienen
ante si un futuro de lo más prometedor. Para poner la guinda a este reencuentro
con sus incondicionales los barceloneses contaron con el apoyo de una de las
bandas más trabajadoras, -por lo menos a lo que a tocar en directo se refiere-, de la escena local barcelonesa:
Embersland.
Como
ya comenté en anteriores ocasiones, un
servidor ha tenido ocasión de ver a Embersland en varias ocasiones durante los últimos meses,
y lo cierto es que siempre me han transmitido unas fantásticas sensaciones.
Además me gustaría destacar que esta noche sonaron especialmente bien, a un
volumen perfecto, permitiéndonos distinguir claramente cada uno de los
instrumentos desde que abrieron fuego con “Purity”, lo que propició que los
teclados de Xavi Cao, -que esta noche empuñó un keytar-; y los corrosivos riffs
que ejecutó Jimmy Sánchez a lo largo de temas como “Strike Back”, dotaran de
consistencia y solidez a la propuesta
del quinteto.
Pero
sin duda la principal característica de los catalanes viene dada por la
excelente combinación vocal que ofrecen Clara,- todo un torrente lírico-, y el
polifacético Will, que combina magistralmente su habitual registro en tonos
graves con unos poderosos rugidos guturales a la hora de atacar temas como el
primerizo “Kidnapping”. Tampoco faltaron
a lo largo de su presentación esos majestuosos pasajes melódicos aderezados con
alguna pincelada de corte medieval en temas como “Road Of Hope And Death”, para el que Xavi también acabó sumandose a las voces.
La
primera incursión en el material de su segunda entrega discográfica “Dark Ages”
dejaría paso al sinfonismo melódico que desplegaron a lo largo del pegadizo
“When I Die”, que personalmente volvió a ser uno de los que más me gustaron,
con una Clara pletórica a la hora de alcanzar las tonalidades más exigentes.
Precisamente fue la propia vocalista quien se encargó de presentar “Deadweight”,
con la que nos invitaban a cambiar de registro para adentrarnos en derroteros
más intimistas e introspectivos, antes de abocarnos sobre un tramo final que
sirvió para que el quinteto sacara a relucir su faceta más gótica.
Pero
si algo diferencia la propuesta del
combo catalán es su amplitud de miras a la hora de transitar por diferentes
estilos y sonoridades. Así que la responsable de dar argumentos a los más
afines al power metal para que se pusieran a menear la cabeza siguiendo su
cabalgante ritmo fue “Fatal Obsession”, uno de sus temas más potentes y cañeros
que les servía para volver a incidir sobre el material de “The Art Of Peace”.
Algo más melosa, pero igualmente efectiva, sonó “Why”, que conseguía recabar el
apoyo de las primeras mientras.
Para
encarar la recta final de su presentación Embersland se decantaron por otra de
las imprescindibles en todas sus descargas “Hope” rescatada de su segundo largo
“Dark Ages”, para la que Xavi volvió a sumarse a las labores vocales. Mientras
que el colofón definitivo corrió por cuenta de la que posiblemente sea su corte
más completo y ambicioso “Sunrise (Part II)”,
un extenso opus que aglutina gran parte
de las influencias de la banda.
En
definitiva que Embersland volvieron a encargarse de calentar el ambiente con
una descarga sólida, compacta y efectiva, en la que derrocharon elegancia,
tablas y calidad. Esperemos que pronto tengamos ocasión de verles liderando su
propio show y con nuevos temas que
presentar.
Por
fin había llegado el momento. Tras recibir los elogios y el reconocimiento
unánime de los medios y el público la formación que capitanea el guitarrista
Víctor Vázquez se disponía a defender en
directo sus nuevas composiciones. Aunque la banda dio el pistoletazo de salida
a su “Esto Empieza Ahora Tour”, a
finales del pasado mes de Septiembre, un servidor no había tenido todavía ocasión de verles en acción, y he de admitir
que tenía mucha curiosidad por ver en vivo a su vocalista Ángel Ortiz. Y no por
que el que suscribe tenga una fijación especial con la labor de los vocalistas,
sino porque de la actual encarnación de la banda es al único que nunca he visto
en directo, pese a haber escuchado su trabajo con Sylvania y Orient.
Evidentemente el fantástico tándem de guitarras que conformaron el citado
Víctor Vázquez y el polifacético Eimel Trejo acabó convirtiéndose en una de las
mejores armas del quinteto catalán, ya que mostraron una complicidad y una
compenetración absoluta, tal y como pudimos apreciar desde que abrieron fuego
con el primer tema que compusieron, y que
abre y presta título a su debut,
“Fénix”.
La
convicción de que Daeria están decididos a poner toda la carne en el asador de
cara a estos conciertos de presentación de su ópera prima quedó patente cuando,
pese a las reducidas dimensiones del escenario del Bóveda, pudimos apreciar
como habían sumado su propio equipo de luces leds al de la sala. Además
también contaron con un par de máquinas de humo que se
encargaron de ambientar el escenario cuando atacaron piezas como “Cosmos”, que era la elegida para que
Eimel comenzará su particular exhibición
a las seis cuerdas. Con una banda totalmente entregada, que no perdió la
sonrisa en ningún momento, la conexión con los fieles que copaban las primeras
filas fue absoluta. De modo que cuando anunciaron la primera concesión al
pasado con “Aún Recuerdo”, la respuesta del respetable fue inmejorable,
dejándonos la estampa de un montón de puños alzados que apuntaban
al escenario para cantar junto a Ángel su fantástico estribillo.
Pese
a que cualquiera de los cortes que conforman “Fénix” tiene potencial suficiente
para convertirse en un trallazo
incontestable en directo, personalmente he de reconocer que uno de los que más
me gustó fue “Laberinto”, todo un derroche de intensidad y dinamismo que
se vio potenciado al máximo gracias
al excelente trabajo que nos brindó la
sección rítmica que conformaron el batería Joel Marco y el bajista Oscar Cortes
durante esta primera mitad del show. Para los que todavía albergaban alguna
duda sobre la posible evolución que podía haber experimentado el sonido de la
banda con respecto a su anterior etapa, una buena muestra la encontramos en la
camaleónica “Solo”, que nos dejaba con una de las mejores interpretaciones de
un Ángel que inició el show un tanto tímido pero que se fue entonando a medida
que avanzaba la noche, gracias en gran medida al cariño que le brindó un público que según nos confesó le hizo sentirse como si
estuviera en casa.
Ese
buen rollo y esa camaradería acabaron propiciando que las bromas entre los
propios músicos, y con los integrantes de las primeras filas, se convirtieran
en una constante a lo largo de todo el show. Pero esto no quiere decir que el
quinteto se distrajera de su principal
cometido que era la presentación de “Fénix”. Así que no faltaron durante la
velada los fantásticos y pegadizos estribillos de “Luz De Luna”, con Víctor
sumándose a las voces para acabar redondeando un corte que atesora una marcada influencia del metal melódico
europeo, y que tiene muchos números de convertirse en uno de los
imprescindibles en sus descargas.
Como
era previsible teniendo en cuenta la calidad técnica de los músicos que
conforman la banda, no faltaron unos pequeños interludios solistas que
sirvieron para que primero Eimel y, posteriormente, Joel jugueteando con la
simpática melodía del Mario Bros, nos mostraran algunas de sus habilidades. El
retorno del resto de sus compañeros, pero en esta ocasión contando con la
presencia de Laura Moral al bajo, llegó
de manos de “Vacío”, para el que se sumó
a la fiesta su amigo y productor Isra Ramos, devolviendo así la colaboración
que parte de la banda hizo en la reciente presentación de Amadeus en la Ciudad
Condal.
La
vuelta sobre los ritmos más rápidos, potentes, y de corte power metalero
llegarían de manos de “Lestat”, que fue fantásticamente recibida por una audiencia que parecía conocer
la letra al dedillo. Para encarar la recta
final del show que mejor que ofrecernos otro fugaz guiño al pasado con
un “Que Más Da”, -que sonó mucho más potente y cañero que en la versión de
estudio contenida en “Mom3ntum”-, que fue con la que pusieron el punto y
seguido a la velada.
Tras
concluir la primera parte del show con
un notable alto, el quinteto barcelonés se preparaba para rematar su presentación
en casa dando buena cuenta de unos bises que arrancaron con el cachondo y
divertido juego que nos propusieron
Eimel y Víctor, y que consistió en adivinar las melodías de películas como
“La Pantera Rosa” o “Misión Imposible”,
entre otras; antes de adentrarnos en un trepidante sprint final que estuvo
compuesto por el imprescindible “Pensavientos”, con un fantástico ejercicio
solista de Víctor, y con Ángel erigido como el perfecto maestro de ceremonias
jugando con el público a la hora de hacernos cantar. No tardaría en llegar,
para deleite de los más veteranos, un celebradísimo “Caperucita Feroz”, para acabar poniendo el
broche definitivo a la velada con el corte que está llamado a convertirse, sino
lo es ya, en su canción por antonomasia, “Reina De Corazones”, que fue coreada
con absoluta devoción por unos seguidores que acabaron despidiendo al quinteto
con una rotunda ovación.
Lo
han conseguido, tal y como anunciaron con el título de su prometedor debut “Fénix”,
Daeria han resurgido de las cenizas. Y a tenor de lo visto los catalanes están
llamados a convertirse en un nombre importante dentro de la escena metálica
nacional. Así que ya sabes, si tienes la
suerte de que su “Esto Empieza Ahora Tour” pasa cerca de tu casa yo no dejaría
pasar la ocasión de ver como se lo montan en directo, no te defraudaran. Estás
avisado.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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