Seguramente
si alguien le hubiera dicho a unos jovencísimos Toño Rodríguez y Félix Lasa
cuando dieron sus primeros pasos como Leize que casi cuatro décadas después
iban a seguir recorriendo la geografía nacional con sus canciones seguramente
no se lo hubieran creído. Pero lo cierto es el combo de Zestoa sigue en activo y
de plena actualidad, ya que recientemente ponían en circulación su nuevo
trabajo “Deriva”, que representa la continuación cuatro años después de “Cuando
Te Muerden”, aunque entre medias los vascos han tenido tiempo para celebrar por todo lo alto el trigésimo
aniversario de su debut “Devorando Las Calles”. Además de sus nuevas
composiciones, la principal novedad en el seno de la formación guipuzcoana era la incorporación del guitarrista Mikel Lazkano que ha cubierto la baja que dejara Patxi Carrasco.
El
enclave escogido para la puesta de largo de “Deriva” en la Ciudad Condal, -en
una de las primeras fechas de su nueva gira-, fue la Sala Bóveda y para ejercer
como anfitriones y encargarse de calentar el ambiente antes del desembarco del
plato fuerte de la noche contaríamos con el concurso de Puerta 104, quienes
aprovecharon la ocasión para presentarnos algunas de sus nuevas composiciones,
amen de repasar los mejores momentos de sus dos entregas previas “Piedras”
(2008) y “Mi Único Enemigo” (2013).
Desafortunadamente,
y pese a que jugaban en casa, a la hora prevista para el arranque del show de
Puerta 104 el ambiente en la sala era todavía algo frío. Aunque eso no pareció
importar a una banda que sin perder en ningún momento la sonrisa desplegó su
potente rock n´ roll salpicado de algunos toques de rock urbano que dejaban patente
la influencia de bandas como Marea, Barricada o Extremoduro. Sin duda una
propuesta ideal para conseguir conectar con un público que se fue animando a
medida que avanzaba el show.
Haciendo
gala de su veteranía y sus tablas la formación barcelonesa se mostró de lo más sólida y compacta,
sorprendiendo en el arranque a los que todavía no les conocían con el punch
roquero que imprimieron a la inicial “Como Un Animal”. Tampoco faltaron a lo largo
de su presentación esos guiños poéticos en sus letras dando un toque urbano a
piezas como “Contigo”, que respaldada sobre sus potentes coros servía para que
las primeras filas empezaran a dejarse oír, para posteriormente dejar paso a la
animada “Dejad Que Lo Digo Yo”.
Después
de haber roto el hielo con una buena representación del material de su segundo
largo “Mi Único Enemigo”, era un buen
momento para que el quinteto nos presentara algunas de sus nuevas
composiciones. De entre ellas una de las
que más me gustó fue la desgarradora “Una Noche En El Infierno”. El
contraste entre el presente y el pasado de la formación catalana quedaría
plasmado con la primeriza “Piedras Vs Balas”. Mientras que su vertiente más
poética quedaría plasmada en el sentido
arranque de ese accesible uptempo que
lleva por título “Morena”.
Con
la concurrencia algo más animada los chicos de Puerta 104 encaraban la segunda
mitad de su presentación dando buena cuenta
de esa flema roquera que parece directamente heredada de bandas clásicas
de los noventa como Platero Y Tú, proporcionando argumentos para que los más
animados no dejaran de agitar los pies siguiendo el marchoso ritmo de “Cuando
Venga La Muerte”. Quedaba claro con lo visto hasta el momento que los catalanes
son una banda de marcado tamiz roquero, y que su principal prioridad es dar
contundencia y aplomo a las guitarras, y la mejor prueba fue comprobar la dureza con la que sonaron temas
como “Mi Único Enemigo”.
Para
encarar la recta final de su presentación la banda volvería a echar la vista
atrás para rescatar una composición de su ópera prima “Contando Los Segundos”,
que sirvió para que su vocalista bajara a cantar entre el público. Mientras que
para finiquitar definitivamente el show se decantaron por los ritmos más
acelerados y punkeros del delirante “Las Musas”. En definitiva, que Puerta 104
nos ofrecieron un buen recital de poesía urbana aderezado de esa rabia y mala
leche propia del rock urbano de finales de los ochenta y principios de los noventa.
No
tuvimos que esperar mucho para que aparecieran sobre las tablas de una sala que
había ido tomado color durante el intermedio de los incombustibles Leize. La formación
guipuzcoana se ha granjeado a lo largo de su longeva trayectoria el cariño y el
respeto de los seguidores de la escena del rock/metal nacional.
Desafortunadamente en esta ocasión el cuarteto no consiguió movilizar a tanta
gente como en anteriores citas. Aunque
lo cierto es que los que decidieron acercarse a la sala Bóveda a presenciar el
show vivieron intensamente el concierto, dejándose la garganta a la hora de
corear tanto las viejas favoritas como
las nuevas composiciones, poniendo así de manifiesto que su nuevo material ha
calado hondo entre sus incondicionales. Y es que los temas de “Deriva” son
“carne de directo”, y sinceramente creo que están a
la altura de su material clásico, y probamente la mejor prueba fue ese arrollador
arranque, -tras la introducción con la sintonía del mítico programa de tv “ El Hombre Y La Tierra”-, con “Castigo”, uno
de los trallazos más potentes y agresivos de toda su discografía, que nos
dejaba a al carismático Félix Lasa empuñando el megáfono en su parte
central para provocar el delirio del respetable.
Evidentemente tras la marcha de Patxi Carrasco había muchas miradas puestas en el recién llegado el guitarrista Mikel Lazkano, -amigo personal de la banda-, y lo cierto es que el nuevo seis cuerdas cumplió con creces con su cometido, ya que se mostró sólido, perfectamente integrado, y luciendo una amplia sonrisa a lo largo de toda la velada. También fueron constantes los vaciles y los gestos de complicidad con el propio Félix, convirtiéndose en una dupla letal a la hora de atacar temas como la también novedosa “Llévame Contigo”, que nos dejaba a Toño haciéndose cargo de sus potentes coros. Dos composiciones de nuevo cuño habían servido para romper el hielo, y lo cierto es que funcionaron muy bien. Pero, como era de esperar, el primer momento en el que la sala se vino literalmente abajo fue cuando los más veteranos reconocieron los compases iniciales de “La Rueda”, que era la escogida para proponernos una primera incursión en el material de “Devorando Las Calles”.
Habiendo recibido la primera gran ovación de la noche de manos de un respetable que se había ido calentando a medida que avanzaba el show, tocaba ahora que fuera la apabullante batería de Ibi Sagarna la que se encargara de conducirnos a través de “Caminando”, que con sus características guitarras dobladas se convirtió en el representante de las composiciones que formaban parte del último trabajo que grabaron en su primera etapa “Todo Por El Suelo”. No tardaron mucho en volver a acelerar el paso, ofreciendo argumentos para que todo el personal se pusiera a botar con el puño en alto para acompañar “Acosándome”. Aprovechando esa estrecha conexión que la banda había conseguido crear con sus seguidores Félix dejó momentáneamente de lado su guitarra para encargarse únicamente de las tareas vocales durante una celebradísima “Hundiéndome En La Noche”.
Tras habernos propuesto un primer “paseo” por su discografía tocaba regresar al contenido de su undécima entrega, y para ello que mejor que ofrecernos un delicioso guiño a los maestros australianos Ac Dc durante los compases iniciales de “Mi Lugar”, que lograba que el nivel de intensidad y entrega del personal no decreciera. La identidad urbana de la banda, esa que siempre les ha servido para ganarse el cariño de sus seguidores, quedaría plasmada en otro de sus himnos imprescindibles “Sangre De Barrio”, durante cuya parte central Félix se encargó de presentarnos a los nuevos miembros de la banda.
Evidentemente tampoco quisieron dejar aparcada esta noche la desgarradora crítica social contenida en ”Futuro Para Mi”, que, con una letra que conserva su plena vigencia en nuestros días, fue la elegida para realizar una primera incursión en el material de su segundo largo de 1989 “Buscando... Mirando”; para acto seguido dejar paso a “Dar El Golpe”. Un nuevo golpe de timón, en esta ocasión para adentrarnos en derroteros más melódicos, serviría como excusa para volver a incidir en “Deriva”, dando empaque y garra a los pegadizos estribillos de “Dame Tú Mano”. La conexión entre el presente y el pasado de los de Zestoa, dejando patente que el paso del tiempo no ha variado ni su sonido ni su personalidad, llegó acompañado del derroche de actitud roquera que significó “Pídeme”.
La última tanda de nuevas composiciones estuvo reservada para “No Me Da La Gana”, que arrancaba con la base rítmica marcando implacablemente el paso para que las guitarras acabaran introduciendo toda su intensidad metalera; para posteriormente dejar que las melodías más accesibles y los tempos más relajados nos invitaran a transitar por los poéticos versos de “Calle 38”. Esa ambientación más relajada e intimista se mantendría durante los compases iniciales de “A Tu Lado”, aunque fue tan solo un espejismo porque el tema fue creciendo en intensidad hasta explotar definitivamente para hacer vibrar nuevamente al personal .
De entre las composiciones que han publicado durante esta segunda etapa, una de las que mejor funcionó esta noche fue la implacable y crítica “Sospechoso”, que nos dejaba a una banda completamente desatada mientras Félix nos invitaba a cantar su matador estribillo. Ese clima de euforia que se apoderó de todos los presentes no decrecería, ya que para encarar la recta final de su presentación los vascos optaron por una carta ganadora como es la propia “Buscando... Mirando”. El bombardeo de clásicos no se detuvo ya que la elegida para poner el punto y seguido a una velada trepidante fue la imprescindible “Muros”.
Tras una fugaz retirada que sirvió para que los fieles reclamaran con insistencia la presencia del cuarteto sobre las tablas, Félix ,Toño, Ibi y Mikel regresaban a escena para rematar la velada por todo lo alto invitándonos por enésima vez a levantar los puños para corear los hímnicos estribillos de “Donde Está”. Absolutamente imparables, y con las primeras filas completamente entregadas, nos acercábamos al final con “Devorando Las Calles”. Mientras que la despedida definitiva llegó con un celebradísimo “Su Legalidad”, tras el que el cuarteto abandonó el escenario acompañado del cálido homenaje de unos seguidores que, como decía al inicio, vivieron intensamente la velada. Son más de treinta años en activo, defendiendo con ilusión la historia y el legado de una banda que parece estar viviendo una segunda juventud gracias al tesón de los incombustibles Félix y Toño; y como no de la sabia nueva que aportan Ibi y Mikel. Eso si, para que la fiesta hubiera sido completa, creo que podrían haber rescatado algún corte de aquel fantástico “Loca Pasión”, ya que incomprensiblemente su cuarto trabajo acabó convirtiéndose en el gran olvidado de la noche.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario