Pilares
indiscutibles de la escena brutal death americana Incantation llevan desde
finales de la década de los ochenta quemando los escenarios a su paso para
convertirse en un referente obligado para los seguidores de las sonoridades
extremas. Si algo ha caracterizado la trayectoria de la formación Johnstown es
el constante baile de músicos en sus filas, siendo el único que permanece al
frente de la nave desde el inicio el incombustible y carismático John McEntee.
Si la memoria no me falla su última visita se remontaba a la décima edición del
Move Your Fucking Brain Extreme Fest, así que casi un lustro después los
americanos regresaban a un marco más
íntimo como es la sala Bóveda para repasar algunos de los mejores momentos de
su décimo largo “Profane Nexus” que veía La Luz a mediados del pasado 2017.
Pero no arribaban solos a la cita con el público barcelonés John McEntee y sus
acólitos, ya que antes de que tomaran el escenario contaríamos con la presencia
de sus compatriotas Skinned. Mientras que para poner la nota europea al atractivo
cartel de esta noche tendríamos ocasión de deleitarnos con el devastador
directo de los germanos Defeated Sanity.
Con la gente todavía accediendo al recinto
aparecían en escena los encargados de abrir fuego en esta noche de jueves los
veteranos metaleros procedentes de Colorado, Skinned. Lo primero que llamó la
atención de la formación que capitanea Travis Weickum fue su alineación como
trío. Pese a ello, los americanos sonaron de lo más sólido, crudo y
contundente, desplegando todo su potencial death metalero ante una audiencia
que se mostró un tanto distante.
Respaldados sobre una pared de sonido infranqueable, aunque manifiestamente
mejorable, el trío irrumpía en escena para dejar patentes sus influencias más
netamente “old school” a lo largo de la pieza de apertura “Brain Worms”.
Mientras el personal seguía accediendo al recinto de forma lenta y escalonada la demoledora sección rítmica que conformaron el barbudo bajista Greg Keenan y el batería Connor McLaughlin haría retumbar los cimientos del local durante los compases iniciales de “Recies Feces”. Pese a no ser excesivamente conocidos por estos lares la propuesta del combo americano pareció comulgar con los gustos de unos seguidores que se fueron animando a medida que se fueron sucediendo cortes como “Lucid Horror” de su anterior “Create Malevolence” y “Carved Up”.
Desmarcándose ligeramente de la abrupta brutalidad que marcó su descarga, Skinned también tuvieron ocasión de dar buena cuenta de su faceta más envolvente y hasta cierto punto experimental para hacernos transitar por las cambiantes ambientaciones de “Manipulation Of A Starving Mind”. De su más reciente entrega “Shadow Syndicate” el trío confiaría para encarar la recta final de su presentación en la indiscutible pegada del hímnico “We Are the End”, para posteriormente dejar que el golpe de gracia definitivo corriera por cuenta de la primeriza “Vomit On It”.
Tras
haber presenciado la rotunda descarga de Skinned nos tocaba virar radicalmente
de registro para dejarnos imbuir por las tesituras más técnicas que nos propondrían
los elegidos para recoger el testigo:
los alemanes Defeated Sanity. Al igual que sucediera con el resto de bandas que componían el line-up del cartel de la
velada, la formación berlinesa posee una amplia trayectoria a sus espaldas,
aunque, al igual que Skinned, no publicaron su primer largo “Prelude To The Tragedy”,
hasta bien enterada la primera década de este siglo XXI.
Su presencia había suscitado bastante expectación, y eso se notó ya que a la hora prevista para su aparición la sala presentaba un ambiente bastante más concurrido y animado. Recibieron una cálida acogida y rápidamente se pusieron manos a la obra para atacar los compases iniciales de “Into The Soil”. Lamentablemente el fulgurante inicio de los alemanes se vio sensiblemente lastrado cuando el guitarrista Christian Kühn tuvo que abandonar el escenario para resolver un inoportuno contratiempo con su guitarra, lo que provocó que el show quedara interrumpido durante algunos minutos.
Una vez resuelto el problema, con la banda todavía más motivada si cabe, y con muchas ganas de recuperar el tiempo perdido, llegaba el momento de adentrarnos de lleno en los cambiantes e imprevisibles cambios que marcaron “Generosity Of The Deceased”. Para acabar de completar una tripleta de apertura perteneciente a su última entrega “Disposal Of The Dead/Dharmata” los germanos recurrieron a la humeante velocidad de la incisiva “Suttee”.
Habiendo dejado claras sus intenciones y los parámetros en torno a la que gira su propuesta Defeated Sanity no vacilaron a la hora de echar la vista para seguir dándonos argumentos para castigar nuestras cervicales mientras desgranaban toda la voracidad metalera contenida en “Engulfed In Excrutation”, que les servía para realizar una primera incursión en el material de “Chapters Of Repugnance”. Aunque como comentaba toda su descarga estuvo marcada por la contundencia y la agresividad, lo cierto es que los berlineses también tuvieron tiempo de mostrarnos algunas de sus virtudes técnicas, dejando caer esos detalles que hicieron que temas como “Naraka” concedieran al show un dinamismo especial, con el bajista Jacob Schmidt aporreando las cuerdas de su bajo con los dedos como si fueran garfios.
Sin duda los momentos más enérgicos, coléricos y delirantes de su descarga llegarían hacia la mitad del show cuando de forma consecutiva atacaron la demoledora “Fatal Self Inflicted Desfigurement”, introduciendo incluso algunas pinceladas grind que propiciaron que los pogos no se detuvieran en los aledaños del escenario; para posteriormente dejar paso a la explosiva “Butchered Identity”, con la que redondeaban una fantástica dupla extraída de su segundo largo “Psalms Of The Moribund”.
Aún más atrás en el tiempo, concretamente hasta la época en que publicaron su debut “Prelude To Tragedy”, nos condujo “Drifting Further”, que sustentado sobre una estructura más rotunda y marcada junto a unos registros más oscuros y cavernosos dejaba patente la evolución y la versatilidad de una banda que se mostró absolutamente intratable a lo largo de todo el show.
Quizás su propuesta fuera demasiado técnica para los más extremos, y demasiado homogénea para los amantes del virtuosismo técnico, pero lo cierto es que los germanos parecieron acabar calando entre un público que no dejó de animarles y acompañar haciendo headbanging trallazos implacables como el descomunal “Calculated Barbarity”. Los ritmos más serpenteantes y crujientes de “Engorged With Humiliation”, serían los encargados de anticiparnos que su descarga estaba llegando a su fin. De modo que la rúbrica definitiva corrió por cuenta de una carnicería sonora como es “Consumed By Repugnance”.
Habiendo
calentado motores con los dos implacables shows
que nos acaban de brindar Skinned y Defeated Sanity todos estábamos
preparados para enfrentarnos al tercer y definitivo asalto de la velada: la
descarga de Incantation. A diferencia de otras bandas de la escena extrema
americana las huestes que lidera John
McEntee no son una formación que se deje ver con asiduidad por los escenarios
de nuestro país. Así que sin llegar a llenar la sala Bóveda, el cuarteto
consiguió reunir a un buen numero de seguidores que no quisieron desaprovechar
la ocasión de comprobar como sonaban en directo algunas de las composiciones de
“Profane Nexus”.
Con
el escenario engalanado con un enorme telón de fondo y precedidos de un
inquietante y tétrico speech, que sirvió como introducción, los músicos
aparecían en escena para tras saludarse ritualmente darse la vuelta de golpe y
empezar a castigar sus instrumentos mientras atacaban de forma seminal los
compases iniciales de “Christening The Afterbirth”. Fieles a sus raíces old
school Incantation pasaron por encima de nosotros como si fueran una auténtica
apisonadora, echando mano desde los compases iniciales del show de artillería
pesada como la imponente “Shadows Of The Ancient Empire”, que se convertía en
el primer gran clásico de la noche.
No
se si el bueno de John McEntee no se esperaba la cálida bienvenida que le
dispensó la audiencia barcelonesa, pero lo cierto es que vimos al veterano
frontman esbozar más de una socarrona sonrisa de complicidad cuando vio que prácticamente todos los presentes
respondieron a sus demandas de alzar los cuernos al aire para acompañar los
compases iniciales de “Lus Sepulcri”. Sin duda esa conexión entre la banda y
unos incondicionales que lo dieron todo, y que no pararon de hacer headbanging
y montar pogos, acabó siendo clave para que trallazos míticos como el primerizo
“Golgotha”, acabaran poniendo literalmente la sala patas arriba.
Habiendo
firmado un arranque absolutamente demoledor, podría parecer que los americanos
lo iban a tener francamente difícil para conseguir mantener el nivel de
intensidad del show. Pero nada más lejos de la realidad, ya que Incantation
supieron jugar muy bien sus cartas, haciendo gala de esas tablas que les han
permitido sobrevivir a las modas, y a las constantes mutaciones que ha sufrido
la industria discográfica. De modo que no tuvieron ninguna clase de problema a
la hora de intercalar temas compuestos durante la última década como “Profound
Loathing”, con gemas imprescindibles de su longeva trayectoria como “Immortal
Cessation, con la que volvían a darnos argumentos para castigar nuestras
maltrechas cervicales.
Aunque
su álbum debut “Onward To Golgotha” disfrutó de un destacado protagonismo a lo
largo del show, no fueron sus composiciones las únicas referencias que se
permitieron al material facturado durante la década de los noventa. De modo que
no quisieron dejarse en el tintero piezas de corte más vanguardista, -dentro de
su estilo-, como la que daba título a su EP de 1997 “Forsaken Mourning Of
Angelic Anguish”. El retorno sobre su material más reciente vendría marcado por
“Rites Of The Locust”, que fue introducida por McEntee de forma grandilocuente,
extendiendo sus brazos para realizar una invocación que acabó provocando el
delirio de los más acérrimos.
Pero
no todo fue velocidad humeante a lo largo de su descarga, ya que Incantation también
tuvieron ocasión de demostrarnos que saben moverse a la perfección por otros
derroteros, bajando la velocidad hasta límites insospechados a la hora de
proponernos los tortuosos y angustiosos desarrollos
de “Carrion Prophecy. Sin abandonar el
contenido de su obra de 2014 “Dirges Of Elysium”, la elegida para hacernos
recobrar la velocidad, aunque sin perder esa ambientación densa y decadente,
fue “Dominant Ethos”, que se zanjaba con todo el personal alzando sus cuernos
al aire ante las caras de satisfacción del cuarteto americano.
El
socio de John McEntee a las seis cuerdas, Sonny Lombardozzi, -,que se unió a la
banda en 2017-, fue el encargado de ejecutar el técnico dibujo que daba el
pistoletazo de salida a la última pieza
de “Profane Nexus”, que tuvimos ocasión de escuchar esta noche, “Omens
To The Altar Of Onyx”. Mucho más rápida, despiadada y aniquiladora sonó
“Impalement Of Divinity”, que volvía a convertir los aledaños del escenario en
un mar de cuerpos que chocaban entre si descontroladamanete. Lejos de remitir
la euforia del personal se mantendría a lo largo de “Ascend Into The Eternal”.
El
sprint final de la seminal descarga del cuarteto americano dio arranque con una
nueva ración de implacable crudeza de manos de la irreverente “Rotting With
Your Christ”. Estaba claro que Incantation habían decidido aniquilarnos
definitivamente, así que para ello volvieron a echar mano de su material más
clásico desplegando sobre una audiencia que parecía insaciable la descomunal
crudeza de “The Ibex Moon” e “Impending Diabolical Conquest”. Pero no quedó ahí
la cosa, ya que cuando todos pensábamos que el ritual de los americanos había
concluido definitivamente, y después de que el cuarteto saludara desde el
centro del escenario, de forma un tanto sorpresiva McEntee hizo un guiño a sus
compañeros y estos volvieron a empuñar sus instrumentos para regalarnos un
último tema: “Profanation”, con el que, ahora sí, se despedían definitivamente.
No
fuimos muchos, pero no me cabe la menor duda de que la próxima vez que
Incantation vuelvan a pisar los escenarios de la Ciudad Condal seremos muchos
más, ya que dudo que nadie que presenciara la descomunal lección magistral que
nos ofrecieron John McEntee y sus muchachos se atreva a hacer campana cuando
regresen. ¡Impresionantes!
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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