Fueron un indiscutible ejemplo de evolución
dentro de la escena extrema de finales de los ochenta y principios de los
noventa. Aunque las raíces de Pestilence podemos encuadrarlas dentro del
thrash/death las huestes que lidera con mano férrea Patrick Mameli nunca
quisieron que su nombre quedara ligado a las estrecheces estilísticas propias de
las etiquetas. Así que disco a disco la
formación holandesa fue introduciendo nuevos elementos y matices en sus
composiciones para hacer que cada uno de sus lanzamientos se acabara
convirtiendo en un decidido paso adelante dentro de una evolución que les acabó
convirtiendo en una de las bandas más influyentes, inconformistas y originales
dentro de los sonidos oscuros y de vanguardia de la escena europea.
Aunque quizás los lanzamientos que han publicado
en esta segunda etapa de su carrera no puedan competir con la frescura, la
calidad y la originalidad de sus primeras entregas, lo cierto es que el
cuarteto sigue conservando un gran poder de convocatoria entre los seguidores
del género, tal y como demostraron hace escasamente un año cuando prácticamente
llenaron este mismo local, la sala upload del Poble Espanyol. No obstante, esta
noche sí que el recinto llegó a llenarse. Imagino que el hecho de que la cita
estuviera programada para la noche del sábado acabó siendo clave para que en la
sala se agotara prácticamente el papel.
Además, la propuesta era de lo más atractiva, ya que dejando a un lado la publicación de su última entrega “Hadeon”, Patrick Mameli y sus acólitos llegaban para conmemorar por todo lo alto el trigésimo aniversario del álbum que significó un punto de inflexión en su carrera marcando el camino que seguirían en sus posteriores entregas “Consuming Impulse”. Pero antes de tener la oportunidad de viajar en el tiempo para sumergirnos de lleno en la nostalgia tendríamos ocasión de presenciar las descargas de dos bandas locales como son: Abisme y Morbid Flesh.
Para romper el hielo ante un recinto que poco a poco fue tomando colorido contaríamos con la presencia de Abisme. Pese a que quizás su nombre no sea aún muy conocido dentro de la escena underground catalana, lo cierto es que el cuarteto lleva varios años batallando sobre los escenarios. Además entre sus miembros encontramos a músicos de bandas ilustres como Disgracer, No Amnesty, Perennial Isolation, Khaos Origin.., algo que sin duda no deja de ser toda una garantía de cara al directo.
Además, la propuesta era de lo más atractiva, ya que dejando a un lado la publicación de su última entrega “Hadeon”, Patrick Mameli y sus acólitos llegaban para conmemorar por todo lo alto el trigésimo aniversario del álbum que significó un punto de inflexión en su carrera marcando el camino que seguirían en sus posteriores entregas “Consuming Impulse”. Pero antes de tener la oportunidad de viajar en el tiempo para sumergirnos de lleno en la nostalgia tendríamos ocasión de presenciar las descargas de dos bandas locales como son: Abisme y Morbid Flesh.
Para romper el hielo ante un recinto que poco a poco fue tomando colorido contaríamos con la presencia de Abisme. Pese a que quizás su nombre no sea aún muy conocido dentro de la escena underground catalana, lo cierto es que el cuarteto lleva varios años batallando sobre los escenarios. Además entre sus miembros encontramos a músicos de bandas ilustres como Disgracer, No Amnesty, Perennial Isolation, Khaos Origin.., algo que sin duda no deja de ser toda una garantía de cara al directo.
Pese a que no dispusieron de mucho tiempo sobre
las tablas, ni tampoco gozaron del mejor sonido, Abisme supieron sacar el
máximo partido a su presentación, aprovechando la ocasión para adelantarnos
algunos de los temas que formarán parte de su próximo debut “As Fear Falls In”,
que tienen previsto publicar el próximo
verano. Como comentaba, viendo las bandas en las que militan sus miembros
estaba claro que su propuesta giraría en torno a las sonoridades más oscuras y viscerales
del thrash/ death, tal y como dejaron patente desde que empezaron a trepanar
nuestros cerebros con la infecciosa “Amoral Era”.
Una de las indiscutibles señas de identidad del combo catalán fue la constante interacción entre sus dos guitarristas y cantantes, Joan y Anna, algo que acabó propiciando que el show tuviera un ritmo y una intensidad que hizo que temas como “Hive”, quedarán de lo más potente y agresivo. Tampoco faltaron a lo largo de su escueta presentación las atmósferas más densas y opresivas que guiaron nuestros pasos hacia los compases iniciales del inquietante “Gateless Call”.
Aunque parecía evidente que muy pocos de los presentes estaban familiarizados con sus composiciones, lo cierto es que Abisme acabaron dejando unas muy buenas sensaciones. Y la mejor prueba fue comprobar como una sala cada vez más concurrida y animada se dejó arrastrar por la contundencia de “What Open Eyes Brings”, y la final “Sins” que fue la escogida para finiquitar definitivamente su corta presentación.
Los encargados de recoger el testigo fueron unos viejos conocidos para los seguidores de la escena extrema catalana, Morbid Flesh, que aprovecharon la oportunidad para ofrecernos un exhaustivo recorrido por los temas más destacados de su discografía. Sólidos, potentes y muy compactos el quinteto sabadellense tomó el escenario haciendo gala de una actitud y una determinación absolutamente demoledoras, dejando entrever su firme determinación de volarnos la cabeza desde que abrieran fuego la descomunal “Feeding Mallows”. Además por si el aplastante ataque sonoro que nos ofrecieron no fuera suficientemente atractivo, la banda no dejó de moverse y hacer headbanging sobre las tablas dotando de pegada e intensidad a piezas implacables como “Charnel House”, con la que se permitían una primera incursión en el material de su EP “Embedded In The Ossuary”.
Con una pose, una actitud, y un sonido 100% old school, Morbid Flesh no tuvieron ninguna dificultad para conectar con una audiencia que se mostró de lo más receptiva y afín a su propuesta. De modo que el asedio del combo de Sabadell no se detuvo, ni tampoco la respuesta de unas enfervorizadas primeras filas, cuando atacaron “Under Ragged Hoods”, que con su trepanador riff nos invitaba a machacar nuestras maltrechas cervicales.
Como comentaba la banda se mostró muy cómoda
sobre él escenario, haciendo gala de un aplomo y unas tablas que para si
quieran muchas bandas internacionales. Además el factor de tocar en casa acabó
siendo clave a la hora de que sus incondicionales se dejaran notar con fuerza cuando atacaron trallazos certeros
y humeantes como “Banished To Oblivion”. De su ópera prima publicada en 2011
“Reborn In Death”, tan solo se permitieron un único guiño, rescatando para la
ocasión esa carnicería sonora que lleva por título “Gulag (Cracked Bones).
Con una banda absolutamente lanzada, que demostró estar en un fantástico momento, y con unas primeras filas que parecían completamente desatadas tocaba encarar la recta final del show, y para ello que mejor que desplegar la oscura semilla de maldad contenida en “Rising Of Shadows”, que se convirtió en la antesala perfecta para invitarnos a transitar hacia el último tema de la noche “Circle Cursed”. Resumiendo que unos apabullantes Morbid Flesh nos ofrecieron una rotunda sesión de death metal old school, dándonos buenos argumentos para calentar las cervicales de cara a lo que estaba por llegar.
Seguramente la mejor forma de comprobar si un disco es realmente grande es escucharlo con la perspectiva que da el tiempo, y comprobar si sus composiciones, su producción, su temática, y su sonido, ha resistido bien el inexorable paso de los años. Para el que suscribe “Consuming Impulse” fue el álbum definitivo de Pestilence. Una obra redonda, en la que la formación holandesa daba un importante paso adelante dejando a un lado su primigenio thrash metal para coquetear con otros estilos y así cimentar las bases en torno a las que girarían sus posteriores entregas.
Esta era pues una noche especial, una oportunidad única de escuchar este clásico imprescindible en directo. Así que entre los asistentes se mezclaban veteranos seguidores de la banda que acudían sedientos de nostalgia, y la curiosidad de las nuevas generaciones que querían comprobar como sonarían esos himnos imprescindibles en pleno siglo XXI y con la voz de Patrick Mameli, ya que el disco lo grabó Martin Van Drunen. Y lo cierto es que el cuarteto nos pasó por encima como si fuera una apisonadora. No tuvieron compasión, se mostraron voraces, precisos, y seminales, convirtiendo una abarrotada sala Upload en una auténtica sauna.
Con un telón de fondo con el logo clásico de la banda presidiendo el escenario aparecía en escena el combo holandés, que fue recibido de forma cálida y entusiasta por sus incondicionales, para rápidamente ponerse manos a la obra y desplegar la rotunda brutalidad del tema que abría su segundo trabajo “Dehydrated”, que servía para que las primeras filas se pusiera en acción mientras Patrick Mameli, armado su guitarra sin clavijero, se apoderaba del centro del escenario para convertirse en el blanco de todas la miradas a la vez que tiraba de galones para ejercer como el indiscutible líder de la banda. Tras haber degustado la primera ración de velocidad incendiaria, explosivos cambios de ritmo, y desgarradores alaridos que protagonizó un frontman que parecía estar en plena forma, tanto vocal como físicamente, era un buen momento para revisitar una de las piezas que se ha convertido en un himno imprescindible para todos sus seguidores “The Process Of Suffocation” y, como no podía ser de otra forma, la reacción del respetable fue tremenda, con el personal danzando alocadamente mientras la banda se sumergía en una intensa y trepidante sesión de headbanging.
Tras haber puesto la sala patata arriba firmando
un descomunal arranque tocaba seguir buceando en el contenido del álbum que era
protagonista de la velada. Así que siguiendo su orden todos sabíamos que la
siguiente en sonar sería “Suspended Animation”, que nos invitaba a transitar por la fina frontera que delimita el
thrash y el death para posteriormente dejar paso a algunas pinceladas de corte
progresivo. Imperiales, sin fisuras. Pestilence se mostraron en todo momento
como un engranaje perfectamente engrasado, hambriento de agresividad sonora, y dispuestos
a aniquilar al personal. Así que la mejor prueba fue comprobar con la fiereza y
la precisión con la que sonaron trallazos como “The Trauma”, o el descomunal
“Chronic Infection”, que nos dejaba la estampa de Mameli desgarrando sus
cuerdas vocales para conseguir la complicidad de un público que a estas alturas
del show parecía ya rendido ante la aplastante pegada del combo holandés.
Al igual que sucediera en su visita del pasado año Mameli se mostró un tanto parco en palabras a la hora de las presentaciones. No obstante, no quiso dejar pasar la ocasión de agradecernos nuestro apoyo a la banda y al death metal en general durante los prolegómenos del crujiente y putrefacto “Out Of The Body”, que propició que los pogos y los circle-pits volvieran a copar las inmediaciones del escenario. El momento de volver a pisar el acelerador al máximo, rememorando sus primigenias influencias, llegaría de manos del perturbador “Echoes Of Death”, que estuvo comandado por la voraz pegada de su aplastante base rítmica.
Con un eufórico Mameli arengando al personal,
una vez más, para que el ambiente no decayese llegaba el momento de encarar la recta final del
álbum, dejando que “Deify The Master”
impregnara el recinto con su demoníaca oscuridad, revolcándonos una vez más por
el fango para posteriormente atraparnos con sus devastadoras andanadas marca de
la casa. El momento de demostrar que en la propuesta de los holandeses además
de contundencia, velocidad y mala leche, también hay espacio para la técnica y
el virtuosismo llegó de manos de ”Proliferous Souls”, que sirvió como
Introducción para el último clásico de esta primera parte del show “Reduced To
Ashes”.
Hasta aquí llegó lo previsto, lo que la banda nos había prometido... y vaya si cumplieron. Así que a continuación tocaba resolver otra de las incógnitas de la noche, así que no tuvimos que esperar mucho para comprobar como tenían previsto rematar la velada. Lo primero que hizo su fornido frontman fue presentarnos a sus compañeros de viaje. De entre ellos llamó la atención la insultante juventud del bajista Edward Negrec, de tan solo 22 años. De modo que tras las presentaciones tocaba volver a ponerse manos a la obra, y para ello el cuarteto nos propuso la aniquiladora “The Secrecies Of Horror” y “Twisted Truth” ambas rescatadas de su tercer largo “Testimony Of The Ancients”. La única licencia que se permitieron al material facturado en esta segunda etapa fue un “Horror Detox”, que no desentonó para nada con el resto del repertorio y que funcionó muy bien en directo. Mientras que la elegida para poner el colofón definitivo a la velada de forma sorpresiva fue “Land Of Tears”. Y digo de forma sorpresiva porque todos pensábamos, viendo el ambiente de euforia que se respiraba en la sala que los holandeses regresarían a escena para tocar algún tema más. Pero, lamentablemente, tras unos largos minutos de incertidumbre, no fue así. Lo que provocó las airadas protestas de unos seguidores que se fueron a casa con ganas de escuchar algún tema más.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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