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viernes, 28 de junio de 2019

CARACH ANGREN+WOLFHEART+THY ANTICHRIST+NEVALRA-RAZZMATAZZ 2-BCN-29-JUN-2019


Mientras la mayoría del personal está ya pensando en el verano, las vacaciones y, como no, la temporada de festivales que está ya a la vuelta de la esquina, los seguidores del underground extremo tenían una cita obligada con los chicos de Carach Angren, quienes regresaban a nuestro país para presentar su “Dance And Laugh Amongst The Rotten”, encabezando su macabra caravana metálica. El variado cartel de esta tarde noche de jueves en la sala mediana del Razzmatazz  se inauguraba con la presentación de los americanos Nevalra. A continuación tendríamos ocasión de descubrir el dantesco espectáculo que nos brindaron  Thy Antichrist. Mientras que para poner la nota de sobriedad melódica  a la velada contaríamos con el concurso de unos viejos conocidos como son Wolfheart.

Tal y como era previsible, teniendo en cuenta el vespertino horario de las actuaciones, cuando aparecieron sobre el escenario los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada, los chicos de Nevalra, el ambiente en el recinto era todavía bastante frío y desangelado, con apenas dos decenas de seguidores agrupados frente al escenario esperando a que los instrumentos empezaran a rugir. El combo americano que lidera el guitarrista y vocalista Scott Eames,- quien por cierto salió luciendo las pinturas de guerra que portaría después durante la actuación de Thy Antichrist-, se presentó en formato de trío, y aprovechó sus escasos treinta minutos para ofrecernos una buena muestra del black/death melódico contenido en su flamante primer largo “Conjure The Storm”.


Como viene siendo habitual en los conciertos de bandas que practican una propuesta similar a la de los americanos, no faltaron durante la presentación del trío de Missouri un buen puñado de orquestaciones y arreglos pregrabados que contribuyeron a que temas como la inicial “Warchestra” o “… Of Ruination” ganaran en ampulosidad y grandilocuencia, aunque sin perder en ningún momento ese intrépido  halo de maldad.

Sin duda uno de los detalles que más llamó la atención fue el contraste escénico entre el mencionado Scott Eames, con pinta de blacker clásico, y su compañero el  bajista Cody Sprock, que parecía un hippie. No obstante, ambos se compenetraron a la perfección en directo, y no dejaron de agitar la cabeza frenéticamente mientras atacaban los humeantes desarrollos de “It Dies In Vain”.

Desafortunadamente, pese a sus esfuerzos, Nevalra no acabaron de conectar con una audiencia que se mostró bastante apática con ellos, y sólo pareció reaccionar cuando Eanes se dirigió al público para presentar la pieza que presta nombre a su primer largo “Conjure The Storm”. Antes de abandonar el escenario definitivamente los americanos  todavía tuvieron tiempo de mostrarnos su faceta más oscura y subversiva durante las desquiciantes aceleraciones de “Prophet For Profit”. Lo dicho, que la propuesta de Nevalra pareció no acabar de cuadrar  con los gustos de un público que se mostró bastante distante, y que prefirió seguir sus pasos desde la distancia.


No tardaron mucho en aparecer sobre las tablas Thy Antichrist, y con ellos el decorado de la sala cambio radicalmente. La formación que creara en su Colombia natal a finales de los noventa el frontman Andrés Vargas, o lo que es lo mismo Antichrist 666, se ha convertido en un baluarte de la ortodoxia  más extrema, satánica y visceral. Además el quinteto, y especialmente su controvertido frontman, conceden una importancia preponderante a su espectacular y vistosa puesta en escena. Así que no faltaron las pinturas corporales en todos los músicos, la sangre, ni tampoco la irrupción de su vocalista encapuchado y blandiendo un cetro justo antes de que la tormenta se desatase para darnos argumentos para agitar frenéticamente la cabeza.

Rápidos, afilados, hirientes y viscerales, Thy Antichrist consiguieron desde el minuto uno captar  la atención de todos los presentes, y aprovecharon su tiempo para repasar los temas más destacados de su segundo largo “Wrath Of The Beast”. De entre los temas que mayor efusividad despertaron  entre unas primeras filas que estaban absolutamente rendidas destacaría el propio tema que presta nombre al álbum, y ese rodillo sonoro que lleva por título “Metal To The Bone”, que nos dejaba la estampa de su frontman agarrando el micro mientras no dejaba de hacer el símbolo de la bestia. El toque exótico lo pondría la guitarra acústica grabada que sirvió como introducción para “Desolation”, mientras  Antichrist 666 se deshacía  de su capa para dejar a la vista su fibrado torso pintado en licra mientras escupía sangre por la boca.

A medida que fue avanzando el show de Thy Antichrist el ambiente se fue caldeando en el recinto. Así que fue durante el tramo final de su presentación cuando el quinteto echó toda la carne el asador, convirtiendo el escenario en un infierno teñido de rojo mientras desgranaba para nuestro deleite piezas como “Destroying The Myth”,  y la arrolladora “Where Is Your God”. Fue un show corto pero intenso, en el que la banda ni siquiera se dirigió directamente al respetable, pero lo cierto es que tampoco fue necesario, ya que Thy Antichrist nos conquistaron con la aplastante tenacidad de sus composiciones y con una apabullante puesta en escena.


No lo iban a tener nada fácil las huestes que lidera Tuomas Saukkonen para mantener el nivel de entrega del público y la intensidad que habían desplegado en escena Thy Antichrist. Y es que la propuesta de Wolfheart resulta bastante más melódica y distinguida  que la de Antichrist 666 y sus secuaces. No obstante, el combo de Lahti nos ha visitado con bastante asiduidad  en los últimos tiempos, -ya sea en el marco de los grandes festivales o en sala-, y eso les ha valido para hacerse con un nutrido numero de incondicionales que no quisieron perderse su retorno a los escenarios catalanes.

Aunque he de admitir que su puesta en escena siempre me ha parecido demasiado sobria, lo cierto es que esa forma de ejecutar los temas, sin apenas dirigirse al respetable, resulta ideal para dotar a sus composiciones  de un halo intimista y melancólico. Aunque, personalmente, creo que el principal hándicap de sus shows es el recurrente uso de teclados y elementos pregrabados, algo que a la postre les hace tocar excesivamente encorsetados.

En cualquier caso, la principal novedad en el seno de la formación finlandesa giraba en torno a la reciente incorporación del guitarrista  Vagelis Karzis (ex-Rotting Christ), quien se ha acoplado perfectamente a sus nuevos compañeros, creando una dupla de guitarras demoledoras junto a Tuomas en temas como la inicial “Everlasting Fall”. Comocomentaba el cuarteto no ha cambiado su minimalista puesta en escena, bañando el escenario en tonos rojizos mientras los focos traseros apuntan al público a la vez que la banda se adentra  en los tenebrosos desarrollos de “Aeon Of Cold”, que era la escogida para realizar una primera incursión en su segunda entrega de 2015 “Shadow World”.

La catarata de emociones y sensibilidad que despliegan los finlandeses en sus presentaciones en vivo no se detendría, ya que acto seguido llegaría el momento de asomarnos a las oscuras ambientaciones de “Strength And Valor”, que contó con el apoyo de unas primeras filas que parecían cada vez mas animadas y participativas. Al igual que ya sucediera en  anteriores ocasiones fue el bajista Lauri Silvonen, quien se encargó de la mayoría de las presentaciones, tal y como sucedió con el novedoso “Breakwater”, que nos dejaba con un fantástico alarde solista de su flamante nuevo fichaje.

Debo reconocer que habiendo seguido la trayectoria de la banda desde que publicaron hace más de un lustro su prometedor debut “Winterborn”, me sorprendió que de cara al repertorio de esta noche dejaran completamente aparcado el contenido de su tercer largo “Tyhjyys”, en favor del material de “Shadow World”. Así que esta noche tuvimos ocasión de escuchar temas como “Veri”, o la imprescindible y celebradísima “Zero Gravity”, que se acabó convirtiendo en uno de los puntos álgidos de su presentación.

Encarando la recta final del show unas sutiles acústicas pregrabadas servirían  para avisarnos de que había llegado el momento de adentrarnos  en “The Hunt”. Mientras que el colofón definitivo quedó reservado para el delicioso “Ghosts Of Karelia” de su debut, tras el que los finlandeses abandonaron el escenario dejando un buen sabor de boca entre su parroquia de incondicionales.

Durante los últimos años el crecimiento en cuanto a popularidad se refiere  de Carach Angren ha sido incontestable. En un lapso de tiempo relativamente corto les hemos visto pasar de ejercer como teloneros a asumir el rol de headliners, algo muy meritorio aunque estemos hablando del circuito de clubs. Como viene siendo habitual siempre que esto sucede, los holandeses han tenido que ver como algunos de sus primeros seguidores les giraban la espalda mientras ellos apostaban por dar a su música  un toque más personal y hasta cierto punto accesible. Quizás Carach Angren nunca estuvieron dentro de la ortodoxia black metalera, ya que sus composiciones con tintes sinfónicos siempre tuvieron un componente que las hacía resultar atractivas para un público más amplio y mayoritario.

Con su última entrega “Dance And Laugh Amongst The Rotten” ya muy rodada la banda que lideran Seregor y los hermanos Wijers, Namtar y Ardek, arribaba a la capital catalana dispuesta a reencontrarse con sus seguidores para protagonizar otro oscuro y malévolo ceremonial. Pese al dinamismo escénico que da el que Seregor se haya centrado en sus labores de frontman, dejando la guitarra en manos de Bastiaan Boh, lo cierto es que me dio la sensación de que en esta ocasión su puesta en escena fue bastante más discreta, sin contar con proyecciones, y sin el espectacular teclado que habitualmente llevaba Ardek. Otro detalle que tampoco me acabó de convencer fue que no contaron con la presencia de un bajista.

Aparecieron unos minutos antes de la hora prevista, luciendo sus vistosos maquillajes y su pintoresca indumentaria, para rápidamente poner a todo el mundo en movimiento con el contagioso ritmo de “The Sighting Is A Portent Of Doom”, que servía para que el cuarteto creara un clima de estrecha comunión con el público que se mantuvo durante toda la velada. Sorpresivamente el planteamiento del show de los holandeses no fue el habitual, ya que aprovecharon el primer tramo de su presentación  para repasar algunos de sus viejos himnos, dando buena cuenta de temas  como “General Nightmare”, y la primeriza “The Carriage Wheel Murder”, con la que Seregor dejaba claro que actualmente es el motor e indiscutible líder de la banda, paseándose desafiante por el filo del escenario mientras nos regalaba sus imposibles muecas.

Tras finiquitar este primer tramo de la actuación  con un imponente “Spectral Infantry Battalions” de su delirante “Where The Corpses Sink Forever”, tocaba centrar el objetivo sobre su material más reciente. De modo que la escogida para inaugurar el capítulo dedicado a su quinta entrega  de 2017 “Dance And Laugh Amongst The Rotten” fue “In De Naam Van De Duivel”. Pero sin duda uno de los momentos de la noche llegó justo a continuación, cuando durante los prolegómenos de “Blood Queen”, el controvertido frontman levantó la sabana que cubría un maniquí mutilado y lleno de cortes e inscripciones, lo que provocó el delirio de unas primeras filas que a estas alturas estaban ya completamente entregadas.

El contrapunto a tanta contundencia  lo pondrían las sonoridades más rimbombantes que acompañaron  a los grandilocuentes coros pregrabados de un “Charlie”, que les quedó algo deslavazado. Especialmente efectivos resultaron los ritmos pesados y entrecortados de “Pitch Black Box”, que se convirtieron en la excusa perfecta para que el personal no parara de saltar siguiendo las indicaciones de Seregor. El rotundo contraste entre su material más reciente y el pasado quedaría plasmado en las humeantes acometidas que marcaron “A Strange Presence Near The Woods”, con los teclados de Ardek dejándose notar con fuerza, y “Heretic Poltergeist Phenomena”.

El punto de distinción lo pondrían las cambiantes ambientaciones de la que posiblemente sea una de sus composiciones más dinámicas y ambiciosas “The Funerary Dirge Of A Violinist”, mientras que el fin de fiesta definitivo llegaría con la inquietante “Bloodstains On The Captain´s Log”. En definitiva buena descarga de unos Carach Angren que siguen creciendo y afianzado su posición dentro de la escena extrema europea. Aunque, personalmente, creo que los auténticos triunfadores de la velada fueron Thy Antichrist.




TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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