Tras dar carpetazo definitivo a Sister Sin, -después de más de una década en activo y cinco entregas de estudio-, la vocalista Liv Jagrell no tardó mucho en reclutar nuevos compañeros de viaje para lo que fue su nuevo proyecto, Liv Sin. Aunque en esencia la formación que lidera actualmente la enérgica frontwoman no difiere en exceso de lo que fue Sister Sin, lo cierto es que al contar con dos guitarras todo suena más potente y aguerrido, y la mejor prueba la encontramos en como suenan las composiciones de su segunda y última entrega discográfica “Burning Sermons”, que se ponía en circulación a principios del pasado mes de Septiembre, y cuya presentación era la excusa para su visita a la sala Monasterio de la Ciudad Condal.
Para ejercer como anfitriones del combo sueco en su regreso a tierras catalanas contaríamos con la presencia de dos bandas locales. Los encargados de abrir fuego fueron Streamer quienes dejaron claro con un show potente y muy cañero que son una banda sólida, compacta, y con una propuesta fuertemente influenciada por los parámetros más tradicionales del heavy metal. Mientras que los elegidos para amenizar la espera antes del desembarco de Liv Sin fueron los chicos de Soul Dealer, quienes aprovecharon la ocasión para presentar en sociedad algunos de los cortes más destacados de su flamante nuevo trabajo “Aliennation”.
Quizás un miércoles no fuera la mejor elección para programar el concierto de esta noche, pero lo cierto es que el reclamo que suponía la presencia de las tres bandas acabó propiciando que varias decenas de seguidores se animaran a acercarse hasta el local. Con un ligero retraso sobre el horario inicialmente previsto saltaban a escena Streamer. Lo primero que me gustaría destacar es que el quinteto de Gava apostó por una puesta en escena muy cuidada. Y no hablo únicamente de su vestuario, - con tachas, cuero, parches.., y demás parafernalia propia de las bandas que practican un estilo similar al suyo-. Sino que también colocaron sendas pancartas a los lados del escenario donde podían leerse las palabras “Fucking” y “Metal”. Además, por si esto no fuera suficiente para anunciar a los despistados que estilo practicaban, también colocaron sendas cruces con una calavera en el centro en la parte delantera del escenario.
Acompañados de una sirena, y posicionados los músicos de espaldas al respetable y con el puño en alto, el asedio de Streamer estaba a punto de comenzar. De modo que el quinteto rápidamente se abalanzó sobre un potente y adictivo “Now Or Never”. Me gustó mucho su actitud y sobre todo su sonido impregnado de las esencias clásicas de la N.W.O.B.H.M., aunque en ningún momentos sonaron anticuados o excesivamente añejos. Así que temas como el descomunal “The Game” sonaron como una auténtica bomba de relojería, con su vocalista Adri “Motherfuckers” clavando las rodillas en el suelo en su desquiciante recta final.
Como era previsible el grueso del repertorio de los catalanes estuvo basado en las composiciones de su primer largo “Now Or Never”, que publicaron hace ya un par de años. De modo que no quisieron dejarse en el tintero durante su speedica presentación cortes con tintes épicos como “Soulless”, ni tampoco los aromas más melódicos y hard roqueros que desplegaron a lo largo de “The Beach”, que nos dejaba al bajista Cristian Blade apoyando activamente en los coros.
El show de Streamer fue un derroche de actitud y heavy metal, por ello temas como “Kings Of Old School”, sonaron como toda una declaración de intenciones. Como buenos seguidores de la N.W.O.B.H.M., no podía faltar durante su presentación una pieza instrumental como “Streamer”, que servía para que todos los miembros de la banda tuvieran oportunidad de lucirse. El momento de invitarnos a todos a alzar los puños llegaría con el coreable “Stab In The Back”, que fue el primer guiño que se permitieron a su primer EP.
No abandonaron el material contenido en “Broken Dreams”, ya que a continuación y para encarar la recta final del show llegaría el momento de “No Way Out”, que nos dejaba a su batería, Jordi Carr, haciéndose cargo de la segunda voz. Mientras que el broche definitivo corrió por cuenta de “Sign Of The Panzer”. En definitiva que la noche comenzó de la mejor forma posible gracias al concurso de unos Streamer que nos brindaron una buena ración de clasicismo metalero. Esperemos que la banda no tarde mucho en presentarnos nuevos temas.
Tras las buenas sensaciones que nos dejaron Streamer, los encargados de recoger el testigo y proseguir con la velada fueron Soul Dealer. Nacidos en 2012 la formación catalana liderada por el vocalista brasileño Wenderson Di Paula siempre ha llamado la atención por su personal y potente sonido, proponiéndonos una propuesta original y personal, en la que convergen elementos del metal, el thrash y el groove. Su tercera entrega “Aliennation” pasa por ser su trabajo más ambicioso y compacto hasta la fecha. Así que no me sorprendió que el grueso de su repertorio girara en torno a sus nuevas composiciones.
Aunque su puesta en escena fue bastante más sobria que la de los encargados de abrir la velada, lo cierto es que el quinteto salió dispuesto a arrollar y convencer con argumentos de peso a todos los presentes, apostando por meter toda la carne en el asador desde que abrieron fuego con la rotundidad metalera que desplegaron a lo largo de la inicial “The Beginning”. Sin duda uno de los grandes activos de Soul Dealer es contar con Wenderson, -un vocalista de garantías y un fantástico frontman-,. con lo que la banda no tuvo ninguna clase de dificultad para poner a todo el mundo a agitar la cabeza siguiendo los aniquiladores riffs de “First Newborn”.
Con la banda absolutamente desatada sobre el escenario tocaba echar la vista atrás por primera vez para centrar nuestro objetivo en los temas de su anterior redondo “Holy In Your Head”, del que recuperaron “Wargasm”, y el rotundo tema que presta nombre a la banda “Soul Dealer”, que servía para que el quinteto volviera a incidir en su vertiente melódica, dando cabida a unos contagiosos estribillos.
El predominio de las guitarras melódicas sería la que acabó marcando el arranque de temas como “Star Child”, para posteriormente volarnos la cabeza con la rotundidad de su base rítmica y la profundidad de sus poderosos riffs. Sin darnos apenas tiempo para recuperar el aliento el bajo de Jordi Joan LLedo fue el que nos allanó el camino hacia un “Sacred Creatures”, que sonó como un auténtico rodillo.
A estas alturas del show Soul Dealer ya se habían ganado el favor del respetable, así que todos nos pusimos a botar, siguiendo las indicaciones de Wenderson, durante los compases iniciales de “Invasion”, que nos mostraba la faceta más vanguardista del quinteto. Tras tanto derroche de voracidad metalera era un buen momento para cambiar de registro y dejarnos llevar por las ambientaciones más relajadas del intimista “Farewell To The Gods”. Pero los riffs potentes y la rotundidad rítmica no tardarían en regresar de manos de “Procreation”, que era la escogida para cerrar definitivamente el capítulo dedicado a su última entrega.
Para rematar su trepidante descarga, en la que apenas hubo descanso entre tema y tema, Soul Dealer optaron por la pieza que abría su anterior redondo, el despiadado “Holy In Your Head”. Para dejar que el colofón definitivo lo pusiera el único recuerdo que se permitieron a su opera prima con “Wearing Thin”. Lo dicho que Soul Dealer aprovecharon la ocasión para reivindicarse como uno de los nombres emergentes dentro de la escena barcelonesa presentando en directo las composiciones del fantástico “Aliennation”.
Pese a las inclinaciones clásicas de su propuesta Liv Sin han intentado en su segunda entrega “Burning Sermons” llevar su sonido un paso más allá, y pero eso ha sido fundamental trabajar con el productor Emil Nödtveidt (guitarrista de Deathstars), que ha dotado a sus guitarras de una sonoridad más potente y agresiva. Pero dejando a un lado ese giro sonoro que ha potenciado la personalidad de la banda, lo cierto es que los miembros de la formación sueca aparecieron en escena tal y como dictan los cánones clásicos del heavy metal: ataviados de riguroso negro y vistiendo cuero.
Salieron muy motivados ante una audiencia no muy numerosa, pero que se mostró de lo más animada y participativa. Así que Liv no tuvo dificultades para conectar rápidamente con un personal que coreó el pegadizo estribillo del tema inicial “Death Gives Life Meaning”, como si de un clásico se tratase. Cabe remarcar que aunque la frontwoman sueca es la imagen y el motor indiscutible de la banda en directo, todos sus compañeros rayaron a un excelente nivel, mostrándose en todo momento como una maquinaria perfectamente engrasada, tal y como dejaron patente a la hora de atacar el riffero “Slave To The Machine”, que propició que el headbanging y los puños en el aire se convirtieran en una constante entre el animado público.
Tras haber captado la atención del personal con dos bombazos de nuevo cuño que están llamados a permanecer en su repertorio en futuras giras tocaba mirar atrás hacia su debut de hace un par de años “Follow Me”, proponiéndonos un oscuro viaje a través de las amenazantes sonoridades de “Killing Ourselves To Live”. Evidentemente uno de los momentos álgidos de la velada llegó cuando la hiperactiva frontwoman nos anunció que era un buen momento para atacar su nuevo sencillo “Hope Begins To Fade”. Aunque no abusó del material de su anterior banda, Liv no se olvidó de tener un detalle con sus fans más fieles, de modo que la siguiente en sonar fue la marchosa “Outrage”, rescatada de “True Sound Of The Underground”.
El retorno sobre la última entrega del combo sueco estuvo reservado para el inquietante y melódico “Blood Moon Fever”, para acto seguido volver a centrar nuestro objetivo sobre su opera prima y ofrecernos una doble ración en forma de “Emperor Of Chaos”, que nos dejaba la estampa de Liv luciendo una gorra y una extraña chaqueta; y la aniquiladora “Hypocrite”, durante la vocalista abandonó el escenario para cantar el tema rodeada de sus seguidores.
Con la banda dándolo todo sobre las tablas y comandada por una Liv que pidió insistentemente que nos acercáramos más al escenario tocaba encarar la recta final del show, y para ello que mejor que un coreadísimo “Chapter Of The Witch”. Para cualquiera que haya seguido la trayectoria de Liv resulta evidente que la figura de Doro Pesch ha sido una gran influencia para la vocalista de Laholm. Así que la alargada sombra de la alemana se dejaría notar con fuerza a lo largo de “Fight Song”, que fue el segundo y último recuerdo que se permitió al material de Sister Sin. La elegida para poner el punto y seguido al show fue “Let Me Out”, plasmando la perfecta sintonía entre la banda y sus seguidores.
No se hicieron de rogar en exceso en su retorno sobre las tablas. Así que tras las airadas demandas de unos fans que pidieron con insistencia su ración extra de metal, el quinteto volvió a empuñar sus instrumentos para volver a ponernos a todos a botar siguiendo el adictivo de “I´m Your Sin”. Mientras que para poner el broche definitivo a un concierto trepidante Liv Sin optaron por el siempre efectivo “Freddy”.
Fue una noche redonda, en la que las tres bandas protagonistas se batieron el cobre sobre las tablas, dándolo todo y dejando claro que las nuevas bandas siguen conservando la pasión y la ilusión por triunfar. Eso sí, una vez más, y desafortunadamente, la nota negativa corrió por cuenta de un público que no respondió al reclamo que representaba esta triple ración de potente heavy metal.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario