Parece que poco a poco la propia filosofía de un festival tan variado y heterogéneo como el es Resurrection Fest empieza también a dejarse notar en las citas que van programando sus organizadores a lo largo del año para ir calentando motores bajo la denominación de Route Resurrection. Así que una de las primeras escalas previstas para el presente 2020 tuvo lugar el pasado viernes en la Sala Bóveda de la Ciudad Condal, en una velada donde unieron fuerzas toda una institución dentro del folk europeo como son los alemanes Equilibrium, sus compatriotas los gótico- industriales Lord Of The Lost. Mientras que los encargados de abrir la sesión fueron ni más ni menos que los doom metaleros de Esens, Nailed To Obscurity. Viendo la diversidad estilística que nos proponía la tripleta germana he de admitir que no me sorprendió la buena entrada que acabó registrando el recinto. Aunque viendo las reacciones del personal, y el apoyo que obtuvieron las tres bandas, creo que los grandes triunfadores de la velada fueron Lord Of The Lost. Pero no adelantemos acontecimientos.
Con algo de adelanto sobre el horario inicialmente previsto, y vistiendo de riguroso negro, tal y como mandan los cánones, Nailed To Obscurity aparecían en escena para desplegar ante algo más de media sala su particular combinación de oscuridad, melodía y contundencia, dando buena cuenta de cortes como el que inaugura y da título a su cuarta entrega discográfica “Black Frost”. Una vez más me gustó mucho la facilidad y la elegancia con la que combinó sus registros vocales Raimund Ennenga, capaz de sonar crudo y descarnado, pero también intimista y melancólico. Aunque me dio la sensación que parte del público no estaba familiarizado con las composiciones del combo de Esens, creo que la banda supo mantener la atención del respetable desplegando toda su intensidad melódica en temas como “King Delusion”, que combinaba sus inquietantes armonías con la aplastante contundencia de su implacable base rítmica.
Como era previsible su escueto repertorio estuvo muy centrado en el material de sus dos últimos lanzamientos, con lo que no se dejaron en el tintero las ambientaciones más opresivas de “Feardom”, que prácticamente nos hipnotizó con su repetitiva melodía. Mucho más incisivos sonaron los riffs que marcaron el inicio de “INnerMe”, que nos recordaba que en sus inicios la banda tenía una vertiente más agresiva y cercana al death metal melódico. Pero es que aunque siempre han mantenido su identidad, la evolución ha sido una constante a lo largo de la carrera de Nailed To Obscurity, tal y como dejaron patente a lo largo de “Tears Of The Eyeless”, con Ennenga nuevamente dando mucha cancha a los registros limpios en las partes intermedias del tema.
Tras agradecernos nuestra presencia, y comentarnos que había sido un auténtico honor tocar para nosotros, la banda se embarcó en el último tema de su presentación, proponiéndonos las etéreas ambientaciones de “Desolate Ruin”, con la que volvían a incidir sobre el material de su anterior “King Delusion”. En definitiva que Nailed To Obscurity gustaron a sus seguidores y se ganaron el favor de algunos curiosos. Aunque, eso sí, su show acabó resultando demasiado corto.
Como comentaba anteriormente el combo de Hamburgo que lidera el pintoresco y carismático Chris “The Lord” Harms fue el más aclamado de la triple descarga de esta noche de viernes, y es que entre los presentes pudimos ver muchas camisetas suyas. Respaldados por el griterío ensordecedor del respetable, y con las luces cegando a los integrantes de las primeras filas, irrumpían en escena Lord Of The Lords para rápidamente ponernos a todos a botar siguiendo el denso y envolvente ritmo de “Lament For The Condemned”, que nos dejaba con su frontman deambulando errático, en un escenario que se mantuvo prácticamente a oscuras, mientras hacía de las delicias de los amantes de las sonoridades gótico-electrónicas, fundiendo sintetizadores, samplers y pasajes más reposados e intimistas.
Pero no esta no fue la tónica que marcó la descarga de los germanos, ya que no tardaron mucho en acelerar el paso para invitarnos a todos a botar siguiendo el contagioso ritmo de “Morgana”. Como era previsible muchas de las miradas se centraron sobre el vocalista y líder de la banda, Chris “The Lord” Harms, aunque sin duda el espectáculo a nivel instrumental corrió por cuenta de Gared Dirge, que intercaló, dependiendo del tema, guitarras, teclados, e incluso la percusión, reforzando así el sonido de la banda en temas como “Drag Me To Hell”, mientras Chris era quien se encargaba de la guitarra rítmica, luciendo “un discreto modelo”.
Poco a poco, y como si de una montaña se tratase, los germanos fueron incrementando el nivel de intensidad del show, de modo que uno de los momentos culminantes de su presentación no tardaría en llegar con otra de las nuevas “Under The Sun”, que servía para que los samplers electrónicos volvieran a adueñarse del recinto mientras el escenario quedaba sumido en la penumbra antes de abocarnos hacia su desoladora recta final. Los derroteros más siniestros e inquietantes de los germanos quedarían marcados durante los eclécticos desarrollos del “Lorelay”, que fundía la rotundidad de las guitarras, el ritmo casi marcial de su percusión, y los registros rasgados que precedieron a los alaridos con los que Chris nos pedía que gritáramos con él.
Aún más atrás en el tiempo, concretamente hasta su Ep de 2015, nos conduciría la arrolladora pieza que le prestaba título “Full Metal Whore”, todo un trallazo de metal industrial que servía para que la acción en la pista no se detuviera mientras el escenario se quedaba bañado en tonalidades rojizas, confiriendo a los músicos una apariencia casi demoniaca. El momento de sellar definitivamente la alianza con sus seguidores llegaría a lo largo de “Ruins”, con toda la sala coreando su pegadiza melodía ante la amplia sonrisa de Chris. La fiesta no se detuvo, así que la encargada de prolongar el éxtasis de una audiencia que parecía estar pasándoselo en grande fue la discotequera e hímnica “Fist Up In The Air”, que daba munición a los que querían menear el esqueleto.
Para encarar la recta final de su presentación Lord Of The Lost optaron por proponernos el tema más antiguo que interpretaron esta noche “Die Tomorrow”. Pero sin duda lo mejor todavía estaba por llegar con ese irreverente y vacilón “La Bomba”, que volvió a convertir la pista del Bóveda en un auténtico desmadre. El capítulo final para su presentación estuvo reservado para “Trisma”, tras el que se marcharon agasajados por una gran ovación, y con la satisfacción de saberse virtualmente vencedores a la espera de lo que hicieran a continuación Equilibrium.
He de reconocer que me sorprendió comprobar que cuando Chris “The Lord” Harmsy sus muchachos abandonaron el escenario algunos decidieron dar por concluida la velada. Así que durante el show de Equilibrium la afluencia de público fue sensiblemente menor. Otro detalle a resaltar fue que los alemanes se presentaron en alineación de quinteto, así que no tuvimos oportunidad de ver en acción a la teclista que ha grabado su último redondo “Renegades”, Skadi Rosehurst.
Con un escenario engalanado con 7 luces verticales repartidas a lo largo del mismo, los alemanes gozaron de una cálida acogida por parte de un público que se entregó al máximo con ellos, convirtiendo los aledaños del escenario en una auténtica fiesta desde que abrieron fuego con “Renegades A-Lost Generation”. Acompañados de los eufóricos cánticos del personal, y mientras las mencionadas luces traseras cambiaban su rojo inicial por las tonalidades azules, tocaba seguir indagando en su lanzamiento del pasado año, mostrándonos su faceta más oscura y siniestra, alternando para ello los registros de Robert Dahn, “Robse” y los de René Berthiaume a lo largo del camaleónico “ Tornado”.
Cualquiera que haya seguido la trayectoria del combo bávaro sabrá que gran parte de su producción discográfica está facturada en su lengua natal. Por ello a nadie le extrañó que no tardara en llegar un tema como “Himmel Und Feuer”, con unos pegadizos coros y unos excelentes desarrollos melódicos que acabaron recabando una estruendosa ovación. Habiendo abierto fuego con una tripleta de su última entrega, “Renegades”, que plasmaba la diversidad que ha alcanzado la propuesta de la banda, era un buen momento para echar la vista atrás y centrar nuestro objetivo en su obra de 2014 “Erdentempel”. De modo que el canto matutino de los gallos y las tradicionales melodías folk fueron los encargados de flanquearnos el paso hasta “Waldschrein”. Mucho más intensa, y con las guitarra y los teclados muy en primer plano desde el mismo arranque, sonó la melancólica “Freiflug”.
La elegida para finiquitar nuestro recorrido por el que fue su cuarto largo fue “Apokalypse”, que nos dejaba a Robse buscando la complicidad de las primeras filas. Una nueva mirada al presente serviría como excusa para ofrecernos las melodías con tintes orientales de “Path Of Destiny”, que, pese a un problema técnico en el arranque, fue de las que más gustaron. Aprovechando el momento de euforia los germanos nos sorprendieron con uno de sus himnos más aclamados, el imprescindible “Born To Be Epic”, que acompañado con los cuernos del respetable sonó como toda una declaración de intenciones para convertirse en uno de los momentos de la noche. No abandonarían el material de su anterior redondo, “Armageddon”, -el primero en el que incluyeron letras en inglés-, ya que el siguiente en sonar fue “Prey”.
El cambio de registro vendría avalado por los ritmos más accesibles y casi bailables de “Heimat”, que se convirtió en el preámbulo perfecto para “Der Ewige Sieg”, que fue el escogido para retrotraernos hasta sus raíces más netamente metaleras y provocar así el delirio de algunos de sus fans más veteranos. A continuación llegaría el momento del que posiblemente sea el tema más oscuro y potente de su última entrega de estudio, el arrollador “Final Tear”, que nos dejaba a una banda completamente desatada y abandonada al headbanging.
Para encarar la recta final del show Equilibrium nos propusieron una doble mirada a su segundo plástico de 2008, “Sagas”, dejándonos los aromas casi medievales del movido “Blut Im Auge”, para acto seguido dar rienda suelta a las bailables melodías de la acelerada “Ruf In Den Wind”, con la que ponían la sala literalmente patas arriba, con todo el personal bailando como sino hubiera mañana. El epílogo para su descarga, y el broche definitivo para una noche plagada de variedad metalera, corrió por cuenta de la que es una de las composiciones más complejas y ambiciosas de “Renegades”, “Rise Of The Phoenix”, tras la que los bávaros abandonaron el escenario dejándonos unas muy buenas sensaciones.
Lo dicho fueron tres show completamente diferentes, en los que tuvimos ocasión de ver a tres bandas que se batieron el cobre sobre el escenario para acabar redondeando una fantástica velada. Aunque por gustos personales me quedaría con la descarga de Nailed To Obscurity, debo reconocer que tanto Equilibrium como, los grandes triunfadores de la noche, Lord Of The Lost, estuvieron también a un excelente nivel.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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