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lunes, 17 de febrero de 2020

RAGE+SERENITY+SAVAGE MESSIAH-BOVEDA-BCN-12-FEB-2020


No nos vamos a engañar siempre resulta un placer reencontrarse con una banda clásica. Y es que tal vez Rage nunca disfrutaron de  la fama y el éxito masivo que sin duda hubieran merecido, pero lo cierto es que el incombustible Peter “Peavy” Wagner ha conseguido mantener la banda a flote desde mediados de la década de los ochenta. Además también hay que reconocerle al carismático frontman germano el haber sabido encontrar a los compañeros de baile ideales para lograr que la formación nunca sufriera ningún descalabro pese a los vaivenes del negocio discográfico y la tiranía de las cambiantes modas. En cualquier caso, he de reconocer que un servidor dudó de la continuidad de la banda cuando se desmarcaron del proyecto Mike Terrana y posteriormente Victor Smolski, pero el incombustible Peavy, volvió a demostrar, tal y como ya hiciera en anteriores ocasiones, que no ha perdido el olfato para elegir a los acompañantes que le ayuden a seguir aumentando el legado de la banda.

Sí, el tiempo pasa muy rápido, y se que sería injusto considerar al batería Vassilios “Lucky” Maniatopoulos y al guitarrista Marcos “Markitos” Rodríguez como  los nuevos fichajes de la banda, ya ambos  llevan ya un lustro dentro de la formación, con lo que su más reciente “Wings Of Rage”, es la tercera entrega facturada por el trío. Habiendo mostrado su potencial en anteriores visitas, el trío regresaba a la sala Bóveda para presentar las composiciones de su vigésimo cuarta entrega de estudio, dejando patente que son una de las formaciones más longevas y prolíficas dentro del panorama europeo. Además para acompañarles en todo este periplo por el Viejo Continente las huestes que lidera Peavy Wagner han contando con otros viejos conocidos de la audiencia catalana  como son los ingleses Savage Messiah quienes continúan su evolución hacia derroteros cada vez más melódicos y accesibles en su última entrega  “Demons”, que ponían en circulación el pasado mes de Mayo. Los encargados de completar la tripleta que tendríamos ocasión de disfrutar esta noche de miércoles fueron los austriacos Serenity, quienes aprovecharon la ocasión para repasar algunas de las composiciones del que probablemente sea su álbum más complejo y ambicioso hasta la fecha “The Last Knight”.

Como comentaba anteriormente Rage han sido durante años unos habituales a los escenarios de nuestro país, y eso se notó en su capacidad para movilizar al personal pese a estar programada la cita para un día laborable. Y es que a nuestra llegada a las inmediaciones  del local pudimos ver una nutrida cola que aguardaba  pacientemente a que se abrieran las puertas del recinto. Y aunque la sala no llegó a completar la totalidad de su aforo, lo cierto es que acabó registrando un fantástico ambiente gracias a la entrega y al entusiasta apoyo de unos seguidores que disfrutaron la velada al máximo.

Pero antes de que Rage aparecieran para barrer con todo a su paso habría que degustar nuevamente  la propuesta de Savage Messiah. Mucho ha evolucionado la propuesta de los británicos desde que la banda que lidera el vocalista y guitarrista Dave Silver publicó su primer largo “Insurrection Rising”, con una orientación más thrashera que a la postre les sirvió para girar en posteriores tours con bandas como Havok, nuestros Angelus Apatrida, o los vikingos suecos Amon Amarth. Pero fue a partir de su tercer largo “The Fateful Dark”, cuando los ingleses dieron un giro hacia tesituras más melódicas  y heavy metaleras, tal y como dejaron plasmado en “Hands Of Fate”, y su más reciente “Demons”.

Pese a todo lo anteriormente expuesto he de admitir que me sorprendió encontrarme con un kit de teclados sobre el escenario, ya que sino me falla la memoria los londinenses  no lo llevaban  en anteriores visitas. Otro detalle a destacar fue la presencia del teclista Carlos Alcalde de Lema y el batería Charly Carretón ambos miembros de Against Myself. Con apenas un par de minutos de retraso sobre elhorario inicialmente previsto Savage Messiah aparecían en escena para desplegar su peculiar mezcla de riffs thrasheros, -deudores de Metallica o Megadeth-, junto a los desarrollos más melódicos que han marcado sus últimas entregas, dando buena cuenta en el arranque de “Virtue Signal”, que nos dejaba con el primer intercambio entre Silver y su socio a las seis cuerdas Joff Bailey.

Sin tiempo para reponernos del asalto inicial, y sin prácticamente mediar ningún tipo de presentación, las huestes comandadas por Silver nos propusieron  una primera mirada al pasado para rescatar sus raíces más thrasheras, dándonos argumentos para abandonarnos al headbanging con la rotunda velocidad de “Scavengers Of Mercy”. Lamentablemente el sonido no acabó de acompañar durante estos compases iniciales del show, ya que las guitarras no acabaron de sonar con la potencia y el punch que a muchos nos hubiera gustado, así que temas menos cañeros y con estribillos más pegadizos  como el novedoso “Under No Illusions”, no acabaron de enganchar entre las primeras filas.

El cambio de registro no tardaría en llegar con ese inicio fulgurante  protagonizado por la  batería de Charly Carretón  haciendo subir el nivel de intensidad  junto a un cortante riff para adentrarnos de lleno en la pieza que prestaba título a su anterior” Hands Of Fate”. Más atrás en el tiempo, concretamente hasta la época de su tercer largo “The Fateful Dark”, nos condujo “Live As One Already Dead”, que arrancaba de forma relajada para ir creciendo progresivamente para acabar abocándonos sobre un final épico y cargado de intensidad, con ambos hachas dejando una muestra de su perfecta sincronización. A medida que fue avanzando el show tanto la banda como el público se fueron animando, y eso se notó especialmente cuando el quinteto atacó “Solar Corona”, que nos dejaba porprimera vez al respetable cantando siguiendo las indicaciones de un sonriente Silver.

Esa conexión se mantuvo durante el  arranque de “The Fateful Dark”, con el personal acompañando la rotunda pegada de su base rítmica. Conscientes de que pese a ser miércoles habían conseguido captar la atención y conectar con gran parte del público Savage Messiah se guardaron un par de jugadas ganadoras para rematar su presentación. Así que la euforia del respetable siguió en aumento cuando atacaron uno de sus temas más conocidos “Hellblazer”, antes de dejar que el cierre definitivo corriera por cuenta de otra de las nuevas “Down And Out”.

Tal y como hicieron otras bandas en el pasado Savage Messiah han optado en sus últimas entrega por reconducir su propuesta hacia derroteros más melódicos y accesibles. Tienen calidad y buenas composiciones, aunque personalmente he de reconocer que eché en falta ese lado más salvaje y agresivo que pudimos verles en anteriores visitas, y la mejor prueba fue comprobar como en su escueto repertorio de esta noche no hubo espacio para ninguna composición de sus dos primeras entregas, “Insurrection Rising”, y el fantástico “Plague Of Conscience”.

No tardarían en apoderarse del escenario los chicos de Serenity para encabezados por su carismático y extrovertido frontman Georg Neuhauser proponernos un radical golpe de timón para invitarnos a navegar a través de su power metal salpicado de arreglos sinfónicos y pinceladas de corte progresivo. Aparecieron motivados, dispuestos a convencer a sus seguidores, y con la intención clara de captar la atención de los que todavía no les conocían. Y para ello que mejor que abrir fuego con  una composición que resume a la perfección su estilo grandilocuente y majestuoso como es “My Kingdom Comes”, en la que tuvimos ocasión de ver el primer intercambio entre su vocalista y los guturales que aportó el guitarrista Christian Hermsdörfer. El contraste entre el pasado y el presente del combo de Wörgl no tardaría en hacerse patente, ya que el segundo tema de su descarga  fue “Reduced To Nothingness”, que con el dinamismo de sus melodías, los teclados pregrabados, y los registros agudos que aportó el bajista italiano Fabio D’ Amore a más de uno nos recordó a los primeros años de Kamelot con Roy Khan al frente.

Una seña de identidad que ha acompañado a los austriacos  a lo largo de su carrera ha sido la temática conceptual de sus trabajos. Así que para proseguir la velada Georg nos comentó que el siguiente corte “Iniquity”, perteneciente a su trabajo de 2016 “Codex Atlanticus”, trataba sobre la vida y la obra del maestro del Renacimiento Leonardo da Vinci. Con la gente ya plenamente metida en el show, y con una banda que se lo estaba pasando en grande, la descarga prosiguió con un nuevo guiño a su más reciente entrega. De modo que  un animado Georg no dudó en utilizar la barra del local, como si de una pasarela se tratase, para desde allí atacar los desarrollos más épicos del poderoso “Set The World On Fire”, que dejaba al público alzando los puños al aire para acompañar su hímnico estribillo.

La tercera y última muestra que nos propusieron de “The Last Knight”, y que llegó acompañada de los cánticos de apoyo del personal, fue “Souls And Sins”, con la que nos hacían cambiar el paso para sacrificar algo de velocidad y poner el acento en su arrolladora intensidad melódica, con Georg firmando una excelente interpretación para acabar recabando una estruendosa ovación. Una nueva mirada al pasado, en esta ocasión a su anterior “Lionheart”, serviría como excusa para repescar las sonoridades más netamente power metaleras de un trallazo veloz e incontestable como “United”, que nos dejaba con la estampa del frontman bajándose del escenario para cantar parte del tema rodeado de sus seguidores antes de regresar y hacernos corear su melodía central mientras su compañero, y fundador de la banda, el batería Andreas Schipflinger, agitaba  sus baquetas como si fuera el director de una coral.

Pese a llegar como invitados a la cita, lo cierto es que Serenity consiguieron ganarse el favor del respetable, tal y como quedó constatado cuando prácticamente toda la sala se puso a saltar siguiendo  los redobles y las melodías de corte medieval que marcaron “Spirit In The Flesh”, que nos dejaba con otro buen intercambio vocalentre Georg y Fabio. Tampoco faltaría ese caramelo para sus fans más veteranos en forma de “Legacy Of Tudors”, que servía para espolear aún más los ánimos de una audiencia que no dudó en acompañar en sus inconfundibles coros.

Una vez más Georg volvería a utilizar la barra de la sala para desde allí presentarnos “Follow Me”, con el que volvía a incidir en su obra de 2016. Mientras que la inevitable despedida estuvo reservada para “Lionheart”, que nos dejaba al personal acompañado con palmas antes de despedir a los austriacos con cánticos que ponían de manifiesto su indiscutible triunfo. En definitiva, buena descarga de unos Serenity que gustaron y convencieron, aunque personalmente creo que en directo deberían plantearse llevar un teclista, ya que tanto arreglo pregrabado les hace perder algo de chispa y frescura.


Si hay algo que siempre me ha llamado la atención de los seguidores de Rage es su lealtad. Así que, como era previsible, durante los minutos previos a la salida del trío la gente dio un paso adelante para situarse lo más cerca posible del escenario. No hubo grandes montajes escénicos, pero sí que me sorprendió ver que la banda ubicó varias lápidas sobre el escenario y recuperó también sus clásicos cráneos con cuernos para adornar los pies de micro. Evidentemente su nuevo trabajo “Wings Of Rage” ha dejado unas excelentes sensaciones entre sus incondicionales. De modo que para inaugurar la descarga por todo lo alto que mejor que ofrecernos una doble ración del mismo. Así que tras la habitual introducción y acompañados de unas luces verdosas la banda irrumpía  en escena para dejar claro que sus nuevas composiciones  beben directamente de su sonido más clásico con un rotundo “True”, que fue fantásticamente recibido.

Sin dirigirse al respetable, y con Marcos todavía luciendo la capucha con la que apareció en escena, el trío apretó aún más los dientes para darnos argumentos para que la acción no se detuviera  en los aledaños del escenario durante “Chasing The Twilight Zone”. Como sucediera en sus últimas visitas Peavy estuvo vocalmente a un excelente nivel, demostrando que no ha perdido la garra y el feeling, aunque sí que ha perdido mucho como frontman, ya que apenas se mueve de su posición. Afortunadamente, ese rol lo ha asumido el guitarrista Marcos, que no dejó de animar e increpar al respetable, e incluso se permitió la licencia de presentar algún tema en castellano a  lo largo de la noche. Así que siguiendo las indicaciones del hacha todos acompañamos con palmas el arranque de “Shadow Out Of Time”, que se convertía en el primer guiño al material facturado durante la década de los noventa.

A continuación  Peavy nos  recordó su visita a este mismo recinto, aunque con otro nombre, como dijo el propio frontman, hace ahora veinte años durante los prolegómenos de “The Devil  Strikes Again”, que fue la elegida por el guitarrista para deshacerse de su capucha y abandonarse al headbanging. Teniendo en cuenta la media de edad de los presentes no me sorprendió que temas míticos y que no acostumbran a tocar en directo como “Deep In The Blackest Hole”, gozarán de una inmejorableacogida, dejándonos a un público que coreó su matador estribillo alzando los puños al aire para posteriormente tributarles una cerrada ovación.

Aprovechando el clima de comunión reinante Marcos nos presentó  a “la leyenda”, Peavy, justo antes de alentarnos a que dejáramos nuestra actitud contemplativa y nos abandonáramos a la fiesta y el desmadre durante “Until I Die”, que era la escogida para demostrar que la actual encarnación de la banda funciona como una auténtica apisonadora. Pero esto quiere decir que el trío haya dejado a un lado su vertiente  más melódica. Así que el contrapunto corrió por cuenta de “Set This World On Fire”, que se convertía en la excusa perfecta para que todos coreáramos  su hímnico estribillo. Sin concedernos ni tan siquiera tiempo para recobrar el aliento tocaba volvernos a centrar  en su última entrega dando buena cuenta de la pieza que le da título “Wings Of Rage”, que gracias a la monumental pegada de Maniatopoulos  sonó potente y trepidante, y más aún cuando el respetable  dio con sus cánticos la entrada a Peavy en los estribillos.

Adentrándonos en sonoridades más compactas y oscuras Rage  nos propusieron  una primera aproximación al material de “XIII”, invitándonos a transitar por   las inquietantes ambientaciones contenidas en “Heartblood”. Fue en este punto cuando la banda se tomó un breve primer respiro para recuperar  el aliento tras firmar un arranque aniquilador. Así que tras secarse el sudor y refrescarse, Peavy se descolgaba con una de las composiciones más rotundas y cañeras de su anterior trabajo, concretamente la que lo abría y prestaba título “Season Of The Black”, y la respuesta del personal fue arrolladora, con la gente saltando y animando ante la cara de satisfacción de un tándem de cuerda que acabó uniendo fuerzas en el centro del escenario.

Pese a que parecía difícil viendo el clima que se creó en la sala, el nivel de euforia continuaría creciendo cuando el trío anunció que había llegado el momento de volver a viajar al pasado para recuperar “Refuge”, con la que reclamaban nuevamente  nuestra colaboración. Varios fueron los momentos en los que la banda consiguió volver literalmente locos a sus seguidores, y sin duda uno de ellos fue cuando nos sumergieron de lleno en las deliciosas melodías de ambientación arabesca que anunciaron  la llegada de esa bomba de relojería que es “Shame On You”, que nos dejaba a Peavy invitándonos a levantar los puños y botar. El colofón para una tripleta de infarto corrió por cuenta del primer guiño a su etapa ochentera con un “Invisible Horizons” que contó con una cachonda presentación de Marcos, en la que  recordó al gran Manni Schmidt, que fue quien grabó el tema para el álbum “Secrets In A Weird World”.

Una última mirada sobre su “Wings Of Rage”, nos abocó sobre  “Let Them Rest In Peace” flanqueándonos el paso hacia la recta final del show, convirtiéndose en el preámbulo perfecto para una imprescindible y coreadísima “Don’t Fear The Winter”, que ponía  el punto y seguido a la velada. No tardaron mucho en regresar al escenario para rubricar su fantástica descarga con el ritmo vacilón de “Straight To Hell”, para posteriormente hacernos cantar, una vez más, en su alargada versión del “Higher Than The Sky”, que incluyó  flashes de himnos míticos del heavy metal como “Princess Of The Night”, “Heaven And Hell”, “Seventh Son Of A Seventh Son” y “Fear Of The Dark”, en un fin de fiesta apoteósico que sirvió para dejar patente que tenemos Rage para rato.

Al final del concierto público entregado y banda satisfecha por el trabajo bien realizado. Muchas veces uno se pregunta porque las bandas clásicas siguen conservando el poder  de convocatoria entre los más fieles seguidores del heavy metal, y la respuesta la encontramos en descargas como la que nos ofrecieron Rage el pasado miércoles en Barcelona. Calidad, entrega, actitud y heavy metal. Poco más hay que añadir.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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