Fiel a su cita el Winter Fest, -que celebraba en esta ocasión su sexta edición-, volvía a dar por inaugurada la temporada de festivales en la capital catalana. En esta ocasión la cita que anteriormente se había celebrado en otros emplazamientos se trasladaba a la sala 2 del Apolo, y contaríamos con un cabeza de cartel internacional y de auténtico lujo como son los suecos Apocalypse Orchestra, una peculiar formación que pisaba por primera vez los escenarios de nuestra ciudad para presentarnos su personal fusión de oscuro metal cadencioso y melodías medievales. Pero no era esta la única sorpresa que nos deparaba esta sexta edición del Winter Fest, ya que antes del desembarco de las estrellas de la noche tendríamos ocasión de presenciar un show especial de Débler, quienes reunieron algunos de sus temas de esencia folk para completar un repertorio más acorde con la orientación del festival. Mientras que los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada con su rotundo epic-folk fueron los madrileños Survael.
Lamentablemente, y como suele ser cada vez habitual, esa noche de sábado coincidían varias citas metaleras en la ciudad, y eso indudablemente acabó repercutiendo en una afluencia de público que fue sensiblemente menor de la que hubiera merecido un evento de estas características. Eso sí, lo que nadie puede poner en duda fue la entrega de las bandas participantes, y la buena predisposición de un público que acudió con la intención de pasárselo en grande, ya que no paró de saltar y cantar durante toda la noche, pero muy especialmente durante la actuación de Débler, con lo que los chicos de Coslada, Madrid, acabaron convirtiéndose en los indiscutibles triunfadores de la velada.
Motivados y con muchas ganas de agradar al público aparecieron en escena los encargados de abrir la velada, los también madrileños, Survael. Me gustó mucho su aplomo, su actitud, la seguridad que exhibieron, y su forma de moverse por el escenario. En cuanto a su propuesta quizás fuera lamás fiera de las tres que pudimos escuchar a lo largo de la noche, dejando claras sus raíces épicas y folk en temas como “Go Back Home” y “The Nature´ s Revenge”, con la que nos invitaban a entonar sus coreables melodías.
El cambio de tercio no tardaría en llegar con el arranque algo más comedido del uptempo “The Green Eyes”, que su frontman Miguel presentó como un homenaje al escritor Gustavo Adolfo Bécquer. A diferencia de lo que sucediera en algunas de sus anteriores visitas a la capital catalana, tal y como nos comentó el propio Miguel, la banda esta noche no tuvo que sufrir los siempre inoportunos problemas técnicos, con lo que pudimos disfrutar en todo su esplendor de la épica y la contundencia que desplegaron en temas como “Where The Sun Rises”.
Como era previsible el grueso de su repertorio estuvo centrado en las composiciones que conforman su primer largo “Savage Tales”, que publicaron a finales del pasado 2016. Pero, en cualquier caso, la banda no quiso dejarse en el tintero algún fugaz guiño a su primer EP “War Of The Wild”, del que rescataron su tema de clausura, “The Watcher”. Evidentemente Survael continúan trabajando en nuevas composiciones de cara a la publicación de un próximo trabajo, así que esta noche tuvimos ocasión de escuchar en primicia uno de sus nuevos temas “Death Or Submission”.
Lamentablemente el tiempo de los madrileños estaba tocando a su fin, pero antes de despedirse definitivamente todavía tendríamos ocasión de disfrutar de “The Queen Of Wrath”, y las festivas melodías de “Wild Side Of Life”. En resumen buen concierto de unos Survael que se mostraron rodados y compactos. Así que esperemos que en breve tengamos noticias de su nuevo lanzamiento, ya que el material que copó su descarga, el perteneciente a su debut “Savage Tales”, data ya de 2016.
Desde que Débler publicaron su segundo trabajo “Somnia”, a principios del pasado 2017, su crecimiento ha sido exponencial. Sus conciertos junto a Mago de Oz, sus apariciones en diferentes festivales, y sus visitas al otro lado del Atlántico les han convertido en una de las bandas con más proyección dentro del panorama del metal nacional. Además la banda de los hermanos García ha conseguido conectar con las nuevas generaciones de metaleros, lo que les augura un brillante presente y un futuro de lo más prometedor. A finales del pasado año la banda editaba “Adictium”, un trabajo en el queda reflejada la madurez compositiva de un quinteto que parece decidido a seguir creciendo.
Para su presentación de esta noche en la Ciudad Condal Débler prepararon un repertorio especial, en el que agruparon algunas de sus composiciones más folk, aunque sin olvidarse de ofrecernos una buena muestra del material contenido en su tercer largo. Pese a ser los segundos en el orden de aparición del festival, lo cierto es que los madrileños no fueron únicamente la banda que movilizó a más seguidores, sino que también fueron los que contaron con una mejor respuesta de un respetable que no paró de saltar, bailar, y corear con absoluta devoción todos y cada uno de sus temas.
Aclamados como si fueran héroes, sintiendo el calor de sus entusiastas seguidores, así salieron a escena los chicos de Débler acompañados de la introducción que abre su último redondo “Tempus Fugit”. Sonrientes y muy dinámicos sobre el escenario los miembros de la banda no tardaron mucho en captar la atención de todos los presentes con trallazos incontestables como “Recto Hasta El Amanecer”. Pese a ello, el arranque del show a punto estuvo de quedar deslucido por unos inoportunos problemas técnicos en la guitarra de Alex García, pero afortunadamente la banda tiró de oficio y acabó sobreponiéndose a las dificultades. Con todo sonando ya en su sitio el quinteto, comandado por su frontman Rubén Kelsen, dio toda una exhibición, mostrándose solvente y resolutivo a la hora de atacar cortes como “Polvo De Estrellas”, que ponía a todo el personal a dar palmas antes de que Sergio y Alex se encargaran de ocupar el centro del escenario.
Tras el inevitable saludo, que fue contestado con una calurosa ovación, Rubén nos comentó que pese a que la banda estaba presentando su nueva obra esta noche iba a ser especial, así que la siguiente en sonar fue una de las composiciones de su debut de hace ya un lustro “Noctem Diaboli”, “Renacer Del Alma”. Si en todas sus presentaciones Daniel Fuentes tiene un papel destacado, esta noche teniendo en cuenta el repertorio escogido el violinista ejerció casi como segundo frontman, recorriendo incansablemente el escenario mientras tocaba su instrumento con su arco luminoso. Pese a que, tal y como nos comentó el propio Rubén, la banda estaba algo cansada la fiesta no se detuvo y todos bailamos intensamente al ritmo de “El Ritual De Las Llamas”, con la que volvían a incidir en el material de su ópera prima para acabar completando uno de los momentos álgidos del show.
Sin darnos prácticamente tiempo para recuperar el aliento, Daniel se apoderó del centro del escenario para sacar de su violín la melodía que nos anunció la llegada de “Nunca Jamás”, que nos proporcionaba argumentos para no parar de botar. Con el recinto convertido en una reunión de amigos era un buen momento para el desmadre generalizado, entonando los festivos cánticos que servirían para que la banda proclamara que “A Esta Ronda Invito Yo”.
Pero no todo iba a ser juerga, desmadre y diversión, ya que los chicos de Débler también nos mostraron su faceta más seria y crítica durante la presentación de “Rezar Y Violar”, que dedicaron a todos aquellos que abusan de su posición de poder. Aunque tardó en llegar la banda no quiso dejar pasar la ocasión de ofrecernos un doble guiño a su anterior entrega “Somnia”, así que ya en la parte final del show tuvimos ocasión de volver a disfrutar del potente “Sentencia Final”, unapotente andanada melódica comandada por la rotunda pegada del batería Nelson Valenzuela, y una coreadísima “La Procesión De Los Borrachos”, que servía para plasmar la perfecta sintonía entre una banda desatada y un público que agitó durante varios minutos los brazos siguiendo las indicaciones de un exultante Rubén.
El broche definitivo para un show que se pasó como un suspiro corrió por cuenta de otra de las nuevas, precisamente la que presta título al álbum, “Adictium”, con la que una entusiasmada banda nos invitaba a cantar nuevamente para cerrar por todo lo alto su arrolladora presentación. Me consta que entre los más jóvenes había ganas de ver a Débler y comprobar como sonaban en directo las composiciones de su tercer largo, y lo cierto es que los madrileños demostraron que están en un excelente estado de forma. Gustaron y convencieron a su paso por la Ciudad Condal, así que esperemos que no tarden en regresar para ofrecernos el show completo con el que están presentando “Adictium”.
No tuvimos que esperar demasiado para tener sobre las tablas a los encargados de clausurar el cartel de esta sexta edición del Winter Fest: Apocalypse Orchestra. Sin duda el combo sueco no es una banda al uso, ya que si hablamos de su propuesta musical, la temática que tratan en sus composiciones, e incluso los ropajes que lucen en escena, está claro que no son lo que podríamos denominar como una bandaconvencional. Su música es oscura, ambiental, fundiendo el folk de esencia medieval y el doom metal. En cuanto a lo que son los instrumentos que utilizan destaca la utilización de la zanfoña y la gaita, unos instrumentos que resultarán familiares a los seguidores de bandas como Eluveitie, pero que estaremos de acuerdo en que no son habituales dentro de la escena metalera. Y por último, también llamó la atención sus atuendos de directo, ya que todos lucieron unas túnicas con capucha, al estilo de los monjes de la edad media.
Teniendo en cuenta todos estos factores estaba claro que la oscuridad y la sobriedad escénica y musical que nos iban a proponer Apocalypse Orchestra poco tendría que ver con el derroche de simpatía, fiesta y buen rollo que nos acababan de brindar Débler. Así que tocaba cambiar el chip. Quizás por ello, muchos prefirieron acercarse a la zona de merchandising para hacerse una foto con los madrileños que seguir el inicio de la descarga del combo sueco, con lo que durante la primera mitad del show los aledaños del escenario presentaron un aspecto poco concurrido.
Rodeados de un halo mistérico, y acompañados de la introducción “Dies Irae”, aparecían en escena la congregación de monjes que lidera el guitarrista y vocalista Erik Larsson para sumergirnos de lleno en la densidad sonora de “Pyre”, un corte que, -para los que no conocían la propuesta de la banda-, dejaba claro que esta noche no íbamos a tener trepidantes cabalgadas a ritmo de doble bombo. Pese a que pensé que muchos de los presentes no iban a estar familiarizados con la propuesta del combo sueco, que debutaba esta noche en los escenarios de la Ciudad Condal, lo cierto es que los que coparon las primeras filas no pararon de moverse y alzar los brazos a la hora de acompañar las oscuras invocaciones del quinteto de Gävle.
Tras esta primera toma de contacto tocaba cambiar radicalmente de registro para adentrarnos de lleno en las sonoridades de corte medieval de “Theatre Of War”, con Larsson dando rienda suelta a su faceta más lírica durante los compases iniciales para dejar que los registros más rasgados y guturales de su compañero Mikael Lindström se encargaran de rematar el tema mientras no dejaba de agitar la manivela de su zanfoña. Esa ambientación más oscura, y casi cercana al funeral, sería la encargada de hacernos transitar a través de la desgarradora “Exhale”, con la que nos invitaban a agitar la cabeza siguiendo sus tortuosos y cadenciosos desarrollos.
Acto seguido llegaría el momento de agradecer tanto nuestra presencia como la de las bandas que les habían precedido, para posteriormente embarcarnos en la pieza que cerraba su debut de 2017 “The End Is Nigh”, “”Here Be Monsters”, que nos dejaba con los cánticos corales de todos los miembros de la banda para conceder al corte una esencia casi monacal. Mucho más centrada en el folklore medieval sonó la inquietante “The Great Mortality”, que dejó paso a la que probablemente sea una de las piezas que mejor puede resumir el heterogéneo y personal sonido de los suecos, “Flagellant’s Song”, un extenso opus que agrupa densidad sonora, cánticos eclesiásticos, la sonoridad medieval que aporta la zanfoña, y ese toque lúgubre y fatalista que tanto gusta a sus seguidores.
Nuestro turbador viaje por las sonoridades del medievo estaba a punto de concluir pero antes de dar por finiquitada la velada los suecos todavía tendrían ocasión de invitarnos a transitar a través de las funestas sonoridades del apocalíptico “The Garden Of Earthly Delights”, tras el que abandonaron el escenario acompañados de los aplausos de aprobación del respetable.
Evidentemente, la propuesta de Apocalypse Orchestra no resulta apta para todos los públicos, pero creo que todos los que acudimos a presenciar su descarga salimos con la satisfactoria sensación de haber descubierto a una banda que creo que dará mucho que hablar cuando regrese por aquí presentando su nuevo material.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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