¡Por fin! A mediados del pasado mes de marzo irrumpía en nuestras vidas el “maldito” COVID-19 cambiando radicalmente nuestra forma de vida, costumbres y, lo que es aún más importante, la forma de relacionarnos. Desde entonces palabras como pandemia, alerta sanitaria, confinamiento, o desescalada se han tornado cotidianas cuando anteriormente simplemente eran expresiones que se incluían en el guión de cualquier película de ciencia ficción. También hemos tenido que acostumbrarnos al teletrabajo, las mascarillas, y respetar la distancia social, convirtiéndose en las herramientas imprescindibles que nos han permitido poco a poco abandonar nuestros obligados enclaustramientos para ir recuperando una vida similar a la que teníamos antes de la declaración del estado de alarma.
Pese al esfuerzo que todos hemos hecho este verano va a ser radicalmente distinto en cuanto al aspecto musical se refiere, ya que todos los grandes festivales, -tanto a nivel nacional como internacional-, han decidido posponer sus ediciones hasta el verano de 2021. También hemos visto como se han ido cancelando todas las fechas previstas hasta el próximo otoño, o prácticamente hasta el principio del año que viene si hablamos de artistas y bandas internacionales. En cualquier caso, resulta evidente que los seguidores del rock estamos ansiosos de volver a disfrutar de la música en directo, y aunque evidentemente de momento no puede ser en las mismas condiciones que antaño, creo que merece la pena adaptarse para volver a disfrutar de una de nuestras grandes pasiones.
Mientras la situación lentamente empieza a normalizarse, - y con las salas de conciertos todavía cerradas a causa de las limitaciones de aforo, tocaba desplazarse hasta el Poble Espanyol, situado en la Montaña Olímpica de Montjuic, para disfrutar del directo de The Wires, banda tributo de los míticos Ac Dc, en la segunda jornada del festival Barrica Rock & Grill, que se iniciaba el pasado Jueves con la participación de Attittude For Destruction Bcn. Curiosidad y algo de incertidumbre había al llegar al recinto y ver como la inmensa Plaza Mayor del recinto estaba dividida en tres zonas diferentes: A, B y C. Dentro de cada espacio había dispuestas unas mesas para sentarnos cómodamente y siempre respetando la pertinente distancia social con respecto a “nuestros vecinos”. Antes de tomar posiciones tocaba aprovisionarse en la barra situada en la parte posterior de la Plaza, donde curiosamente se agilizaba la cola al pagar con “plástico”.
A las nueve de la noche The Wires aparecían sobre el escenario para repasar el legado de la mítica formación de los hermanos Young, no sólo centrándose en sus grandes himnos, sino también haciendo algún esporádico guiño a temas más contemporáneos como “Stiff Upper Lip”. Evidentemente, no podía faltar en escena el uniforme de colegial y los movimientos espasmódicos de Angus, que esta noche estuvo encarnado por Fran Navarro, siempre situado en primera línea y agitándose sin descanso por todo el escenario, tal y como mandan los cánones. El papel de Brian Jhonson, lo encarnó Dani Martos, quien ataviado con la imprescindible gorra fue el que más gustó, rasgando sus cuerdas vocales a la vez que emulaba las poses clásicas del vocalista británico, clavando la rodilla en el suelo para interpretar “Hells Bells”, o la hora de invitarnos a sumarnos a la fiesta y participar en la vacilona “The Jack”.
En cuanto al resto de la banda, -Jesús, Víctor y Dani-, estuvieron a un gran nivel, aunque cabe remarcar que tuvieron que luchar contra más de un problema técnico, especialmente el guitarrista Jesús Montero, lo que deslució un poco el tramo final de “Back In Black”. Pero dejando a un lado estas anécdotas puntuales lo cierto es que The Wires nos hicieron pasar un buen rato, amén de reencontrarnos con las sensaciones de volver a escuchar música en directo dando buena cuenta de trallazos como la inicial “Are You Ready”, el blues sucio y adictivo de “Rock And Roll Ain´t Noise Pollution”, o el boggie desenfrenado y marchoso de “High Voltage”.
Y es que la de esta noche era una situación nueva, tanto para el público como para la propia banda, que tenía que enfrentarse a una audiencia sentada y a la que le costó un poco entrar en el show, pero que acabó cantando temas como “Dirty Deeds Done Dirt Cheap”, para el que la banda invitó a tocar la batería a Sergi Ramos, o un rotundo “Thunderstuck”, que les quedó particularmente bien aderezado con una iluminación que se empezaba a notar ya que la tarde estaba cayendo.
Como decía tanto los músicos como los espectadores se fueron animando a medida que avanzaba el show, así que al abordar el tramo final con “You Shook Me All Night Long”, “T.N.T.” y “Let There Be Rock”, más de uno se levantó de la silla para corear los estribillos con el puño el alto. El colofón para la descarga, como no podía ser de otra forma, corrió por cuenta del inmortal “Highway To Hell” y el hímnico “For Those About To Rock (We Salute You)”, donde los dos pequeños cañones que habían colocados sobre los amplificadores dispararon sus salvas a modo de despedida.
Siguiendo los cánones de lo que acostumbran a ser las descargas del combo australiano la velada tendría que haber terminado aquí. Pero debido a la insistencia de una audiencia que ahora si estaba de lo más enchufada, The Wires tuvieron que volver a colgarse los instrumentos para rubricar definitivamente la velada con un imprescindible de la etapa Bon Scott como es “If You Want Blood (You Got It)”, que nos dejaba incluso con los bailes de los más animados como simpático final a una noche de reencuentro y diversión.
Si, evidentemente, las sensaciones fueron distintas y no se pueden comparar con lo que podíamos disfrutar anteriormente casi cada noche en las salas de la Ciudad Condal. Pero está claro que es una forma de que los músicos puedan retomar su actividad, y de que los fans volvamos a disfrutar de la música en directo. Esperemos que poco a poco la situación se vaya normalizando y que todo lo que hemos tenido que vivir en estos meses sirva para que algunos sepan apreciar el esfuerzo y la dedicación de los músicos. En definitiva que la rueda ha vuelto a girar y ya podemos volver a disfrutar de la música en directo. Así que emulando a los propios Ac Dc solo cabe decir: “Let The Be Rock”.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DÍAZ
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