Pese a que este pasado 2020 ha estado plagado de cosas negativas, parece que el confinamiento le ha servido a Injector para cohesionarse aún más si cabe, dándoles la oportunidad de trabajar más los temas para darles esa vuelta que comentaba anteriormente. En muchas ocasiones se ha comentado que el tercer disco de una banda es el que realmente marca su trayectoria. Pues bien, en el caso de Injector el resultado final no ha podido ser más satisfactorio, ya que el cuarteto ha puesto toda la carne en el asador, y eso se nota tanto en la calidad de las composiciones, como en una producción de lo más cuidada, como, por supuesto, en la fantástica portada que una vez más ha creado Enrique Morales y que capta en acción al personaje que protagoniza las letras del álbum y que presta nombre a la propia banda: Injector.
El disco arranca con uno de los cortes que la banda eligió como carta de presentación para esta tercera entrega “March To Kill”, que pasa por ser uno de los más salvajes, directos y abrasivos de todo el plástico. Un trallazo de incontestable thrash metal que sirve para poner de manifiesto que el combo no está dispuesto a hacer prisioneros. Así que prepárate para una intensa descarga de velocidad y adrenalina, aunque sin perder la perspectiva melódica junto a unos coros repletos de gancho y pegada. La variedad y la apertura hacia diferentes estilos y sonoridades se convertirá en una constante y en uno de los mayores activos de “Hunt Of The Rawhead”, y aunque durante los compases iniciales de “Unborn Legions”, Injector continuaran machacando inmisericordemente nuestras cervicales a un ritmo frenético, tras la primera tanda de estribillos unas guitarras dobladas y altamente melódicas serán las encargadas de plasmar sus influencias más netamente heavy metaleras.
Evidentemente las guitarras son las grandes protagonistas de “Hunt Of The Rawhead” , pero si algo llama la atención analizando este trabajo en profundidad es la perfecta conjunción de todos y cada uno de los elementos que integran el sonido de la banda. Así que durante los compases iniciales de “Into The Black”, destacará la pegada y compenetración de una base rítmica que será la encargada de sustentar el tempo y la intensidad de una estructura más sólida, en la que el cuarteto parece apostar por levantar el pie del acelerador para adentrarse en tesituras más groovies a la vez que nos brindan unas líneas vocales más melódicas. La vuelta sobre sus raíces más primigenias, aunque con un trasfondo heavy metalero, -que personalmente me ha recordado a Testament-, llegará con “Dreadnought Race”, desplegando un manto oscuro, tenaz e inexpugnable que nos acabará abocando sobre unos rotundos cambios de ritmo, unos descomunales fraseos de guitarra y unas líneas vocales en las que Dani ha imprimido un poco más agresividad y mala leche.
Lejos de estancarse, ni de querer repetir una y otra vez la misma formula, Injector muestran su firme intención de seguir creciendo y evolucionando su propuesta en temas como “Rhythm Of War”, que se desmarca de lo que nos habían ofrecido hasta el momento para proponernos, junto a una mayor presencia de la melodía, -especialmente en ese jugoso tándem de guitarras-, una serie de pinceladas progresivas que servirán para que el corte se desmarque del resto del contenido del álbum. En cambio será a lo largo de “Arcane Soul”, cuando la sección rítmica se encargue de llevar las riendas de una pieza en la que volverán a incidir en su faceta más oscura y visceral, alternando furiosas ráfagas thrashers y unos tempos más complejos y ambientales en los que nuevamente volverán de dejarse notar los aromas progresivos.
El contraste a esos esquemas más complejos y sofisticados lo pondrá la inmediatez que nos brinda un trallazo incontestable como “Feed The Monster”, una cabalgada salvaje y furibunda que volverá a dar argumentos para que los más devotos de la ortodoxia thrashera maltraten sus cervicales. Aunque como comentaba anteriormente Injector han dejado un montón de puertas abiertas para explorar de cara a futuras entregas, creo que una de las composiciones que mejor puede resumir su ímpetu por llevar su sonido un paso más allá es la instrumental “Interstellar Minds”, ya que en ella no vas a encontrar grandes alardes de velocidad, ni furia metalera; aunque si mucho cuidado a la hora de tratar las melodías y los cambios de ritmo. El capítulo final para una obra que pone de manifiesto la madurez y evolución de Injector llegará de manos de “Boundbreaker”, en la que retoman la dinámica más ágil y thrashera aunque salpicada en esta ocasión con unas buenas dosis de heavy metal de corte tradicional
En definitiva que Injector nos presentan con “Hunt Of The Rawhead” su trabajo más complejo, redondo y ambicioso hasta la fecha. Mientras otras formaciones se dedican a pulir y dar vueltas a su sonido sin arriesgar en exceso ni abandonar su zona de confort, otras como Injector apuestan por romperse la cabeza en el local de ensayo para conseguir enriquecer su propuesta y no acabar siendo predecibles.
DISCOGRAFICA:ART GATES RECORDS
Lista de Temas
1. March to Kill
2. Unborn Legions
3. Into the Black
4. Dreadnought Race
5. Rhythm of War
6. Arcane Soul
7. Feed the Monster
8. Interstellar Minds
9. Boundbreaker
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