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martes, 5 de enero de 2021

TRANS-SIBERIAN ORCHESTRA-STREAMING-18-DIC-2020



Las festividades navideñas son fechas entrañables, llenas de emotividad y en donde las traiciones a conservar cobran una especial trascendencia. Si estuviéramos en un año normal, -en el que la Covid-19 no hubiera cambiado nuestra rutinas-, haría ya varias semanas que las dos encarnaciones de la Trans-Siberian Orchestra estarían recorriendo con sus multitudinarios espectáculos los Estados Unidos, ofreciendo esos vistosos shows aptos para toda la familia y en los que se combinan el rock, las puestas en escena a lo Broadway, la música clásica, y el espíritu navideño. Al igual que está sucediendo con los acontecimientos deportivos el show que nos brindaba esta noche la Trans-Siberian Orchestra sería a puerta cerrada aunque llegaría a todos los rincones del planeta gracias a las nuevas tecnologías.

Un servidor, pese a ser seguidor de la banda desde hace muchos años, nunca ha tenido la oportunidad de verles en directo, aunque si que he devorado compulsivamente todo el material audio-visual que han venido publicando desde que viera la luz su primer largo “Christmas Eve And Other Stories” en la segunda mitad de la década de los noventa. Sin duda uno de los máximos alicientes es la conexión de algunos de sus miembros con los míticos Savatage, ya que el núcleo de la banda que tuvimos ocasión de ver la madrugada del pasado sábado interpretando íntegramente el material de su ópera prima lo conformaron el batería Jeff Plate, el bajista Johnny Lee Middleton y los guitarristas Chris Caffery y Al Pitrelli. Además para acabar de dar enjundia a una alineación de auténtico lujo se sumaron a la fiesta para completar la sección de instrumentistas la violinista Asha Mevlana y los teclistas Derek Wieland y Mee Eun Kim. En cuanto al apartado vocal el reparto estuvo conformado por Russell Allen, Nate Amor, John Brink, Erika Jerry, Chloe Lowery, Georgia Napolitano y Jeff Scott Soto, mientras que para encargarse de las narraciones que sirvieron para hilvanar toda la historia contamos con la presencia de Bryan Hicks.

Seguramente teniendo en cuenta la longevidad y el personal que ha desfilado a lo largo de las más de dos décadas de andadura de la Trans-Siberian Orchestra habría muchos que echaron en falta a tal o cual músico, pero dejando a un lado los gustos y las preferencias personales, lo cierto es que tuvimos ocasión de ver en acción a un elenco de auténticas estrellas. Una vez desvelado el repertorio y los músicos que se encargaron de revisitar el material de “Christmas Eve And Other Stories”, quedaba desvelar otra de las grandes incógnitas:¿Que tipo de espectáculo iban a ofrecernos? He de admitir que me esperaba algo parecido a lo que fue “The Ghosts Of Chrismas Eve TV Special”, pero lo cierto es que esta noche no contamos con la presencia de ninguna orquesta clásica, ni coros infantiles, ni tan siquiera con imágenes a modo de película. En definitiva, que lo que presenciamos fue algo más próximo a lo que podríamos denominar un concierto al uso, con la banda ocupando un enorme escenario posicionada circularmente alrededor del kit de batería de Jeff Plate.


Sin embargo con esto no quiero decir que el concierto de esta noche estuviera exento de espectáculo, ya que además del mencionado y gigantesco escenario también hubo un gran despliegue luminotécnico, con muchos lasers dando colorido, columnas de humo, un montón de estalactitas descendiendo del techo en momentos puntuales del show, esa característica nevada que siempre aparece en todas sus presentaciones, y como no la ambientación urbana de las luces de neon durante el arranque de “Old City Bar”. Mención especial merece el vestuario de todos los músicos que desfilaron por el escenario, -de negro y elegantemente ataviados, tanto ellas como ellos-, a excepción de Nate Amor, quien por exigencias del guión apareció bastante descuidado. En cuanto a a la calidad del sonido fue fantástica, todo sonó en su lugar y todos los vocalistas rayaron a un gran nivel . En referencia a la retransmisión podríamos decir que rozó la perfección, con multitud de cámaras repartidas por todo el set, y sin ningún corte reseñable de la señal en directo.

Por último, y antes de empezar a hablar de lo que fue propiamente el show, me gustaría destacar que tanto durante los prolegómenos, - los minutos previos fueron amenizados con imágenes de la banda en directo, fragmentos de entrevistas, y mensajes de felicitación de “la gran familia Trans-Siberian”-, como en los créditos finales junto al tema “Believe”, fueron varias las alusiones y recuerdos hacia la figura del que fuera el gran artífice del proyecto: el productor, compositor y letrista Paul O´Neill quien falleció en Abril de 2017.

Como comentaba anteriormente no debemos perder la perspectiva de que estos conciertos navideños de la Trans-Siberian Orchestra son espectáculos para toda la familia, por lo que aunque las guitarras y la sección hard roquera tienen un protagonismo destacado durante algunos momentos puntuales del show, también hay mucha presencia de estilos y sonoridades más accesibles para el gran público. De modo que los compases iniciales del show, tras la primera intervención como narrador de un emocionado Bryan Hicks, estuvieron marcados por la elegancia del piano de Derek Wieland y la fantástica interpretación de “An Angel Come Down” a cargo de un John Brink, que bordó sus vibrantes increscendos antes de dejarnos con la primera ristra de campanas navideñas acompañado a las vivaces melodías del violín. El primer momento en el que las guitarras reclamaron su protagonismo no tardaría en llegar durante “O Come All Ye Faithful/ O Holy Night”, con Al Pitrelli liderando a sus compañeros durante el primer instrumental de la velada.

Durante el primer cambio de decorado el escenario tomaría el aspecto de un lugar de culto, convirtiéndose en el enclave perfecto para que Erika Jerry desplegara su torrente vocal acompañada de las sugerentes notas del piano para dar forma a la emotiva y soulera “The Prince Of Peace”. La facción más netamente roquera de la formación americana saldría a relucir junto a la copiosa nevada y la aparición de los lasers que acompañaron a la ejecución de la optimista y alegre “First Snow”, que nos dejaba con la estampa de ambos guitarristas ocupando la parte central del escenario. El escenario no tardaría en cubrirse de humo mientras la banda seguía dando buena cuenta de esos excelsos pasajes instrumentales que tanto gustan a sus seguidores y que se han convertido en otra de sus señas de identidad, con lo que las guitarras se encargarían de dar consistencia a los sintetizadores durante “Mad Russian´s Christmas”.

Bajo el cielo estrellado reaparecería Bryan Hicks para ponernos en situación antes de adentrarnos en la que probablemente sea una de las composiciones más características de la Trans- Siberian pese a haber sido compuesta bajo el nombre de su “banda hermana”, Savatage, la siempre vibrante “Christmas Eve (Sarajevo 12/24), con el violín y los teclados emergiendo sobre las guitarras hasta su épico sprint final. Como si fueran dos ángeles, aunque vestidos de negro, y espalda contra espalda así interpretaron Chloe Lowery y Georgia Napolitano el arranque de “Good King Joy”, antes de perderse entre bambalinas para dejar que Russell Allen fuera quien se encargara de tomar el testigo exhibiendo una actitud y una forma de moverse sobre el escenario mucho más roquera que cualquiera de los vocalistas que le habían precedido. Y es que cuando el vocalista de Long Beach apareció en escena podríamos decir que dio el pistoletazo de salido el tramo más enérgico y brillante de la velada, ya que el siguiente en hacer acto de presencia para hacerse cargo de la voz principal fue otro de los nombres imprescindibles para cualquier seguidor del hard rock y el heavy metal, Jeff Scott Soto, que derrochó intensidad y feeling para convertir “Ornament” en uno de los momentos culminantes del show.

El cambio de registro, -adentrándonos en derroteros más intimistas e introspectivos-, y con el escenario convertido en una calle de una gran ciudad, rodeado de luces de neón, llegaría con los aromas acústicos de “The First Noel” y la desgarradora “Old City Bar”, con la solitaria guitarra de Pitrelli arropando el registro de Nate Amor. Las emociones continuarían a flor de piel, ya que Chloe Lowery regresó a escena para brillar intensivamente durante “Promises To Keep”.

Encarando la recta final de show el escenario volvería a quedar sumido bajo una espesa bruma que atravesó Jeff Scott Soto para acto seguido aferrarse al micro y recrearse a la hora de interpretar “This Christmas Day” llegando a alcanzar su momento cumbre cuando tras el solo de Caffery el resto de vocalistas que habían aparecido a lo largo del show ocuparon un lateral del escenario para hacer los coros al cantante neoyorquino. Como si de completar el circulo se tratase el elegido para poner la rúbrica al espectáculo fue Bryan Hicks con “An Angel Returned”, contando, al igual que Soto, con el apoyo del resto de sus compañeros creando un fantástico juego de armonías vocales. Pero no concluyó aquí la velada, ya que como despedida definitiva la sección instrumental nos tenía preparada una última sorpresa en forma de “Wizards In Winter” dejando patente, envueltos de humo y lasers, su apuesta decidida por mezclar rock, música clásica, invierno y navidades en un espectáculo que no entiende de modas pasajeras y que resulta apto para todos los públicos.





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