En cuanto a la estructura del álbum nos enfrentamos a una obra conceptual que podríamos dividir en cinco extensos temas y tres desarrollos instrumentales más breves, que sirven como nexo de unión entre ellos, y en los que incluso podrás deleitarte con unas sorpresivas guitarras acústicas. Otro detalle a destacar es el fantástico sonido que los malagueños han sabido sacar, ya que todo suena equilibrado y nítido, sin que ello signifique que los pasajes más potentes y agresivos pierdan un ápice de crudeza e intensidad. Mientras que las voces limpias y las ambientaciones más etéreas e intimistas suenan con la sutileza suficiente para invitarnos a zambullirnos de lleno en su personal océano de sentimientos y emociones. Sin duda para conseguir ese resultado final ha sido crucial la labor de grabación y mezcla de Martín Furia, mientras que de la masterización se ha encargado el prestigioso Dan Swäno.
Como comentaba anteriormente mucho ha evolucionado la propuesta de Thyrant desde que viera la luz su anterior “What We Left Behind...”, aunque eso es algo que ya comprobamos los que tuvimos oportunidad de verles sobre el escenario del Castillo Sohail durante el festival Rock The Coast, contando ya con el concurso de su actual frontman. Así que, pese a conservar intacta toda la fuerza y la intensidad, de cara a este segundo largo el quinteto ha insuflado nuevos bríos e influencias a su propuesta, y eso se nota en las transiciones que combinan pasajes agresivos y guturales con melodías más ambientales que colmadas con registros limpios se encargarán de dotar a piezas como la inicial “Face The Thyrant” de un dinamismo demoledor. En cualquier caso, sus raíces más netamente death metaleras seguirán presentes en su propuesta tal y como ratifica “Dunes Of Desolation”, que comandada por una base rítmica implacable nos propondrá una estructura variable que acabará desembocando sobre un dibujo de guitarra que sirve para demostrar que la melodía y esos giros más densos y deudores del doom son perfectamente compatibles con la contundencia y la agresividad.
Tras haber mostrado algunas de las múltiples aristas de su sonido, la primera sorpresa llegará con “Chapter I: Shipwreck”, un escueto desarrollo instrumental en el que la banda dejará a un lado la distorsión para concentrarse en el sentimiento y el feeling que destilan las acústicas que darán forma a un numero que combina arpegios y acordes para crear una ambientación casi hipnótica. Todo se volverá más oscuro, lento y cadencioso, al dejarnos atrapar por el tormentoso “Black Oceans”, en el que el combo malagueño se zambulle de lleno en el death/doom , respaldándose sobre unos cimentos rítmicos pétreos, -que no muestran ningún tipo de fisura-, y en el que destacarán el monumental trabajo de su batería Miguel Vegas y el tratamiento dispensado a esas melodías que nos invitan a hacernos viajar a principios de la década de los noventa.
“Chapter II:Hopeless”, resulta el antídoto perfecto para volver a sentirnos seguros y recobrar el sosiego tras semejante vendaval de contundencia e intensidad, ya que nos muestra de nuevo su faceta más introspectiva e intimista. Pero sin duda si hay algo que destaca de esta segunda entrega de Thyrant son sus rotundos contrastes y los constantes virajes estilísticos que nos proponen. Y eso es algo que lejos de lastrar el resultado final del álbum servirá para mantener la atención del oyente durante sus cincuenta minutos de duración. Como habrás podido intuir Thyrant saben como moverse en diferentes tesituras y sonoridades, pero será durante la segunda mitad del plástico con cortes como “Ephemeral Lighthouse”, cuando combinen en una misma composición todas esas facetas. Así que prepárate para sucumbir ante su apoteósico arranque para posteriormente transitar por esas planicies que marcadas por las melodías se encargarán de brindarnos unos instantes de paz antes de un despiadado nuevo ataque en el que las ambientaciones de corte doom volverán a imperar.
“Chapter III: Descent”, será la encargada de adentrarnos en el desenlace de “Katabasis”, pero a diferencia de los capítulos previos será capaz de generar en el oyente las sensaciones de angustia y ansiedad ante la inminente llegada de “Katabasis/Chapter IV:Catharsis”, que pasa por ser el corte más largo y complejo de todo el álbum, en el que la banda daw rienda suelta a sus inquietudes progresivas, algo que se dejará notar en el inicial protagonismo de las acústicas arropando a los registros limpios, para poco a poco dejar que el tema vaya creciendo hasta alcanzar su climax y se convierta en un opus de más de diez minutos en el que el quinteto es capaz de mostrar los diferentes matices de su propuesta, dejando claro que la evolución, la experimentación y el seguir creciendo, tanto como compositores como músicos, son algunas de sus prioridades.
Evidentemente no podemos decir que “Katabasis” sea un trabajo de fácil escucha y sencilla asimilación. Pero lo que si está claro es que a una propuesta como la que nos brindan Thyrant merece la pena dedicarle tiempo, adentrarse en ella y acabar imbuyéndose de lo que nos propone el quinteto malagueño. Así que no esperes la inmediatez de un pegadizo estribillo, ni la obviedad de un riff manido y amortizado, ya que Thyrant son una banda con personalidad, sello propio y que parece decidida a seguir evolucionando mientras traza su propio camino y orienta sus pasos hacia el mercado internacional.
DISCOGRAFICA:INDIE RECORDS
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