Mucho tiempo ha pasado desde que los metaleros de Florida Attika pusieron en circulación su segundo largo “When Heroes Fall”. Treinta años han transcurrido desde entonces y mucho ha cambiado la escena del metal. Pese de ello, el tándem que conforman el vocalista Robert Van War y el batería Jeff Patelski ha decidido resucitar a la formación americana para alegría de todos los seguidores del U.S. Metal. Seguramente habrá quienes no tengan referencias previas del cuarteto de Melbourne, así que a modo de resumen diremos que dieron sus primeros pasos a principios de la década de los ochenta y que no debutaron discográficamente hasta 1988 con un primer trabajo homónimo, al que seguiría 3 años después el ya mencionado “When Heroes Fall”. Aunque la banda continuó todavía en activo durante algún tiempo su disolución oficial se produjo en 1996. De cara a esta nueva andadura que han iniciado bajo los auspicios del sello alemán Pure Steel Records la banda ha contado con el concurso del guitarrista Bill Krajewski y el bajista Glenn Anthony.
Evidentemente el sonido y la producción son muy diferentes a lo que pudimos escuchar en sus referencias previas, con lo que podemos concluir que el trabajo en la masterización de Robert Romangna ha resultado fundamental para que las nuevas composiciones de los americanos se ajusten a la perfección a los cánones actuales. En cuanto a los diez cortes que componen “Metal Lands”, nos enfrentamos a una secesión de medios tiempos absolutamente arrolladores, en los que podemos decir que no prima la velocidad, sino la robustez de unos cimientos absolutamente imponentes, gracias en gran medida a la avasalladora sección rítmica que conforman Glenn Anthony y Jeff Patelski. Pero que nadie se lleve a engaño porque Attika no han perdido la garra, la fuerza, la intensidad y la contundencia. De modo que el rasgado registro de Robert Van War junto a los incisivos riffs Bill Krajewski serán los que acaben propiciando que este nuevo material consiga captar la atención tanto de los veteranos seguidores, -que anhelaban su retorno-, como a esa nueva hornada de jóvenes metaleros que han descubierto el estilo gracias al come-back que han protagonizado bandas como Hittman, Cirtith Ungol o Omen.
Por si alguien todavía albergaba alguna duda sobre la filiación clásica, épica y deudora de los maestros de la N.W.O.B.H.M., sólo hace falta echar un vistazo a la fantástica portada de Daniel Charles para hacernos una ligera idea de lo que nos vamos a encontrar al pulsar el play de nuestro reproductor. Como si fuera una llamada a filas, con la percusión atronando, así se abre el tema homónimo del plástico “Metal Lands”, trazando de forma fidedigna, y sin ningún tipo de fisura, lo que encierra este tercer esfuerzo de Attika. Sus amenazantes líneas de bajo, las afiladas guitarras y el agresivo registro de Robert servirán para dotar al corte de apertura de ese filo épico que tanto gusta a los seguidores del estilo. Además, su matador estribillo y el equilibrio perfecto entre contundencia y melodía acabarán convirtiendo la pieza en una perfecta y definitoria carta de presentación.
Una vez reafirmada la personalidad de una banda que ha dejado claro que el paso del tiempo no ha cambiado su concepción, su personalidad, ni tampoco su estilo; nos adentraremos de lleno en la oscura y serpenteante “8 Track Days”, que nos deja con unas guitarras que progresivamente se irán imponiendo al preponderante bajo hasta conseguir robarle el protagonismo para acabar respaldando unas tortuosas líneas vocales. Mucho más enérgico, dinámico y abrasivo resulta el trepidante arranque de “Like A Bullet”, para abocarnos sobre unas estructuras más cambiantes que acabarán desembocando sobre un pegadizo e hímnico estribillo que se encargará de convertir el corte en uno de los puntos álgidos del álbum.
El cambio de registro llegará con “Darkness Of The Day”, que se abre de forma relajada para que poco a poco la sección rítmica vaya imponiendo su cadencia férrea y machacona para posteriormente conducirnos sobre un remanso melódico que irradia tristeza y melancolía. Como comenté anteriormente Attika en ningún momento renuncian a su filiación clásica. Así que los guiños y la influencia de las bandas míticas de la N.W.O.B.H.M., se dejaran notar con fuerza a lo largo de “The Price”, un corte algo menos contundente y con una ambientación más roquera, gracias en gran medida a sus líneas vocales dobladas.
El contrapunto lo pondrá “Thorn In My Side”, que probablemente sea uno de los cortes más rápidos, intensos y despiadados de este “Metal Lands”, con una sección rítmica que, -nuevamente gracias a la solidez de sus líneas de bajo-, se encargará de dar forma a un tempo más dinámico junto al punch de su matador estribillo para traerte al recuerdo a otros viejos guerreros de la escena americana como son Overkill. Esa pétrea solidez rítmica, que a estas alturas podemos decir que se ha convertido en una de las principales señas de identidad de este retorno de Attika, servirá para que “Run With The Horseman”, tanto por su letra como por su desarrollo, se convierta en la reivindicación perfecta de su vertiente épica, con un Robert Van War absolutamente imparable a la hora de encarar su brutal estribillo para dejar que posteriormente sea la guitarra de Bill Krajewski con su melódico desarrollo la que se encargue de poner la guinda.
A medio camino entre el heavy tradicional y ese metal más afilado y agresivo, así es como suena “Sincerely Violent”, que se convertirá en el vehículo perfecto para dar cobertura a una letra crítica e incisiva que se encargará de redondear una composición que servirá para que el cuarteto vuelva a hacer subir el nivel de revoluciones, aunque sin perder en ningún momento su orientación melódica. El ritmo sinuoso y reptante volverá a apoderarse de “Gold”, un medio tiempo de estructura lineal que pasará por encima del oyente con la premura de su solidez y que destaca por sus lineas vocales reforzadas y por las guitarras que repuntan sobre su desarrollo. Como no podía ser de otra forma cuando hablamos de una banda de estirpe clásica, el final del disco vendrá marcado por los aromas más relajados, -con guitarras acústicas incluidas-, que perfilan los compases iniciales de “One Wish”, al que poco a poco se irán sumando el resto de instrumentos para hacer que crezca en intensidad hasta convertirse en un uptempo que se verá coronado por un épico solo de guitarra.
Debe resultar difícil el reencuentro con tus seguidores cuando has estado tres décadas sin publicar nuevo material. En cualquier caso, Attika vuelven a la arena armados con una ristra de impactantes composiciones que deben servirles para recuperar la lealtad de sus antiguos seguidores y granjearse el favor de una nueva generación de metaleros que sin duda tras escuchar sus primeros lanzamientos y este “Metal Lands” no dudaran en unirse a las hordas que comandan los metaleros
de Florida.
DISCOGRAFICA:PURE STEEL RECORDS
Lista de Temas
1. Metal Lands
2. 8 Track Days
3. Like A Bullet
4. Darkness Of The Day
5. The Price
6. Thorn In My Side
7. Run With The Horseman
8. Sincerely Violent
9. Gold
10. One Wish
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