Poco sabemos de los orígenes de los suecos Reaper, simplemente que se dieron a conocer dentro del underground extremo a finales de 2018 con una demo de tres temas y poco más de seis minutos de duración titulada “Ravenous Storm Of Piss”, en la que el dúo que conforman Duca The Impaler (Batería, bajo y voces) y ItyPhallic Flaggelator (guitarra y voces), dejaba patente su pasión por un black/speed salpicado de ambientaciones humeantes, letras demoniacas y mucha devoción por nombres míticos de la primigenia escena extrema, rindiendo pleitesía a bandas como Venom o Bathory. Tan sólo un año después los suecos publicaban su primer largo oficial “Unholy Nordic Noise”, un disco imperfecto y con una producción mejorable pero en el que conseguían transmitir la actitud, la autenticidad y el espíritu underground que tanto atrae a muchos seguidores del estilo.
De cara a la edición de su nueva obra “The Atonality Of Flesh”, la banda no ha cambiado ni un ápice ni su filosofía ni su forma de tratar sus composiciones, con lo que los 13 cortes que integran este segundo trabajo suenan ásperos, crudos, descarnados, sucios y viscerales; con unos registros vocales tortuosos y malignos con lo que ambos vocalistas parecen darte la bienvenida a su pútrido infierno. No esperes pues grandes alardes instrumentales, arreglos ampulosos ni enrevesadas estructuras. Aquí todo es directo, corto y conciso..., Reaper no están aquí para engañar a nadie sino simplemente para invitarte a descender a su oscura cripta mientras te dislocas las cervicales siguiendo el trepidante ritmo que imprimen a unas composiciones que desprenden ese inconfundible aroma a azufre.
Los primeros compases del álbum servirán para que nos imbuyamos de ese halo de misterio y oscuridad que domina todo el plástico, dejando que una voz en off se acabe imponiendo sobre un tétrico e inquietante desarrollo instrumental. Fieles a esa esencia clásica, y a su pasión por el underground la primera humeante cabalgada la encontramos en “Dogs of the Crumbled Firmament”, fundiendo ese empaque netamente punk con la desbocada velocidad de unas guitarras que te hielan la sangre al empastarse con unos tortuosos alaridos. Como comentaba anteriormente la propuesta del dúo sueco no se caracteriza precisamente por la sutileza a la hora de componer sus temas, así que la inmediatez será el arma que guíe trallazos directos e incontestables como “The Sweetness of the Wound”, que en poco más de 2 minutos y medio nos proporciona argumentos suficiente para volarnos la cabeza pese a la suntuosa tosquedad de su estructura.
Una vez más será la descuidada y sucia guitarra de ItyPhallic Flaggelator la que se encargue de introducirnos de lleno “Come Nature, Come Cruelty, Come Death”, con la sección rítmica marcando inmisericordemente el tempo mientras el sonido de la guitarra acaba perdiéndose entre semejante amalgama de sonido, creando un conglomerado sónico que en algunos momentos puede llegar a recordarte a los postulados de sus compatriotas Nifelheim. Casi como si fuera una oscura canción de cuna, así suena la instrumental y breve “Nightgaunts”, que servirá como preámbulo para el ritmo punkero y rabioso que se encargará de lanzar ese ataque despiadado que lleva por título “Raid The Heavens”, que pasa por ser uno de los cortes más rápidos de todo el disco, además de ser también uno de los pocos en los que podemos diferenciar las líneas de bajo, mientras que en esta ocasión los registros vocales de ambos músicos suenan casi fantasmagóricos.
Los tormentosos e imponentes riffs, en esta ocasión mucho más graves y agresivos, acabarán convirtiendo a “Saturn Devours” en uno de los puntos culminantes de este segundo largo del combo sueco. Curiosamente nos encontramos ante otra pieza instrumental de aromas apocalípticos, que llama la atención porque en ella nos presentan alguna variación, especialmente en la forma en la que están tratadas las guitarras, haciendo que todo suene más compacto y potente, aunque también es cierto que se pierde un poco de “garra demoniaca”. Mucho más comprimido y cercano a su vertiente más black metalera suena el inclemente “Architecture Of The Flame”, asolando al oyente como si fuera una impenitente condena de blast beast y riffs trepanadores.
Si alguien pensaba que si los suecos levantaban el pie del acelerador iba ser para ofrecer cualquier tipo de concesión, no podía estar más equivocado. Así que tras unos instantes iniciales acompañados del lúgubre repicar de las campanas la pareja se lanzará sobre otra alocada carrera para dar forma a “Me, You And The Juices Of Death”, con la batería nuevamente llevaba al límite hasta que nuevamente las campanas se encarguen de parar la brutal acometida.
Pese a conservar toda la esencia oscura, letal y demoníaca, lo cierto es que, aunque suene extrañó, “Thru With You”, tiene algo que la hace especialmente pegadiza. No, no esperes ninguna concesión a la galería, ese no es el estilo de Reaper, pero lo cierto es que las líneas vocales y sus pegadizos coros hacen que uno acabe berreando su estribillo sin apenas darse cuenta. Si algo le faltaba a un disco que esta repleto de números incendiarios, oscuros desarrollos instrumentales y mucha carga diabólica, era un tema lento y cavernoso, en el que la velocidad quedará enterrada por la rotundidad de un riff mórbido e infeccioso, y eso precisamente es lo que nos vamos a encontrar en el escueto “Rise Epimetheus”.
La mezcla perfecta entre dos titanes dentro del clasicismo metalero como son Venom y Motörhead, salpicados de esencia y personalidad black metalera es lo que encierra “Piss, Bile And Violence”, otro de los temas que dejan patente que los suecos no estas dispuestos a hacer prisioneros, en un tema que sorpresivamente se extiende por encima de los seis minutos rompiendo la tónica del álbum. Nuestro viaje por “The Atonality Of Flesh”, concluirá con otro pasaje instrumental a modo de “Outro”, pero que suena como una melodía iniciatica y malévola antes de que la voz en off del principio vuelva a hacer acto de presencia en otra turbadora alocución.
Nada, absolutamente nada, de lo que vas a encontrar en “The Atonality Of Flesh” va a sonarte nuevo o innovador. Eso sí, si eres de los que disfruta intensamente pinchando los trabajos fundacionales del metal más oscuro, lascivo y visceral, seguro te gustará lo que nos proponen Reaper en este segundo largo.
DISCOGRAFICA:IRON BONEHEAD PRODUCTIONS
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