miércoles, 29 de septiembre de 2021

DVNE+DÉLUGE+SANTACREU-BOVEDA-BCN-24-SEP-2021


Siempre he pensado que uno de los mayores elogios que se puede hacer al hablar de un disco es decir que gana con las escuchas, que cada vez que se pincha uno puede percibir nuevos matices y detalles. La riqueza estilística y la mezcla de estilos son cualidades que siempre han acompañado la trayectoria de Dvne desde que presentaran a finales de 2013 su EP de debut “Progenitor”. Aunque hasta ahora el combo edimburgués había sido un interesante descubrimiento para los buscadores de nuevos talentos dentro de las sonoridades progresivas, su última referencia “Etemen Ænka”, publicada bajo los auspicios del sello americano Metal Blade les ha permitido ampliar su circulo de seguidores ratificando las buenísimas sensaciones que ya nos dejaron con su primer largo “Asheran” de 2017. He de reconocer que tenía muchas ganas de comprobar como serían capaces de llevar su personal propuesta al directo, y lo cierto es que viendo el animado ambiente que registró la Sala Bóveda de la Ciudad Condal parece que no era el único.

Seguramente las ganas de concierto y la sequía de giras internacionales en los últimos meses también contribuyeron a que el recinto rozase el lleno. Además para acompañarles en esta gira Dvne están contando con la presencia de sus compañeros de sello Déluge, quienes traían bajo el brazo su último lanzamiento “Ægo Templo”. Mientras que los elegidos para completar el cartel en esta noche de viernes fueron los locales Santacreu, una banda relativamente nueva pero que cuenta con la experiencia y el bagaje previo de sus miembros.

Como viene siendo norma en todos los conciertos que se celebran en la Capital Catalana, el público tuvo que someterse al control de temperatura antes de acceder al recinto y ocupar su asiento, y en todo momento tuvimos que llevar puesta nuestra mascarilla, y únicamente podíamos retirárnosla para consumir.


Con el respetable todavía accediendo al local aparecían en escena los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada: Santacreu. Como comenté anteriormente el trío catalán que conforman el bajista Kandro Ruiz, el batería Guillem Bosch y el guitarrista y vocalista Eugeni Pulido no lleva mucho tiempo en activo y hasta el momento únicamente ha publicado un single “L´Oblit” que apareció a finales del fatídico mes de marzo de 2020. En cualquier caso, su propuesta suena muy personal, basándose en la intensidad de unas melodías etéreas, atmosféricas e incluso en algunos momentos con ciertos toques de psicodelia, todo ello aderezado por la rotundidad de su sección rítmica y con el toque de distinción que le otorgan las letras de sus textos en catalán.

Lo primero que me llamó la atención fue su disposición sobre el escenario, escapándose de la alineación habitual de colocar la batería en la parte trasera, ya que el kit de Guillem estaba situado en uno de los extremos y posicionado de perfil, con lo que podíamos ver como atacaba su instrumento. Por otro lado, su puesta en escena fue sobria, dejando que fuera su música la que se encargará de encandilar a un público que se fue animando a medida que iban transcurriendo los minutos y el trío nos invitaba a zambullirnos de lleno en su particular universo sonoro.

En todo momento se les vio contentos y satisfechos, ya que según nos comentó Eugeni la de esta noche era su cuarta presentación en vivo. Además, también tuvieron palabras de agradecimiento tanto para sus compañeros de gira, como para la gente de Madness Live!, quienes confiaron en ellos para volver a la acción tras más 500 días en el “dique seco”. Convencieron, tocaban en casa y eso se notó en el respaldo que obtuvieron. En cuanto a su repertorio lo dividieron en dos partes, en la primera se dedicaron a tocar sus composiciones más recientes, las que todavía no han grabado. Mientras que para la segunda mitad se reservaron los temas contenidos en su primer EP. Me gustó mucho el inicio oscuro e intimista de “Dins La Reminiscència”, que poco a poco fue mutando hasta convertirse en un muro infranqueable de sonido. Pero si hablamos de densidad sonora, no podemos dejar de destacar el fantástico trabajo del tándem rítmico durante la apabullante “Tot S´esvaeix”, que fue la escogida para cerrar una escueta presentación que se zanjaba con los músicos abandonando el escenario de forma tranquila y dejándonos a todos los presentes con ganas de mucho más.

Sin duda Santacreu dejaron claro en poco más de media hora que son una banda original, con las ideas claras, y que tienen una propuesta que puede cautivar tanto a los amantes del doom como a los seguidores del post.


No tardaron mucho en adueñarse del escenario Déluge. Curiosamente la presencia del combo de Metz movilizó a un buen número de seguidores atraídos por la magnificencia sonora de su último lanzamiento “Ægo Templo”, un trabajo de difícil catalogación pero que nos muestra la amplitud de miras de unos músicos que utilizan cualquier elemento para hacer que su propuesta suene diferente a la de muchas bandas de su generación, elaborando una particular alquimia sonora que aglutina elementos propios del post-harcore y del black metal. Pese a ello he de reconocer que en directo no acabaron de convencerme, ya que el exceso de samplers y elementos pre-grabados acabaron propiciando que el show perdiera bastante espontaneidad y su sonido resultará excesivamente procesado. 

Tampoco me atrapó su puesta en escena y la oscuridad que les acompañó en todo momento, con lo que apenas pudimos discernir las siluetas de los músicos. Otro detalle a destacar es que los franceses se mantuvieron bastante distantes, ya que ni siquiera se dirigieron al respetable durante el show, limitándose a dejar que fuera el áspero sonido grabado de una tormenta lo que podíamos escuchar entre tema y tema. En cualquier caso, la evolución de su propuesta ha sido notable con respecto a lo que nos propusieron en su ópera prima “Æther”, algo que quedó patente en la potenciación de los pasajes más oscuros y extremos, con lo que cortes como el camaleónico “Ægo Templo”, la sugerente “Soufre” o “Gloire Au Silence”, sonaron con una brutalidad pasmosa, aunque en momentos puntuales algo confusos y embarullados. 

Parapetados tras un relampagueante juego de luces y mientras el escenario quedaba cubierto por una espesa neblina los galos se mostraron intratables a la hora de atacar piezas como “Opprobe”, que nos brindaba algún fugaz destello melódico ante semejante tormenta de abrasivos riffs y rugidos desgarradores. El ritmo frenético y machacón no se detuvo al echar la vista atrás para rescatar piezas como “”Avalanche”, los aromas ambientales “Naufrage”y “Appâts”, que conformaron la tripleta escogida para recordar su primer largo de 2015 “Æther”.

Para encarar la recta final de su presentación el sexteto francés optó por las atmósferas más introspectivas y melancólicas que marcaron los compases iniciales de “Baïne”, cambiando la dinámica aplastante que hasta ese momento había llevado el show. Sin embargo el colofón definitivo lo puso precisamente la pieza que cierra su más reciente entrega discográfica “Vers”. En definitiva correcta descarga de unos Déluge de los que personalmente he de reconocer que me esperaba algo más. Sin duda creo que el exceso de sonoridades pre-grabadas y el querer permanecer entre tinieblas mientras desgranaban sus composiciones acabó penalizando una descarga que planteada en otros términos podría haber dado mucho más de si.


Tras un rápido cambio de equipo y sin apenas tiempo para asimilar la descarga que nos acababan de brindar Déluge les llegaba el turno a las estrellas de la noche: Dvne. Avalados por la excelsa calidad de sus lanzamientos de estudio, la originalidad de su propuesta, y el hambre de unos seguidores que parecían ansiosos por disfrutar de la descarga del combo de Edimburgo, parecía que el quinteto tenía todas las cartas para convertirse en los indiscutibles triunfadores de la velada. El planteamiento de su presentación fue diametralmente opuesto al de Déluge, ya que lo primero que hicieron al pisar las tablas fue saludar al respetable. Así que una vez cumplido con el tramite la banda se zambulló de lleno en las envolventes melodías que dan forma a “Enûma Elis”, alternando registros limpios con otros más rabiosos y desesperados. 

Mucho se podría hablar del estilo que practican Dvne, pero lo cierto es que tratar de etiquetarlos no sería más que intentar poner limitaciones a un estilo que bebe de diferentes fuentes, y quizás la mejor prueba la tuviéramos en la diversidad que plasmaron en piezas como “Towers”, permutando riffs demoledores y unos teclados que incluso parecían tener esencias psicodélicas. Las pinceladas melancólicas llegarían con la más calmada y progresiva “Court Of The Matriach”, que cambiaba el ritmo del show para sumirnos de lleno dentro de su faceta más intimista e introspectiva.

El contrapunto lo pondría “Thirst”, rescatada de su anterior largo “Asheran”, que nos mostraba una versión mas ruda y primigenia de su sonido, apostando por unos riffs más incisivos junto a una sección rítmica más densa y machacona. Mucho más sofisticada sonó “SI-XVI”, con unos apabullantes giros sonoros que sirvieron para que el quinteto plasmara su calidad instrumental haciendo subir notablemente el nivel de intensidad de un show que se iba calentando a medida que pasaban los minutos.


Uno de los momentos álgidos de la velada llegó durante un “Omega Server”, que destiló dolor y desesperación mientras sus penetrantes melodías se encargaban de preparar el camino para una segunda mitad en la que sus abrasivos riffs se encargaron de volarnos la cabeza. La elegancia y la sofisticación correrían por cuenta de la que es una de sus composiciones más complejas y ambiciosas hasta la fecha, “Satuya”, que respaldada por sus evocadoras líneas de guitarra se encargó de hacer las delicias de sus seguidores más progs.

Como no podía ser de otra forma la despedida definitiva llegó con uno de sus temas más incisivos y directos “Of Blade And Carapace”, toda una declaración de intenciones que dejaba claro que pese a sus muchas influencias Dvne son una banda que apuesta por la rotundidad y pegada de las guitarras. Sin duda Dvne son una banda en crecimiento, en constante evolución, y que todavía están lejos de alcanzar su techo como compositores. Además dejando a un lado el talento y las habilidades que muestran en sus obras de estudio la banda demostró que es capaz de llevar al directo su propuesta de forma sólida y convincente. Así que os recomiendo que la próxima vez que se acerquen por aquí no perdáis la oportunidad de verles en directo. Seguro que no os defraudaran.


TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ


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