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miércoles, 1 de septiembre de 2021

RIPOLLET ROCK 2021-ANKHARA+ANGELUS APATRIDA+TIERRA SANTA+ZENOBIA-VIERNES 27-AGO-2021


Adaptándose a las circunstancias actuales aunque sin traicionar su personalidad, y conservando ante todo su carácter gratuito, el festival Ripollet Rock volvió a celebrarse marcando una vez más el punto de partida de las fiestas mayores de este histórico municipio ubicado en la comarca del Vallés Occidental. Una cita imprescindible para cualquier seguidor del heavy metal en tierras catalanas que afortunadamente regresaba tras el obligado parón sufrido en 2020 a consecuencia de los motivos que todos ya conocemos sobradamente. Y aunque en principio parecía que la edición de este 2021 iba a correr la misma suerte, - contando con la presencia de Eclipse, Sister Sin, Kilmara y Evnen-, los organizadores del evento se pusieron las pilas para en tiempo récord conformar un cartel de lo más solvente y atractivo que pudiera saciar las ansias de música en vivo de muchos fans que en algunos casos llevaban casi dos años sin poder disfrutar de una de sus grandes pasiones.

Aunque el grueso del citado cartel ha quedado aplazado hasta el próximo año, para la edición de este 2021 la responsabilidad de sacar adelante este histórico festival recaía exclusivamente sobre bandas nacionales, curiosamente sobre cuatro formaciones que ya habían desfilado por su escenario en ediciones anteriores: Ankhara serían los encargados de abrir fuego con el sol todavía bañando el Parc Dels Pinetons que fue donde se celebró como cada año desde hace varias ediciones la cita. Los encargados de poner la nota thrashera fueron los incombustibles Angelus Apatrida, una apuesta segura que siempre moviliza al personal y que cuenta cada uno de sus conciertos como un triunfo indiscutible. La nota de elegancia y clasicismo metalero la pusieron Tierra Santa, quienes repasaron algunos de sus grandes éxitos dejando claro que son una de las formaciones más queridas de nuestro país. Mientras que los elegidos para poner el broche de oro a la cita fueron Zenobia, quienes regresaban para presentar “VI”, con una alineación notablemente renovada con respecto a la que presentaron en su anterior visita en 2013.

Evidentemente hubo que adaptar todo el evento a las medidas Covid-19, con lo que el aforo quedó recortado a poco más de un millar de asistentes, -con asientos asignados-, que hicieron su reserva previa mayoritariamente a través de la página web del propio festival. En cualquier caso, se habilitó un amplio espacio donde el personal podía desprenderse de la imprescindible mascarilla para fumar, beber y disfrutar de la zona de restauración. Cabe felicitar a la organización por la excelente labor y por el estricto control que propició que se cerraran las barras y la caseta de venta de tickets cuando se sobrepasaba el aforo permitido en la mencionada zona. Algo que hizo que todos agilizáramos nuestro paso para que los que no estaban haciendo uso de ese espacio pudieran hacerlo. En cualquier caso, fueron muchos los que decidieron acercarse hasta las inmediaciones del festival pese a no tener entrada e intentar procurarse un lugar desde el que poder escuchar y tratar de ver algo de lo que aconteció el pasado viernes en el Parc Del Pinetons de Ripollet.

Otra de las novedades propiciadas por las normas que dicta la Generalitat de Catalunya para la celebración de acontecimientos culturales fue que el festival tuvo que adelantar notablemente su horario de inicio para poder concluir antes de las 00:30 de la noche. Así que a las siete de la tarde Ankhara nos daban la bienvenida haciendo rugir sus instrumentos para ofrecernos un show sólido y sin fisuras, en el que además de repasar algunos clásicos imprescindibles de su trayectoria también tuvimos ocasión de escuchar piezas como la inicial “Lentamente” y “Esperando En La Eternidad, ambas rescatadas de su más reciente entrega “Premonición” que se publicó a mediados del pasado mes de Abril.

Una vez más Pacho Brea volvió a erigirse como un frontman de lo más resolutivo invitando al personal a participar activamente en temas como “No Mires Atrás”, “Un Paso Más”, dejándonos la estampa de un público entregado que pese a estar sentado levantó los puños para corear su hímnico estribillo, o el imprescindible “3:40” que ponía de manifiesto las raíces power metaleras de los madrileños. Además también contaron con la baza de un Alberto Marín que no paró de agitar la cabeza, animar al personal y cantar los temas mientras compartía su trabajo a las seis cuerdas con un Cecilio Sánchez que se mostró más sobrio y comedido que en anteriores ocasiones.

Con el personal cada vez más animado y con la banda sonando como un auténtico cañón me sorprendió muy positivamente la acogida que obtuvieron los temas elegidos para representar a su anterior “Sinergia”, ya que tanto “Sueña”, -que dedicaron a su amigo Lemmy Peralta guitarrista de Dr. Crue que falleció recientemente y que era uno de los músicos más queridos de la escena barcelonesa-, como “Sigo En Pie” sirvieron para dejar patente la madurez de una banda que todavía tiene mucho que ofrecer a sus incondicionales. La despedida llegaría con “Acordes Mágicos”, que fue la excusa para que todos aunáramos nuestras voces para participar en la única composición que rescataron de su tercer largo “Sombras Del Pasado”. En definitiva excelente descarga de unos Ankhara que demostraron que están en plena forma y que viendo la reacción del respetable aún conservan intacto el afecto de los seguidores del power metal.

Sin duda, -y sin desmerecer al resto de bandas que conformaban el cartel de esta noche-, la presencia de Angelus Apatrida resultaba el principal reclamo de esta edición del Ripollet Rock. Los albaceteños llegaban directamente desde tierras gallegas tras su paso por el Resurrection Fest, y lo cierto es que la formación que capitanean los hermanos Izquierdo en ningún momento dio síntomas de cansancio. Se han convertido en los abanderados del thrash metal nacional, han girado por todo el mundo, han sido número uno en ventas en nuestro país..., creo que a estas alturas nada tienen que demostrar. Su nuevo trabajo homónimo quizás sea su obra más agresiva y seminal, con lo que la inclusión de sus nuevos temas en directo no deja de ser la enésima vuelta de tuerca para un sonido cada vez más agresivo aunque también más técnico, ya que acumula el bagaje y la experiencia de una formación que lleva más de dos décadas curtiéndose sobre los escenarios.


Como viene siendo habitual los manchegos salieron a darlo todo, con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a no hacer prisioneros y armados con los despiadados y afilados riffs que siempre disparan las guitarras de Guillermo y Davish. Así irrumpieron en escena unos Angelus Apatrida que parecían dispuestos a volar las cabezas de todos los presentes desde que iniciaron su descarga con el rabioso “Indoctrinate”. La respuesta del público fue instantánea, con la gente esforzándose por no abandonar sus asientos mientras la banda continuaba dándonos argumentos para castigar nuestras cervicales al ritmo de temas demoledores e incendiarios como “One Of Us”. 

Cercanos y simpáticos, la banda no vaciló a la hora de sacar pecho al recordar tanto su última descarga en el Parc del Forum del pasado año como el hito que significó su número uno en ventas. De modo que la elegida para proseguir con su paseo militar fue “Bleed The Crown”, que servía para que todo el mundo levantará los cuernos al aire mientras el cuarteto nos pasaba por encima comandado por la imparable sección rítmica que conforman Víctor Valera y José J. Izquierdo. Tras haber inaugurado su descarga con una buena ración del material de sus últimas entregas tocaba echar la vista atrás para centrar nuestro objetivo sobre su “Clockwork” de 2010 del que nos brindaron el iracundo “Of Men And Tyrant”, para acto seguido pisar el acelerador a fondo con otra de las nuevas “Chilhood´s End”, con las luces empezando a dejarse notar tras iniciarse el ocaso del “astro rey”.

A estas alturas el cuarteto no tenía intención de conceder ni un segundo de tregua a un respetable que parecía completamente entregado. Así que tras anunciarnos que venían directamente de Vigo y que al día siguiente estarían descargando en tierras andaluzas era un buen momento para “Downfall Of The Nation”. Uno de los momentos culminantes del show llegó con su primer recuerdo al emblemático “The Call” dando buena cuenta del imprescindible “Violent Down”. “We Stand Alone”, fue la excusa para regresar sobre el material de su última entrega discográfica, mientras que los momentos más melódicos del show llegaron de la mano de “End Mand”, único recuerdo que se permitieron de su aclamado “ Hidden Evolution”.

Para encarar la recta final de su presentación Angelus Apatrida confiaron en la fuerza arrolladora de ese vendaval que lleva por título “Giv´em War”, que pese a no contar con los circle-pits del personal sonó como una auténtica apisonadora. Otra de las que ya se ha convertido en uno de sus clásicos imprescindible “Serpent The Guillotine”, fue la elegida para dar el pistoletazo de salida a los bises. Mientras que el remate definitivo corrió por cuenta de su hit más arrollador “You´re Next”. Como siempre Angelus Apatrida se mostraron intratables. Los manchegos son una apisonadora en vivo y un valor seguro de cara al directo. A día de hoy no es noticia que los albaceteños rocen la excelencia en sus show, la notica será el día que no consigan alcanzar el nivel al que nos tienen malacostumbrados.


Tras la soberana exhibición thrashera de Angelus Apatrida algunos decidieron dar por concluida la jornada festivalera, pero lo cierto es que todavía nos aguardaban dos citas imprescindibles. La primera de ellas era con una banda mítica dentro del panorama nacional como son Tierra Santa. Pocas bandas hay dentro de la escena nacional que puedan permitirse salir a la carretera sin la excusa de presentar un nuevo trabajo, y menos aún las que lo hacen presentando un repertorio que no incluye ninguna composición publicada en la última década.

Aunque en ocasiones los directos de la formación riojana han sido criticados por su frialdad, lo cierto es que la formación que comanda el incombustible Ángel San Juan puede presumir de poseer un catálogo de clásicos que en directo siempre funciona y que consigue enganchar a cualquiera que vibrará con ellos durante las postrimerías de la década de los noventa y los primeros años de este siglo XXI. De cualquier forma, creo que el inicio a ritmo de medio tiempo con “Nerón” no fue el más apropiado para enganchar al personal tras el vendaval sonoro que supuso el show de Angelus Apatrida. Pero, afortunadamente, la cosa empezó a ponerse en su sitio cuando la banda hizo gala de su faceta más powermetalera al rememorar el siempre efectivo “Tierras De Leyenda”.

Avalados por un sonido nítido, impecable, y por una puesta en escena sobria aunque algo recargada en cuanto a humo se refiere, los riojanos continuaron desgranando clásicos imprescindibles para todos sus seguidores haciéndonos corear los versos contenidos en cortes como “Sangre De Reyes”. Pero desafortunadamente los problemas técnicos hicieron que el ritmo del show se ralentizará. Así que tras unos interminables minutos de silencio, en los que la banda no se dirigió al respetable, los instrumentos volverían a rugir para desatar la euforia del personal al reconocer los compases iniciales del corte que prestaba título a su obra de 2004, “Apocalipsis”. El empuje y la contundencia de la sección rítmica propulsaría un “Indomable”, que volvía a despertar a una audiencia que coreó cada uno de sus versos como si le fuera la vida en ello.

El repaso sobre los personajes históricos y la profusión de las armonías dobladas convirtieron a “Juana De Arco” en uno de los cortes más celebrados de la velada. Mientras que los aromas desérticos fueron los que nos invitaron a viajar hacia el antiguo Egipto para rememorar el cruel destino de “La Momia”. Una fugaz mirada sobre su obra de 2010, “Caminos De Fuego”, serviría para recuperar “La Leyenda Del Holandés Errante”. Mientras que la elegida para volver a poner a todo el respetable con el puño en alto fue “La Sombra De La Bestia”.

No abandonarían el material de su aclamado “Sangre De Reyes”, ya que la siguiente en sonar fue “Pegaso”. La épica no se detuvo invitándonos a que todos entonáramos las coreables armonías de “Alas De Fuego”, para dejar que a continuación la banda se gustara durante los melódicos desarrollos de “El Laberinto Del Minotauro”. Como no podía ser de otra forma “Legendario”, volvió a marcar otro punto de inflexión mostrando la perfecta comunión entre la banda y sus entregados seguidores. Aunque, como viene siendo habitual en todas sus presentaciones desde hace años, el cierre definitivo lo pusieron las dos parte de “La Canción Del Pirata”, coreada a pleno pulmón por un público que despidió al combo riojano con una cerrada ovación.


Aunque por motivos personales un servidor no pudo quedarse a presenciar íntegramente la descarga de los encargados de cerrar esta edición del Ripollet Rock, Zenobia, lo cierto es que varios amigos que si pudieron hacerlo me comentaron que pese a la faringitis que padecía su frontman Jorge Berceo, la formación riojana estuvo a un excelente nivel brindando un repertorio corto, ya que por las mencionadas restricciones de horario se vieron obligados a recortar su show.

En cualquier caso, Zenobia demostraron porque a día de hoy son una de las bandas más solventes y emblemáticas del panorama nacional e hicieron vibrar intensamente a todos los que se quedaron para descubrir como sonaban en vivo las composiciones de su más reciente entrega “VI” . Así que en el arranque del show no faltaron temas de nuevo cuño como esa declaración de intenciones que lleva por título “Sin Perder La Pasión”, “La Danza Del Diablo” y la épica que destila “El Último Bastión”.

Pero evidentemente los momentos más calientes e intensos de la descarga de Zenobia llegaron cuando la banda echó la vista atrás para rescatar viejas favoritas como son “Ícaro”, el hímnico “El Sueño De Un Loco”, “Borraré Tu Nombre”, o cuando Nika de Rising Core se subió al escenario para colaborar en “Corazón de Hielo” . Para el tramo final de su presentación se reservaron otra de las nuevas “Jamás”. Dejando que el colofón definitivo lo pusiera uno de sus himnos imprescindibles “Lo Llevo En La Sangre”.

Sobreponiéndose a las adversidades. Así regresó el Ripollet Rock tras un año de ausencia para dejar patente en su edición de 2021 que cuando hay voluntad, compromiso, predisposición y ganas de sacar las cosas adelante es posible ofrecer al público un festival de calidad y encima, como siempre, gratuito. ¡Muchas Gracias y por muchos años!




TEXTO:ALFONSO DIAZ

FOTOS:ALFREDO M. GEISEE



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