Aunque un servidor ha podido asistir a bastantes conciertos en estos meses, que han estado marcados por las restricciones y las medidas anti-covid, lo cierto es que el show de esta noche resultaba especial, ya que nuevamente volveríamos a poder posicionarnos frente al escenario sin tener que estar “encadenados” a nuestra silla. En cualquier caso, para acceder al recinto era necesario presentar el certificado de vacunación o una PCR negativa. Fuera como fuera, los que nos acercamos a la sala Wolf tuvimos ocasión de retomar viejas sensaciones contando con la banda sonora de una Amaro que demostró estar en pleno estado de forma.
Fue en Marzo del pasado año cuando tuvimos ocasión de presenciar la descarga de Amaro en el desaparecido y añorado Rocksound. Pero a diferencia de lo que sucedió aquella noche, Joana y sus muchachos no se presentaron solos ya que contaron con la presencia como invitados de Tayo. Para quienes no les conozcan este cuarteto de Martorelles practica un heavy metal directo y potente, muy influenciado por las bandas míticas de la década de los ochenta, con lo que no tuvieron ninguna clase de dificultad para conectar con una audiencia muy afín a su estilo.
El combo de Martorelles gozó de una cálida acogida, ya que entre los presentes tenían bastantes conocidos, con lo que muchos fueron los que se animaron a cantar junto a ellos los coros del reivindicativo “Por Bandera Libertad”. Tampoco faltó la crítica social, en este caso centrándose en un tema de candente actualidad como es la violencia de género durante “El Paso”. Aunque me gustó mucho la inmediatez y frescura de sus composiciones, lo cierto es que su guitarrista Chiky se mostró como un “hacha” solvente y de garantías a la hora de atacar los desarrollos solistas de “Preludio”.
Para retornar sobre el material de “Bajo La Niebla”, el cuarteto optó por “Parásito”, que nos flanqueaba el paso hacia una recta fina que estuvo marcada por los aromas hard roqueros de “De Sol A Sol”, el toque bluesero y con temática urbana de “Borracho Vago”. Mientras que la elegida para poner el broche definitivo fue “Punto 0”. Aunque en esta ocasión nos quedamos sin escuchar su versión del “Resistiré” de Barón Rojo creo que Tayo supieron cumplir con su cometido y se encargaron de calentar al público antes de la inminente llegada del plato fuerte de la noche.
Siempre resulta agradable tocar en casa, rodeado de buenos amigos, caras conocidas y leales seguidores. Seguramente Amaro merecería por calidad y trayectoria haber congregado a una mayor cantidad de público, pero lo cierto es que tanto los propios músicos como el público disfrutaron al máximo de una velada que estuvo cargada de intensidad, entrega, buen rollo, buen hard & heavy, y la clase y elegancia de una frontwoman por la que parece que no pasa el tiempo.
Tras romper el hielo y recabar las primeras muestras de cariño de un respetable que se mostró de lo más receptivo y entregado la velada prosiguió con el tema que presta título a su más reciente entrega discográfica “Respira”, que plasmaba a la perfección su apuesta por la contundencia y la melodía a partes iguales. Poco a poco el ambiente se iba caldeando en la sala, con lo que la vocalista no tuvo más remedio que desprenderse de su chupa antes de seguir repasando su largo del pasado año para dar buena cuenta del marchoso “Sueño”, que nos dejaba la imagen de la vocalista alzando el brazo para incitar al respetable a que hiciera lo mismo mientras coreaba su pegadizo estribillo.
Con Joana dominando el escenario, moviéndose incansablemente mientras se aferraba fuertemente a su pie de micro para conseguir centrar sobre ella todas las miradas, la invitación a cantar llegaría con el vacilón “Muerde” que nos animaba a mover las caderas. Habiéndonos mostrado toda la garra roquera durante el primer tercio del show era un buen momento para presentarnos su faceta más íntima y romántica con la primera balada de la noche: “Ven”. La bestia no tardaría en rugir con fuerza nuevamente para hacer subir la temperatura con “Fuego”, que dedicaron a todas las chicas roqueras.
Evidentemente tampoco faltó la mirada crítica contra la sociedad durante la acelerada “Rabia”. Mientras que la excusa para que todos volviéramos a cantar y bailar llegó con su adaptación del clásico de Joan Jett, “Amo El Rock N´Roll”, que se zanjó con un rotundo agudo y una cerrada ovación. Para la segunda balada de la noche “Adiós” Amaro invitó a subirse al escenario al guitarrista David Palau y su viejo amigo Josep Mas “Kitflus”. Tras haber tocado íntegramente su trabajo del pasado año la banda echó por primera vez la vista atrás para junto a sus invitados atacar el corte que daba título a lo que fue su álbum de regreso en 2018 “Carmen De Fuego” y “Libertad”.
Amaro se reservó el toque de nostalgia para el final de la noche, ya que el cierre del show estuvo reservado para “Señores De La Guerra” y “Bajo Presión”, ambas rescatadas de su segundo largo de 1990. Mientras que el adiós definitivo llegó con “Sueño” dejando a toda la sala rendida ante semejante demostración de garra y fuerza roquera. Lo dicho que nadie piense que Amaro han vuelto para vivir de rentas del pasado, ya que demostraron sobre el escenario que viven en el presente, y la mejor prueba fue escuchar un repertorio en el que desgranaron al completo su última entrega discográfica.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario