Siempre hay que ofrecer alicientes para que la gente se decida a abandonar las comodidades y el confort hogareño y se acerque a las salas de conciertos. Sin duda la música potente, festiva y con un toque callejero y macarra resulta un excelente reclamo, pero si a eso le sumamos una puesta en escena diferente y desenfadada como la que ofrecen Crash Bones, lo tenemos todo para dar el pistoletazo de salida a una prometedora velada de Sábado. Para quienes todavía no los conozcáis Crash Bones son una banda barcelonesa formada en 2015 por Danny Crash y que tras la publicación de su EP debut “Mi Adición”, editaron el pasado 2019 “Tendencia Homicida”, un fantástico trabajo en el que convergen el rollo festivo del hard rock ochentero americano, la actitud descarada de Motörhead y la frescura del rock escandinavo.
Tocar en casa siempre es remar a favor de corriente, así que el cuarteto catalán consiguió reunir a un buen puñado de amigos y seguidores que lo pasaron en grande volviendo a verles en acción sobre las tablas de la sala Bóveda. Además el concierto de esta noche no solo marcaba el reencuentro de Crash Bones con sus más fieles incondicionales sino que también significaba la puesta de largo de su nueva formación con el batería Jose Udrums completando el line-up que conforman el ya mencionado Dany Crash, Ivan Melero y HD Low Cost.
Con la sala registrando un concurrido y animado aspecto todo parecía preparado para que Crash Bones salieran a escena dispuestos a demostrar que atesoran tablas, talento y actitud suficientes para hacerse con un hueco dentro de la escena nacional…, y lo cierto es que no defraudaron. Respaldados por un telón de fondo con el nombre de la banda su descarga se iniciaba con el estruendoso sonido de las sirenas que acompañó a la salida de su nuevo fichaje que tomó posiciones tras su kit mientras dos atractivas señoritas, ataviadas con sendas gorras de policía y con esposas atadas a la cintura, nos deleitaban con unos provocativos bailes. No tardaría en tomar el escenario el resto de la formación para dar el pistoletazo de salida a la velada con un puñetazo sonoro como es el rabioso e incisivo “A Fuego”, que significaba la mejor carta de presentación para los que todavía no les conocían dejando asentadas las bases de su propuesta : rock potente, gamberro y altamente adictivo.
Crash Bones no tuvieron ningún tipo de dificultad para conectar con el público, así que tras finiquitar el tema de apertura se lanzaron apresuradamente sobre el corte que abre “Tendencia Homicida”, “Quiero Más” que con su letra cercana y sus guitarrazos potentes y aguerridos se convertiría en la excusa perfecta para que los más animados se sumarán a su estribillo mientras el ambiente se iba caldeando en el recinto. La rotundidad de la sección rítmica junto al registro rasgado y aguardientoso de Danny acabaría propiciando que “La Puerta de Atrás” se convirtiera en el detonante de que los aledaños del escenario se transformaran en una fiesta con el personal dando la entrada a los coros antes de que el cuarteto nos arrollara en una trepidante recta final.
Habiendo puesto las cartas sobre la mesa era un buen momento para dirigirse por primera vez al respetable para acto seguido dar buena cuenta del rollo marchoso y roquero de “Sueño”. Nuevamente el “personal de seguridad femenino” volvería a tomar el escenario para acompañar con sus bailes al cuarteto durante “¿De Que Quieres Hablar?”, que se convertía en el primer guiño que nos ofrecieron de su EP debut “Mi Adición”. Con la banda y el público en perfecta armonía el dinamismo se encargaría de impregnar el riff rotundo y certero de “Sincero”, que nos dejaba la estampa de los músicos moviéndose con soltura por el escenario mientras el personal se lo seguía pasando en grande.
Tras recordarnos Danny que nos habían echado de menos en estos tiempos pandémicos, Danny nos propuso una nueva mirada al pasado, una vuelta a sus inicios, con “Mi Adición”. El de esta noche era un concierto especial por diversos motivos, de modo que no faltó la presencia de algunos invitados. Así que para acompañarles durante “El Rock De Las Excusas”contaron con la participación de Jhonny Soler, quien fuera guitarrista de la banda. Otra de las sorpresas de la noche fue la versión que el combo catalán se marcó de “Renuncia Al Sol”, de Skizoo, una banda y un cover que a priori poco tienen que ver con ellos pero que en directo les quedo de lujo, con Danny dejando por momentos su guitarra para concentrarse en la interpretación.
No tardarían en volver a fijar el objetivo sobre su propio material dando buena cuenta de la composición que prestaba título a su primer largo “Tendencia Homicida”. Dejando a un lado su faceta más gamberra y desenfadada, el toque crítico lo puso la descorazonadora “De Madrugada”, una rotunda denuncia contra el abuso y el maltrato. Con el respetable coreando triunfal el clásico “oe,oe,oe” tocaría volver a proponernos otro cover, en esta ocasión un tema más acorde con el sonido y la personalidad de los catalanes: el clásico ochentero “Rebel Yell” de Billy Idol. Otra de las sorpresas de la noche llegó cuando las “agentes de seguridad” aparecieron en escena para que un afortunado tirara de una ruleta que colocaron en el centro del escenario. Su premio fue destrozar una guitarra acústica ante la algarabía de todos los presentes.
Tras haber bajado mínimamente el ritmo del show llegaba el momento de encarar la recta final de su presentación contando para ello con el concurso de dos nuevos invitados: el guitarrista Paul Redwood y Laura Calles que se sumaron al cuarteto para el divertido medley de Motley Crue que descargaron con retazos de “Live Wire”, “Looks That Kill”, “Dr. Feelgood”, y para la que, por supuesto, se añadieron a la fiesta las chicas del personal de Seguridad. Con la sala convertida en una fiesta el colofón definitivo lo pondría la aniquiladora “Gasolina”, tras la cuál, durante el tiempo de los agradecimientos, el cuarteto y todos sus invitados se dieron su particular baño de masas constatando que su come-back tras la pandemia había sido todo un éxito.
Fue una noche de diversión, fiesta,actitud y ante todo de potente hard rock de una banda que salió con ganas de comerse el escenario y de arrollar con todo a su paso. Tienen hambre, temas, actitud, y ganas de divertirse y divertir al personal. Aunque por poner un pero a su presentación creo que les sobró el numerito “de la ruleta de la infortuna”, ya que aunque divertido pienso que cortó un poco el ritmo de un show que hasta ese momento había sido trepidante.
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