Quizás por ello su carrera no ha sido fácil, ya que ha estado plagada de controversias y altibajos, aunque siempre han conseguido mantenerse a un buen nivel sobreponiéndose a las adversidades y dejando algunas perlas dentro de unos lanzamientos que casi siempre han contado con el beneplácito de sus seguidores, especialmente los del otro lado del charco. Sea como fuere, y en esta ocasión, dejando atrás la pandemia y los rumores de la pausa que se iba a tomar su bajista y miembro fundador Reginald "Fieldy" Arvizu, Korn regresan a la carga tres años después de la edición de su anterior “The Nothing”, con “Requiem” su obra más corta en cuanto a duración se refiere, - poco más media hora-, y contando como principal novedad con la participación tras los controles de Chris Collier que ha co-producido el álbum junto a la propia banda.
Fieles a los parámetros que les han servido para definir no solo su propuesta, -sino también el estilo del que son pioneros y punta de lanza: el nu-metal-, el combo de Bakersfield inaugura el plástico apoyándose sobre la tenacidad de la sección rítmica de esencias hip hoperas que conduce “Forgotten” y que servirá para dar cobertura a la densidad de los riffs que nos proponen Brian “Head” Welch y James “Munky” Shaffer para acabar creando esas atmósferas opresivas y devastadoras que tan bien se conjugan con las tonalidades bajas de Davis. Las sonoridades envolventes, que denotan que el quinteto ha introducido más de una variación en su forma de trabajar la producción, concederán a cortes como “Let The Dark To The Rest”, unas oscuras tesituras preñadas de viveza para ponderar sus etéreas melodías , tanto vocales como guitarreras, para acabar otorgando al tema una vertiente más experimental y camaleónica.
Con la rugosidad de las guitarras imponiéndome tiránicamente sobre la sección rítmica arranca “Start The Heading”, amparada sobre una estructura más lineal, -diría que hasta simple sino fuera por un pequeño interludio intermedio-, pero que resulta altamente efectiva aportando la pegada y el dramatismo necesario, gracias a la reiteración de su aplastante estribillo en su inquietante recta final. Pese a las reticencias, las objeciones, y la oposición de los más ortodoxos, Korn siempre se han reivindicado como una banda de metal. Un metal diferente, de otra época, y del que ellos mismos ayudaron a asentar las bases junto a otro puñado de formaciones. Así que la
ampulosa energía que desprende “Lost In The Grandeur”, que arranca con un repiqueteo vigoroso de batería a cargo de Ray Luzier y unos barridos de guitarra de esencias claramente noventeras, servirán para encaminarnos hacia derroteros cuasi hipnóticos , con Davis dirigiendo el tema de forma tenebrosa en sus estrofas, -incluyendo incluso voces filtradas y pasajes desdoblados-, para dejar que la intensidad suba durante sus desarrollos intermedios, con el vocalista recrudeciendo sus aportaciones vocales para que todo resulte más visceral y afilado.
Otra de las señas de identidad que ha marcado la trayectoria del combo californiano es la solidez de la sección rítmica que conforman actualmente el tándem Luzier/Fieldy, siendo capaz de crear la cobertura idónea para que a lo largo de “Disconect”, puedan alternarse elementos electrónicos y furiosas y rugosas ráfagas guitarreras creando una atmósfera de dualidad que dotará al corte de una gran amplitud de miras. Menos concesiones estilísticas posee “Hopeless And Beaten”, que en esencia es totalmente nu-metalera, con guitarrazos implacables y certeros, cadencia rítmica opresiva y diferentes líneas vocales en los estribillos para dejar que los registros limpios de Davis protagonicen las estrofas.
Una tónica similar, con esos ritmos saltarines marca de la casa en el inicio, seguirán los compases iniciales de “Penance To Sorrow” un uptempo de base funkera que explotará con la llegada del estribillo gracias al aporte de un riff no excesivamente cañero pero si altamente efectivo. Otras de las que evoca el pasado más glorioso de la formación de Bakersfield son “My Confession” y la final “Worst Is On Its Way”, en las que pueden percibirse esencias de algunos de sus clásicos imprescindibles, con esa forma tan personal de Davis a la hora de atacar los textos mientras las guitarras van creciendo en contundencia respaldadas sobre la implacable dinámica que propone la sección rítmica, con un notable trabajo en esta ocasión de ray Luzier.
Estoy seguro que Korn nunca será una que cuente con el respaldo unánime de la gran “familia metalera”. Es más creo que para muchos deben de ser una de las formaciones más odiadas de las últimas décadas. Pero sin duda creo que se han ganado a pulso el estatus del que disfrutan actualmente, siendo considerados como una de las bandas más influyentes dentro del metal de finales del siglo pasado y principios de este siglo XXI. En cualquier caso, “Requiem” no supone una ruptura con su pasado ni una evolución sustancial en su propuesta , sino que plasma a modo de resumen muchas de las sonoridades y recursos que el quinteto de Bakesfield ha explotado a lo largo de su longeva trayectoria. Sea como sea, “Requiem” es un disco corto, directo y que no se hace pesado. Si alguna vez fuiste seguidor de la banda creo que puedes invertir tranquilamente media hora de tu tiempo en su escucha: no te defraudará. Si por el contrario eres de los que nunca comulgó con su forma de hacer música, lo tienes fácil: olvídalo.
DISCOGRAFICA:LOMA VISTA
Lista de Temas
Forgotten
Let The Dark Do The Rest
Start The Healing
Lost In The Grandeur
Disconnect
Hopeless And Beaten
Penance To Sorrow
My Confession
Worst Is On Its Way
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