Uno de los nombres imprescindibles cuando hablamos de heavy metal en nuestro país es sin duda Saratoga. Durante las últimas tres décadas el incombustible Niko del Hierro se ha erigido como el motor de una formación que cuando dio sus primeros pasos a nivel discográfico a mediados de los noventa contaba con la presencia del vocalista Fortu Sánchez y el batería Joaquin Arellano “El Niño”. Aunque en algún momento no ha estado presente, la mayor parte de esas tres décadas Jerónimo Ramiro ha sido su partener a las seis cuerdas, y aunque por el seno del combo madrileño han desfilado diferentes músicos, el actual line-up, con El Estepario Siberiano a la batería y Tete Novoa, -quien por méritos propios se ha ganado a pulso el puesto de frontman durante los últimos 15 años, la mitad de la trayectoria de la banda-, es uno de los compactos. Retomando el contacto con sus seguidores de la Ciudad Condal Saratoga aterrizaban en la sala mediana del Razzmatazz para repasar algunos de los himnos clásicos que han regrabado para su última entrega de estudio “XXX”, dejando patente, por si alguien albergaba alguna duda, que aún les queda cuerda para rato.
Era una noche complicada en la capital catalana, con diferentes ofertas roqueras, quizás ese fuera el motivo por el que sala no llegó a completar todo su aforo. En cualquier caso, el cuarteto se mostró tan intenso, expeditivo y arrollador como de costumbre. Es más me atrevería a decir que los que acudimos a la cita del pasado sábado tuvimos ocasión de disfrutar de uno de los mejores conciertos que han ofrecido Saratoga en las salas barcelonesas en los últimos años, especialmente con esa primera hora de show absolutamente incontestable, con una banda totalmente desatada que hizo vibrar al personal mientras retumbaban intensamente los cimientos del local.
Resulta difícil dictar sentencia sobre si la actual es la mejor encarnación que ha tenido Saratoga a lo largo de su longeva trayectoria. Pero lo cierto es que en este momento funcionan como una máquina perfectamente engrasada de facturar heavy metal. Niko del Hierro es el alma del cuarteto, la garra y, en definitiva, su mayor estandarte. Jero Ramiro es el encargado de poner la potencia con sus devastadores riffs, pero también la elegancia y la clase a la hora de tratar las melodías y ejecutar sus solos. Tete Novoa es la imagen y el reclamo perfecto para una banda que consigue conectar con diferentes generaciones de metaleros gracias al magnetismo de un frontman que ha demostrado que es uno de los más carismáticos de la escena nacional. Mientras que la más reciente incorporación El Estepario Siberiano ha aportado frescura y espontaneidad, adaptándose como un guante al resto de sus compañeros.
Como referí anteriormente lo primero que me llamó la atención al acceder al recinto fue la mezcolanza de edades de los asistentes, ya que pudimos ver niños, adolescentes, gente de mediana edad y veteranos que sin duda seguían a la formación desde sus inicios. Así que con todos estos alicientes, un escenario presidido por un gran telón de fondo y un pie de micro con la legendaria iguana en primera línea, a las 21 horas empezaba a sonar la introducción mientras El Estepario Siberiano tomaba posiciones tras sus kit. Agasajados como se merecen, Niko y Jero saltaban sobre las tablas para dar el pistoletazo de salida con “Tras Las Rejas”. Corriendo, derrochando simpatía y carisma aparecía Tete Novoa, enfundado en una cruzada sin mangas, para empezar a mover al personal mientras nos regalaba los primeros agudos de la velada y Niko aprovechaba para fusilarnos con su bajo al más puro estilo Harris. Pese al paso de los años si hay algo que no ha cambiado desde que un servidor viera por primera vez al combo del foro es la estrecha conexión con sus incondicionales, y esa magia quedó patente cuando tras finiquitar el tema de apertura la banda se abalanzó sin previo aviso sobre “ A Morir”, provocando que todo el personal se pusiera a botar como sino hubiera mañana.
Todos sabíamos que esta noche habría espacio para los temas antiguos que han sido revisitados en “XXX”. Y sin duda uno de los que más me gustó fue el que daba título al redondo que grabaron junto a Gabi Boente, “Mi Ciudad”, que con Tete a las voces sonó mucho más consistente y metalero. Con el vocalista cambiando su chupa sin mangas por una holgada camiseta llegaba el momento de rendir pleitesía a Jero Ramiro para justo después invitarnos a su próximo show en Madrid, el 22 de octubre, donde grabarán nuevo DVD. Así que después de haber hecho promoción del evento, en palabras del propio Tete era un buen momento para enfrentarnos a uno de los cortes más heavys de su repertorio “A Sangre Y Fuego”, con un Niko poseído, corriendo por el escenario mientras Tete ejercitaba los músculos del cuello en una sucesión de vertiginosos molinillos.
Seguramente cada uno de los miembros de Saratoga tendrá sus temas especiales. Pero si hablamos de Tete estoy seguro que “El Vuelo Del Halcón”, debe tener un hueco importante en su corazón, ya que fue el primer adelanto que tuvimos ocasión de escuchar de “VII”, el primer disco que grabó con la banda. Además 15 años después sigue sonando igual de potente y duro que antaño. Mientras la gente coreaba el nombre de la banda el cuarteto nos sorprendía con una descomunal versión de “Vientos De Guerra”, con Tete adornando el tema con algunos guturales que contribuyeron a que el corte sonara aún más bestia e impetuoso para acabar recabando la cerrada ovación de un respetable que a estas alturas estaba ya totalmente rendido.
Después de tanta velocidad, potencia y garra netamente metalera, llegaba el momento de bajar mínimamente las revoluciones dando buena cuenta de un tema que todos siempre hemos asociado a Jero Ramiro, el emotivo “Si Amaneciera”, que en esta remozada versión sonó más elaborado y con más arreglos, aunque con el mismo feeling e intensidad. Tras volver a ser el hacha madrileño agasajado y después de mandar Tete un cómplice saludó a Mikel Lazkano, guitarrista de Leize, el vocalista entonaba a capela y a pleno pulmón el estribillo del siguiente tema “Las puertas Del Cielo”. A continuación Niko se adueñaría del escenario para un pequeño pasaje solista en el que nos deleitó con su amplio catálogo de muecas mientras no dejaba de aporrear las cuerdas de su bajo fluorescente.
Todos volveríamos a aunar nuestras voces para entonar junto a Tete las estrofas de una emocionante “Si Tu No Estas”. Evidentemente, aunque cuando uno piensa en Saratoga piensa en los cuatro músicos que vemos en escena, lo cierto es que son una “gran familia”. De modo que no faltó el recuerdo y el merecido reconocimiento a toda su “crew” durante los prolegómenos de “Lejos De Ti”, con la que volvían a echar la vista atrás hasta “Mi Ciudad”, mientras todo el público cantaba agitando los brazos de izquierda a derecha siguiendo las indicaciones de Tete. Tras el solo de batería que sirvió para que pudiéramos comprobar algunas de las habilidades de El Estepario Siberiano, la caña volvería a convertirse en protagonista durante “El Olvidado De Dios”, el corte que abría su “Aeternus” de 2018.
Una vez más, y mientas los músicos compartían guiños y muecas de complicidad, evidenciando el buen rollo que existe entre ellos, Tete volvería a emplazarnos para su próximo concierto en Madrid antes de presentar al resto de sus compañeros. Lógicamente la respuesta del personal fue apoteósica. E incluso tuvimos una sorpresa, ya que cuando llegó el turno de presentar al vocalista, Tete nos sorprendió cantando unas estrofas del “Sobreviviré”, de Monica Naranjo aunque convenientemente metalizada gracias a las aportaciones de sus compañeros. Acto seguido tocaba poner el punto y seguido a la velada y para ello que mejor que un proyectil de auténtico power metal en forma de “Como El Viento”, que hacía que volvieran a subir los ánimos de un personal completamente entregado.
No se hicieron de rogar en exceso en su vuelta al escenario. Así que mientras sus seguidores coreaban fervientemente el nombre de la banda Jero aparecía en escena para arrancar los bises con la descomunal potencia de una vieja favorita como es la imprescindible “Perro Traidor”. El ritmo no decaería con “Rojo Fuego”, para dejar que el fin de fiesta definitivo, con Tete a pecho descubierto y mezclándose con el público, corriera por cuenta de “Resurrección”.
Pocas bandas pueden decir que tras 30 años de andadura están viviendo uno de sus mejores momentos. Pero si algo demostraron Saratoga a su paso por la Ciudad Condal no es únicamente que están en un momento de forma exultante, sino que en su caso lo mejor está todavía por llegar.
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