sábado, 4 de junio de 2022

CRONICA:BARON ROJO+PANZER-RAZZMATAZZ-BCN-28-MAY-2022



Cada país tiene sus referentes, sus bandas pioneras cuando nos referimos al hard rock y al heavy metal. Y si hablamos de nuestra escena patria resulta incuestionable, y casi por una unanimidad aceptado, que Barón Rojo fueron los auténticos precursores del rock duro por estos lares. Mucho se ha hablado de esa primera etapa preñada de éxitos que forjó su leyenda, de la travesía por el desierto que supuso la década de los noventa, de su resurgir a principios de este siglo XXI, de su controvertida gira de reunión con su line-up original, y de esta última década en la que los hermanos De Castro han continuado en la carretera sin un nuevo trabajo que presentar, ya que su última entrega de estudio “Tommy Barón” data de finales de 2012. Sea como sea, Barón Rojo han seguido adelante y al igual que sucede con muchas bandas extranjeras coetáneas suyas han decidido poner fin a su andadura con una última gira de despedida. Innumerables han sido las ocasiones que la mítica formación ha descargado en los escenarios de la capital catalana, pero para llevar a cabo su “Último Vuelo” eligieron un enclave con enjundia como es la Sala grande del Razzmatazz, congregando así el mayor aforo ante el que han tocado por aquí en los últimos años, a excepción de su concierto en el Sant Jordi Club en la recordada y aclamada gira de Reunión.

Una vez más, los seguidores de Barón Rojo volvieron a mostrar su lealtad y respondieron a la llamada de sus ídolos, con lo que unos días antes de la cita se colgó el cartel de “sold-out”. Y es que la ocasión lo merecía, el repaso a toda una vida de rock y carretera, más de cuarenta años con dos músicos que se han ganado por derecho propio la admiración y devoción de sus incondicionales: Armando y Carlos De Castro, historia viva de nuestro rock. Además para acompañarles en este “Último Vuelo” por los escenarios barceloneses llegarían acompañados de otra formación mítica dentro del heavy metal de los años ochenta. Una banda que,- si bien no tuvo la mejor de las suerte, la leyenda negra les acompañó-, sí que gozó de su momento de popularidad, y es que los Panzer de Carlos Pina llegaron a ser una de las bandas más queridas de la escena nacional.

La larga cola que aguardaba a que se abrieran las puertas del recinto y el cartel de “No Hay Entradas”, hacían presagiar que esta noche de sábado iba a ser una gran noche. Había muchas ganas de ver a Panzer en vivo, así que cuando el cuarteto apareció en escena ya había bastante público copando las primeras filas. Con un par de paneles con las portadas de algunas de sus obras más emblemáticas repartidas por el escenario el cuarteto optó por una puesta en escena bastante sobria, confiando toda su suerte a la interpretación de unos temas que el paso del tiempo y la nostalgia han convertido en himnos, y al carisma de un Carlos Pina, que sigue conservando su característico timbre, y que además supo ganarse al público con sus comentarios entre tema y tema.


Recibidos con entusiasmo Panzer aparecían en escena. El último en tomar posiciones fue su incombustible frontman, ataviado con gorra, tejana y chupa, para rápidamente meterse al personal en el bolsillo con uno de los temas insigne de la trayectoria de los madrileños: “Toca Madera”, que nos dejaba la estampa de todos los presentes levantando sus cuernos al aire cada vez que había que entonar su pegadizo estribillo. Como si de un viaje en el tiempo se tratara más de uno de los asistentes regresó a su época de guardias en el cuartel cuando la banda se adentró de lleno en “Galones De Plástico”, que acompañado por las palmas de las primeras filas caldeaba aún más el ambiente.

Como comentaba anteriormente Mr. Pina supo ganarse al público. Y es que durante el primer speech de la noche recordó su primera visita a la Ciudad Condal y nos comentó que entre el público asistente estaban Bruque y Manzano, lo que provocó una cerrada ovación. Tras el sentido recuerdo hacía dos figuras insignes del rock catalán de la década de los ochenta llegaba el momento de “El Dios Del Rock”. Pese a que el carismático frontman fue quien acaparó la mayoría de las miradas, lo cierto es que Panzer se mostraron como un colectivo sólido y compacto Así que tras presentarnos a su actual guitarrista Miguel Ángel López, “El Cachorro”, tocaba seguir reviviendo el pasado con “Perro Viejo”.

Evidentemente en este repaso a sus trabajos de estudio los madrileños no quisieron dejarse en el tintero una de las baladas más emotivas de la historia del metal nacional “Junto A Ti”, que cargada de intensidad y feeling se acabó convirtiendo en uno de los puntos álgidos del show. Una vez más, Carlos Pina y sus compañeros volverían a reivindicar la esencia del metal ochentero durante “Danza De La Muerte”, que curiosamente, pese a contar con las palmas de apoyo del respetable, fue de las que menos movió al personal.

Tras comentarnos Mr. Pina que no estaba al 100% desde que tocaron en Bilbao, la banda acabó rubricando su show con una trepidante recta final que incluyó una declaración de intenciones como “No Hay Quien Nos Pare”. Mientras que el colofón definitivo corrió por cuenta del tema que presta nombre a la banda “Panzer”. Hacía tiempo, mucho tiempo, que Panzer no pisaban los escenarios de la Ciudad Condal, y la verdad es que la espera mereció la pena, ya que aunque su show se nos hizo muy corto lo disfrutamos al máximo. Esperemos que no tarden en regresar.


Tras un entre acto que sirvió para que viejos colegas se reencontraran y apuraran algunos refrigerios mientras los pipas se apresuraban en realizar los últimos ajustes escénicos, por fin llegaba el gran momento de la noche. Viendo el aspecto que presentaba el recinto justo antes de que Barón Rojo irrumpieran en escena nadie diría que lo que íbamos a presenciar era una despedida. Y es que el ambiente era de expectación y, sobre todo, de fiesta. Por supuesto que todos sabemos que quizás Carlos De Castro no está en su mejor momento vocal, pero lo cierto es que sabe muy bien como dosificarse, y secundado por su hermano Armando, que cantó varios temas, consiguieron mantener el nivel de intensidad de un show que se alargó por encima de las dos horas y media.

En cuanto al repertorio cabe remarcar que estuvo muy centrado en su etapa clásica, aunque no faltó algún guiño a discos como “Desafío”. Y es que la formación que lideran los hermanos De Castro siempre sorprende con sus setlist, ya que no llevan un repertorio cerrado para la gira como suelen hacer la mayoría de grupos actualmente, y eso es algo que agradecen sus fans y que mantiene siempre vivo el interés del personal por saber que van a tocar en cada concierto. Respaldados por la cálida acogida que les brindó su leal público y cuando faltaban algunos minutos para que el reloj marcará las 20:30 de la tarde la banda aparecía en escena para arrancar la velada con toda una declaración de principios y amor a la carretera como es “Noches De Rock N´ Roll”. Como viene siendo habitual Armando, -el más activo y animado de los cuatro-, fue quien se posicionó en la parte central del escenario para tratar de contagiar su entusiasmo y entrega a un respetable que desde el mismo arranque quiso ser parte activa e importante del show.

A su derecha Carlos, que fue quien llevó el peso de las voces, aunque se dosificó dejando que su hermano se hiciera cargo de varios temas. Además de los dos hermanos la actual encarnación de Barón Rojo se completa con el tándem rítmico que conforman el batería Rafael Díaz y el bajista Jose Luis Morán, quienes se mostraron compactos y sin fisuras, logrando que himnos del calibre de “Hermano Del Rock & Roll”, pusieran a todo el mundo a botar mientras alzábamos los puños para corear su rotundo estribillo. No tardaría en llegar una segunda mirada a su “Desafío” de 1992, -un disco que se ha revalorizado con el tiempo y que fue el primero que grabaron sin Sherpa y Hermes-, para dar buena cuenta de “El Enemigo A Batir”, que nos dejaba a ambos hermanos ofreciéndonos esos contoneos sincronizados que se han convertido en una seña de identidad más en sus conciertos .

Aunque podríamos decir que todavía Barón Rojo no habían recurrido a la artillería pesada, lo cierto es que tras tan solo tres temas la comunión con sus seguidores era absoluta. Así que después de dirigirse Armando al respetable, y juguetear un poco con nosotros, tocaba realizar una segunda incursión en el que probablemente sea su álbum más emblemático “Volumen Brutal”, para deleitarnos con el corte que precisamente lo abría “Incomunicación”, provocando que las primeras filas explotaran nuevamente. Pese al paso del tiempo nada ha conseguido hacer cambiar a Barón Rojo en su forma de ver la vida, ya que siempre han sido mordaces e incisivos a la hora de escribir sus textos , y lamentablemente el mensaje contenido en “Tierra De Vándalos”, casi cuarenta años después sigue estando plenamente vigente. Por otro lado, tampoco han faltado a lo largo de su longeva trayectoria las odas al mundo del rock, a sus artistas, y ,como no, a todos los que lo apoyamos, así que “Invulnerable”, volvió a convertir la sala en un mar de puños que se alzaban orgullosos.


Para muchos su primer disco en directo “Barón Al Rojo Vivo” además de ser uno de los mejores de la historia del rock nacional marcó un punto de inflexión en su carrera. En ese álbum en vivo se incluyeron varios temas que no habían sido grabados en estudio, y entre ellos el que se encargó de presentarnos Armando el instrumental “Buenos Aires”. Tras recabar una cerrada ovación nuestro periplo prosiguió realizando escala en otro de sus trabajos de los ochenta, invitándonos a visitar “Obstinato” para dejarnos claro que al igual que ya proclamaron en 1989 todavía “Seguimos Vivos”. “Chicos Del Rock” nos daría la oportunidad de seguir cantando otro himno que marcó a toda una generación de roqueros.

Aunque hubo tiempo para que tanto Armando como Carlos se dirigieran a sus incondicionales, el ritmo del show fue trepidante, sin extensos discursos ni largos parones. Así que sin apenas darnos ni un instante para recobrar el aliento ya estábamos metidos de lleno en “Las Flores Del Mal”, que sonó majestuoso y épico, con los ensordecedores coros del respetable. Una nueva mirada hacia “En Un Lugar De La Marcha” sería la excusa perfecta para cambiar de tesitura y adentrarnos en derroteros más hard rockeros de manos “Breakthoveen”. Pocos, muy pocos, fueron los guiños que Barón Rojo se permitieron al material publicado tras el ya mencionado “Desafío”, pero uno de ellos llegó para dar por concluida esta primera mitad del show “Canon-Cañón”, corte que cerraba su “20 +” de 2001, y que, todo hay que decirlo, pasó bastante desapercibido.

Sin embargo fue a partir de ese momento cuando el recinto se convirtió, sino lo había sido ya, en una auténtica fiesta, ya que uno tras otro se fueron sucediendo trallazos incontestables que todo buen seguidor del rock duro en nuestro país ha cantado en infinidad de ocasiones. La elegida para dar el pistoletazo de salida a este segundo segmento fue la emotiva e imprescindible “Concierto Para Ellos”, que continúa emocionando y poniendo los pelos de punta cada vez que suena en directo con el recuerdo a algunos de los grandes mitos de la historia del rock, y que fue coronada por un fantástico solo de Armando.

Precisamente fue el menor de los hermanos De Castro quien se encargó de dar el pistoletazo de salida a la interpretación del que fue el primer single de la banda allá por 1981, “Con Botas Sucias”, que en su parte intermedia contó con un fragmento del “Born To Be Wild”. No fue una sorpresa que la responsable de poner la sala patas arriba para redondear otro de los momentos mágicos de la noche fuera “Los Roqueros Van Al Infierno”, que con las palmas del respetable y con jugosos guiños a grandes de la talla de Purple y Priest dejó paso a las presentaciones de los músicos antes de poner el punto y seguido a la velada.

Ante una audiencia enfervorizada el combo madrileño no tardaría en regresar sobre las tablas para inaugurar los bises con “Obertura”, rescatada de lo que fue su última entrega de estudio “Tommy Barón”, que acabó fundiéndose con otra de las que les han acompañado desde sus primeros años “Larga Vida Al Rock N´ Roll”. Aunque en esta despedida en Barcelona no hubo tantos invitados como en su concierto en la Capital, Willy vocalista de los incombustibles Ktulu quiso sumarse a la fiesta, así que se subió al escenario para aportar su granito de arena a “Volumen Brutal”.

El cambio de registro llegó con ese canto de amor a la guitarra que lleva por título Cuerdas De Acero”, mientras que otro de los momentos épicos de la noche, con la gente haciendo suyas cada una de las estrofas, llegaría con “Hijos De Caín”, redondeando así una doble ración de su álbum de 1985 “En Un Lugar De La Marcha”. Acto seguido le llegó el turno a un apabullante “Resistiré”, que con todo el público gritando hacia prácticamente imposible distinguir sus líneas vocales.

Por si alguien dudaba aún de la entrega y la dedicación de Barón Rojo para con su público y viceversa “Siempre Estáis Allí”, sirvió para escenificar la devoción de unos fans que volvieron a cantar como si les fuera la vida en ello. Pero sin duda, el fin de fiesta definitivo para este “Último Vuelo”, sobre la Ciudad Condal no pudo ser mejor: “Barón Rojo”, se encargó de poner a todo el mundo a saltar antes de que el intemporal “Son Como Hormigas” rubricara su despedida definitiva.

Emoción, dedicación, nostalgia, hard rock, heavy metal…, resulta difícil no acabar contagiándose de esos sentimientos cuando ves a una sala llena agasajando a sus héroes tras más de dos horas y media de show. No nos equivoquemos, seguramente el de esta noche no fue el mejor concierto que Barón Rojo han dado en Barcelona, pero hay que reconocer que estuvieron a la altura de su nombre y su legado. Cumplieron, nos dejaron con un buen sabor de boca, y supieron dar a sus seguidores lo que habían ido a buscar. Y como decía, la mejor prueba fue ver esa estampa final con la gente tributándoles una cálida y merecida ovación. A la salida caras de emoción, abrazos, y una duda planeando en el aire: ¿Habrá sido este el último concierto de Barón Rojo en Barcelona?… El tiempo dirá.



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