Llevan años girando, tienen muchos kilómetros a sus espaldas, han conseguido fraguarse una excelente reputación como banda de directo, lo que ha llevado su propuesta más allá de nuestras fronteras. Y es que aunque parezca mentira aquel viejo dicho que reza “Nadie es profeta en su tierra” es perfectamente aplicable al trío catalán. Quizás por eso la banda ha establecido su cuartel general en tierras inglesas, concretamente en la ciudad que es considerada como la cuna del heavy metal: Birmingham. En cualquier caso, su fecha en la Sala Wolf de la Ciudad Condal no solo significaba la excusa para presentar su última referencia de estudio “Low Cost Life”, sino que servía para poner el punto y final a una larga ausencia de los escenarios barceloneses, amén de ser la ocasión idónea para que conociéramos a su nuevo guitarrista Dennis Felperlaan (ex- WHITE COAST REBELS, EROTIC PSYCHO), que es quien ha cubierto la vacante de Vega, que dejó la banda por motivos personales tras la grabación del ya mencionado “Low Cost Life”.
Había muchas ganas de volver a ver por aquí a Stop Stop, así que aunque la sala no llegó a completar todo su aforo, la verdad es que acabó registrando una buena entrada, permitiendo que el trío sintiera el calor y el cariño de sus seguidores más acérrimos y entregados. Al igual que ya sucediera en anteriores ocasiones que un servidor ha tenido ocasión de verles, la banda salió a por todas, con un gran telón con el nombre de la formación a sus espaldas y luciendo cada uno de sus miembros su peculiar look. Sin duda, el más discreto y casual fue el último fichaje, Danny, con un atuendo netamente roquero. En cambio, Jacob A.M, bajista y vocalista apareció con su habitual maquillaje facial, mientras que el batería Danny Spasov lucio ese particular moldeado que hace que su rizada melena rubia desafíe las leyes de la gravedad. Ya desde los compases iniciales se les vio sobrados de actitud y con ganas de conectar con el respetable, derrochando entrega y garra para dejar patente que su hábitat natural es el directo, y la prueba palpable la tuvimos en ese inicio incendiario y adictivo que corrió por cuenta del novedoso “Raised On Rock ‘N’ Roll”, una atronadora declaración de intenciones que se convirtió en la excusa perfecta para que todos aunáramos nuestras voces y levantáramos los puños para corear su pegadizo estribillo.Otra de las sorpresas positivas de la noche fue lo bien que sonó todo, y es que la banda disfrutó de un sonido sólido, potente, cañero y ante todo muy nítido, con la guitarra de Dennis sonando como un puñal y perfectamente respaldada por una base rítmica absolutamente imparable, que en todo momento fue el motor de un trío que se gustó y disfrutó, -tanto o más que sus seguidores-, al desgranar la juerguista y socarrona “Toilet Party”. En todo momento la conexión entre banda y público fue total, Jacob ejerció como el perfecto maestro de ceremonias alentando y revolucionando al personal para que participara activamente en temas como “Anarchy”, que con muy buen criterio y de forma vedada dedicaron a una famosa monarca recientemente fallecida, y que nos dejaba con la estampa de la sección de cuerda ocupando el centro del escenario para moverse al más puro estilo años ochenta, de forma sincronizada, mientras dos columnas de humo, -una a cada lado del escenario-, se alzaban provocando el delirio de un personal cada vez más animado y enfervorizado.
Tras recordarnos que tanto la propia banda como todos los presentes salíamos de un largo y obligado encierro, -dos eternos años de restricciones pandémicas-, la fiesta proseguiría con “Renegade”, que nos brindaba la oportunidad de acompañar con palmas su sección rítmica antes de que la banda estallara en otro furibundo y expeditivo ejercicio de enérgico hard rock. Y es que si algo demostraron Stop Stop a lo largo de la velada es que son una banda que se ha curtido en la carretera, así que aunque los más puristas seguro que se dieron cuenta de alguna “gambilla”, temas tan eléctricos, directos y vigorosos como “Join´ The Party!”, fueron un trallazo directo a la línea de flotación, dejando patente que si al escuchar un tema así no empiezas a menear los pies o la cabeza es que tienes un serio problema, o es que simplemente no te gusta el rock ´n´ roll.
Como comenté anteriormente el trío demostró en todo momento su soltura sobre las tablas, su buen hacer como músicos, pero también hicieron gala de ese descaro y esa macarrería que tan bien casa con su propuesta, haciendo que más de uno esbozáramos una sonrisa cuando nos encontramos cantando el estribillo del irreverente y lascivo “Let Me Fill Your Void”, que se acabó convirtiendo en uno de los momentos culminantes de este primer tramo del show. Pero no fue este tema el único subidito de tono que interpretó el trío , ya que la siguiente en caer fue otra de las nuevas “Banana”, para la que los chicos sacaron a escena una gran banana hinchable que acabó siendo el juguete del público, viajando de forma errática de un lado a otro de la sala. Este segmento central dedicado a su más reciente “Low Cost Life” se saldó con uno de los cortes de los que han sacado video-clip “Turned My Life Around”, que fue la excusa para que la banda nos hablara de amor y para que posteriormente Jacob se desgallitara para acabar recabando una cerrada ovación..
La marcha, el buen rollo y en definitiva la ración de contagioso y explosivo hard rock/glam que nos brindó el trío no se detuvo, así que tras una nueva muestra de su particular sentido del humor durante la presentación del siguiente tema, la golfa “In ´N’ Out”, que nos dejaba con un brutal alarido de Jacob antes de invitarnos a todos a cantar nuevamente y de jugar con nosotros para posteriormente presentarnos a la última incorporación de la banda, Dennis, quien jugueteó para algarabía del personal con el riff del clásico de Judas Priest “Breaking The Law”. Ya lo comenté anteriormente, la conexión entre Stop Stop y sus fieles fue absoluta, y la mejor prueba fue comprobar como el trío abandonaba el escenario marchando en procesión mientras interpretaba “Stop Stop”, incrustando en ella fragmentos del clásico “Knocking On Heaven’s Door” de Bob Dylan, y del “So Lonely” de The Police , el paseo se zanjó con la banda parapetada tras la barra del local y el personal animando para convertir el recinto en una auténtica fiesta.
Por si alguien aún dudaba a estas alturas de las raíces más clásicas y añejas del trío la prueba definitiva llegó con el medley que conformaron “Proud Mary” de Creedence Clearwater Revival y una adaptación bastante sui generis del himno de Ac Dc “Thunder struck”, que sonó más punk que hard roquero. El broche de oro definitivo para una descarga que estuvo marcada por la diversión y el desenfreno roquero corrió por cuenta de “The Last Call”, y con ella la enésima invitación a que todos apoyáramos en los estribillos acompañando a Dennis, Danny y Jacob. Creo que la banda se retiró a camerinos con una sonrisa dibujada en el rostro, con el personal coreando su nombre y pidiendo algún tema más tras la habitual foto de familia. Eso si, de lo que no me cabe la menor duda es que todos los presentes disfrutamos al máximo del show, ya que cantamos, bailamos y fuimos seducidos, una vez más, por la magia y la energía de ese hard rock enérgico, desenfadado, descarado, potente y vacilón. Así que solo queda preguntar ¿Cuando repetimos?
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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