He de reconocer que no conocía la trayectoria del trío islandés, pero lo cierto es que su rock áspero, potente y de raíces clásicas me gustó, y mucho. También fue una sorpresa el buen aspecto que presentó el local cuando Volcanova tomaron posiciones para dar el pistoletazo de salida a la velada dejando que fuera “Salem”, la que les sirviera como carta de presentación. Con mucha actitud, sonando muy potentes, compactos, y sin dejar de agitar las melenas, el trío no tardó en captar la atención de todos los presentes, y más cuando pudimos comprobar que era su batería, Dagur Atlason, quien cantaba, y es que a lo largo del show compartió tareas vocales con el fundador y líder del trío Sámuel Ásgeirsson.
Tras haber captado la atención de los presentes tocaba seguir adentrándonos en su rock desértico y de riffs titánicos, deudores de los Sabbath setenteros, y para ello que mejor que dar buena cuenta de otra de las composiciones contenidas en su último lanzamiento “Cosmic Bullshit”, concretamente de la apabullante “Gold Coast”. Algo menos salvaje y más versada hacia tesituras roqueras sonó “Super Duper Van”, que sonó de lo más sólida y convincente, apoyándose sobre unas líneas vocales dobladas y con el sonido del cencerro dándole un matiz muy interesante. No abandonarían las canciones contenidas en “Radical Waves”, para proponernos los rotundos cambios de ritmo y los vacilones riffs de “I’ m Off”.
Pese a la densidad de su sonido, lo cierto es que temas como “Desolation” sonaron de lo más dinámicos y roqueros, dejando claro que el stoner no se nutre únicamente de riffs pesados y tempos pantanosos. Otra de las destacadas durante la descarga del trío fue “Lights”, dándonos argumentos para que los más animados agitaran las caderas. Corta, muy corta, se nos hizo la descarga de Volcanova así que cuando apenas llevaban 30 minutos sobre el escenario la banda anunció que había llegado el momento de su último tema,“Sushi Sam”, que resultó convenientemente adulterado con un pasaje del clásico de Black Sabbath “Children Of The Grave”. En definitiva sólida y convincente descarga la que nos brindaron unos Volcanova que gustaron y convencieron a su paso por la ciudad condal.
Aunque la cita estaba programada para la tarde/noche del jueves, me sorprendió muy positivamente la respuesta de un público que si bien es verdad que no llegó a llenar el recinto, si que acabó dando calor y colorido a la cita. Así que sintiendo el apoyo de sus fieles incondicionales, y contando como único elemento escénico con un telón de fondo, el trío de Álftanes aparecía en escena para hacer las delicias del personal. No puedo dejar de mencionar las llamativas mallas a rayas blancas y negras que lució su guitarrista y frontman Óskar Logi. Pero dejando a un lado los temas de vestuario, cabe remarcar que el combo islandés se mostró en un estado de forma excelente: sonaron nítidos, potentes y perfectamente conjuntados, dando buena cuenta de su clase como instrumentistas, alargando algunos de los temas para dejar que Óskar se explayase a su antojo en los solos, aunque sin llegar en ningún momento a sonar excesivo o aburrido.
Empezaron fuerte y de forma directa, presentando sus credenciales a su parroquia de incondicionales. Y es que desde que The Vintage Caravan irrumpieron en escena para dar el pistoletazo de salida al show con “Whispers”, la conexión entre banda y público fue total. Como era previsible el centro de todas las miradas fue Óskar, pero la sección rítmica que le acompaña también estuvo a la altura, y es que Alexander Örn Númason no dejó de recorrer incansablemente el escenario mientras animaba al personal a participar en temas como “Crystallized”, que arrancaba con un cierto regustillo bluesy para acabar convirtiéndose en un pelotazo de genuino hard rock.
Como si estuvieran en una reunión de colegas, Óskar se congratuló de estar nuevamente en la ciudad condal. De modo que tras comentarnos algún detalle de su actual gira europea era un buen momento para hacernos sucumbir con otra de sus gemas “Reflections”, que fue acompañada de una buena ración de movimientos y poses ochenteras para acabar recabando la cerrada ovación de un respetable que poco iba animándose, y es que en poco más de veinte minutos The Vintage Caravan habían sido capaces de mostrar que son unos músicos versátiles, además de haberse metido al personal en el bolsillo. Sin embargo, el trío todavía mucho que ofrecernos. De modo que la escogida para hacer que Alexander ejerciera como maestro de ceremonias fue “Midnight Medication”, dejando que sus potentes coros sirvieran para que el nivel de entrega del personal se mantuviera intacto.
Acto seguido, y tras cumplir con las pertinentes presentaciones, tocaba cambiar radicalmente de registro, era el momento de recobrar el aliento y para ello que mejor que dejarnos seducir por la camaleónica “Inneverse”, invitándonos a retroceder en el tiempo hasta la época de “Arrival”. El retorno sobre las composiciones de su más reciente entrega llegaría de manos de “Forgotten”, que nos dejaba con una fantástica exhibición de Óskar haciendo las delicias del personal con sus intrincados pasajes instrumentales. La magia, la esencia, y ese feeling netamente setentero que impregna muchas de las composiciones del combo finlandés haría que “Can’t Get You Off My Mind”, se convirtiera en uno de los momentos culminantes de la noche, con el personal apoyando con palmas ante la cara de satisfacción de los músicos.
Tampoco quisieron dejarse en el tintero los ritmos más vacilones y hasta bailables contenidos en el enérgico “ Reset”, para acto seguido dejar paso al ejercicio solista de Óskar que sirvió como preámbulo para otra de las contenidas en el genial “Voyage” , una celebradísima “Cocaine Sally”, que servía para que la banda volviera a plasmar su amor eterno por el rock más clásico y añejo. El cambio de tercio, invitándonos a transitar por derroteros más hipnóticos y psicodélicos, llegaría de manos de “Babylon”, que con la batería de Stefán Ari Stefánsson marcado el ritmo se convertiría en la excusa perfecta para que todos alzáramos los puños y cantáramos con ellos.
Con el personal absolutamente eufórico, aclamando a la banda, tocaba encarar la recta del final del show confiando para ello en las atmósferas más intimistas que marcaron el inicio de la novedosa “Hell”, todo un ejercicio de sofisticación roquera. Ese clima más cercano e intimista que la banda había conseguido crear se mantendría a lo largo de “On The Run”, dejando que las melodías de corte “Lizzy” se encargaran de impregnar el ambiente. Tras el solo de batería de Stefán tocaba poner el punto y seguido al show proponiéndonos otro ácido viaje psicodélico a lo largo de “Expand Your Mind”.
Aclamados por un personal que disfrutó intensamente de su descarga, The Vintage Caravan no tardaron en regresar sobre las tablas para finiquitar definitivamente la velada con “Sharp Teeth”, que nos dejaba la estampa de un público completamente entregado bailando y acompañando con palmas. Lejos de las cambiantes modas y de las etiquetas The Vintage Caravan dejaron patente a su paso por la ciudad condal que el rock más clásico y auténtico sigue estando vigente.
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