Mucho se ha hablado del resurgir del hard rock europeo en los últimos años. Varios son los nombres que me vienen a la cabeza al hablar del estilo, pero sin duda una de las bandas que más alegrías nos ha dado, tanto en estudio como en directo, -ya que hemos tenido múltiples oportunidades de verlos en los últimos tiempos-, han sido Eclipse. Si la memoria no me falla hace tan solo unos meses tuvimos ocasión de ver al combo sueco que capitanea el vocalista, multi-instrumentista y productor Erik Martensson como uno de los platos fuertes del pasado Ripollet Rock. Así que no fue una sorpresa que de cara a esta nueva visita, en la cercanía de una sala, la banda congregará menos seguidores que en su última visita a la sala mediana del Razzmatazz a finales del pasado 2019.
En cualquier caso, los que no quisieron perderse la cita, su núcleo de fieles incondicionales, dieron un colorido especial al recinto y el calor que la banda recaba siempre en sus visitas. Y es que entre sus incondicionales pudimos encontrar seguidores de lo más variopinto, e incluso varios niños que corretearon en la parte trasera del local y que se animaron a levantar los puños para corear algún estribillo. Como compañeros de viaje para esta nueva andadura en nuestro país contarían con el apoyo de unos buenos amigos suyos Xtasy. Y es que la relación del combo navarro con Martensson viene de muy atrás. Al igual que sucediera con los suecos, Xtasy hacía relativamente poco que habían estado en la ciudad condal, abriendo para Hardline, pero eso no importó a una banda que está viviendo su mejor momento, tocando incluso más allá de nuestras fronteras, y que supo como agradar a su creciente representación de incondicionales.
He de admitir que fui de los que vi a Xtasy en su primera etapa, y ya entonces me parecieron una banda interesante. Pero lo cierto es que el empaque, las tablas y el saber estar de la actual formación está a años luz de lo que un servidor vio hace unos años en la extinta Sala Monasterio. Se plantaron en el escenario seguros, dispuestos a brindarnos una buena sesión de ese hard rock potente y melódico a partes iguales que practican, y en el que no faltan algunas pinceladas de corte A.O.R. Así que la elegida para romper el hielo fue la resultona “Perfect Strangers”, que nos dejaba con Silvia Idoate, -que salió dispuesta a comerse el escenario-, cantando mientras no paraba de bailar para acabar convirtiendose en el centro de todas las miradas.
Otro detalle a destacar fue la labor, y sobre todo la puesta en escena, de su guitarrista Carles Salse, al que está vez vi mucho más suelto y entregado, moviendo la cabeza sin parar, clavando sus partes solistas para formar un tándem de lo más resolutivo con Jorge Olloqui en temas como “Nowhere To Run”. Habiendo arrancado el show con dos piezas de su último largo “Eye Of The Storm”, era un buen momento para proponernos una primera mirada al pasado, rescatando para la ocasión el que fuera tema-bandera de su debut “Revolution”, cuyo estribillo fue coreado por una audiencia que se fue animando a medida que avanzaba la descarga del quinteto.
Tras darnos las buenas noches y recibir la cálida bienvenida de la audiencia barcelonesa llegaba el momento de impregnarnos de la magia ochentera que destilaron los riffs de “Said And Done”, que fue el primer recuerdo que se permitieron a su “Second Chance” de 2017. Pero como comentaba anteriormente Xtasy confían ciegamente en en el material de su último largo, tal y como corroboró que el quinteto descargará hasta 9 cortes de su fantástico “Eye Of The Storm”. “Flesh & Bones”, fue la escogida para que Carles Salse volviera a despuntar con otro fantástico solo. Evidentemente, no faltó alguna referencia a los tiempos pandémicos por parte de Silvia durante la presentación del potente medio tiempo “Silent Heroes”, que arrancaba acompañado de las palmas del personal para acabar convirtiéndose en uno de los momentos destacados de su presentación.
A estas alturas del show la banda ya había conseguido conquistar a gran parte de los presentes. Así que sin perder la sonrisa la vocalista no dejó de saltar y animar durante “Under The Gun”. Acto seguido llegaría el momento para el lucimiento personal de su batería Abel Sequera, que sorprendió a más de uno con un solo repleto de cambios de ritmo siguiendo una sucesión desarrollos instrumentales pregrabados. También pregrabados sonaron los teclados que sirvieron para dar la entrada al estallido melódico que significó la emotiva “Welcome To My world”. El contraste llegaría acompañando a los fraseos más cañeros de un rotundo “Play With Fire”, con el bajo de Johnny Kerchief apuntalando sus dinámicos riffs para protagonizar un final cargado de épica e intensidad.
Tampoco quisieron Xtasy dejarse en el tintero uno de los temas que han adaptado al castellano en su último lanzamiento en formato EP “Fuerza Interior”. De modo que Silvia lanzó el guante para que las chicas cantaran con ella “A Luchar”, volviendo a incidir en su faceta más cañera y metalera, y en la que nuevamente volvería a destacar la aportación solista de Mr. Salse. La buena sintonía con el público seguiría dejándose notar cuando el quinteto nos brindó un nuevo recuerdo a “Second Chance”, en forma de “Into The Fire”, que fue acompañado por las palmas del personal.
Para encarar la recta final de su presentación los riffs potentes y el tempo ágil de su sección rítmica volverían a hacer vibrar al personal con “Eye Of The Storm”. Mientras que el colofón definitivo a la hora que estuvieron los navarros sobre las tablas corrió por cuenta de otra de las que ha puesto de manifiesto su proyección internacional “Die Young”. Sólidos, compactos y haciendo gala de que sus incursiones internacionales les han convertido en una de las bandas más en forma dentro de nuestro hard rock. Xtasy están aquí para quedarse, y un servidor está ansioso por escuchar nuevos temas creados por la actual formación. Habrá que estar atentos porque: ¡La cosa promete!
Como si estuvieran tocando en casa. Si algo han dejado claro en sus reiteradas visitas a la capital catalana es que en directo Eclipse no fallan. Con su último “retoño”, “Wired”, ya muy rodado los suecos llegaban dispuestos a darnos argumentos para cantar y bailar. Como siempre su concierto fue una auténtica fiesta, una explosión de estribillos pegadizos, melodías coreables y actitud roquera, encarnada en la figura de Eric Martensson que no paró de animar, moverse, tocar la guitarra… sin perder en ningún momento su eterna sonrisa y ese buen rollo que transmite junto al resto de sus compañeros. La marchosa y adictiva “Roses son Your Grave”, fue la encargada de abrir su descarga, y desde el primer momento pudimos comprobar que la banda tenía ya al personal rendido a sus pies. Con los músicos bien plantados sobre el escenario y ante una audiencia que parecía predispuesta a no dejar la ocasión de cantar cualquier estribillo que Erik y sus muchachos propusieran seguiríamos buceando en su última referencia de estudio con el punch de la guitarrera “Dying Breed”.
El momento de levantar todos los puños al aire llegaría con la primera mirada al pasado, concretamente a lo que fue su anterior “Paradigm” de 2019, del que rescataron para la ocasión un celebradísimo “The Masquerade”. Aún más atrás en el tiempo, para alegría de sus fieles más veteranos, nos transportaría “The Storm”, en la que el vocalista dejó aparcada la guitarra momentáneamente para centrarse en su faceta como frontman, dedicándose a alentar al personal a que se implicara al máximo a la hora de cantar mientras los teclados pregrabados daban al corte la nota de distinción roquera.
Mientras el personal obsequiaba a los suecos con el clásico cántico futbolero, -“oe,oe,oe...”-, que ponía de manifiesto que nos lo estábamos pasando en grande, Erik tomaba la palabra para comentarnos que aquí estaban como en su segunda casa. Así que tras recibir la cálida ovación del respetable y tras preguntarnos si estábamos preparados para el rock n´ roll era el momento preciso para adentrarnos de lleno en “Runaways”. Para el siguiente tema de la noche Erik volvería a empuñar su guitarra para dar rienda suelta a las influencias “Lizzy” que desplegaron a lo largo de “Run For Cover”, que personalmente fue de las que más me gustó, gracias a la frescura de sus guitarras y, como no, a la respuesta de un público que volvió a cantar intensamente.
Mucho fue el protagonismo del que disfrutó “Wired” a lo largo de la velada, ya que cayeron hasta seis temas del mismo. Precisamente el primer momento de relax del show llegaría durante “Carved In Stone”, que arrancaba en formato acústico y con Erik en solitario para que posteriormente se le le sumaran el resto de sus compañeros.Si algo ha marcado la trayectoria de Eclipse ha sido el buen gusto a la hora de tratar las melodías y su habilidad para conjugarlas con estribillos absolutamente ganadores y efectivos, y una prueba palpable la tuvimos con un “Battlegrounds” que volvió a aunar las voces de todos los presentes antes de que la sala explotase en una cerrada ovación.
La transición hacia tesituras eléctricas llegaría durante la segunda mitad de “The Downfall Of Eden”. La temperatura volvería a elevarse cuando la banda subió el nivel de revoluciones al atacar uno de los temas más potentes de su último redondo “Bite The Bullet”, -que sorprendió a más de uno con la rotunda pegada de sus incisivas guitarras-, para posteriormente dejar paso a “Black Rain”. Pero sin duda otro de los momentos de la noche llegaría justo a continuación con el coreadísimo “I Don’t Wanna Say I’m Sorry”, que nos dejaba al trío de cuerda compartiendo el centro del escenario para provocar la algarabía generalizada del respetable.
La euforia no se detuvo, ya que todo el mundo se puso a saltar cuando reconoció los compases iniciales del imbatible “Never Look Back”, con Erik elevando el micro al aire para invitarnos a todos a cantar una vez más. Con la frescura que siempre les ha caracterizado Eclipse acabarían rubricando su triunfal descarga en tierras catalanas con otra de las de nuevo cuño “Twilight”, que fue la escogida para poner el punto y seguido a la velada.
No tardarían mucho en regresar sobre las tablas para rematar definitivamente la velada con la marcha y los estribillos “eurovisivos ” de “Saturday Night (Hallelujah)”. Mientras que para el final se reservaron el hímnico corte que abría su anterior redondo “Viva La Victoria”, que arrancaba con las palmas de un público que posteriormente se arrancó a saltar para protagonizar un final apoteósico.
Valor seguro, garantía de éxito, diversión y buen hard rock. Da igual las veces que Eclipse pisen nuestros escenarios, el combo sueco hace tiempo que encontró la fórmula para conectar con los seguidores del hard rock melódico, y una vez más volvieron a saldar su visita a tierras catalanas con un rotundo triunfo.
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