viernes, 3 de febrero de 2023

ACCEPT+THE IRON MAIDEN-RAZZMATAZZ-BCN-22-ENE-2023



Existe un pequeño y selecto elenco de bandas que pueden presumir de haber sido unas de las que de alguna forma definieron lo que es actualmente el heavy metal, ya sea a nivel de sonido, estética, puesta en escena…, etc, y sin duda Accept son una de ellas. Por otro lado, no hay muchas formaciones que podríamos tildar como clásicas que puedan decir que sus últimos lanzamientos están a la altura de lo que fueron sus obras más seminales y exitosas. Ademas, por si esto no fuera suficiente, todo esto ha ido acompañado de un cambio de vocalista, y lo cierto es que, dejando a un lado el tema del carisma, creo que poco hay que reprocharle a Mike Tornillo con respecto a su antecesor al frente de los míticos Accept. Pocas dudas hay al respecto de que el capitán general del transatlántico germano es desde hace mucho tiempo el guitarrista Wolf Hoffmann y más aún desde la salida del bajista Peter Baltes, aunque sus actuales acompañantes no son unos meros comparsas, ya que su calidad y valía convierten a los actuales Accept en un valor seguro tanto en directo como en estudio.

Su show de esta noche en la Ciudad Condal presentando su última referencia de estudio “Too Mean To Die” llegaba con muchos meses de retraso, de hecho en la convocatoria inicial figuraban los nombres Phil Campbell and the Bastard Sons y los thrashers de Arizona Flotsam And Jetsam, aunque finalmente las elegidas para abrir la velada y amenizar la espera con su adaptación de los clásicos de la Doncella de Hierro fueron The Iron Maidens quienes aprovecharon su tiempo sobre el escenario para repasar algunos de los clásicos atemporales de Mr. Harris y sus muchachos junto a un par de gemas que hace ya mucho tiempo que quedaron fuera de los setlist de las giras de los británicos.


No, en esta ocasión, no llegaron a agotarse las entradas, pero lo cierto es que la sala presentó un muy buen aspecto, con ambas plantas abiertas. Es más a la hora prevista para el inicio de la descarga del combo de Florida la sala presentaba ya un fantástico ambiente. Evidentemente a diferencia de lo que suele suceder habitualmente esta noche el público si conocía al dedillo los temas del repertorio de la banda de apertura. Así que cuando las chicas abrieron fuego con el clásico “The Trooper” la sala se llenó de teléfonos que quisieron inmortalizar el momento, con su vocalista Kirsten Rosenberg luciendo la casaca roja para acabar ondeando la bandera.

Pese a que como digo el quinteto supo conectar con el público, a un servidor no acabaron de engancharle. Aunque instrumentalmente no lo hicieron mal, no me convenció el desempeño de su frontwoman, algo estática y con una tonalidad potente pero falta de matices. En cualquier caso, de su descarga me quedaría con los temas menos habituales como “Back In The Village”, ya que fue en temas que ya todos tenemos muy interiorizados como “Caught Somewhere In Time” o “Brave New World”, que sonó muy lenta en el arranque, cuando mejor pudimos apreciar sus carencias.

Pese a ello, muchos de los presentes disfrutaron el momento. Así que mientras algunos recordamos con una sonrisa en el rostro los desarrollos instrumentales de “Genghis Khan”, otros se dejaban la garganta a la hora de cantar temas como “Wasted Years”, que fue la escogida para que Edddie apareciera en escena empuñando una pistola. Del legendario primer trabajo de los británicos las chicas no quisieron dejar aparcada la brutal “Phantom Of The Opera”.

Pero sin duda uno de los momentos más vibrantes de la descarga de The Iron Maidens llegó con “Fear Of The Dark”, que nos dejaba a toda la sala entonando su característica melodía. El momento de acelerar el paso y ponernos todos a saltar llegó con “Run To The Hills”. Para dejar que la despedida definitiva llegara con “The Number Of The Beast”, con una nueva aparición de Eddie. No fue un mal show, pero creo que la descarga de The Iron Maidens pese a gustar a la gente, -con semejante repertorio tenían mucho ganado de antemano-, acabó siendo una pequeña decepción para los que vimos la descarga con espíritu crítico y sin dejarnos llevar por lo que significan las canciones que interpretaron.


Evidentemente cuando uno piensa en la carrera de una banda como Accept siempre tiende a recordar lo que fueron sus primeros años y especialmente lo que la banda germana representó en su momento para el auge y consolidación del heavy metal europeo a principios de la década de los ochenta. Pero analizando fríamente el recorrido global de su longeva trayectoria, lo cierto es que la etapa que la banda inauguró con la entrada del vocalista americano Mark Tornillo en 2009 les ha servido para revitalizar una carrera que muchos consideraban ya como amortizada, y que solamente tendría recorrido con giras en las que rememorar viejas favoritas. Sin embargo, la banda que capitanea el incombustible Wolf Hoffmann ha mutado y se ha convertido ahora en una “fiera metálica” de tres guitarras completando equipo junto a Uwe Lulis y Philip Shouse.

Quien golpea primero, golpea dos veces. Y la formación alemana salió dispuesta a noquear al personal. Su puesta en escena fue sobria pero efectiva, centrándose en sonar bien, pero sin olvidar un vistoso juego de luces, diferentes plataformas que estuvieron repartidas a la largo del escenario, la serpiente que aparece en la portada del álbum, y, como no, esas características coreografías que se han convertido en una seña de identidad más de la legendaria formación germana. “Zombie Apocalypse”, fue la escogida para dar el pistoletazo de salida y lo primero que llamó la atención fue la respuesta de un respetable que apoyó y coreó el tema como si de un clásico más se tratase mientras el escenario se llenaba de humo. Sin concedernos tiempo para recobrar el aliento la banda se adentró de lleno en “Symphony Of Pain”,’ que nos dejaba la estampa de todos alineados delante de la batería de Christopher Williams hasta que Wolf y Philip pusieron al público a cantar su vibrante melodía central.

Pero si hablamos de alegría, de júbilo, no podemos obviar la explosión de euforia que propició la llegada del primer gran clásico de la noche “Retless And Wild”, que hacía que el personal hiciera prácticamente inaudible la afilada voz de Tornillo. Otro detalle que me gustaría destacar fue el protagonismo que asumió a lo largo de todo el show Philip Shouse compartiendo primera linea de fuego con Wolf Hoffmann mientras Uwe Lulis estuvo la mayoría del tiempo sobre una de las pasarelas en un discreto segundo plano. A estas alturas la fiesta era ya completa, así que tras emocionarnos con uno de los himnos más recordados dentro del puro heavy metal tocaba cambiar de tesitura para continuar cantando con el puño en alto en esta ocasión los pegadizos estribillos de “London Leatherboys”, mientras las “flechas” que empuñaron la tripleta de guitarristas se movían de izquierda a derecha.

Llegaba el momento de los saludos y Mr. Tornillo, ataviado con su inseparable gorra y su chaleco, se dirigía por primera vez al respetable antes de dejar que el indiscutible líder de la banda, Mr. Hoffmann se encargará de dibujar sobre el mástil de su flecha el riff de “The Abyss” proponiéndonos una primera incursión en el arrollador “Blood Of The Nations”. No abandonarían el material de su obra de 2010, la que significó el debut discográfico de Tornillo al frente de la banda, ya que la siguiente en sonar fue la implacable “No Shelter”, que con sus compactos coros nos daba argumentos para volver a levantar los puños mientras volvían a aparecer las altísimas columnas de humo en la parte frontal del escenario.

Mucho más roquero, descarado, macarra y casi diría que fiestero, -apoyándose sobre un tempo más marcado y rítmico-, sonó “Overnigth Sensation” que era la excusa para volver a incidir sobre las composiciones de “Too Mean To Die”, y es que su obra de 2021 tuvo un peso destacado en el repertorio de esta noche. En cualquier caso, debe ser difícil para una banda como Accept confeccionar un setlist que complazca a la mayoría de sus seguidores. Por eso una buena elección es tocar pasajes de diferentes temas para conformar un medley que permita a sus seguidores recordar aunque sólo sea el estribillo de algunos temas. De modo que el momento de mirar al pasado, a principios de la década de los ochenta, para aunar nuestras gargantas llegó durante los siguientes minutos, ya que tuvimos ocasión de volver a emocionarnos con “Demon’ s Night”, para acto seguido sumergirnos en “Starlight”. Otro de los momentos hard roqueros llegó con el personal levantando los puños durante “Losers And Winners”, mientras que el colofón a este fugaz repaso de esta colección de himnos estuvo reservado para “Flash Rockin’ Man”.

Tras unos instantes en los que el escenario quedó sumido en la más absoluta penumbra, dándonos tiempo para asimilar lo que habíamos presenciado, Tornillo salía disparado hacia el filo del escenario para hacer que el público volviera a vibrar intensamente con otra de las imprescindibles “Breaker”. El contraste entre el presente y el pasado quedaría plasmado durante el tema que sirvió como adelanto para su último redondo “The Undertaker”, un corte que de entrada no me decía mucho pero que con las escuchas, y más viendo como se conjuga la tripleta de guitarras en directo, ha ganado muchísimo.

Para el siguiente tema de la noche, el inquietante “Shadow Soldiers”, serían el incombustible Wolf Hoffmann y el bajista Martin Motnik quienes se posicionaron en la parte central del escenario mientras nuevamente aparecían las columnas de humo antes de que en el tramo final del

tema Tornillo apareciera en escena blandiendo una bandera. Con los músicos encaramados sobre las plataformas, la sala se vendría abajo cuando todos participamos a la hora de corear las inmortales melodías de “Princess Of The Dawn”. Pero, indudablemente, si hablamos de temas inmortales, de esos han definido el heavy metal como estilo musical, está claro que no podía faltar el corte que para muchos dio el pistoletazo de salida al speed metal “Fast As A Shark”, y, como no podía ser de otra forma, con ese trallazo incontestable llegó la locura del personal.

A partir de este momento ya no hubo tregua. Y es que uno tras otro fueron cayendo clásicos de toda la trayectoria del combo germano. “Metal Heart” fue toda una declaración de intenciones que nos puso los pelos de punta y nos permitió volver a sacar pecho mientras coreábamos orgullosos su fantástico estribillo. Pese a ser bastante más reciente no creo que nadie dude a estas alturas que temas como” Teutonic Terror” o el visionario “Pandemic”, se han ganado un hueco en el corazón de todos los seguidores de la banda, y la entusiasta entrega del personal así lo rubricó.

Una mirada sobre el fantástico “Stalingrad” serviría para allanarnos el camino hacia el final del show con los duelos guitarreros que marcaron lo que fue su tema de apertura “Hung, Drawn And Quartered”, con un Tornillo imparable que rasgó al máximo sus cuerdas vocales antes de que sus compañeros le dieran la réplica con otra ración de poderosos coros. Desafortunadamente el akelarre metálico que nos brindaron Accept estaba tocando a su fin. Pero antes de despedirse definitivamente la banda todavía tendría tiempo de poner la sala nuevamente patas arriba con “Balls To The Wall”, para acabar rubricando una fantástica velada de heavy metal por todo lo alto con ese alegato de inconformismo juvenil que lleva por título “I’ m A Rebel”.

En definitiva, Accept volvieron a sentar cátedra con un show absolutamente arrollador ante una sala prácticamente llena. El tiempo pasa, las modas van y vienen…, pero hay bandas como Accept que parecen inamovibles y atemporales. Y es que las huestes que lidera el incombustible Wolf Hoffmann se han ganado a pulso ser toda una institución dentro del mundo del heavy metal. Mientras ellos, y otro selecto grupo de escogidos sigan en activo y en buena forma, el heavy metal más clásico perdurará.



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